A propósito de un “Preámbulo Doctrinal”

He leído el comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede sobre el encuentro mantenido en el día de hoy, 14-X-2011, entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.

Me parece un comunicado muy interesante. No solo por lo que dice, sino por lo que promete: “la Congregación para la Doctrina de la Fe considera como base fundamental para alcanzar la plena reconciliación con la Sede Apostólica la aceptación del texto del ‘Preámbulo Doctrinal’ que ha sido entregado durante el encuentro del 14 de septiembre de 2011”.

Se menciona explícitamente un “Preámbulo doctrinal”; es decir, un punto de partida, una especie de base común que ha servir de supuesto para abordar cuestiones posteriores. Y no olvidemos el adjetivo: “doctrinal”, concerniente a la doctrina. No se trata solo de disciplina o de ritos, sino de doctrina.

¿De qué trata tal “Preámbulo”? Según la Sala de Prensa, “enuncia algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el ‘sentire cum Ecclesia’, dejando al mismo tiempo a la legítima discusión el estudio y la explicación teológica de determinadas expresiones o formulaciones presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo”.

Cuando se conozca ese “Preámbulo”, su aportación a la gnoseología teológica será, cabe suponer, de gran valor. Ayudará a discernir cómo compaginar la fidelidad al Magisterio, también al Magisterio ordinario no infalible –fidelidad que se le pide a todo católico-, con la legitimidad, y podríamos decir incluso con la necesidad, de mejorar y aun discutir teológicamente determinadas formulaciones concretas.

En algún sitio he leído que “porque los dogmas son verdaderos, pueden ser interpretados”. Obviamente, no de cualquier manera, ya que tratándose de “dogmas” en sentido estricto se fija no solo un contenido sino también un lenguaje. Si esta apertura a la interpretación cabe en el magisterio extraordinario, mucho más puede caber en el magisterio ordinario y, sobe todo, en el magisterio ordinario no infalible.

Debe quedar claro que jamás se puede interpretar un “dogma” en contra de lo que dice expresamente y tampoco en contra del sentir de la Iglesia, de su tradición, de su catolicidad, de su universalidad. Clarificar las posibilidades de recta interpretación en lo que atañe al Magisterio ordinario no infalible será un gran servicio que este “Preámbulo”, si se hace público, puede prestar a todos.

No he deseado entrar en el tema concreto de las dificultades de tipo doctrinal que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X experimenta con relación al Magisterio reciente. No es mi cometido hacerlo. Solo puedo, en este punto, pedir a Dios que siga iluminando y fortaleciendo al papa. Y que los que forman la Fraternidad acojan los esfuerzos del papa con espíritu de obediencia a la verdad y con amplitud de ánimo.

Guillermo Juan Morado.

54 comentarios

  
luis
Es un trabajo que no ha sido hecho, discernir qué es propiamente ya no digamos magisterio infalible, sino qué es "magisterio". Buena parte de lo que está contenido en el "magisterio" no es "magisterio": por ejemplo, las opiniones prudenciales, las apreciaciones fenoménicas ("notamos que hay un desarrollo creciente de la conciencia de la dignidad humana"), las expresiones diplomáticas o corteses, las cláusulas contingentes referidas al contexto histórico o cultural vigente, etcetera. Esto por el lado del contenido. Por el lado de la intención, para que el "magisterio" sea "magisterio" debe tener la intención de iluminar a los fieles, a diferencia de muchos textos que tienen por objeto establecer relaciones corteses o zanjar acrimonias (recordemos la desafortunada expresión "Iglesias hermanas" que le propinó Pablo VI a los Ortodoxos y la refutación de la CDF años después a esta expresión).
En fin, Newman, nada menos que frente a un documento caro a los lefes, señaló las limitaciones del Syllabus como no totalmente magisterial. Y era el Syllabus.
Habría que continuar trabajando sobre la Nota a la Ad Tuendam Fidem escrita por Ratzinger cuando estaba en la CDF.
14/09/11 11:26 PM
  
Guillermo Juan Morado
Matizada e inteligente apreciación.

También "Donum veritatis" ha dado unos criterios.

Yo no diría que unas cosas son magisterio y otras no... O, vamos, no lo diría así siempre. Pero sí es muy oportuno distinguir los niveles, e incluso en un mismo nivel distinguir lo permanente de lo meramente coyuntural.

Para los teólogos es una tarea que no siempre resulta fácil.
14/09/11 11:30 PM
  
Norberto
Parole, parole, parole...los hechos son tozudos y palpables por parte de la FSSPX, han consagrado obispos malgré l´ordre explicité du SS JPII, luego menos devaneos y más fidelidad.

Admiro, no obstante la perseverancia pastoral de BXVI, saliendo en busca de la oveja perdida, que, ya está claro longtemp se quiere dejar rescatar a su manera.

Respecto del documento citado, basta una exégesis pausada para distinguir lo coyuntural en el argumento de lo magisterial implícito, teniendo en cuenta el carácter pastoral, v.g. la expresión Iglesias hermanas citada por luis puede ser más o menos incorrecta en el contexto, pero eso no infiere que los ortodoxos no sean nuestros hermanos.

Incluso algunos constructos pueden poseer vigencia temporal pero el mensaje que contienen ser de vigencia estable.
14/09/11 11:43 PM
  
Luis
No es fácil, y sería atentar contra el inflacionismo doctrinal pontificio, que se ampara en el Vaticano I. Pero el precio del inflacionismo es la devaluación del valor doctrinal, es de hecho así. Si se quiere opinar sobre los viajes interplanetarios (cf. Gaudium et Spes) o decir que el evolucionismo es mas que una hipótesis científica (Magno dixit), no se puede exigir el refrendo del Espíritu Santo. Newman marcó el camino cuando hablo de "minimalismo teológico" en la Carta al duque de NOrfolk


GJM. Ok, pero no debemos "minimalizar" el Magisterio. Sí distinguir. Porque si se "minimaliza" una cosa se corre el riesgo de minimalizarlas todas. Y sabemos que no todo es minimalizable. Arduo trabajo!
14/09/11 11:49 PM
  
Luís
La minimializacion es cuantitativa, no cualitativa, extensiva, no intensiva. Y no se minimaliza el magisterio, se extrae de las declaraciones lo que es, estrictamente,
magisterio.. Claro que es peligroso, pero implica cambiar el criterio positivista, "lo dijo el Papa y basta" por "esto es magisterio continuo e ininterrumpido de la Iglesia, ubique et semper"
15/09/11 12:12 AM
  
Guillermo Juan Morado
Sí, pero no es, en la práctica, fácil. Máxime cuando hoy parece que cualquier cosa vale lo mismo, diga quien lo diga, donde lo diga y como lo diga.

Es un reto.

Al final cualquiera puede pensar que el papa da, por sistema "su opinión" en materias de fe y de moral y que frente a la "opinión" del papa, y tan válida como la suya, está la propia.

Y esto es un desastre.

No porque el papa sea un "oráculo", sino porque su "opinión" está, lo reconozcamos o no, mucho más contrastada con la verdad.


La autoridad la tiene la verdad, y el papa como servidor de la misma.

No sé si me explico...
15/09/11 12:18 AM
  
Maricruz Tasies
"Clarificar las posibilidades de recta interpretación en lo que atañe al Magisterio ordinario no infalible será un gran servicio que este “Preámbulo”, si se hace público, puede prestar a todos".

Casi no puedo esperar para obtener este servicio.

Saludos,
15/09/11 12:24 AM
  
Percival
Perdona luis: ¿qué es minimalizar? ¿Hablar menos y escribir menos? ¿Propones acaso, que el Papa sólo se pronuncie unas cuatro veces en su pontificado -digamos-, pero sólo en cosas "serias"?
El Magiserio es magisterio: enseñanza. Y una de las misiones principales del Papa es enseñar. ¡Y debe prodigar sus enseñanzas no minimizarlas!
Que sus enseñanzas supongan distintos grados de obligatoriedad es claro. Por la intención aludida o expresada, y por los modos de formular sus propuestas. Y tal doctrina arraiga en la fe eclesiológica desde antes del Concilio.
Y volviendo al tema original: es lógico que ponga los "puntos sobre las íes" de la doctrina. Esa condición para la plena reconciliación es imprescindible. ¿Estaremos viendo ante nuestros ojos un "ecumenismo preventivo"?
15/09/11 3:04 AM
  
Jerónimo
Me parece un muy buen artículo y creo que somos varios los que esperamos alguna clarificación.
Hay quienes ven en este problema del Magisterio -si es o no, cómo hay que interpretarlo, etc.- un signo de ilegitimidad papal.
Yo creo que no, que no se trata de una "falencia" del Sumo Pontífice si no una costumbre que se ha prolongado algo más de lo siquiera aconsejado; referencias aclaratorias y puntos de aclaración sobre la recta interpretación serían sumamente útiles, tales como expresa Maricruz.
Personalmente creo que Su Santidad tendrá algún motivo para hacerlo así. Por su mecánica, hábitos y evidente superioridad intelectual me niego a creer que es simplemente una "falencia" personal, si no que hay algo más detrás.

Dios dirá y proveerá.
15/09/11 3:17 AM
  
Catholicus
Yo estoy seguro que tarde o temprano Benedicto XVI redactará algo sobre el tema de la libertad religiosa, porque este asunto requiere en la práctica clarificación. Me resulta imposible aceptar las lecturas que se están haciendo de ese tema.

Seguro que algo de eso hay sobre el tapete.
En la práctica no supondrá gran influencia -el mundo es el que es- pero no se pueden tener documentos "magisteriales" que digan cosas aparentemente contradictorias. En lo teórico es un asunto clave.

En fin, recemos para que todo vaya bien.

15/09/11 8:54 AM
  
Martin Ellingham
Mis felicitaciones al autor del post por expresar -una vez más- esa honestidad intelectual que lo distingue.

Las declaraciones oficiales y el preámbulo doctrinal confirman lo que dijo Monseñor Brunero Gherardini, en su ensayo sobre el Vat. II, sobre todo en los primeros cuatro capítulos (que son el marco de espistemología teológica para abordar el debate sobre el último Concilio).

Hay aquí algo no del todo nuevo pero sí muy poco advertido. Por lo general, cada vez que alguno planteaba una crítica al Vat. II, la respuesta automática era: el problema no es el texto sino la interpretación de los teólogos. Más en concreto: échale la culpa a Kung o Rahner y con eso es suficiente para salir del paso. Un patear la pelota fuera de la cancha conciliar...

Ahora va quedando más claro que la consideración teológica no tiene por qué limitarse al para-Concilio de los teólogos sino que puede ir a los documentos conciliares mismos.

Celebro, en cuanto favorece una mejor posesión de la verdad, el inicio del derrumbe de usuales falacias del discurso obsecuente.

Saludos.
15/09/11 10:25 AM
  
Eduardo Jariod
Esperemos a la publicación del Preámbulo, que sin duda será un documento muy interesante, más allá de la coyuntura que lo ha originado.

Y esperemos una actitud receptiva no sólo en el plano intelectual por parte de la Fraternidad. El esfuerzo que lleva realizando Roma desde hace años sólo se corresponde con la obstinación de aquéllos. A ver si esta vez nos sorprenden gratamente.

Recemos por ello.
15/09/11 1:11 PM
  
Luis Fernando
Padre, nada mejor que acudir a un texto del Concilio Vaticano II para entender algo que en mi opinión es "elemental" para ser católico:

Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte, en materia de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto. Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo.
(Lumen Gentium 25)


Yo he citado ese texto a los "eclesio-progres" ni se sabe la de veces. Y espero poder seguir haciéndolo en el futuro. Porque aunque es evidente que no todo lo que dicen los obispos y el Papa es dogma ni todo pertenece al depósito de la fe, es de sentido común que si sobre determinada materia los pastores se han pronunciado de forma bastante repetida y unánime, los fieles -sin excepción- deben aceptar lo que digan.

De lo contrario, se abre un melón imposible de cerrar. Un melón, dicho sea de paso, que sería devorado de forma entusiasta precisamente por esos progres, que lo utilizarían para justificar su idea de que hay muy pocas cosas que no son discutibles en la Iglesia. Y claro, entonces nos pareceríamos al protestantismo cosa mala. No creo que eso sea deseable por nadie.


GJM. Por supuesto que no es deseable. Y una cosa es el discernimiento de las "notas teológicas" o de los tipos de adhesión que pide una determinada doctrina y, otra, que cada cual diga lo que se le ocurra. Todo el magisterio es magisterio, aunque no vincule del mismo modo.
15/09/11 1:30 PM
  
rastri
Debe quedar claro que jamás se puede interpretar un “dogma” en contra de lo que dice expresamente y tampoco en contra del sentir de la Iglesia, de su tradición, de su catolicidad, de su universalidad.
______________

-Ciertamente: desfigurar la interpretación del dogma ya, expresado y como tal aceptado; sería como derribar parte de la columna vertebral de revelación divina, ya revelado. Y por ende empezar a perder la identidad de la Iglesia como empresa divina.

Dado la vigilia que Jesús tiene por su Iglesia, me niego a aceptar que tal derumbe pudiera ocurrir.
15/09/11 2:05 PM
  
Fray Juan de Sto. Tomás
El hecho de que algo no sea dogma de fe, no quiere decir que no haya que acogerlo de manera obsequiosa. Menuda novedad. Entre que algo sea dogma y no tenga ningún valor hay una amplia gama. Es lo que distingue al católico del fundamentalista.
Ejemplo: hay un canon de un concilio, que hasta no sé si es el de algún lateranense (si alguien desconfía se lo busco), que pena con excomunión que algún sacerdote tenga más de una sola parroquia. Creo que se debía a la acumulación de rentas relativas a la simonía. En ese momento, como disposición disciplinar-pastoral, lógicamente con un motivo determinado en la coyuntura, habría que acogerlo de manera obsequiosa. Sin embargo, al pasar el tiempo, debido que no es algo que atañe a la fe, puede lógicamente plantearse la discusión sobre tal disposición.El "quod semper et ubique" de Vicente de Lerins es muy útil para discernir estos extremos, y el "Ecclesia semper idem" de San Ireneo ya ni le cuento.
15/09/11 2:57 PM
  
Fray Juan de Sto. Tomás
Y lo que es claro es que en la Iglesia no se da el evolucionismo dogmático ni que en cada momento el Espíritu Santo "inspira" a los obispos lo que Dios quiere, pues la revelación a lo suyo se acabó con la muerte del último apóstol.
Justamente el progresismo niega esto que acabo de decir, y el progresismo moderado (devenido en neoconismo) ha desarrollado esta idea de que planteamientos contradictorios encuentran su unidad en que la Iglesia en momentos distintos bajo la acción del Espíritu Santo expresa verdades convenientemente distintas según el momento, pero en dicho Espíritu encuentran la unidad. Una especie de despliegue histórico del Espíritu que a través de contradicciones sucesivas confiere saltos cualitativos. Pero eso tampoco es católico. Y se ha utilizado demasiado para justificar pragmáticamente algunas decisiones de la autoridad. Habría que pasar a hablar de contenidos. Este tipo de "excursus magisterialista" peca de excesivamente formal, y ahí no se ven los problemas.
15/09/11 3:02 PM
  
Yolanda
Pues ojalá estemos asistiendo por fin al cierre de esta herida de la Iglesia. Tuve noticia de la existencia de este "conflicto", vagamente,claro, en mi infancia, y he vivido décadas sintiéndolo como algo muy marginal, si peso ninguno en la vida de un católico "de a pie".

Sólo muy recientemente he sabido que había quienes de este problema hacían el centro de su existencia y he conocido, de paso, sus motivos,en general más serios de lo que yo nunca hubiera creído; aunque no faltan quienes se mueven en este tema exclusivamente por motivos sentimentales, o -peor aún- por rencillas personales y ven en este íntimo casus belli ocasión para vendettas; vendettas a las que nunca habrá lugar, porque no cabe imaginar que la Iglesia lleve su generosidad al extremo de bendecir la soberbia, la desobediencia y el cisma.

Ojalá, repito, este "Preámbulo" sea aceptado humilde y obedientemente al fin como la generosa mano tendida que la Iglesia siempre ofrece a todo pecador.

Dentro del error que es siempre la desobediencia y el rechazo a la doctrina de la Iglesia, si lo sabré yo, hay quienes son honestos en su convicción, pero no deberían desaprovechar ninguna oportunidad de serena y humilde y reconciliación.
15/09/11 3:04 PM
  
Luis Fernando
Es complicado emitir un juicio con los elementos que tenemos en relación a lo ocurrido ayer, pero empieza a formarse en mi mente la idea de que lo que se está haciendo es dar a la FSSPX el mismo trato que se ha dado a gran parte de los "progres" en las últimas décadas. Es decir, algo así como una especie de "aquí cabe todo el mundo y vosotros no ibais a ser menos".

Veremos si lo que se dé a conocer sobre el preámbulo doctrinal en días futuros hace que dicha idea se instale definitivamente en mi opinión o tenga que descartarla.

Tendría guasa que los lefebvristas fueran recibidos con honores en la Iglesia -prelatura personal incluida- tomando como base la actitud pastoral de la misma hacia el liberalismo teológico.


GJM. No se debe pensar eso. Yo me fío de la autoridad de la Iglesia. No podemos decir más mientras no se conozca el texto.
15/09/11 4:04 PM
  
Néstor

Ocurre que muchas veces las críticas a textos del Concilio iban acompañadas de la negación del Concilio mismo, de su carácter de Concilio Ecuménico de la Iglesia, aprobado por el Papa legítimamente reinante. No se reconocía la autoridad magisterial del Concilio mismo, que es mucho más que autoridad "moral" solamente. Ahora, si la Iglesia, que es la única intérprete autorizada de su propio Magisterio, emprende la interpretación de algunos pasajes del Vaticano II, entonces lo católico será lo de siempre: "sentire cum Ecclesia". Es lo que hemos tratado de hacer, en la medida de nuestras capacidades, los que durante años mantuvimos nuestra fidelidad a la Iglesia real, la que existe, y luchamos por la fe católica ante los "progresistas" y ahora somos llamados "neocones" por los que en el mejor de los casos en el futuro deberán abandonar ese vocabulario.
15/09/11 4:05 PM
  
mario lopez deramo
Finalmente se vislumbra un cocordato,de ambas partes.Es tan grave la situacion de la Iglesia hoy en dia, La desobediencia interioir al SANTOPADDRE, de un clero forado netamente con mentalidad contestaria, es hor de analizar si conviene o no, seguir con las conefercias episcopales,los consejos parroquales y colegio cardenalicio a modo de congreso que todo discute y de esta forma, le restan autoridad alPAPA
ALABADO SEA JESUCRISTO Y Y QUE LA FSSPX , distribuya su tradicion dentro de la iglesia
15/09/11 4:10 PM
  
Martin Ellingham
Yolanda, yo deseo la pronta regularización de la FSSPX, siempre pensé que debieron aceptar la propuesta del card. Castrillón, pero no tengo idea de qué dice el preámbulo doctrinal, que por ahora es secreto. Es una buena intención para rezar para ofrecer sacrificios (las mujeres pueden mortificar el habla, jejeje).

Saludos.
15/09/11 5:20 PM
  
Néstor
Lo que sí crece, tras la muerte del último Apóstol y hasta el fin de los tiempos, es la comprensión que la Iglesia tiene de la Revelación dada una vez para siempre. Testigo de eso es toda la historia de la Iglesia y del dogma. En ese sentido sÍ se puede hablar de "desarrollo doctrinal" o "desarrollo dogmático", atendiendo, no a la Revelación en sí misma, sino a su progresiva comprensión y profundización por la Iglesia. Cfr. la Constitución "Dei Verbum". Por eso, se trata de un desarrollo homogéneo, en la misma sentencia, como dijo San Vicente de Lerins.
15/09/11 5:31 PM
  
luis
El problema con la declaración del dogma de la infalibilidad papal(pensado para casos excepcionales, anormales) es que vinculó la dicha infalibilidad con una autoridad y una declaración positiva puntual, cuando lo normal es que la infalibilidad se vincule naturalmente con la continuidad, conforme la fórmula de San Vicente de Lehrins. En esto, se aprecia una evolución hipertrófica desde el siglo XIX, que tiene sus pro y sus contra, como señala el Padre Guillermo. Es cierto que sin el refrendo de este Magisterio la Humanae Vitae no habría tenido la fuerza que tuvo (aunque es interesante resaltar que el argumento que motivó a su vez a Pablo VI a apartarse del dictamen de la mayoría de la Comisión ad hoc fue precisamente que, si aceptaba la anticoncepción, desautorizaba el magisterio intertemporal y sobre todo la tradicion ininterrumpida de la Iglesia). Pero también es cierto que sin Papado hipercentralista la destrucción litúrgica y la sustitución del rito romano por otra fabricado hubiera sido impensable. O el cambio de doctrina en materia de libertad de culto, reconocido como cambio de doctrina al momento de sancionarse pero con el doble discurso de que no se cambiaba nada (baste leer el diario de Ives Congar para darse cuenta que nadie engañaba a nadie durante el Concilio: claramente tenían claro que se estaban apartando del Syllabus. Con toda tranquilidad, Ratzinger, años después, habló de la Gaudium como el Antisyllabus).

Hasta tal punto la declaración de la autoridad jerárquica en muchos casos tiene menos importancia que la recepción litúrgica de una doctrina, la unánime opinión de los Padres o la no contradicción de una doctrina por parte del unánime consenso intertemporal de la Cristiandad. Los silencios también tienen su valor. Sobre todo los silencios, que el positivismo no registra. De tal modo, "infalible" pasó a ser lo que dice puntual y positivamente el Papa o el Concilio de turno, con prescindencia del río del que hablaba Newman al referirse a la doctrina -la continuidad principial- y de la sustancia de lo dicho, que no es lo mismo cuando se define la Sma Trinidad que cuando se habla de los viajes de conquista de "los espacios interplanetarios" (sic, Gaudium et Spes, 5; cualquier aficionado a la sci-fi sabe que lo único que no se puede conquistar son los espacios interplanetarios, ni siquiera en el caso del espacio silente con Malacandra de C.S.Lewis). O como dije, la opinión sobre la teoría de la evolución de Juan Pablo II, tan impertinente como la condena a Galileo. Para eso no instituyó Cristo al Pontificado.

En esta trampa estamos, se ha perdido la apreciación acerca de la densidad doctrinaria de un pronunciamiento, a expensas de la jerarquía de la autoridad que lo proclama positivamente. Se ha perdido el valor del silencio como evidencia de consenso a lo largo de la historia de la Esposa de Cristo. Se ha perdido el organismo vivo de la fe, y con él, el sensus fidelium, principalmente entre los clérigos. De allí los errores formalistas y positivistas de los neocones, que necesitan que el Papa les defina en forma expresa que tomar helado de frutilla los viernes santos es pecado. O los dolores de cabeza cuando un Papa en una entrevista privada dormita -Aliquando bonus dormitat Benedictus.

Creo que el problema con el Magisterio es la dificultad de "netear" de tal Magisterio las cosas que no lo son y sin embargo, en los últimos decenios, constituye la mayoría de las declaraciones: juicios fenoménicos, circunstancias y contextos históricos, evaluaciones probables, juicios prudenciales, expresiones diplomáticas, y por último pero no lo menos, el dichoso "tono" (manifiestamente sombrío en los documentos del siglo XIX, maníaco-eufórico en los conciliares). Cuando hablamos de "Magisterio ordinario", hablamos de principios doctrinarios sustentados por toda la Iglesia, en todo tiempo. Un Magisterio neteado, que todavía ningún Denzinger escribió y que probablemente nadie redactará, pero que sería de agradecer la Sede Romana esclareciera un poco, asignando diversos nivel de aceptabilidad u obligatoriedad de contenidos y "tonos". Y sobre todo un criterio para distinguir lo que es Magisterio, que no es un tema menor.

Sólo una vez que nos enfrentamos con ese Magisterio ordinario neteado podemos hablar de obligatoriedad de asentimiento, obsequio religioso, infalibilidad, etcetera. Pero para eso hay que trabajar.
15/09/11 5:54 PM
  
Yolanda
Sí, Martin, cierto que nadie sabe qué dice el Preámbulo. Siendo, como es,secreto, se puede fabular acerca de su contenido y así se contentan todos los imprudentes: cada cual imagina que el texto dice justamente aquello que desearía que dijera.

Es una buena intención para rezar para ofrecer sacrificios (los filolefes pueden mortificar su fantasía, jejeje).
15/09/11 6:16 PM
  
José-Luís
Estoy cansado de oir que el Papa tiende la mano para la "vuelta" de la Fraternidad, pero que la "soberbia" de ésta lo impide. Igualmente sobre la hermenéutica de la continuidad, de la reforma, de la ruptura, que son formas diversas de expresar las mismas verdades atendiendo a las circunstancias del momento, etc Pero llevo años esperando, y a alguna revista se lo he pedido, que en lugar de tanto chau, chau, se expongan las razones de esa continuidad para cada uno de los temas que la Fraternidad considera que hay contradicción entre lo que se tenía por depósito de la Fe antes del Concilio VII y lo que dicho Concilio ha establecido. Hasta ahora nadie, que yo sepa ha demostrado tal cosa. Si estoy equivocado ruego me señalen dónde se ha hecho tal cosa.
15/09/11 6:40 PM
  
Ermindo de la Banda Roja
Quienes nos contamos entre la numerosa feligresía que tiene la Fraternidad Sacerdotal San Pío X recibimos con beneplácito esta nueva manifestación de acercamiento que permite avizorar el reencuentro en la unidad. Sin embargo, cabe aclarar que nuestra militancia católica en la Tradición de la Iglesia, que nos ha llevado a ir contra la corriente -aplastante por momentos- que vino imperando después del Concilio Vaticano II, no ha sido antojadiza o caprichosa. Y porque hemos permanecido firmes en la Fe, hoy podemos entregar a la Iglesia, la única Iglesia, y a su Sumo Pontífice Benedicto XVI, seminarios con muchas vocaciones (Gracias a Dios!!), prioratos y convento con muy definida identidad católica, en medio de un escenario muy triste que ofrecen obispados y parroquias por doquier. Como muestra un botón: asistí a misa en Alicante un domingo de julio en su templo principal. No había más de veinte personas, y el celebrante -al dar la bendición final- manifestó su alegría porque ese domingo había ¡un joven!
15/09/11 7:31 PM
  
Norberto
NETEAR
(En inglés: net off )
En el argot bancario, compensar las operaciones con el fin de reducir al mínimo los flujos financieros y los costes de transacción. Se trata de un término importado del inglés financiero.
15/09/11 8:34 PM
  
luis
Gracias, Norberto, por la aclaración terminológica. En castizo, podría hablarse de "depurar" o "despojar", pero no suena muy bien.

Y sin acudir a las finanzas, creo que la idea de "peso neto" la entiende cualquiera. Es decir, el contenido de algo, sin el continente, los agregados y demás.
15/09/11 10:15 PM
  
Yolanda
Sí, claro, Sr. de la Banda Roja: junte a todos los lefevbristas de Alicante por un lado y a todos los templos normales de Alicante por otro -tampoco antojadizos o caprichosos- y verá. Otra manía: creer que el propio ombligo (Alicante o Villarregordete de la Planice Yerma, si pasaban por ahí un domingo) es la medida de todas las cosas.

Acepten jubilosamente la mano tendida de la Iglesia y dejen de desconfiar de Ella, que es la Iglesia la que tiene mucho que ofrecerles no a la inversa, o mucho menos.
15/09/11 10:48 PM
  
Norberto
Bien, contando con la necesidad de clasificar qué es cada cosa y cuál es su rango, con una sociedad mediática rampante y laicista qué se hace, recluirse en el Vaticano y esperar que escampe.

Por ejemplo http://www.rtve.es/podcast/radio-3/tres-en-la-carretera/, es un programa musical, pues quien quiera que pinche en el del 11 de setiembre,a ver que os parece lo que dice la presentadora tras el inicio de Otis Redding.

Que hay desorden informativo, puede ser, que GS 5 sea cine de ciencia ficción, pues me opongo, es un documento aprobado el 7-XII-1965, por cierto, lo que dice es:

5. La turbación actual de los espíritus y la transformación de las condiciones de vida están vinculadas a una revolución global más amplia, que da creciente importancia, en la formación del pensamiento, a las ciencias matemáticas y naturales y a las que tratan del propio hombre; y, en el orden práctico, a la técnica y a las ciencias de ella derivadas. El espíritu científico modifica profundamente el ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica con sus avances está transformando la faz de la tierra e intenta ya la conquista de los espacios interplanetarios.

También sobre el tiempo aumenta su imperio la inteligencia humana, ya en cuanto al pasado, por el conocimiento de la historia; ya en cuanto al futuro, por la técnica prospectiva y la planificación. Los progresos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales permiten al hombre no sólo conocerse mejor, sino aun influir directamente sobre la vida de las sociedades por medio de métodos técnicos. Al mismo tiempo, la humanidad presta cada vez mayor atención a la previsión y ordenación de la expansión demográfica.

La propia historia está sometida a un proceso tal de aceleración, que apenas es posible al hombre seguirla. El género humano corre una misma suerte y no se diversifica ya en varias historias dispersas. La humanidad pasa así de una concepción más bien estática de la realidad a otra más dinámica y evolutiva, de donde surge un nuevo conjunto de problemas que exige nuevos análisis y nuevas síntesis.
15/09/11 11:10 PM
  
Luis
El paragrafo citado por Norberto es un ejemplo perfecto de lo que no es magisterio, aunque esté en un documento magisterial. Es un intento de descripción fenoménico y sociológico, hecho con mayor o menor acierto, y que no pretende enseñar nada en materia de fe o moral. Particularmente discutible es el concepto de aceleración histórica, un lugar común de los sesenta muy desmitificado posteriormente.
16/09/11 2:39 AM
  
Holmes
Gracias P. Guillermo. LLevo poco tiempo leyendo su blog, y cada día me gusta más.

Por cierto, he ido leyendo las intervenciones y he acabado más confundido que antes de empezar.

Una pregunta muy sencillita, a ver si alguien es tan amable de contestarla. Una encíclica, por ejemplo la Humane Vitae, ¿Qué tipo de magisterio es?. ¿Cómo se interpreta que ciertas conferencias episcopales, sin manifestarse en contra, en cierto modo matizasen lo ensañado en esa encíclica?.

Gracias, saludos a todos


GJM. Es, formalmente, magisterio ordinario. Y, por supuesto, en absoluta continuidad con el magisterio precedente.
16/09/11 4:01 PM
  
luis
Humanae Vitae es magisterio ordinario, infalible. No por la formalidad del documento, sino porque expresa una doctrina moral siempre y continuamente tenida en la Iglesia, como señala el Padre Guillermo.
16/09/11 4:36 PM
  
luis
Por cierto, no es infalible en esa Enciclica los argumentos dados en contra de la anticoncepción, ni las diversas consideraciones que efectúa el Pontífice. Lo infalible es la condena a la anticoncepción.
16/09/11 4:38 PM
  
Fray Juan de Santo Tomas
Que me corrija el páter si digo alguna barbaridad ( no es inusual).
Lo "sano" y lo "habitual" es que al leer un documento del magisterio de la Iglesia no haga falta tener al lado un "instrumentum laboris" con todas las claves hermenéuticas para ir descifrando del texto los diversos rangos de certidumbre dogmática y distinguiendo tales niveles con boligrafos de colorines. Asimismo, la idea de que algo "no sea dogmático" no quiere decir que tenga tanta importancia como lo que diga la tía Felipa.
A mí me parece que hay muchos documentos pasados de la Iglesia, y pronunciamientos ocasionales de los que no se sabe ni el nombre y no es necesario tratar de re-interpretarlos apelando a otros documentos en orden a la congruencia de las partes. Yo pondría el punto de atención en lo siguiente: que me parece que hay un exceso de "producción magisterial": homilías, catequesis, entrevistas, libros, ya sea por parte del Papa como de los obispos que inundan revistas eclesiásticas, libros, etc. Obviamente para un católico, lo que ahí se dice no puede ser indiferente, pero mucho de lo que se dice tampoco es vinculante, y en muchos casos es prescindible. El problema es que aparece como vinculante, y se corre el riesgo de una especie de "religión del documento", en lugar de intervenciones puntuales del magisterio para aclarar o matizar cosas. Pienso que esto aclararía mucho estas cosas. Y para escribir libros y orientaciones pastorales, teólogos tiene la Iglesia, no?
16/09/11 5:13 PM
  
Beatriz
Algunos se están adelantando a los hechos. No tenemos idea qué dice ese "preámbulo doctrinal". Que Roma diga que algunos textos del CVII se pueden discutir teológicamente, no me parece nuevo porque hemos visto a más de uno exponer públicamente sus objeciones a ciertas frases del concilio (si mi memoria no me falla el padre Iraburu también consideró ambiguas algunas frases) y no pasa nada, nadie ha sido excomulgado. Tenemos claro que los dogmas no están en discusión (eso es lo que nos diferencia de los progres que rechazan los dogmas y quisieran "reinterpretarlos" o mejor anularlos), sobre el resto se puede hacer una crítica siempre y cuando se haga con conocimiento, con respeto, buscando el bien de la Iglesia, lo dice el Código de Derecho Canónico:

Canon 121. 3 "Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas. "

Eso es lo que nos diferencia de una secta.

De ahí a que Roma acepte la crítica y haga algún cambio puede pasar 100 años y para esa fecha todos los que aquí posteamos estaremos tres metros bajo tierra...

Y si llegan a un acuerdo y dejan de llamar misa "bastarda" al novus ordo, será de gran alegría para muchos. Ese es uno de los errores de los lefebvristas y los laicos que los siguen: manifestaron su opinión con burlas y ofensas, por ejemplo, al llamar "bastarda" a la misa ofenden al propio Cristo porque El está ahí presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Por otro lado he leído comentarios absurdos en el sentido que Roma tiene "necesidad" de los seminarios "llenos" de la FSSPX. No creo que Benedicto XVI se deje llevar por este tipo de argumentos utilitaristas, porque desde que empecé a estudiar este problema hace ya varios años me di cuenta de la voluntad del Papa por reintegrarlos colocándose por encima de mucha oposición, esa interpretación del Papa "pusilánime" cae como fruto maduro...

Hasta el momento el Papa ha sido generoso, ahora les toca a ellos. Si rechazan ese preámbulo, se van a poner la soga al cuello.

16/09/11 5:36 PM
  
Percival
Fray Juan de Santo Tomás y luis: ¿menos intervenciones y menos palabras por parte del Santo Padre? También había que decir lo mismo de todos los Obispos...
En resumen: ¿Magisterio obligante (y cualquier otro) mínimo? Pero, ¿es eso sensato y útil para la causa del Evangelio en un mundo de inflación informativa en el que siguen siendo necesarios referentes nítidos de la Verdad?
Porque nadie va a "minimalizar" las otras voces y los otros mensajes que llenan los oidos y los ojos de la humanidad, y que son francamente contrarios al hombre y al Evangelio.
Perdonen la digresión. Se trata del preámbulo... y la eclesialidad de los lefes...
16/09/11 9:31 PM
  
Luis Manuel
Pues si hace falta ser teólogo para saber qué entra o no en el examen, qué es y qué no es Magisterio, muy mal vamos... Esto que dice el "Preámbulo", es muy inteligente, tanto, que lo mismo lo pudo redactar un lefebrvriano que el Papa.

A ver cómo se arreglan.

GJM. Son cuestiones "técnicas". Para un fiel católico la actitud normal es recibir con buena disposición y con espíritu de adhesión las enseñanzas del Papa y de los obispos en comunión con él. Eso es lo normal. Y será trabajo de los teólogos precisar, como se ha hecho siempre, el tipo de enseñanza, etc.
17/09/11 4:47 PM
  
Jucken
Ha dicho San Pío X en la Pascendi:

"Ni, pues, la doctrina de la fe que Dios ha revelado se propuso como un invento filosófico para que la perfeccionasen los ingenios humanos, sino como un depósito divino se entregó a la Esposa de Cristo, a fin de que la custodiara fielmente e infaliblemente la declarase. De aquí que se han de retener también los dogmas sagrados en el sentido perpetuo que una vez declaró la Santa Madre Iglesia, ni jamás hay que apartarse de él con color y nombre de más alta inteligencia."
17/09/11 5:57 PM
  
Felipe
Son cuestiones "técnicas". Para un fiel católico la actitud normal es recibir con buena disposición y con espíritu de adhesión las enseñanzas del Papa y de los obispos en comunión con él. Eso es lo normal. Y será trabajo de los teólogos precisar, como se ha hecho siempre, el tipo de enseñanza, etc.
_________________________________________________________

Esta respuesta del padre Guillermo me parece correcta pero algo ambigua. Todo fiel católico, ya sea teólogo o no, debe por NORMA asentimiento al Magisterio de la Iglesia, sea este ordinario o extraordinario. No hay actitudes "anormales" que puedan estar justificadas. No por ser teólogo o tener un conocimiento "avanzado" en cuestiones teológicas va uno a disentir del Magisterio como si su juicio subjetivo constituyera una instancia superior a la del propio Magisterio. Arriba ya alguien se atrevió a señalar algunos textos de la Gaudium et Spes como no magisteriales. Craso error. La función del teólogo no es la de separar en un texto magisterial lo que es magisterio de aquello que no lo es, como si hubiera que reducir el magisterio a solo lo relativo a fe y costumbres.

Donum Veritatis: «24. En fin, con el objeto de servir del mejor modo posible al pueblo de Dios, particularmente al prevenirlo en relación con opiniones peligrosas que pueden llevar al error, el Magisterio puede intervenir sobre asuntos discutibles en los que se encuentran implicados, junto con principios seguros, elementos conjeturales y contingentes. A menudo sólo después de un cierto tiempo es posible hacer una distinción entre lo necesario y lo contingente.

La voluntad de asentimiento leal a esta enseñanza del Magisterio en materia de por si no irreformable debe constituir la NORMA. Sin embargo puede suceder que el teólogo se haga preguntas referentes, según los casos, a la oportunidad, a la forma o incluso al contenido de una intervención. Esto lo impulsará sobre todo a verificar cuidadosamente cuál es la autoridad de estas intervenciones, tal como resulta de la naturaleza de los documentos, de la insistencia al proponer una doctrina y del modo mismo de expresarse.

En este ámbito de las intervenciones de orden prudencial, ha podido suceder que algunos documentos magisteriales no estuvieran exentos de carencias. Los pastores no siempre han percibido de inmediato todos los aspectos o toda la complejidad de un problema. Pero sería algo contrario a la verdad si, a partir de algunos determinados casos, se concluyera que el Magisterio de la Iglesia se puede engañar habitualmente en sus juicios prudenciales, o no goza de la asistencia divina en el ejercicio INTEGRAL de su misión. En realidad el teólogo, que no puede ejercer bien su tarea sin una cierta competencia histórica, es consciente de la decantación que se realiza con el tiempo. Esto no debe entenderse en el sentido de una relativización de los enunciados de la fe. El sabe que algunos juicios del Magisterio podían ser justificados en el momento en el que fueron pronunciados, porque las afirmaciones hechas contenían aserciones verdaderas profundamente enlazadas con otras que no eran seguras. Solamente el tiempo ha permitido hacer un discernimiento y, después de serios estudios, lograr un verdadero progreso doctrinal.»

Véase también del punto 27 en adelante. Aunque el teólogo llegue a la conclusión (subjetiva) de que una doctrina no irreformable es contradictoria o errónea NO DEBE hacer pública su objeción sino que su deber consistirá en «permanecer dispuesto a examinar más profundamente el problema» así como «hacer conocer a las AUTORIDADES MAGISTERIALES los problemas que suscitan la enseñanza en sí misma».

Saludos


GJM. Recomiendo a todos la lectura íntegra de "Donum veritatis" , de la Congregación para la Doctrina de la fe. Sin embargo no tengo conciencia de haber dado una respuesta ambigua. Un teólogo es un fiel católico, que ha de adherirse a lo que debe adherirse cualquier otro fiel católico. La cuestión "técnica" a la que me refería era la de precisar las diversas "notas teológicas": de fe divina, de fe divina y católica, de fe divina y católica definida, de fe eclesiástica definida, próxima a la fe, teológicamente cierta... etc.
En esto, los manuales anteriores eran más claros... Queda hoy mucha tarea que hacer en este sentido.
17/09/11 9:00 PM
  
Felipe
Estimado padre Guillermo, lo de ambiguo lo decía porque en su respuesta parece que fiel católico es sinónimo de católico de a pie, mientras que el teólogo estaría en otro nivel en el que desde una posición más "intelectual" podría disentir de algunas enseñanzas magisteriales alegando que no son propiamente magisteriales. Y esto no sería correcto.

Un cordial saludo


GJM. Ok, comprendo. Pero sería un error terrible que un teólogo se sintiese "por encima" de los demás fieles cristianos y árbitro supremo para juzgar las enseñanzas de los pastores. No, no me refería a eso.
17/09/11 9:42 PM
  
luis
El gran problema que surge cuando se toma como Magisterio las opiniones prudenciales, las referencias históricas y contextuales, las descripciones fenomenicas y los "tonos", es que cuando cambia el tiempo hay que caer en una hermenéutica no de la continuidad ni de la ruptura, sino en una hermenéutica del relativismo histórico, que postula una evolución del Magisterio conforme el pulso del siglo. Así el Syllabus es verdadero para el siglo XiX, la Gaudium et Spes (el Antisyllabus según Ratzinger)verdadera para el XX y ya no sabemos si para el XXI. Por eso, todo neocon -aquel que otorga un alcance excesivo a lo que constituye magisterio- termina por convertirse en un progresista en cámara lenta.
18/09/11 5:44 PM
  
Felipe
Parece que Luis no ha leído la Donum Veritatis, no la entiende o quizá considera que hay partes en ella que no son magisterio auténtico o simplemente no son magisterio y por eso puede disentir de aquello que crea no se adapta a sus criterios personales. Al final va a resultar que la asistencia divina es un carisma del que goza todo cristiano y no algo prometido a Pedro y a sus sucesores. De que me sonara a mi esto del "libre examen"... ;)
19/09/11 3:09 AM
  
Luis Manuel
Felipe, yo lo entiendo así. Pongamos que mañana el Papa escribe una Encíclica y pone algo así como "son grandes momentos para el mundo", seguido de una serie de párrafos donde desarrolla algún tema.

Pues es la inteligencia, que no es un carisma sino un don natural de Dios, la que nos hace discernir, junto con la claridad del Pontífice que escribe, qué es enseñanza y qué son meras hilvanaciones literarias o expresiones que no tienen para el Papa la intención de constituir enseñanza y no se le debe ni se le deja de deber asentimiento, como la frase "es un gran momento para el mundo", sino los puntos que a partir de ahí quiere desarrollar con la intención de trazar una enseñanza formal -Magisterio-.

A diferencia de las Escrituras, el Magisterio es siempre imperfecto y su lenguaje está en manos de quien debe procurar ser lo más claro y conciso posible en cuanto desea enseñar algo. Por eso la fórmula "de siempre" en la Iglesia fueron los cánones o definiciones que seguían a una determinada sentencia, bien numerados y clarificados "pa tontos", para que cualquier persona que supiera leer tuviera por cierto que se trataba de una firme enseñanza de la Iglesia.

El problema, por ejemplo, del Concilio todo, es que es amplísimo y en él convergen innumerables expresiones de muy diverso tono derivadas de muy diversos autores cuya intencionalidad literaria no siempre es clara, y además carece de definiciones y cánones.

¿El libre examen? Se lo demoniza demasiado, como si fuera algo malo y se ha convertido en un cliché. Es un imperativo de la propia naturaleza humana, que es intelectual, racional y libre. Toda la fe tiene que confrontarse siempre con el libre examen, porque este, bien usado, nos conduce siempre a la verdad católica. Lutero simplemente se equivocó y al no tener fe divina, erró y en su soberbia le plantó cara a las verdades divinas.
19/09/11 3:50 PM
  
luis
De nuevo: si tomo todo lo que está en el magisterio como Magisterio ordinario, ante las contradicciones que surgen, no tengo salida: o desarrollo un método relativista histórico, o suspendo el juicio, como postula el Padre Iraburu. O digo que no hay tal contradicción, lo que es lo mismo. Negar el ejercicio de la razón. Eso no será libre examen, pero sí es un ejercicio luterano, considerar a la razón la puta del hombre.

Algunos neocones arguyen el "desarrollo del dogma" como una explicación ante las contradicciones. Lo cual es ridículo, un desarrollo no implica negar lisa y llanamente el postulado anterior, sino perfeccionarlo. Si un magisterio continuo dice que no hay derecho para difundir el error, sea en materia natural, sea en materia religiosa, y otra declaración dice que sí hay ese derecho, no hay evolución o desarrollo alguno: hay contradicción. Si un magisterio dice que la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo, y una declaración posterior dice que "subsiste" en la Católica: no hay desarrollo, hay involución, imperfección por sustracción.

Sugiero estudiar la teoría de los desarrollos anómalos de Newman.
19/09/11 4:19 PM
  
luis
Así es, Luis Manuel, he advertido que muchos católicos han desplazado las notas de inerrancia de la Sagrada Escritura a los canales de expresión del Magisterio. Y así, quienes con suficiencia y demasiada facilidad hablan de "estilos literarios", "fábulas", "elaboraciones de la comunidad primitiva", "evangelios de la Infancia míticos", etcetera, prestan una adhesión dogmática y fundamentalista a cada iota de un documento, siempre que sea posterior a otro, porque me gustaría que los que reclaman adhesión incondicional a la Gaudium et Spes, el Antisyllabus según Ratzinger, hicieran lo propio con el mismo Syllabus: caerían en una contradicción mental irremisible.
El colmo que recuerdo es una discusión con un neocon, que relativizaba la inerrancia de la Escritura citando a Dei Verbum. Cuando le dije que la expresión o interpretación que hacía del documento era falsa, y que podía estar redactado en forma deficiente, me respondió que no admitía poner en duda un documento inspirado por Dios en el Concilio. Es la lamentable confusión mental de los católicos neocones, herederos de cierto ultramontanismo que reclamaba, como decía un obispo contemporáneo de Newman, el Times en la mesa del desayuno junto con una bula papal para saber qué hacer cada mañana.

19/09/11 4:31 PM
  
luis
"Al final va a resultar que la asistencia divina es un carisma del que goza todo cristiano y no algo prometido a Pedro y a sus sucesores. De que me sonara a mi esto del "libre examen"... ;) "

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Por cierto que la asistencia divina en la interpretación de la Sagrada Escritura es un carima del que goza todo cristiano unido a Pedro y sus sucesores.

Confundir el libre examen protestante con el sensus fidelium denota una estrechez ultramontana impropia de alguien que haya leído al beato Newman.
19/09/11 4:35 PM
  
luis
En cuanto a la Donum Veritatis, adhiero explícitamente a todo su contenido. Eso no implica que declaraciones prudenciales o contingentes del Papa no configuran magisterio. Lo único que falta es que me digan que cuando el Papa dice que está lloviendo hay que pensar que eso es Magisterio (o cuando dice que cada vez hay más pobres y menos ricos, o que la Humanidad tiene cada vez más conciencia de la dignidad del hombre, o que el budismo tiene aspectos valiosos, o que el Padre Maciel es un modelo eficaz para la juventud).

Un poco de seriedad por favor. Esto es catolicismo, no vudú.

GJM. "Donum veritatis" es un documento muy importante para este tema.
19/09/11 4:42 PM
  
luis
"Donum veritatis" es un documento muy importante para este tema.

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Sí, pero está escrito para la disidencia teológica, no para el caso de que se dude sobre el carácter magisterial o no de una declaración. En realidad, aquí valen las reglas de la hermenéutica: intención de enseñar (si no habla como maestro no es magisterio, por definición)(1), contenido de la declaración (2), materia para las cuales el Papa o los obispos están autorizados (3), conexión con las fuentes de la Revelación (4).
Pongamos ejemplos:
(1) "advertimos una creciente conciencia de la dignidad humana" (V II) = no hay intención de enseñar, hay una percepción, muy discutible por cierto en el siglo del Holocausto y del aborto.
(2) "Maciel es un modelo para la juventud" (JP II) = es un elogio meramente, basado también en percepciones
(3) "la evolución ha dejado de ser una mera hipóstesis científica" (JP II)= el Papa no tiene autoridad para definir qué es hipótesis o qué es teoría científica
(4) "San José era joven cuando desposó a María" (JP II) = hipótesis piadosa, sin arraigo en la Revelación.

En definitiva, no todo lo que dice el Papa es Magisterio. La formalidad intencional es crucial.


GJM. Sí, ha de constar la intención de enseñar.
19/09/11 7:14 PM
  
Felipe
Por cierto que la asistencia divina en la interpretación de la Sagrada Escritura es un carima del que goza todo cristiano unido a Pedro y sus sucesores.
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Te equivocas, no es un carisma del que goza todo cristiano, sino la TOTALIDAD de los fieles y no cada uno en particular:

Lumen Gentium 12: "La universalidad de los fieles que tiene la unción del que es Santo (cf. 1 Jn., 2, 20 y 27) no puede fallar en su creencia, y ejerce ésta su peculiar propiedad mediante el sentimiento sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando "desde los Obispos hasta los últimos fieles seglares" manifiesta el asentimiento universal en las cosas de fe y de costumbres."
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Lo que trato de señalar es que no corresponde a los fieles corregir al Magisterio ordinario y muchísimo menos públicamente ya que supondría un pecado de escándalo. Lo que pasa es que algunos han hecho de internet un medio para despotricar contra aquellas cosas de la Iglesia (liturgia, magisterio, etc.) que no les parecen correctas. Esto es simple y llanamente ser un mal cristiano. La Donum Veritatis exhorta a aquellos teólogos que encuentren dificultades, ya sean supuestos errores o contradicciones en el magisterio, que se pongan en contacto con las autoridades magisteriales competentes pero en ningún caso pueden ir por ahí pregonando a los cuatro vientos que tal punto del magisterio es contradictorio o no es magisterio. Es el magisterio el que se corrige a sí mismo y no la opinión de un cualquiera por muy teólogo o erudito que este se crea. No confundamos Iglesia docente con Iglesia discente. Saludos
19/09/11 10:45 PM
  
luis
Felipe, justamente por eso la trascendencia del papel de Monseñor Lefebvre, miembro de la Iglesia docente, al ejercer su legítimo derecho de resistencia frente a la innovación y destrucción en materia litúrgica y doctrinaria. Su figura, a pesar de los errores cometidos, se agigante con los años.




GJM. Dejemos que los muertos entierren a sus muertos. Lo importante es qué va a pasar. A pesar de los pesares... No venga a glorificar a Mons. Lefebvre. Al menos, no aquí. A demonizarlo, tampoco (aunque en esta tentación no es previsible que usted caiga).
19/09/11 10:55 PM
  
luis
Y por cierto, te recomiendo la lectura del opùsculo "Sobre la consulta a los laicos en materia de fe", del beato Newman. Explica cómo la fe católica fue mantenida por la Iglesia discente frente a la suspensión de las funciones de la Iglesia docente durante una generación. La Iglesia discente no puede enseñar, pero sí puede conservar la verdadera fe. Y resistir las innovaciones.
19/09/11 10:58 PM
  
luis
No, no caben glorificaciones ni demonizaciones. El hombre era limitado, no era un genio, era testarudo y deslenguado. Se equivocó muchas veces. Como Savonarola, murió con el peso de una excomunión encima.
Sólo sabía decir sí y no, sobre todo no.
Y sin embargo, sin él la Misa tradicional sería un recuerdo. Y estaríamos repitiendo las divisas de la Revolución Francesa como si fueran Magisterio.
20/09/11 3:01 PM
  
Felipe
Donum Veritatis: 19. En las Iglesias particulares corresponde al obispo custodiar e interpretar la Palabra de Dios y juzgar con autoridad lo que le es conforme o no. La enseñanza de cada obispo, tomada individualmente, se ejercita en comunión con la del Pontífice Romano Pastor de la iglesia universal y con los otros obispos dispersos por el mundo o reunidos en Concilio ecuménico. Esta comunión es condición de su autenticidad.
________________________________________________________

Sobran los comentarios...
21/09/11 5:42 PM

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