Tiranías
El tirano es aquel que rige un Estado sin justicia y a medida de su voluntad. Para un déspota los derechos humanos son palabras sin significado y las leyes equivalen a meras convenciones que se pueden modificar siguiendo su propio capricho. El sátrapa gobierna arbitrariamente y hace ostentación de su poder: lo de menos es quién tenga la razón, lo importante es que todos sepan quién manda y qué les puede pasar si contradicen a quien manda.
Nicaragua parece estar sometida a una dictadura cada vez más insoportable. La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha alertado sobre esta situación: “En el país impera un clima represivo y de gran severidad”. El Gobierno no se detiene a la hora de despojar a los ciudadanos de su nacionalidad y de sus bienes, convirtiendo a muchas personas en apátridas. Y todo en nombre del “Frente Sandinista de Liberación Nacional”. Prometen “liberación” y ejercen represión; algo contradictorio para cualquier persona normal, pero algo completamente lógico para un tirano.
Según el informe del Alto Comisionado, en Nicaragua continúan las detenciones arbitrarias de opositores políticos, líderes indígenas, defensores de derechos humanos y figuras religiosas, y hay numerosos reportes de tortura y desapariciones forzadas. Entre las figuras religiosas represaliadas se cuentan ya cuatro obispos católicos y numerosos sacerdotes que han sido expulsados del país. Todas las monjas que quedan en Nicaragua deberán marcharse de allí antes de que acabe 2024. La mayoría de sus bienes han sido o serán confiscados.
Como un gesto de cercanía a la Iglesia perseguida el papa Francisco dirigió una carta a los católicos de Nicaragua con motivo de la celebración de la Novena de la Inmaculada Concepción: “No se olviden de la Providencia amorosa del Señor, que nos acompaña y es la única guía segura. Precisamente en los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia. La filial confianza que tienen en Él y también su fidelidad a la Iglesia son los dos grandes faros que iluminan su existencia”.
Confianza en Dios y fidelidad a la Iglesia. A algunos les ha parecido una carta un poco escasa, ya que no condena de manera explícita el régimen nicaragüense. Pero hasta un papa debe ser prudente cuando se enfrenta con la tiranía. Cualquier palabra de más puede enfurecer a quien ya ha traspasado todos los límites de la moral y del derecho. Se le suele achacar a Pío XII un exceso de prudencia en relación con el fascismo italiano y, sobre todo, con el nazismo alemán. Es fácil ser héroe desde la comodidad de un despacho. Es mucho más difícil serlo desde la responsabilidad de un pastor que sabe que cualquier palabra de más puede acarrear tremendas dificultades y sufrimientos a sus fieles.
La palabra es un arma poderosa, pero se ha de calcular cuáles pueden ser sus posibles efectos. Conviene que los tiranos sepan que no son dioses, aunque jueguen a serlo. Conviene asimismo no azuzar a las fieras.
Guillermo Juan Morado.
Publicado en “Atlántico Diario“.
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