Don Andrés, ¡descanse en paz!
Ayer recibí la mala noticia del fallecimiento de don Andrés Fernando Fuertes Palomera (1953-2023), un sacerdote de nuestra diócesis de Tui-Vigo.
En la página web diocesana se puede leer una nota necrológica que dice: “A la hora del ángelus del último día del mes de junio y a dos días de cumplir el 45 aniversario de su ordenación sacerdotal, a los 70 años de edad, falleció en la residencia sacerdotal Nosa Señora da Guía, Andrés Fuertes Palomera, tras un mes de haber sido ingresado en ella, ya muy enfermo.
Será velado en el tanatorio de A Cañiza, a partir de las 19 horas del viernes 30 de junio. El sábado, 1 de julio, a las 16 horas, será velado en el templo parroquial de Santa Teresa de Jesús en A Cañiza, donde se celebrará la misa exequial a las 17 horas, posteriormente recibirá cristiana sepultura en el cementerio municipal. El martes, 4 de julio, a las 12 horas, se celebrará un funeral por su eterno descanso en la catedral de Santa María de Tui.
Andrés nació y fue ordenado sacerdote en su pueblo natal de A Cañiza y actualmente era, en la diócesis, canónigo del cabildo catedralicio, delegado diocesano de Patrimonio Cultural y Arte Sacro, así como director del Museo Diocesano, además de párroco-moderador de diez parroquias en el arciprestazgo de Redondela-Oitavén: Fornelos de Montes, Calvos, Estacas, Berducido, Traspielas, Moscoso, Oitavés, Ventín, Xunqueiras y A Laxe. Había sido muchos años, y así le recuerdan generaciones de sacerdotes jóvenes: vicerrector, profesor, formador y administrador del seminario menor de Tui (1978-1992). Se licenció en Derecho Canónico y realizó un máster en Restauración y Rehabilitación de Patrimonio. Después de sus estudios en Madrid (1996), atendió las parroquias de Cristiñade, Guláns y Arnoso, siendo también arcipreste del Tea. En 2006 fue nombrado párroco de santa María de Castrelos, ejerciendo a la vez de secretario de la Comisión de Asuntos Económicos, de Juez del Tribunal Eclesiástico y de profesor del Instituto de Ciencias Religiosas San Agustín. Fue también secretario diocesano para la Visita Pastoral y miembro de la Comisión de Límites Parroquiales.
Descanse en paz, don Andrés: sacerdote entregado, amigo servicial y alegre, extraordinario cuidador de la belleza reflejada en el arte sacro y que ahora deseamos disfrute en toda su realidad y esplendor”.
Yo podría añadir glosas a esa nota, recuerdos personales. De cuando entré en el Seminario. De la labor de don Andrés como tutor de nuestro curso. De la paciencia que tuvo para escucharme tantas veces. De su capacidad de suscitar mi admiración por la historia del arte y por la lectura. Son muchos recuerdos, muy agradecidos.
Años después, la providencia, mediada por la intervención del sr. Obispo, don José Diéguez Reboredo, hizo que fuésemos nombrados canónigos, don Andrés y yo, el mismo día, en 2008. Ambos quedamos muy sorprendidos y pedimos al Obispo la gracia de dispensarnos de la toma de posesión.
D. Andrés era, como dice la nota de la diócesis, licenciado en Derecho Canónico, Máster en Restauración y Rehabilitación de Patrimonio y párroco, junto con otro sacerdote, de una “unidad pastoral”; es decir, de un montón de parroquias rurales, en el entorno de Fornelos de Montes.
Su muerte me ha sorprendido y dolido a la vez. Yo sabía que no estaba bien. Ignoraba que estuviese tan mal. 70 años es, hoy, una edad temprana para el último paso.
A mí me ha ayudado mucho don Andrés. Ayer ofrecí la Santa Misa por su eterno descanso. Dios mediante, el martes, estaré en su funeral en la catedral de Tui a las 12.00.
Era una gran persona, un buen sacerdote. Un amigo muy querido. Descanse en paz.
Guillermo Juan Morado.
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