Mandela y la reserva escatológica
Hace unos años, justamente el 25 de enero de 2009, publiqué en este blog un post con el título: “Obama y la reserva escatológica”.
Decía en ese post: “El teólogo alemán Metz ha popularizado la expresión ‘reserva escatológica’ para aludir a la relación dialéctica que existe entre las promesas de Dios y la realidad histórica. Toda realización intramundana es provisional; ningún logro político, social o económico es, sin más, ‘el Reino de Dios’ ”.
Me reafirmo en lo mismo. ¿Mandela ha conseguido muchas cosas buenas? Parece que sí. Y no seré yo quien desfigure sus méritos. Y es muy posible que, también, haya hecho o propiciado muchas cosas menos buenas, o directamente malas.
¿Mandela ha traído al mundo “el Reino de Dios”? En absoluto. Habrá hecho, quiero pensar, lo que ha podido. Para bien y para mal. En parte para bien – ¡Dios de lo premie! - , y en parte para mal – ¡Dios se lo perdone! - .
Y punto. Comento esto porque un párroco conocido me ha dicho que una feligresa, enormemente compungida, le ha dicho: “¡Ay, Dios mío, qué pena, qué triste¡”. Y añadía: “No sé quién es, pero como hablan tan bien de él…”.
Es muy conveniente que con todos, sea Mandela o sea el Papa – para que vean ustedes que uno es honesto en la propuesta – , mantengamos la misma distancia. Solo Dios es Dios.
Solo Dios es Dios. Que la sana “reserva escatológica” nos ayude a no olvidarlo. Sin restar méritos a nadie, pero sin idolatrar, tampoco, a nadie.
Guillermo Juan Morado.
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Nuevo libro, en breve:
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