Censurar a la Iglesia
Se ha convertido en un ejercicio habitual. Si la Iglesia, a través de sus maestros autorizados, dice algo sobre algún tema inmediatamente se aplica una implacable censura. Lo que dice la Iglesia es corregido, reprobado, señalado públicamente como malo.
El argumento que se esgrime para justificar este dictamen es más o menos siempre el mismo: “La Iglesia no puede imponer a una sociedad unas normas de conducta”. Un argumento bastante débil, pues resulta de dominio público que la Iglesia no puede, al menos con medios coactivos, hacer valer su autoridad.
¿Que el Evangelio dice una cosa y yo quiero hacer la contraria? ¿Qué el Papa predica en un sentido y yo pienso y vivo en el sentido opuesto? ¿Que los Obispos señalan una conducta como negativa y a mí esa misma conducta me parece el súmmum del progreso, de la bondad y de la justicia? Todo el mundo sabe que esa disidencia no me acarreará ningún problema. Me pueden llevar a los tribunales si vulnero las leyes del Estado. Nada me va a pasar, al menos en este mundo, si transgredo la ley de Dios o los mandamientos de la Iglesia.
Así que nadie se puede hacer la víctima. No obstante, la denuncia de la supuesta “imposición” de la Iglesia de una moral es, en realidad, un modo de pretender amordazarla. La Iglesia debe callar; no puede decir nada; no puede, siquiera, cumplir el mandato de su Fundador: “Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio”.
Cuando la Iglesia habla recuerda las palabras de Dios; esas palabras que resuenan, si le dejamos hacerlo, en la voz de nuestra conciencia. Hay cosas buenas y malas, moralmente permitidas y moralmente prohibidas. No todo es igual, ni vale lo mismo. La palabra de la Iglesia, cuando es auténtica, es un eco de la palabra de Dios. Una palabra que juzga y salva, que condena y redime, que nos hace morir y vivir.
La reacción frente a la predicación de la Iglesia hace honor al mensaje que ésta predica. La palabra de un loco no merece réplica. La palabra de la Iglesia, sí. Es perpetuamente contestada. Quienes lo hacen, quienes sistemáticamente la impugnan, reconocen, explícita o implícitamente, que esa palabra es la verdad. Aunque esa verdad no les guste. La verdad, como la luz, ilumina y ciega. Y el que obstina en su ceguera no puede resistir la claridad. Nada nuevo. También Cristo resultó insoportable para muchos.
Guillermo Juan Morado.
22 comentarios
El problema,grave,hoy,no solo en España es que muchos,pretendidamente católicos aceptan,por acción u omisión,la cantinela citada.Algunos,incluso,ocupan altos cargos,ora de representación,ora de jerarquía,todo ello bien trufado de doblez,cinismo e hipocresía,jugando a dos barajas, resultado:el mundo los aplaude,son hijos de las tinieblas.Pero,a los que no somos de este mundo,aunque vivamos en él,nos espera un duro y perseverante iter,lleno de cruz y prueba.Que Sta. María,Madre de Dios y Madre nuestra nos acompañe.
Poco a poco van saliendo más bloggers en este y otros portales. Poco a poco se hacen películas y se abren cadenas de TVE, poco a poco, si Dios quiere, daremos una vez más testimonio de una fe que es Amor.
Se ha convertido en un ejercicio habitual. Si un gobierno socialista (especialmente si es socialista) propone o dicta una ley que afecta, o puede afectar a la convivencia de todos, inmediatamente desde las filas de la Iglesia es corregido, reprobado y señalado públicamente como malo. (EpC, nueva ley del aborto, 1500 euros por el nacimiento de un niño, ley de dependencia, permiso de paternidad...)
Los argumentos que se esgrimen son varios (según los casos, pero para cada caso, siempre el mismo) El estado no es quien para imponer una determinada moral a los ciudadanos, el aborto, el divorcio y el matrimonio homosexual es un ataque a la Iglesia, a la única moral verdadera y a la familia (fundamento esencial de nuestra sociedad), etc, etc, etc. Argumentos bastante débiles, pues resulta de dominio público y de hecho así es, que el Estado no obliga a los ciudadanos a abandonar su moral, sus creencias o sus convicciones para abrazar el “Nuevo catecismo Laico”
¿Que la ley me permite abortar y yo creo que es un acto criminal? ¿Que la ley me permite casarme con una persona de mi mismo sexo y yo creo que se trata de una aberración? ¿Que no deseo divorciarme por que estoy plenamente convencido que lo que Dios une, no lo puede ni debe separar el hombre? ¿Que me repatea la falsa moralina de los progres por que creo que son unos iluminados, insensatos y oportunistas? Todo el mundo sabe que esa disidencia no me acarreará ningún problema. Me pueden llevar a los tribunales si vulnero las leyes del Estado. Nada me va a ocurrir en este mundo, ni en el otro, si transgredo las leyes de la progresía o los mandamientos de la modernidad (aunque sea políticamente muy incorrecto).
Así que nadie se puede hacer la víctima. No obstante, la denuncia de la supuesta agresión a la Iglesia, es en realidad una manera de que aquella moral que no es la nuestra, no pueda ser la moral de nadie. (ni de aquellos que la comparten y la necesitan) En definitiva; si no matar esa moral (eso nunca se consiguió) si arrinconarla otra vez en el olvido y la marginación. Como si lo importante no fuera que las mujeres aborten o dejen de abortar, si no que no sea legal, que un matrimonio que no se soporta y que se maltrata ha de soportarse hasta que la muerte los separe, por que así lo dijo mi Dios o que una pareja de homosexuales no pueda ser comparable a...
La reacción frente a la modernidad y lo que esta significa hace honor a su mensaje. Quienes se oponen al Nuevo Mundo, reconocen implícita o explícitamente que tiene trazas de futuro. Para bien o para mal (tal vez para mal) la historia nos enseña que esta es una corriente imparable. Aunque no les guste y no la soporten... Muchos resultaron insoportables para muchos antes de nosotros.
Un saludo y perdón por el plagio, pero era obligado
Yo también creo que no es misión del Estado adoctrinar moralmente a los ciudadanos pero creo, además, que en este caso no lo hace. Tampoco creo que el aborto sea un signo de futuro, ni creo que lo crea nadie. Reconozco, como no, que es misión de la Iglesia dar a conocer el Evangelio y tampoco conozco a nadie que cuestione eso. Pero es que no es lo que yo estaba diciendo y lo que es peor; usted sabe perfectamente que no estaba diciendo eso.
Siempre he estado seguro que los "insurgentes" de este foro, no somos más que unos estúpidos ingenuos que en el mejor de los casos hacemos encaje de bolillos para que ustedes entiendan obviedades. No estoy muy seguro en el caso de otros blogers que por aquí pululan, pero si estoy seguro de su capacidad intelectual. Por lo tanto; deduzco que simplemente ustedes no entienden lo que no pueden entender y nosotros no hacemos más que un triste ridículo.
¡En fin! Por mi parte doy por terminada en este punto la cuestión ya que no lo hice mucho antes. Y como diría el amigo Eleuterio: El que quiera entender que entienda.
PD: Tenemos demasiado en cuenta (me refiero a los no creyentes) la opinión de la Iglesia. Tiene en eso mucha razón. Debe ser la resaca de tantos años y yo creo que es un fenómeno emparentado con el resentimiento (es mi caso) Pero también es un fenómeno cada vez más escaso. Por lo que me toca vivir; se que las nuevas generaciones (inmensa mayoría de jóvenes) no se interesan en absoluto por estos temas. Ese día (está próximo) las cosas estarán mucho peor para la Iglesia. Y que conste que no es un deseo personal, pero es que el Mundo cambia que es una barbaridad.
Saludos
Y por suspuesto que entendemos a los que didienten de nuestras posturas. Tontos no somos, o al menos no tanto. Pero las réplicas deben contener más magro del que has ofrecido hoy. Porque la Iglesia no disfruta atacando al gobierno socialista, ni creo que saque mucho rédito político con ello, pero es su obligación opinar sobre ciertos temas, por exigencia propia y por exigencia de los católicos, y ¿esperas que aplaudan con las orejas una nueva ley del aborto teniendo ya más de 100.000 cadaveres/año? ¿Que aplaudan la ley del divorcio exprés, cuando si algo le sobra a España son los fracasos matrimoniales? ¿es buena idea facilitar aún más una separación en la que no hay ganadaores y en la que (en ocasiones) la paciencia y el trabajo consiguen arreglar lo que parecía inarreglable? ¿Cómo va la Iglesia a felicitar al gobierno por la EpC, que pretende inculcar en la mente de los niños y los jovenes ideas, que son para la Iglesia intrínsicamente nocivas?
Por ello la Iglesia debe hablar y en voz muy alta. Y se debe generar un debate si lo que dice no gusta, pero creoq ue acierta el blogger al señalar que en el fondo (y no tanto) existe un claro deseo de callar la voz de la Iglesiay propbalmente sea porque creen que sin Pepito Grillo se vive mejor.
Cuando la Iglesia habla del respeto a la vida, predica la palabra de Dios.
Cuando la Iglesia anuncia a Jesucristo, predica la palabra de Dios.
La palabra de Dios nos llega, y así ha sido siempre, a través de la palabra viva de la Iglesia, que es el cauce del que Dios se sirve para hacernos llegar su palabra.
La Iglesia sólo es infalible en el Papa, cuando habla ex cátedra sobre asuntos de fe y costumbres. Lo demás que dice la Iglesia es falible y se puede rebatir.
Luis:
También en Concilio Ecuménico. Y en todo caso, el Concilio Vaticano II es muy claro cuando dice:
Aunque cada uno de los prelados por sí no posea la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, si todos ellos, aun estando dispersos por el mundo, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el Sucesor de Pedro, convienen en un mismo parecer como maestros auténticos que exponen como definitiva una doctrina en las cosas de fe y de costumbres, en ese caso anuncian infaliblemente la doctrina de Cristo. la Iglesia universal, y sus definiciones de fe deben aceptarse con sumisión.
Sobre una afirmación de Mario,
"Deduzco que ustedes no entienden lo que no pueden entender". No ves lógico que esos "ustedes" piensan lo mismo de tu comprensión.
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