Primeras comuniones
Recibir la primera comunión es, para un niño, un momento muy importante en su itinerario de iniciación cristiana. Un camino que comienza con el bautismo, que debería seguir con la confirmación y que tendría como cumbre la comunión. Lamentablemente, este proceso se ve alterado, ya que se suele posponer – sin que uno acabe de entender muy bien el motivo – la confirmación hasta los catorce años.
Pero no debo distraerme. Vayamos a lo que, de momento, tenemos. La primera comunión se prepara mediante una cuidadosa catequesis. Pero la catequesis ni empieza ni termina con la primera comunión. La catequesis es muy necesaria antes e, igualmente, después. Es muy fácil comprender que solo dos años de preparación para comulgar no proporcionan un armazón básico para adentrarse en el conocimiento y en la vivencia de la fe.
En lo que respecta a la celebración misma de la primera comunión, creo que debemos apostar por la sensatez. ¿Qué significa una “primera comunión”? Significa que, en el contexto de la celebración de la misa, normalmente el domingo o un día festivo, unos niños se acercan por vez primera a comulgar. Nada menos, pero tampoco nada más.
No hay un ritual de la primera comunión. Sí está prevista una mención en el canon de la misa. Sí está bien que ellos, los niños o sus padres, presentes las ofrendas. Sí está bien que se les tenga presentes en la oración de los fieles y en la homilía. Pero nada más o muy poco más. La primera comunión no es una fiesta de graduación. Lo esencial no tiene lugar “fuera”, sino “dentro”. No en el escenario externo, sino en el misterio de sus almas. Dios viene a ellos y ellos acogen a Dios, recibiendo el sacramento de la eucaristía.
Sería contraproducente montar un “show” o inventar a saber qué añadidos, cuanto no hay que montar nada. Hay que ayudar a que comulguen por primera vez y a que, con la ayuda de Dios, sigan haciéndolo a lo largo de sus vidas. Todo lo externo debe contribuir a lo interno; a que reciban al Señor en gracia, habiendo guardado el ayuno eucarístico y, sobre todo, sabiendo a quien reciben.
Tampoco la comunidad que celebra la fe – el domingo u otro día de fiesta – debería verse alterada por el hecho de que, en esa misa, comulguen unos niños. Lo esencial es el domingo, o la fiesta, no las primeras comuniones. Que se resalten algunos elementos es bueno. Que se haga del día del “Corpus”, o de la solemnidad que sea, el “día de las primeras comuniones” es, a mi modo de entender, desenfocar las cosas.
Los niños casi nunca son el problema. Ellos, pese a todo, tienen un alma sensible a la llamada de Jesucristo. Pero, a veces, quienes asisten a la celebración, no por mala fe, sino por falta de costumbre, pueden desvirtuarla un poco.
Conviene tomar precauciones, según las circunstancias. En cualquier caso, hay medidas eficaces: consensuar previamente con los padres algunos asuntos básicos. Por ejemplo, evitando un enjambre de fotógrafos. También cabe, si se ve que hay “riesgo”, escalonar un poco las primeras comuniones, de modo que los eventuales “invitados” no prevalezcan sobre los asiduos asistentes a la santa misa.
En todo, verdad y prudencia; es decir, respeto al misterio que se celebra y perspicacia para que, sin herir a nadie, no se altere la celebración.
Guillermo Juan Morado.
34 comentarios
Punto y aparte.
Sobre las comuniones, últimamente se ha estado haciendo énfasis en la catequesis "que la primera comunión no sea la última", que lamentablemente suele ser el caso. Y sí, gran parte de la culpa la tiene ese ambiente de "graduación" que se estila. Nunca sobra el énfasis que se pueda hacer sobre eso. Y poco a poco, algo se va ganando. Pienso que lo que más falta hace es la catequesis de adultos, porque son los que menos saben.
GJM. Aunque los jóvenes no "confirman" su fe, sino que el Espíritu Santo viene sobre ellos. En lo demás, ok.
Cuando la hice, a punto de cumplir los 7 años,sabia de pe a pa el catecismo y todas las oraciones. Gracias a mis padres, seguí mi formación religiosa y vi como ellos eran-y siguen siendo- católicos coherentes con su fe.Esto es cada vez más raro.
GJM. Sí, hasta cierto punto es comprensible. Pero no se puede desvirtuar lo que significa recibir, por primera vez, al Señor en la comunión.
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"Desenfocar" es una suave palabra para lo que estamos acostumbrados a vivir quienes hemos ejercico la labor de catequistas ya unos años. Como he visto de todo, y muchas cosas las he contado ya en otras ocasiones, no haré más sangre sobre el asunto, pero es desoladora la falta de compostura de los invitados" y, en general, la ausencia de un mediano compromiso de seriedad en los propios padres.
Yo no sé cómo se arregla eso pero, tras muchas semanas de catequesis, meses y hasta tres años con los niños, ver en qué queda todo, nos deja muy abatidos a los catequistas.
GJM. Con paciencia y poco a poco. 10 familias sin saber comportarse llaman la atención. 1 familia sola, la llamaría menos.
Lo que me enfada y me enerva (o debilita)... pues todos los pecados (todos) debieran ser perdonados mediante la confesión.
(¿cuál no?)
: )
1.- Bautismo: los padres engañan a la Iglesia diciendo que van a educar a su hijo en la fe (a veces incluso lo dicen directamente), se supone que el niño es bautizado en funcion de la fe de los padres y esta justificado pero hoy dia se bautiza por evento social y encima con exigencias de bautizar que sino te denuncio y encima antiIglesia y cuasiateos o relativistas .
2.- Eucaristia: hoy dia son shows, materialismo puro y muy semejante a lo anterior. Suele ser la primera y la ultima. Las comuniones se celebran como bodas (alcohol, bailes, regalos, comidas a lo grande, etc). Los niños tenian antes esa pureza que usted comenta, hoy dia los niños con 8 años saben lo mismo que uno de 18 (por la perversion del mundo).
3.- Confirmacion: los jovenes se pierden, muchos no saben ni que existe este sacramento ni para que sirve. Este sacramento esta empezando a desacralizarse pues muchos grupitos "cristianos" lo unico que hacen sacramentalmente es hacer la confirmacion (mas como evento social guay cristiano que de conciencia del sacramento).
4.- Penitencia: uno de los que peores esta. Los propios cristianos piensan que no pecan o que no pecan mucho (el gran engaño del Demonio del buenismo) añadiendo aparte la culpa de curas que reniegan de este sacramento y hacen por cumplir inventos como las absoluciones generales y ese tipo de cosas. Para mi este es el mas grande sacramento (junto con la Eucaristia) y me apena que "cristianos" no se confiesen.
5.- Matrimonio: gracias a Dios la gente se empieza a casar por lo civil, por lo menos la Iglesia mantiene la firmeza de la indisolubilidad. Aun asi esta muy desacralizado incluso antes de entrar a la Iglesia (relaciones prematrimoniales), los cursillos me parecen insuficientes (hay gente que hace el esfuerzo y no ha ido a misa en años) y mucho engaño de partes de los esposos (no estan abiertos a la vida, no aceptan la comunion de bienes, no aceptan transmitir la fe a sus hijos, etc). Puro evento social para desfile de modas y luego para el coqueteo, la fiesta y si se puede la fornicacion.
6.- Orden sacerdotal: de los pocos que siguen intactos, lo malo no es el sacramento sino la formacion del candidato y el discernimiento pues luego vienen los problemas (enseñanzas hereticas en seminarios hasta con el visto bueno de algunos obispos, tendencias homosexuales, simplenmente su vocacion es otra como el matrimonio por ejemplo, etc).
7.- Uncion de Enfermos: sigue intacto, yo le llamo el sacramento de la vuelta pues gracias a este sacramento muchos alejados de Dios (bautizados y no creyentes) se salvan en el ultimo momento, aunque hay que decir que cada vez esta mas en desuso pues ya hasta ni los viejos creen ( la generacion catolica de los 60 esta casi muerta) pues como dice el dicho cuanto mas viejo mas pellejo. Si alguno esta enfermo aunque no sea de mucha gravedad le recomiendo que busque un sacerdote que le ayudara con este sacramento.
Soy un chico de 25 años y seguramente no tendre tanta formacion intelectual. Gracias
GJM. Menos mal que nos queda la Unción de Enfermos!
En las misas con primeras comuniones es muy normal encontrarnos con asistentes completamente desubicados en la celebración. Lo que solemos hacer es justo antes de dar comienzo la eucaristía, ofrecer unas indicaciones a los asistentes sobre lo que se está celebrando y el modo de comportarse: silencio, apagado de móviles, no fotos, no moverse por el templo...
Si a esto se une el haber consensuado previamente con los padres temas como el de las fotos o la reserva de algunos bancos para ellos mismos, el resultado es fantástico.
Llevamos ya años con unas celebraciones muy vividas. Y completamente de acuerdo en acabar con los numeritos. Es una misa normal, en la que niños y padres pueden tener una presencia especial en lecturas o presentación de ofrendas. Otra cosa es desvirtuar.
Por los vestidos no voy a pelearme. Mezcla de tradición, celebración. Hay cosas más importantes.
http://blogs.periodistadigital.com/miradas-cristianas.php/2011/05/23/p295843#more295843
Ante la reflexión sobre la desacralización de los sacramentos se me ocurre que los fieles tenemos una gran responsabilidad en ello. Si los padres engañan al solicitar el bautismo para los hijos, llevan a la primera comunión de los hijos como a una obra de teatro y van a comulgar sin estar en gracia de Dios digo yo que algo de culpa tendrá el que lo hace........
Ante este tipo de comentarios a menudo echo en falta un "mea culpa" y un preguntarnos ¿qué puedo hacer yo para dar ejemplo, multiplicado a la enésima potencia, e intentar contrarestar en algo esta tendencia?
Se me ocurre, santiguarse al pasar por delante de una Iglesia, sobre todo si hay niños por el entorno, mostrar una devoción intensa cuando estoy cerca de uno en Misa , no sonreirles las gracias, en Misa claro y ofrecerme a dar catequesis para ver si desde dentro contribuyo a que los padres vuelvan a considerar sagrados a los sacramentos.
Supongo que se me puede considerar una ingenua, pero estoy convencida de que es cierto que "un grano no hace granero pero ayuda al compañero"
GJM. Efectivamente. Hay que hacer lo que esté en nuestra mano para mejorar las cosas.
Este mes de mayo, he visto recibir la Primera Comunión a una treintena de niños y creo que aunque todos llevaban vestidos de marinero o de princesa, cada uno ha vivido el encuentro con Jesús a su manera. Más o menos madura. Con mayor o menor fe. Creo que lo mismo puede decirse de sus familias y acompañantes. Creo que a veces, nos apresuramos en los juicios y en las "condenas". No todo el que se viste con ostentación o celebra a lo grande es incapaz de ver más allá de los vestidos o celebraciones.
Esforcémonos en contribuir a crear un clima en el que todo el mundo pueda acercarse al misterio que se está celebrando. Para ello, sin duda sobran fotógrafos y teléfonos móviles. Pero también sobran las miradas por encima del hombro o las exclusiones.
Reitero mi agradecimiento.
GJM. Sí, estoy de acuerdo con lo que dice.
Así, desgranando un poco sus palabras:
1.- La comunión ya no es "un momento muy importante" para los niños. La primera comunión más que un inicio supone una finalización de su vida cristiana.
2.- "¿Cuidadosa catequesis?" Vamos a dejarlo, que aquí hay catequistas.
3.- Los espectáculos que se montan no se deben simplemente a una moda o a una mera presión social, sino a la desustancialización del hecho religioso en la vida de los implicados (niños, padres, etc.). Podremos informarles de cómo deben comportarse en el templo, de las normas elementales de urbanidad que deben respetar, pero ya carecen del más mínimo sentido de lo sagrado.
4.- Los niños, en general, "¿tienen un alma sensible a la llamada de Jesucristo?" Los que lo tengan. Cuidado con las grandes frases que, aunque hermosas, apenas son reales y desorientan más que ayudan.
Te aseguro también que el tiempo y la dedicación que consume la catequesis es siempre mucho más del que razonablemente podemos robar a nuestro sueño, a nuestras familias y a nuestros asuntos particulares. Y que con los niños se consigue estimular el alma sensible a la llmada de Jesucristo en casi todos los que no tienen familias desastrosas que contrarrestan de inmediato, según salen de la iglesia, nuestra labor.
No quiero ofrecer una visión radical, y menos aquí, pero pocas cosas más decepcionantes que la vida parroquial. No sé qué Papa se atreverá a hincarle el diente a las reformas de esas unidades de elementales de la Iglesia que llamamos parroquias. No voy a decir la boutade que es una fábrica de hacer ateos, pero tampoco es un lugar de atracción para el hombre de hoy.
Yolanda: la mayoría de los catequistas realiza una labor encomiable, así que, ánimo, poruqe ninguna semilla que se siembre queda muerta para siempre. Con la gracia de Dios, claro.
:(
Rectifico el tono, pues.
Y es cierto que hay que "revitalizar" la parroquia. Si no, seguiremos alimentando movimientitos.
Pese a todo ello, creo que el ejemplo que se da no es en balde. Quien sabe, si el día de mañana, uno de esos niños de familias mundanizadas se muestra agradecido por haber tenido, por ejemplo, a una Yolanda de catequista. Y luego está lo que dice D. Guillermo: Ellos, pese a todo, tienen un alma sensible a la llamada de Jesucristo. Recuerdo que cuando yo acudí al sacramento de la confirmación (que ya no era tan niño) iba con una predisposión más bien escasita, pero, bastaron apenas unos segundos, en lo que me ponía delante del Arzobispo, para que la cosa cambiara notablemente.
Y bueno, en cuanto a lo de los movimientos, supongo que hay de todo, como en botica. No es malo per se que existan verdaderos movimientos, es decir, nuevos carismas inspirados por el Espíritu Santo. Lo malo es la vida y la estructura de las parroquias, ajenas a todo tipo de "movimiento".
GJM. A mi modo de ver no se deben contraponer ambas cosas. De todos modos, para la inmensa mayoría de los fieles las parroquias son una ayuda para la vivencia de la fe; sobre todo por la celebración de la Misa.
Pero es una opinión muy extendida que he podido contrastar repetidamente que la parroquia, más allá de la celebración de la Eucaristía, apenas ejerce influencia alguna en la comunidad de católicos, ya sea para vivir su fe, para compartirla, para expresarla o para lo que sea. Y esta es una herida que nunca deja de sangrar.
Es un secreto a voces que cualquier sacerdote párroco conoce que el grueso de la población queda fuera del foco de su atención. Están los grupos de catequesis de niños para la primera comunión, luego lo de postcomunión, los de confirmación, y de aquí damos un salto de gigante para pasar al grupo de ancianos de "vida ascendente", y poco más. Entre los 15 y los 65 años, la nada. Cuando hay grupos de matrimonios, donde los haya, no dejan de ser un grupúsculo de amigos católicos de nula significación para la comunidad.
No sé cuál es la solución. Posiblemente tenemos las parroquias que nos merecemos. Si no hay vida espiritual en nuestros corazones, no sé cómo va a existir en nuestras parroquias.
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Y no sólo eso, sino que es la única realidad que conocen de la Iglesia. Así que, por mucho que a mí me disgusten los movimientos, a la inmesa mayoría de los católicos, de los "más o menos católicos", de los alejados y de los enemigos, les es ajeno el problema. De la Iglesia conocen las parroquias cercanas y aquellas a las que ocasionalmente son invitados a BBCs. Y nada más.
A algunos curas he oído yo decir, no sin razón, que las BBCs son el único momento en el que los alejados de la Iglesia se acercan a un templo y que hay que cuidar qué es lo que viven y ven en esos momentos. Pero lo curiosos es que son esos alejados los que convierten las BBCs en shows.
No sé, tiene que haber alguna manera de no cedrrarles las puertas y, al mismo tiempo, ofrecerles algo digno.
La Nueva Evangelización, si se sigue creyendo que depende principalmente de movimientos, apañados estamos. Tiene que proceder de la Iglesia normal, es decir, de las parroquias.
Dicho lo cual, si alguien regresa a la fe, o apenas lleva unos años desde que regresó, o está con dudas o con otro tipo de problemas, y se encuentra con que su parroquia es algo así como lo que describe Eduardo, pues se entiende perfectamente que busque otros lugares donde "alimentarse". Lo cual no quita para que sigamos aportando económicamente o de otras maneras.
Así es como lo veo yo y entiendo que lo dispone la Iglesia. Si la secularización creciente aconseja otro modelo, lo ignoro.
GJM. Yo también lo veo así. Yo deseo no tener que ir nunca a un hospital, pero estaré más tranquilo si sé que hay uno cerca. Las parroquias están ahí, ofreciendo, y ya depende de cada uno aceptar o no la oferta. Sí veo que, de cara al futuro, habrá que reducir el número de parroquias y concentrar más los esfuerzos. Mejor una parroquia muy bien atendida que cinco a medio gas. Pero, vamos, es solo mi opinión.
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Sin excusas que valgan, Amfortas, sin excusas que valgan, es verdad. Que me cae mejor el cura del movimientito no es excusa. Que me resulta antipático el párroco o sus "ideas" no molan, menos excusa aún. Que no: que la Iglesia dispone una estructura que los más fetenes se empeñan en abandonar y, precisamente por ese abandono, se las dan de más católicos.
Cuand alguien necesita a la Iglesia, va a la parroquia. Y allí encuentra al cura... y a unos pocos fieles incombustibles que hacen parroquia día a día.
Desde luego que dos años de catequesis no son suficientes para una preparación EXHAUSTIVA , pero para muchos niños los conocimientos adquiridos durante esos dos años van a ser los únicos hasta que en el mejor de los casos, un buen día, ya con un criterio independiente del de sus padres, puedan desarrollar esos conocimientos adquiridos en su niñez. Pero esos dos años de catequesis , seguidos del ejemplo de sus padres, asistiendo a la misa dominical y la consciencia de que esa primera comunión tiene que ser simplemente la primera de sucesivas comuniones, son cuestiones de relevante importancia. Los catequistas son importantes instructores en la fe, pero no olvidemos que son los padres los primeros educadores-también en la fe- de sus hijos. ”Actualmente, en nuestra catequesis debemos ayudar a los niños a entender que la Primera Comunión, no debe quedar en un hecho aislado, sino que exige una continuidad de amistad con Jesús, un camino con Jesús. Yo sé bien que los niños a menudo tienen intención y deseo de ir el domingo a la misa, pero sus padres no les dejan cumplir ese deseo.” A los sacerdotes. Discursos de Benedicto XVI. Cobel Ediciones
Por desgracia, una de las preocupaciones de muchos padres es encontrar una Parroquia en la que se requiera un solo año de catequesis o de “dar” con un sacerdote que oficie ceremonias “lights”. He asistido como invitada a algunas de estas celebraciones que me han parecido “paripés” y donde confieso que en alguna ocasión he salido de la iglesia sin haber rezado una sola oración debido al bullicio y las risas-permitidas e incluso causadas-por el oficiante. Hay que combatir arduamente la concepción de la Primera Comunión como un mero trámite, tras el cual ya no existe la obligación de volver a pisar una iglesia.
Estoy de acuerdo que no se debe perturbar a los feligreses asiduos a los oficios religiosos; ahora bien, creo que a cualquier padre le gusta presenciar en un lugar lo más próximo al altar la primera comunión de su hijo , escuchar sus palabras y las del ministro oficiante, si es que los “eventuales invitados” permiten hacerlo, porque la mala educación a veces hace confundir el comportamiento dentro de una iglesia con el comportamiento dentro de una sala de fiestas, voceríos y transparencias incluídas.
Lamentaría sobremanera que en la Primera Comunión de mis hijos, la mala educación de la gente no me permitiera escuchar sus palabras o las del sacerdote. Pero esta mala educación sabemos que hoy es extensible a todos los ámbitos de la sociedad. Me repugna estar en un tanatorio y estar escuchando a unos señores hablando de fútbol o en el trayecto a pie del tanatorio al cementerio escuchar a una señoras hablar de la adquisición de los últimos modelitos.
Me ha encantado la comparación de la parroquia con el hospital. No sé si el nexo común es la curación o la soledad.
Carolina, tremenda la frase que has citado de Benedicto XVI:
Yo sé bien que los niños a menudo tienen intención y deseo de ir el domingo a la misa, pero sus padres no les dejan cumplir ese deseo
O no, Amfortas, o no. Se puede hacer todo eso, o hacer como que se hace, y no ser cristiano en absoluto.
Te voy a decir donde se supone que hay de todo y sólo se hace como que se hace: en los centros educativos.
Se puede hacer como que se hace en todos lados, Yolanda, incluso en el altar en el momento de la consagración, cuanto más en un instituto.
Cuando se está cansado, ya sabes: Venid a Mí los que estáis cansados.... etc.
Sí, Dios no nos engaña.
:D
pero te puedo dar citas menos obvias:
Génesis 25:30 Dijo á Jacob: Ruégote que me des á comer de eso bermejo, pues estoy muy cansado...
hala, a comer lentejas... y a perder la primogenitura
SPH
Isaías 5:27 No habrá entre ellos cansado, ni que vacile; ninguno se dormirá ni le tomará sueño; á ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus zapatos.
Esto de google es una maravilla, ¡pobre san Jerónimo, cómo trabajaría el pobre sin google!
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