Carme
La nueva ministra de Defensa, Carme Chacón, se ha convertido en un icono. Carme es joven – 37 años - , es guapa, y ha triunfado en la vida. Pero a mí lo que me llama la atención de la nueva ministra es el hecho de que esté embarazada. Consciente o inconscientemente, se ha asumido el prejuicio de que la maternidad es incompatible con el trabajo o con el éxito. Y en muchos casos, por desgracia, lo es. Para muchas mujeres, el embarazo supone el primer riesgo laboral, incluso un obstáculo. Un signo preocupante, un indicio de una cultura pervertida que, por el influjo de los intereses económicos, presiona a la mujer para que no sea madre; para que pague el siniestro tributo de sacrificar, en aras del ascenso social, la capacidad de concebir, albergar y dar a luz una nueva vida.
Dicen los periódicos que el Presidente del Gobierno, desde que sabe la “buena nueva” del embarazo de la ministra, lo primero que le pregunta, cuando habla con ella es: “¿Cómo está el niño?”. No pregunta por el “nasciturus”, no; pregunta por “el niño”. Todos sabemos que lo del “nasciturus”, que, en Derecho, es sólo un “bien jurídico”, es una ficción. Las madres no esperan un “bien jurídico”. Las madres esperan a un hijo, a un niño. Como Carme Chacón. El mismo Presidente, que se muestra como un marido ejemplar y como un padre ejemplar, parece que le dijo a Carme, tras haber ganado las elecciones de 2004: “No renuncies a lo más lindo que le puede pasar a una persona, que es tener hijos”.
Es una pena que tan buenos principios no se traduzcan en una política más decididamente encaminada a favorecer la maternidad, para que ninguna mujer se vea forzada a renunciar “a lo más lindo”. Creo que a muchas les gustaría tener esa experiencia y que, de buen grado, cambiarían la canastilla y la cuna del bebé por la cita con el carcinero en alguno de los abundantes – y legalmente protegidos – abortorios del país.
Mi felicitación a Carme. Ella será ministra por un tiempo; pero será madre para siempre. Y a la larga, estoy seguro, valorará más lo segundo que lo primero. Aunque es un buen augurio el que pueda ser ambas cosas a la vez. Ojalá que las demás mujeres no se vean privadas de la misma suerte. Por su bien, y por el bien de todos.
Guillermo Juan Morado.
12 comentarios
Hay que ser valiente para estar en un sitio así. Aunque se discrepe del partido que representa.
Sí, pensando en esta posibilidad, felicito doblemente a Dña. Carmen. Por su futura maternidad, claro; pues, por ser Ministra nos debemos más bien de estremecer, no precisamente de alegría. También en este aspecto que Dios la ilumine. Por el bien de todos, comenzando por el de su futuro hijo.
No te habías ido de religión digital porque no tenías tiempo para bloguear? Veo que vuelves porque estás en un medio más afin, sin más. Espero que sepas torear las críticas mejor que como no supiste hacerlo en religión digital.
O sea, que el diablo se cuela por defender la vida antes que el aborto. Supongo que esta es la "igualdad" que defiende el partido de Dña. Carmen. Yo soy un poco más antiguo, prefiero llamarlo relativismo: lo blanco es negro, lo redondo cuadrado y lo satánico es defender la vida frente al discurso cristiano del aborto.
Qué asco, amatoma, qué asco.
le diré de donde lo saco. mire, lea, fíjese. digo 2creo que..." dos veces, es una opinión no una afirmación rotunda, digo "creo que...", ve la diferencia? y le digo en qué baso esa impresión, en el ultimo parrafo, en el que habla solo de la que el ser ministra se pasara y el ser madre siempre lo encontara mas importante pero no dice lo mismo de los ministros/padres. ayer prometieron sus cargos 9 mujeres y 8 hombres, hay padres y madres, le llama la atencion el embarazo (eso dice9. hay no se cuantas comentaristas en ReL que defienden la dedicacion total de la mujer solo al hogar y los hijos... bueno, que mas quiere para sustentar una opinion (que no certeza)?
1- que dejes de tocarnos las narices por estos lares de forma voluntaria.
2- Que te baneemos la IP para que dejes de hacerlo.
Tuya es la elección.
Y sí, al padre Guillermo le pagamos más del triple de lo que le pagaba Vidal en RD.
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