Mis mejores deseos para "Vita Brevis"
Mis mejores deseos para la editorial “Vita Brevis”, que hoy ha tenido su presentación en sociedad. Quedamos a la espera de la crónica y de las fotografías.
“Hay que estar”, decía un obispo al que conozco. En efecto, no basta solo con “ser” ni con “hacer”; hay que “estar”; es decir, hacerse presente en los diferentes ámbitos de la vida eclesial y social con una cierta permanencia.
Una editorial supone una enorme responsabilidad. Por modesto que sea el empeño, hay que llevarlo a cabo con perfección, en el fondo y en la forma. Pero el afán de calidad no está reñido con el realismo. La búsqueda de la perfección en ocasiones está reñida con el perfeccionismo, si esta última actitud nos lleva a no hacer nada.
Estoy convencido de que hay mucha vida en la Iglesia, mucha actividad, mucha ilusión. Con medios muy modestos se llevan a cabo cosas importantes. Y no debemos ser cicateros a la hora de elogiar ese compromiso que se hace concreto, que se traduce, aquí y ahora, en iniciativas palpables.
La tarea de un portal, de información y de opinión, se puede prolongar en el tiempo ofreciendo en libro lo que antes se ha expresado en posts. O editando títulos que, por las razones que sea, resultan menos accesibles pero no por ello menos interesantes.
Cualquiera que haga cualquier cosa, incluso buena, se expone a la crítica. Si la crítica está fudamentada y es positiva, sería necio no prestarle atención. Si, por el contrario, nace de otros motivos – la envidia, el afán de criticarlo todo por sistema, el espíritu de termita que pretende destruir sistemáticamente lo que toca – lo mejor es ignorarla.
Al crítico que va en mal plan se le puede preguntar: “¿Qué has hecho tú?”, “¿qué has aportado?”. Porque, indudablemente, es más fácil criticar que edificar, demoler que levantar.
Tengo la experiencia personal de ir publicando, en estos últimos años, algunos libritos. No tienen grandes pretensiones, aunque intento que, en su nivel, sean buenos. No es el primero que me da a entender, con mayor o menor claridad, que si no publico la “Suma Teológica” no tengo derecho a publicar nada. Ante este reto siempre pienso lo mismo: Ni yo, ni el que me dice eso, somos Santo Tomás de Aquino. Y, encima, quien me lo dice no tiene en su haber ni un triste librito.
No quiero decir que “Vita Brevis” sea comparable a mis libritos. Es mucho mejor la editorial. Pero sé – o me imagino - que en medios y en recursos no andan sobrados. No deben temer por ello. Si otros lo pueden hacer mejor, que lo hagan.
Quienes no llegamos a las cumbres de la excelencia nos sentimos inclinados a valorar todo esfuerzo. Máxime si el esfuerzo es joven, innovador y cargado de buenos propósitos. A medio plazo, subsistirá no solo si se hace por bien, sino si realmente es bueno.
Es lo que, sinceramente, deseo a esta nueva editorial. Que su “vita” no sea “brevis”, sino larga en el tiempo y cada vez más excelente en calidad.
Guillermo Juan Morado.
12 comentarios
En realidad, creo que aunque Vd. tiene capacidad para escribir bastantes libros o artículos teológicos, sin embargo, en ocasiones la tarea pastoral y el estudio no se pueden compatibilizar todo lo que uno quisiese.
En fin, mejor publicar buenos libritos, que no abordar grandes cuestiones teológicas sin a veces poder entrar casi en materia por lo difícil y extenso de dichas cuestiones.
Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en el canónigo de Zamora, ya fallecido, Benjamín Martín Sanchez, doctor en Sagrada Escritura y licenciado en Derecho Canónico, cuyas obras, en su gran mayoría consistieron en "simples" opúsculos sobre muy diversos campos de la teología y la catequesis.
Puedo decir, que estas pequeñas joyas publicadas por este autor en la editorial Apostolado Mariano, y que siguen editándose, marcaron fuertemente mi vida cristiana y especialmente mi vocación sacerdotal.
Esos libritos y no sumas teológicas, me ayudaron a formarme en mi fe y Dios se valió de algunas de ellas para empujarme a dar el paso a la consagración en el ministerio sacerdotal.
A veces, lo que vale, no es tanto lo voluminoso de una obra, sino el corazón con que está escrita y la buena voluntad con que se hace. Y con esto, no pretendo criticar excelentes obras de la literatura cristiana por su larga extensión, sino recalcar que a veces lo sencillo puede llegar más lejos y ser más eficaz que grandes elucubraciones y desarrollos científicos expuestos en proporciones descomunales y con un lenguaje no asequible al común de los mortales.
Un saludo, padre Guillermo.
El coloquio interesante, participativo, con intervenciones dignas de los lectores de Infocatólica.
No sólo se nos comentaron los libros ya editados sino que se anunciaron importantes novedades próximas que merecen ser esperadas con ansias.
Resulta, por otra parte, encantador, conocer cara a cara a LF, a Juanjo, (a Bruno ya lo conocía) a los autores y alguna comentarista.
Cotilleo: todo el mundo es mucho más joven y más guapo al natural. E incluso más simpático que en los blogs.
Larga vida a Vita Brevis.
No sé quién es su amigo hiperexigente al que alude sin mencionar (espero no ser yo, por alguna alusión que le hice al respecto). En cualquier caso, no estamos en esta vida para satisfacer nuestras fantasías, ya sean de grandeza, de perfección o de otro tipo. Muchas veces, las metas excesivas, las ambiciones demasiados altas tienen su origen en una muy mala relación consigo mismo o en unas ataduras afectivas de las que se pretende liberar la persona sobrepujándose a niveles de exigencia irreales y dañinos para el propio equilibrio. El perfeccionismo, con cualidades o sin ellas, es siempre un error. Decía Freud que nuestro yo es como un jinete que tiene la difícil tarea de conseguir embridar tres caballos terribles. Por un lado, el caballo de la realidad, con sus compromisos laborales, horarios, rendimientos, problemas... Por otro, el caballo de los instintos del que no es bueno ni dejarlo demasiado suelto ni demasiado frenado. Y, en fin, el caballo de los ideales y de la moral, que puede tender a desbocarse tanto o más como el de los instintos.
Deseo yo también de todo corazón, y más después de conocer a estos entrañables amigos, toda la suerte del mundo a esta empresa y que Dios la bendiga y colme de gracias. A ella y a sus componentes.
GJM. Gracias. Y no había alusión a usted en el post. Celebro que el acto de presentación haya salido bien. Saludos.
Debemos de imitar a los santos en estas empresas, para no equivocarnos y aportar nuestro granito de arena,que sea como un granito de mostaza.
La figura de los jinetes en Freud remite a su segunda tópica o teoría sobre la estructura mental humana, la del yo, superyo y ello. No es nada original en esencia, sin duda, pues los problemas con los que ha de bregar el hombre son los mismos en cuanto a su naturaleza: el instinto, la moral y la realidad.
Creo que fue Hegel quien dijo aquello de que toda la Filosofía posterior a Platón no pasaba de ser notas a pie de página de la obra de aquél. Bueno, sí. ¿Y qué?
GJM. Eduardo, he pensado lo mismo que usted. Con la diferencia de que usted lo dice mejor.
Salvadas las distancias, me acuerdo de cuando elaboraba mi tesis doctoral. Le dije a un compañero mío, muy listo, "mira no veo que sea original". Y él, muy sensato, me contestó: "No tienes por qué serlo. Original es el Evangelio". Pues en cierto modo vale el mismo criterio para la tradición filosófica.
Y muy amable, pero para claridad y equilibrio en la expresión, los suyos, Páter.
Freud fue discípulo de Brentano, aunque éste influyó más en Husserl y el desarrollo de la Gestalt. Por cierto, Brentano era un cura renegado por no aceptar la doctrina sobre el Papa en el Vaticano I.
El círculo hermenéutico siempre se está ampliando. Para ser absolutamente original sería exigible ser absolutamente simple.
Gracias por la corrección.
Sin duda, Brentano influyó más en el pensamiento fenomenológico y en la psicología gestáltica, que ayudó a crear. También es cierto que fue expulsado del sacerdocio por negarse a aceptar el dogma de la infalibilidad papal. Pero también lo es que fue de las muy escasas influencias académicas que Freud recibió para que éste se acercara a Dios y renegara de su ateísmo y de sus concepciones materialistas (Freud, una vida de nuestro tiempo, Peter Gay, Paidós, Madrid, 1990, 2ª ed., p. 53). Es evidente que fracasó. Al parecer a este "renegado" algo le quedaba de su pasada vocación como ministro de Dios.
Saludos cordiales.
Sí; Brentano era un místico. Le fallaba algo la estética por lo que se ve en alguna fotografía del mismo. Se ve que la vestidura y modos seglares le resultaban aparatosos. Si lo imaginas afeitado y con hábito, iría como anillo al dedo. Realmente le tengo algo de estima, por motivos que no vienen al caso.
Y con respecto a lo de "materialista", mantengo la tesis de que Freud realmente era un metafísico, aunque pensase lo contrario. No entretengo más con el tema. Saludos.
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