Es de bien nacidos
Está muy bien dar las gracias. Con frecuencia, quizá, no lo hacemos. A poco que hagamos memoria recordaremos a una infinidad de personas que, en alguna ocasión de nuestra vida, nos han ayudado de un modo completamente gratuito.
No sé por qué me viene a la mente ahora uno de esos episodios. Hace ya muchos años me tocó ir al servicio militar. El período de instrucción lo pasé en una base cercana a Madrid. Llevaba bastante equipaje y desde las tres de la tarde – hora de ingreso – hasta las once de la noche tuve que ir de un lado para otro. Ya no podía ni conmigo ni con el equipaje – la ropa necesaria para un mes, más o menos - . En uno de esos infinitos traslados, un compañero – no recuerdo su nombre, solo sé que era de Segovia – me ayudó cargando con una parte del peso que yo llevaba. Le di las gracias en ese momento, pero nunca más me lo volví a encontrar.
Quizá la evocación de ese día responda a la mezcla de sensaciones que pude experimentar en aquel entonces. Un lugar nuevo, una sensación nueva, una toma de conciencia de la propia indigencia. Pero no ha sido la única vez en la que he vivido algo así. Han sido ya muchas veces y por razones muy diferentes.
En lo que atañe al agradecimiento la justicia es, como en todo lo humano, imperfecta. En realidad, con muchas, con la mayoría de las personas, siempre permaneceremos en deuda y puede suceder también que, excepcionalmente, alguien permanezca en deuda con nosotros. Lo más sabio es, pienso yo, apelar a una especie de ley de la compensación: “Sé agradecido con quienes te han hecho bien y si no lo son contigo, no olvides que tú tampoco lo has sido la mayoría de las veces”.
En la vivencia cristiana la acción de gracias es esencial. Damos gracias a Dios en la Santa Misa por habernos creado, por habernos redimido, por habernos dado a Jesucristo y a su Madre Santísima. Ninguno de estos dones nos es debido. No tenemos “derecho” a ser creados – sería como si un cuadro inexistente se rebelase contra el pintor por no haberlo pintado -, ni tenemos, menos aun, “derecho” a ser redimidos - ¿qué habrá visto Dios en nosotros, me pregunto tantas veces? - , ni “derecho” a que Cristo sea Dios y hombre y la Madre de Cristo, Madre de Dios y Madre nuestra.
En la misma trayectoria que llevo como blogger también se impone la gratitud. Con la cantidad de portales que hay en la red, y de blogs y de bloggers… Pues, gracias a Dios, algunos siguen este blog. Y varios de ellos con amabilidad, con simpatía, con una inmerecida correspondencia a mi poca o mucha dedicación.
Hoy una persona admirada por mí, que lleva el blog católico más leído en lengua española, se ha hecho eco de una de mis publicaciones. Le doy las gracias. Es un eslabón más en una inmensa cadena de buena gente. Jamás podremos saber con exactitud cuantos son, pero son muchos, los que nos hacen el bien, los que se portan bien con nosotros.
Guillermo Juan Morado.
17 comentarios
Saludos padre y gracias.
GJM. Gracias a usted.
No sólo a Dios, sino a todos los hombres actuales y pasados. Bendiciones.
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Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y la estrellas que has creado:
¿qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies...
Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra..." Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó
Yo voy a parecer poco humilde, pero si algo hay que me llene de orgullo es saber que soy imago Dei. ¡Nada menos! ¿Cómo no nos va a querer Dios si se le ocurrió la idea de hacernos mirándose a Sí mismo.
Y como, en uso de nuestra libertad le fallamos, para redimirnos ¡se hace humano, varón nacido de mujer! ¡Nada menos!
Vamos, que ese agradecimiento inmenso es para andar salmodiando todo el día.
Y para ver, es cierto, en cada alegría que nos suceda la gratuidad de esas dichas. Ninguna se nos debe, así que es verdad que habría que estar todo el día dando las gracias al prójimo y a Dios.
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-¿Que qué habrá visto Dios en notros?
-Pues que como lo del hijo pródigo: Que mal que pese nuestra rebeldía, somos hijos de Él. Y lo somos no ya solo en nuestra terrenal rebendía; Sino desde un infinito principio menor que hasta tal principio no puede ser retraído y destruido.
- De grado y convencido por la fuerza de la razón que ilumina al hijo mayor, éste -Hombre hijo de mujer- dá gracias a Dios por ser creado; Por la razón de la fuerza que obliga al hijo menor, éste -hombre hijo de hembra- dará gracias a Dios por ser redimido.
....Con la rebeldía del llamado Ángel Caído, toda la Creación que antes fuera "más Luz y Vida", después, se convirtió en Universo de "menos oscuridad y muerte más luz y vida igual el libre negativo que somos"; pero de caracter "liberalizadora". Lo que quiere decir que la Creación, como tal es lo que de Dios procede y es Dios en Dios, nunca puede ser destruida.
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Por cierto, yo me compré su librito en mi librería favorita de Madrid, que curiosamente se encuentra a menos de cien metros del azulejo que ilustra el post de Paco Pepe.
Un saludo muy cordial.
GJM. Pues vaya casualidad!
Gracias por vuestros comentarios
Me uno a ese agradecimiento va un pequeño enlace
http://www.youtube.com/watch?v=0Kt4LvV20wM
:)
Pero, hombre de Dios, ¿qué hacía usted en la mili con ropa para un mes, si con el petate bastaba y sobraba? Estos seminaristas inexpertos... SPH ;)
(he oído comentar que un post sobre san Alebrto Mago está ya muy encauzado, por la tercera línea o así... la paciencia todo lo alcanza)
Eduardo:
... y si no llevabas todo en el petate, iba tu mamá y te llevaba lo que te faltara. Así hizo mi suegra, que se plantó en la puerta del C.I.R. diciendo que no se iba de allí hasta que le dejasen ver qué tal acomodo tenía su hijo (mi novio y luego marido), y así de paso ya le daba unos calcetines que se había dejado.
SPH, SPH, SPH
Fredense, no recuerdo el nombre, pero creo saber a qué librería te refieres. Estuve antes de Navidad pidiendo, precisamente, un libro de D. Guillermo, pero ya no lo tenían. ¿Así que fuiste tú quien se me adelantó?
Sólo he estado esa vez, pero me gustó el ambiente y me parecieron muy atentos los libreros. Y gracias a que en las inmediaciones hay otra librería, perteneciente a una conocida red, pude hacerme finalmente con el libro.
Bueno, ya que estamos, me podríais sacar de dudas sobre algunos aspectos no muy claros sobre Las Navas de la Tolosa-que sé que por allí andabais-. O la búsqueda del Santo Grial por parte de Fred y Amfor.
Ya hay dos post pendientes,la salvación de la Cristiandad de manos de aguerridos caballeros castellanos y del Magno Alberto, santo por más señas.
La de cosas que me he perdido.:)
César, yo es que por edad me retiré poco antes de la II Guerra Púnica.
Amfortas, yo estuve en Mayo y tenían varios ejemplares. Los dueños son muy amigos míos, y voy por allí muy a menudo (casi siempre que estoy en Madrid) a "actualizar" mi biblioteca. En cuanto ví el montoncito con los libros del Páter, dije: "a este autor lo conozco yo" (a veces a uno le gusta fardar un poco ;-).
Un saludo muy cordial.
Voy frecuentemente, es un sitio muy interesante, por los facsímiles y libros antiguos que tiene. Y, seguro, como Amfortas debe de ocupar a lo alto lo que tres yolandas, no me muevo mal por allí, por los cuatro niveles, de arriba a abajo y de abajo a arriba por escaleritas y recovecos.
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