En la teología lo que se enseña es a Cristo
Saludo en la apertura del curso 2024-2025
Centro Teológico “San José” de Vigo
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo,
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo Emérito,
Revdos. Sres. Sacerdotes,
Religiosos y Religiosas,
Señores y Señoras,
Para mí es un honor dirigirles este saludo en la apertura del curso 2024-2025 del Centro Teológico San José de Vigo. Un Centro cuyo claustro está integrado por 14 profesores, además de contar con la ayuda de otros docentes colaboradores. Un Centro cuyas principales actividades son las siguientes: Promover los tres grandes actos académicos del curso: la apertura, el día de santa Catalina y el día de santo Tomás; cuidar de la Formación Permanente, para los sacerdotes, religiosos y laicos que puedan y deseen asistir; acompañar la labor de “Ágora. Escuela Diocesana de Formación Teológica, Ministerios y Servicios”, así como del “Aula de Teología. Para la formación sistemática de laicos y aspirantes al diaconado”. Igualmente, el Centro impulsa la celebración de las “Jornadas de Teología”. Las IV Jornadas dedicadas a la “Identidad de Jesús” tendrán lugar, Dios mediante, de 20 a 21 horas, los días 6, 7 y 8 de mayo de 2025.
Todos los miembros de la Diócesis pueden contribuir al buen resultado de estas tareas. Y el primer modo de hacerlo es participando, asistiendo a los cursos, dándolos a conocer e invitando a frecuentarlos a las personas que puedan estar interesadas. La formación en la fe no es un lujo reservado a una minoría de fieles, sino una necesidad y una oferta que se pone a disposición de todos. No estaría mal que en los calendarios de las parroquias se reservasen días para la formación, como se reservan fechas para otras acciones pastorales y, por ejemplo, marcar ya en la agenda los días de las IV Jornadas de Teología, reajustando puntualmente, si es necesario, hasta el horario de la Santa Misa para que tanto el sacerdote como los fieles puedan asistir.
Nos encaminamos hacia la vivencia del Jubileo de 2025 para ser peregrinar con fe viva, con caridad operante, con esperanza firme y con paciencia, abriéndonos al don del perdón de los pecados y de la indulgencia, recuperando el sentido de la fraternidad y la preocupación por la casa común, participando responsablemente en la edificación de la Iglesia, descubriendo, de la mano de María, en la vida eterna el fundamento de nuestra esperanza.
En 2025 se conmemorará el 1700 aniversario del Concilio de Nicea. No es irrelevante que Jesús sea “consustancial” (“homoousios”) con el Padre. Solo si es verdadera la divinidad del Hijo de Dios encarnado, podremos afirmar coherentemente que Jesucristo es el Salvador universal, el mediador y la plenitud de la revelación y no un mero referente, entre tantos otros, en el ámbito oscilante de las opiniones religiosas y de las ofertas de salvación. Se juega aquí, en última instancia, el ser o no ser de todo el cristianismo y, también, de la misma Iglesia.
Como dice el Catecismo: “En la catequesis [podríamos decir también: en la teología] lo que se enseña es a Cristo, el Verbo encarnado e Hijo de Dios y todo lo demás en referencia a él: el único que enseña es Cristo, y cualquier otro lo hace en la medida en que es portador suyo, permitiendo que Cristo enseñe por su boca […]. Todo catequista [todo profesor de teología] debería poder aplicarse a sí mismo estas misteriosas palabras de Jesús: ‘Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado’ ” (Jn 7,16)” (Catecismo, 427).
Muchas gracias.
Guillermo Juan-Morado.
Vigo, 25 de septiembre de 2024.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.