El primer obispo turco para Turquía

Leo en el portal asianews.it que el sacerdote jesuita Antuan Ilgit fue nombrado por el papa Francisco auxiliar del vicario apostólico de Anatolia, mons. Pablo Bizzeti. El nuevo obispo dialogó con asianews: “Quiero ser un signo de esperanza al servicio de todos en esta Iglesia pequeña pero rica en grandes culturas". Convertido al catolicismo en 1997, Antuan Ilgit será históricamente el primer obispo de origen turco: “Un signo de confianza en nuestros jóvenes".

Fui alumno, en la Universidad Gregoriana de Roma, de mons. Luigi Padovese, capuchino, que fue vicario apostólico de Anatolia y murió martirialmente, asesinado en 2010 por su chófer, un musulmán radicalizado. Dos años antes, en 2008, pude saludar a mons. Padovese en Tarso, en la iglesia de san Pablo.

Aquel viaje a Turquía había sido organizado por la Conferencia Episcopal Española, como un curso de profundización bíblico-patrístico. Conservo algunas notas del itinerario, que me pareció magnífico. Reproduzco algunos apuntes:

El Nuevo Testamento nos ayuda a evocar el significado de ciudades como Antioquía de Siria – hoy Hatay -, donde a los seguidores de Jesús se les dio por primera vez el nombre de “cristianos” o Tarso de Cicilia – Tarsus-, ciudad natal de San Pablo, donde hay una iglesia-museo dedicada al Apóstol.

La región de la Capadocia nos deslumbra por su paisaje lunar y por tantos valles que, en su día, estaban completamente poblados por monjes. Hoy quedan las iglesias rupestres, embellecidas con frescos, muchos de los cuales han logrado, casi por milagro, sobrevivir a los ataques de los iconoclastas y de los musulmanes. El valle de Göreme es, en este sentido, de una riqueza inimaginable. Parece percibirse aún la huella de los Padres Capadocios: San Basilio, San Gregorio Nacianceno, San Gregorio de Nisa.

Según la tradición, en Hierápolis (Pamukkale) evangelizó San Felipe – no sabemos si el apóstol o el diácono – y allí fue martirizado. De camino hacia Éfeso, se puede visitar Colosas – todavía por excavar -, Laodicea – una de las iglesias del Apocalipsis -, la ciudad romana de Afrodisias y Mileto, colonia griega del Asia Menor, donde Pablo predicó a judíos y gentiles.

Éfeso evoca la presencia de San Pablo, que vivió allí durante tres años, de San Juan, sobre cuyo lugar de enterramiento se construyó una enorme basílica en tiempos de Justiniano, cuyas ruinas se conservan, y la presencia de María.

En Nicea (Iznik) se celebró el primer concilio ecuménico. Del palacio del emperador Constantino, sede del Concilio, apenas queda nada. La iglesia de Santa Sofía fue el escenario del II Concilio de Nicea. Hoy es un museo en fase de restauración.

El viaje termina en la bellísima Estambul, ciudad intercontinental, que se refleja en las aguas del estrecho del Bósforo o en el azul del Cuerno de Oro. Cosmopolita, monumental, densamente poblada, la visita a Estambul justifica, por sí sola, un viaje a Turquía. La plaza de Taksim, en la parte europea de Estambul, o la Istiklal Caddesi son zonas modernas, literalmente abarrotadas de jóvenes, de locales de moda y de librerías.

Termino con unas palabras del recién nombrado obispo, mons. Antuan Ilgit: “Los planes de Dios son más grandes que los planes de los hombres. Hace apenas un año hice el cuarto voto de la Compañía de Jesús, el de obediencia al Papa para las misiones. Ahora, precisamente por este cuarto voto, he aceptado el nombramiento de obispo, consciente de que mi país necesita obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos turcos. Espero prestar un buen servicio como obispo turco. Siento que formo parte de un servicio de caridad para toda Turquía".

¡Qué Dios le ayude!

 

Guillermo JUAN-MORADO.

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