Confesar y confesarse
Dicen que la confesión está en crisis. Que los católicos se han olvidado de la necesidad y de la conveniencia de acercarse al sacramento del perdón. Si hay crisis de la confesión se debe, muy probablemente, a un oscurecimiento de la fe y a un desconocimiento de la realidad de uno mismo.
La fe nos dice que la salvación que Dios nos regala llega a nosotros, de modo ordinario, a través de mediaciones humanas, sacramentales. Gracias a la mediación de la Iglesia escuchamos la Palabra de Dios, celebramos la Eucaristía y recibimos, también, el perdón.
El conocimiento propio pone de relieve nuestra limitación, nuestra insuficiencia, nuestra necesidad de una ayuda que venga desde fuera de nosotros mismos, y que sólo podemos acoger como don. No somos perfectos ni tampoco impecables. Nuestra vida se mueve en una continua contradicción entre lo que desearíamos hacer – o evitar – y entre lo que en realidad hacemos – o no evitamos - .
En su última encíclica, “Caritas in veritate”, Benedicto XVI llama la atención sobre un problema contemporáneo, que, de algún modo, nos afecta a todos: la incomprensión de lo que es la vida espiritual. Tendemos a reducir la vida interior a una cuestión neurológica o psicológica, cuando se trata de una realidad mucho más amplia: “El vacío en que el alma se siente abandonada, contando incluso con numerosas terapias para el cuerpo y para la psique, hace sufrir” (CV 76).
“El vacío en que el alma se siente abandonada”… Cristo, Médico de los cuerpos y de las almas, pensó seguramente en este vacío cuando asoció un efecto de gracia – el perdón – al signo sacramental de la penitencia. No hay otro lugar, en la acción pastoral de la Iglesia, que sea tan personal como la confesión. Allí se encuentra el alma con Dios, el penitente con el Dador de perdón, el que está cansado y agobiado con el Corazón de Aquel que es nuestro descanso.
Yo no sé si hay crisis o no. O si lo sé, no dispongo de estadísticas que avalen mi opinión. Pero si puedo dar fe del bien que la confesión hace a las personas y del bien que me hace a mí mismo confesarme. Dedico a este aspecto del ministerio una hora diaria. Y no me parece, en absoluto, un tiempo perdido.
Guillermo Juan Morado.
44 comentarios
Ya me imagino que estará en contra de quienes, desde dentro de la iGlesia, piden que la confesión individual y auricular sea "opcional2 o algo así. Y basan sus argumentos en que un alma sola y desnuda ante Dios no miente (¿qué sentido tendrí?) y enb que la confesión ante un cura conocido a veces es imposible, uno no puede olvidar que habla con un ser humano, con un conocido, quizá con un amigo.. Incluso, aportan la incomodidad que es para el propio sacerdote escuchar ciertos pecados de personas conocidas que quizá "le conciernen" al propio sacerdote humanamente.
¿Qué diría a queines piensan así?
Yo,la verdad, argumentos teológicos no voy a dra porque hay quienes los cuentan mucho mejor que yo y, sobre tdodo, mi principal argumento mucho más pedestre: es que lo paso fatal con curas conocidos. Fatal, fatal, vamos, un rato malo, malo. Aun así, si no queda más remedio... pues eso, qué remedio. Luego me he alegrado, siempre. Pero es tan mal trago que, si puedo, me voy a 500 kilómetros del sacerdote habitual.
no se sienten pecadores.
Entonces me pregunto, cuando rezan el Ave Maria, al decir ruega por nosotros pecadores, piensan que no va con ellos?
Cuando leo pensamientos del padre Pio, donde se reconoce pecador, veo las diferencias, si no ves tus faltas no tienes necesidad de perdón no puedes ser perdonado, ni salvado, y eso es muy grave.
La pérdida de práctica de la confesión frecuente es el consecuencia del vacio espritual que se apodera de las almas al dejar de rezar. La oración es búsqueda de Dios
Hace falta mucha oración, Dios nos sigue esperando.
Yolanda alude a una cuestión importante: La dificultad psicológica que puede acarrear confesarse con alguien conocido. Pues también esto tiene arreglo: acudir a un confesor menos conocido o tratar de superar esa primera barrera pensando, desde la fe, que ese confesor es un instrumento de Cristo. Lo de Ricardo y la Fraternidad de Lefebvre no entiendo a qué viene. Saludos a todos.
Creo que hay más responsabilidad en los sacerdotes, que rehuyen el confesionario, que en los fieles. Donde hay buenos sacerdotes, los confesionarios están llenos. Un ejemplo de ello es la Basílica de la Esperanza Macarena.
A colación de esto, tengo que decir que el ejemplo que utiliza José Manuel Vidal en su reportaje en RD está sesgado, por lo menos en lo tocante a Sevilla, porque escoge precisamente una de las Parroquias más descatolizadas de la ciudad, la regentada por los dominicos en San Jacinto. Como anécdota decir que de la misma, cuando llegaron los tiempos del postconcilio, largaron a las tres hermandades que se encontraban allí, de gran raigambre y devoción en Triana: la Esperanza de Triana, la Estrella y la Hermandad del Rocío de Triana.
p.s. padre Guillermo, ¿sigue habiendo pecados cuya absolución están reservados a la Santa Sede?
Saludos.
1. Atentado contra el Romano Pontífice.
2. Profanación de la Euaristía.
Para absolver, en estos y en otros casos, se requiere el recurso a la Penitenciaría Apostólica.
Pero, si prescindimos de las dosis de cabreo de carlo, y vamos al meollo, parece claro que habla del control mental y anulación de las personas que en algunos momentos históricos y en algunas circunstancias para el cual la Iglesia se ha servido del confesionario. Y eso es cierto. Otra cosa es que abolir la confesión sería una pésima idea. Pero esa es otra cuestión; sólo pretendía explicar lo que creo que realmente ha pretendido decir Carlo.
Yolanda: Si Carlo negase la mediación eclesial para el perdón, habría que negarla, en principio, para la Eucaristía o para la predicación del Evangelio.
Confesar o admitir la culpa voluntariamente de un delito delante de un tribunal mundano, exime al culpable de muchos otros posibles agravantes.
Despues hay otras disciplinas de confesión psicoanalista que sólo sirven para complicar la mente del psicoanalizado. Y además cobran un dineral.
Dentro del contexto moral de la Iglesia Católica quien, ante el confesor -uno más en aparariencia como hombre- va a confesar sus pecados: Esta disciplina de reciclaje moral y mental religioso, a tenor de la fe, es más beneficiosa aún por lo que de paz y tranquilidad conlleva para el arrepentido y perdonado.
Experiencia ésta que lógicamente quien no la haya experimentado no lo puede entender.
Yo, en mi primera intervención, preguntaba más bien tu opinión sobre lo que algún teólogo reclama sobre la no-obligatoriedad de que el sacramento sea mediante confesión privada y auricular, sino actos penitenciales de otra índole; y todo ello manteniendo la confesión tradicional para quien la desee así, bien siempre, bien en ocasiones.
Sobre lo que dice Ricardo a cuento de la FSSPX de Lefebvre, supongo que se refiere a que padecemos un grave problema en el clero, y es la falta de motiviación de no pocos sacerdotes para confesar. En muchos templos, incluidos no pocos regentados por sacerdotes de doctrina ortodoxa (al menos en apareincia), los Confesionarios están vacíos. De ahí que una sociedad sacerdotal tan celosa de la Tradición por mucha gente sea vista con simpatía, a pesar de sus problemas disciplinares con Roma. Y es que entre el desbarajuste doctrinal y la desobediencia disciplinar, la primera resulta más grave, creo yo.
Cuaderno 2016a del Padre Antonio Pacios López, M.S.C.
Y también creo que es mejor que los sacerdotes escrupulosos y formalistas no confiesen, porque hacen más mal que bien. O adoptan el estilo de Jesús o que prescindan.
Particularmente, si soy capaz de reconocer mis pecados es porque lo haga ante Dios, porque no pienso que los voy a confesar (aunque después lo haga, puesto que a Dios le agrada que le pida perdón a la Iglesia, ya que lo que uno hace afecta siempre a las demás personas)
También pienso que son buenos los exámenes de conciencia colectivos, las charlas con otros creyentes, el contraste con otras personas, para hacer un discernimiento moral.
Dios quiere la mediación de la comunidad eclesial, para ayudarnos, por eso es una lástima cuando el legalismo formalista y los escrúpulos abusivos convierten lo que debería ser una ayuda en una carga.
Un saludo cordial
En el Nuevo Testamento yo leo y medito que Jesús actuaba de diferente manera, se limitaba a decir " Tus pecados te son perdonados,vete y no peques más"
A que viene escarbar la conciencia de los cristianos? ¿Por que hay sacerdotes que lo les interesa las cosas sexuales? el como, con quien,cuantas veces ect.
Venga por favor que no sean tan morbosos,que luego pasa lo que todos los periódicos denuncian.
La de besos y caricias que me han dado.
Bernardo
SI el cura es pecador, pues tb tendrá que confesarse y cambiar de vida. Pero tb cura un médico enfermo.
Es verdad que a veces avergüenza confesarse con un cura conocido, pero si da buenos consejos y ayuda, pues es como enseñar algunas cosas al médico si luego merece la pena la cura que hace de la enfermedad.
Por último: a mí me da mucha seguridad OIR a Dios a través del cura et ego te absolvo a peccatis tuis... La verdad, eso de oirlo me ayuda muuucho.
Creo que esperar a tener todos los servicios a la puerta de casa es muy cómodo. Pensemos en los católicos en países de misión, que tienen que andar kilómetros para acudir a la Misa... Y no nos quejemos tanto.
Llama la atencion en el comentario del padre Gullermo que te diga que no existe "dispensa" posible para la confesion...cuando es un sacramento dedicado precisamente al "perdon".
Es urgente CONFESION OPCIONAL y por supuesto celibato opcional por el bien de todos.Todo lo que sea demoras al respecto solo hace agravar el problema.
Venga, Berni, hombre, redacta una denuncia con nombres y apellidos, a ver quién te sobó. Y también denuncia quien te dejó el cerebro igual de sobeteado, chaval.
Entre los sacerdotes que pasan de todo y los que, como usted, lo justifican todo edulcorando la realidad hasta falsearla, me pasa como a Ricardo, que cada vez deseo más la vuelta de los lefebvrianos, y éso que no me son demasiado simpáticos. Serán arrogantes, pero al menos se creen el sacerdocio y no caen en el corporativismo fatuo y falsario.
Quien cree en el sacramento de la confesión va a donde haga falta, pero además en nuestras ciudades no tiene que ir demasiado lejos.
Y lo mío no es corporativismo porque no soy cura.
No sé a qué viene lo de poner en duda la fe en los sacramentos de buenos curas, poniendo por contraste como ejemplo a los lefebvrianos que ni siquiera creían en la necesidad de estar en comunión con la Iglesia y el Papa. Supongo que hemos llegado al momento en que algunos hacen todo su discernimiento moral, eclesial, sacramental en función de que sean partidarios de un determinado rito o no. Estoy asombrada de lo lejos que puede llegar esta tendencia que a algunos les está haciendo perder el norte.
¿Corporativismo ritual podríamos llamarle? No, porque sería injusto para las personas que admiran ese rito sin haber perdido el sentido común.
Paz y bien. Y reflexión sobre las cosas que se dicen.
Asun, nada que ver lo que he dicho con el rito extraordinario.Ni lo menciono. Has deducido lo que has querido sin ningún fundamento.
Le aclaro que yo no soy amigo de la Iglesia, si no HIJO. Y como hijo me duelen la apatía y los abusos, porque además repercuten en todas nuestras almas, al menos en la mía. Porque no sé usted, pero yo no soy superman.
Parafraseándole a Vd.: con estos pastores sobran los enemigos.
Le pido mis sinceras disculpas si le he ofendido en algún momento, padre.
P.D. Asun se me olvidó decirte que no he ido en mi vida a una Misa oficiada por la Fraternidad de Lefebvre. Para acudir a Misa por el rito extraoridnario, hay otras instituciones en plena comunión con Roma. Es decir, que lo que decía de la FSSPX no era por preferencia hacia una institución, ni rito alguno.
Si no tienes nada en común, no los pongas como ejemplo de nada, pues puede conducir a equívoco.
Un saludo cordial.
Un cordial saludo.
Y por eso hay que insultar a los buenos sacerdotes no-lefebvrianos, que sirven en su ministerio con absoluta fidelidad a la Iglesia. Comprendo. Y eso no es crear disensiones en la Iglesia, sino espíritu de comunión eclesial.
Pues a primera vista no da muy buena impresión, qué quieres que te diga. Aunque se aprecia la sinceridad con la que dices lo que otros con tus mismas ideas piensan, pero callan.
Con la misma sinceridad, pero cordialmente.
Lo de la predicaicón parcial, no lo comprendo. Si quieres lo explcias con cierto detalle, porque da la sensaición que para algunos predicación íntegra es deformar la Tradición y el Evangelio, para hacerlo más cómodo, más light y menos cristiano. En mi pueblo eso se llama respetos humanos.
No sé a que curas he insultado. Si te molesta que critique a los sacerdotes que se saltan a la torera la Confesión, es más problema tuyo que mío. Se llama clericalismo.
Un cordial saludo.
"Entre los sacerdotes que pasan de todo y los que, como usted, lo justifican todo edulcorando la realidad hasta falsearla, me pasa como a Ricardo, que cada vez deseo más la vuelta de los lefebvrianos, y éso que no me son demasiado simpáticos. Serán arrogantes, pero al menos se creen el sacerdocio y no caen en el corporativismo fatuo y falsario"
Todo esto por decir algo constatable: que quien se quiera confesar, se puede confesar y no tiene que recorrer kms como en algunas regiones del planeta donde no sé si habrá mucho sacerdote lefebvriano evangelizando a los que no tienen nada de nada.
Para mí que los light son los que lo reducen todo a la obediencia a tradiciones humanas, a los latines elitistas y al miriñaque en vez de partirse el pecho curando a enfermos de sida, abriendo escuelas y aprendiendo las lenguas indígenas y celebrando eucaristías santas y ortodoxas en las que a lo mejor el canto no es gregoriano, pero la fe es la de la Iglesia desde el siglo I al XXI.
Creer que los signos externos de unos cuantos siglos de historia de la Iglesia son más importantes que el Evangelio de Jesucristo y el Espíritu Santo actuando en nuestra Iglesia de ayer y de hoy, me parece que es respetable aunque no sea razonable. Descalificar a los demás creyendo que sois "los mejores bueno y qué", no.
Sincera y cordialmente.
Más bien el clericalistalefebvrista eres tú, pienso yo.
La reducción lefebvrista consiste en absolutizar una serie de siglos y olvidar el antes de la Iglesia y discutir el después rompiendo con ella el siglo pasado.
Y por supuesto espero que se conviertan ellos a la IGlesia y no la Iglesia a ellos, que es algo imposible porque la asistencia del Espíritu está garantizada.
En todo caso, procuremos abrir la mente a los que piensan de otra manera y dejarnos de descalificaciones. No creo que arregle nada intentando hacerte ver que lo que dices de otros te es aplicable. Al menos no generalicemos, que habrá gente buena en todas partes. Pero así se ven las cosas desde aquí. Y no creo que nos vayamos a convencer mutuamente.
Paz y bien y hasta la vista
Mire, como quiera. Me limitaré a decir:
a) Cuando me lamento diciendo: "Entre los sacerdotes que pasan de todo y los que, como usted, lo justifican todo edulcorando la realidad hasta falsearla, me pasa como a Ricardo, que cada vez deseo más la vuelta de los lefebvrianos..", no estoy diciendo que TODOS los sacerdotes sean dejados o corporativistas.
b)No es incompatible conservar el latín con cuidar enfermos. De las personas que ahroa me vienen a la mente que conozco que hacen labores de caridad, los hay para todos los gustos: desde los que acuden a Misa con el cura saltándose a la torera la Doctrina a los que son Tradicionalistas. La realidad no se peude encasillar como hace Vd. entre buenos y malos. he podido encontrar gente estupenda en todas partes.
c)Sí, tantos lefebvrianos como otros tradicionalistas tienen misiones en lugares en los la gente no tiene nada. Vuelvo a la idea de antes sobre lo perjudicial de encasillar.
d) Roza el insulto al afirmar que los tradicionalistas creemos más importantes las costumbres que el Evangelio. Le agradecería que midiera más sus palabras y se sosegara a la hora de acusarnos poco menos que de fariseos. No recuerdo haberme dirigido a usted con una acusación tan grave. No sé porqué, quienes tienen especial manía a los tradicionalistas acusan de cosas importantes con tanta ligereza.
e) Efectivamente, no nos vamos a convecer mutuamente. Allá cada uno con su opinión.
Quizá la razón es que no es la desobediencia en materia disciplinar hacia Roma lo que realmente disgusta de los lefebvrianos, sino el hecho de que sean tradicionalistas. Pero no olvidemos que el propio Benedicto XVI ha querido liberar la Misa tradicional del ostracismo al que injustamente estaba sometida.
Urdax,
Estoy muy de acuerdo en que debe haber de todo en todas partes, por eso la introducción del tema de los sacerdotes lefebvrianos y esa divisón en buenos y malos que introdujo su comentario no me pareció bien.
Fíjese bien en que donde yo he dicho "no sé si habrá lefebvrianos..." usted dice que afirmo. Tampoco he dicho que los tradicionalistas en general piensen esto o lo otro, sino que los del cristianismo light serán los que...Naturalmente que el latín en sí mismo no tiene nada de malo y es compatible con tomarse en serio el evangelio. A mí misma me gustan los cantos de Taizé en latín para hacer oración.
Así que por fin hemos descubierto que estamos de acuerdo en bastantes cosas y que no deberíamos generalizar.
Hemos llegado finalmente a un acuerdo:
En todas partes hay de todo. Pues eso. Vamos a recordarlo.
Paz y bien
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