La renovación de la Liturgia (I)
En 2003, el Papa Juan Pablo II promulgaba una Carta Apostólica, “Spiritus et Sponsa” en el XL aniversario de la constitución “Sacrosanctum Concilium” sobre la sagrada Liturgia.
Es muy interesante volver a este texto del Papa, que reafirma la importancia de la constitución sobre la Liturgia: “en la Constitución sobre la sagrada liturgia, primicia de la “gran gracia que la Iglesia ha recibido en el siglo XX” (Novo millennio ineunte, 57; cf. Vicesimus quintus, 1), el concilio Vaticano II, el Espíritu Santo habló a la Iglesia, guiando sin cesar a los discípulos del Señor “hacia la verdad completa” (Jn 16, 13)” (n.1).
¿Qué se propone Juan Pablo II en esta Carta? Persigue tres objetivos:
1) “redescubrir los temas de fondo de la renovación litúrgica impulsada por los padres del Concilio”;
2) “comprobar de algún modo su recepción”;
3) “y mirar al futuro”.
Veamos, pues, el recorrido que sigue el Papa. Nos centraremos, en este post, solo en el primer punto:
1. ¿Cuáles son los temas de fondo de la renovación litúrgica impulsada por el Concilio Vaticano II?
En el balance de la Constitución conciliar, el Papa señala los siguientes méritos de la misma:
a) “En ella se delinean luminosamente los principios que fundan la praxis litúrgica de la Iglesia e inspiran su correcta renovación a lo largo del tiempo (cf. n. 3)”; a saber:
i. “Los padres conciliares sitúan la liturgia en el horizonte de la historia de la salvación, cuyo fin es la redención humana y la perfecta glorificación de Dios”.
ii. “Cristo se hace presente, de modo especial, en las acciones litúrgicas, asociando a sí a la Iglesia”.
iii. “Toda celebración litúrgica es, por consiguiente, obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo místico, “culto público íntegro” (n. 7), en el que se participa, pregustándola, en la liturgia de la Jerusalén celestial (cf. n. 8)”.
iv. “Por esto, “la liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (n. 10)”.
b) “La perspectiva litúrgica del Concilio no se limita al ámbito interno de la Iglesia, sino que se abre al horizonte de la humanidad entera”.
i. “La vida litúrgica de la Iglesia, tal como la presenta la constitución Sacrosanctum Concilium, asume una dimensión cósmica y universal, marcando de modo profundo el tiempo y el espacio del hombre”.
ii. “el Concilio afirma que toda acción litúrgica “es acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (n. 7). Al mismo tiempo, el Concilio reconoce que “la sagrada liturgia no agota toda la acción de la Iglesia” (n. 9)”.
c) “Con respecto a las diversas realidades implicadas en la celebración litúrgica, la Constitución presta atención especial a la importancia de la música sagrada”.
d) “Otro tema de gran importancia, que se afronta en la Constitución conciliar, es el que atañe al arte sacro”.
(Continuará…).
Guillermo Juan Morado.
27 comentarios
Pero, ¿acaso quiere usted hacernos creer que el Novus Ordo es la consecuencia ya no digo natural, sino simplemente lógica, de las verdades recordadas por el anterior Papa?
Porque con esas verdades es defendible, cien mil veces más y con más contundencia, que el Novus Ordo deje de existir.
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GJM. Completamente en desacuerdo. No veo ninguna razón por la cual el Ordo Missae deba desaparecer. Ninguna.
Y la desaparición puede ser de muchas formas, también por "reforma de la reforma".
No estoy exigiendo una nueva Impositio ni una nueva prohibición, ni un nuevo burlarse en la cara de muchos fieles.
De eso nada.
Alguien dijo, con mucha razón, que "la mejor apologética es explicar las cosas. La fe y la rectitud de intención de buscar la verdad, no pueden darse. Pero explicar y explicar y explicar, sí podemos hacerlo. Un buen método sanamente apologético: 1º Disipar malentendidos 2º Acercar la verdadera doctrina católica 3º Dejar luego que cada cual siga su propio proceso".
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GJM. Mire, visto lo visto, creo sinceramente que no se conoce bien el magisterio de los papas que han ido enderezando la aplicación del Concilio Vaticano II. Es más, creo que no se conoce bien el mismo Concilio.
Pero a rajatabla-rajatabla. Con autoridad impuesta si es preciso: Novus Ordo celebrado con suma reverencia en todo( lo veo así, gracias a Dios, en muchas iglesias, en estos tiempos actuales ) y no oponerse ni crear dificultades para la celebración del Usus Antiquior. Es más, deberían organizarse cursos de formación para sacerdotes jóvenes sobre esa Forma, al menos para que lo conozcan. En alguna diócesis se ha hecho y se hace, afortunadamente.
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GJM. Ok. Aunque yo personalmente creo que, para nosotros, los párrocos, obedecer al Papa, en lo del "Motu Proprio", no equivale a promover la forma extraordinaria, sino a responder a las peticiones de los fieles si las hay. No veo que el Papa mande "promover".
Que a los seminaristas se les enseñe a celebrar con el Misal de Juan XXIII me parece muy bien. Y creo que, poco a poco, esa enseñanza se irá extendiendo.
No será porque usted no se esfuerce en explicarlo.
Dios se lo pagará. Es un trabajo como para desanimar a cualquiera. Ya se ve que no a usted.
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GJM: Yo soy profesor. Un profesor nunca se puede cansar de enseñar las cosas más básicas a los alumnos. Me interesan más las cosas básicas que las disputas de escuela. Eso, para los cursos de doctorado.
Un ejemplo lo tenemos ahora, con el rezo en el Oficio Divino de la Septuagésima, Sexagésima, Quincuagésima y su culminación en la Cuaresma. Estamos meditando - orando la Historia de la Salvación, leyendo los primeros capítulos del Génesis, desde la Creación (Domingo de Septuagésima), hasta la llamada de Abraham (Domingo de Sexagésima), llegando finalmente mañana (San Juan de Dios), al sacrificio ofrecido por Melquisedec, Rey de Salem, que junto con el del justo Abel, aparecen en el Canon Romano y que son el preámbulo del Sacrificio de Cristo por nuestros pecados.
La Liturgia ha tenido un desarrollo orgánico, es como un árbol, que hay que podar. La Iglesia vive de la Liturgia. Lo que se hizo en el 69 fue desmontar - con matices - el edificio de la Liturgia y, con sus restos hacer otro nuevo.
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GJM: ¿Dónde manda el Papa que los sacerdotes lo promuevan? Yo no veo esa obligación. Para mí, los "ordines" que han salido después del Vaticano II son plenamente satisfactorios. En especial, la Liturgia de las Horas. No experimento ninguna necesidad personal de retrotraerme a los "ordines" anteriores. ¿Tengo obligación de promover esa recuperación? No veo que el Papa me mande hacerlo.
Ahora bien, hay una frase -sobre el último párrafo- que dudo mucho que responda a la mente de Benedicto XVI:
"La renovación litúrgica llevada a cabo en estas décadas ha demostrado que es posible conjugar unas normas que aseguren a la liturgia su identidad y su decoro, con espacios de creatividad y adaptación, que la hagan cercana a las exigencias expresivas de las diversas regiones, situaciones y culturas."
Creo que nunca Benedicto XVI habría usado la palabra "creatividad" para aplicarla a la liturgia.
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GJM. La palabra en sí, "creatividad" no es mala. Se puede entender en el sentido de "adaptación", lógicamente de lo adaptable... Yo creo que es un elemento muy presente en la tradición de la Iglesia. Dentro de un orden, claro.
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GJM. Se ve que no ha leído el post anterior. En cualquier caso, supongo que usted tendrá medios a su alcance para llevar a cabo esa tarea. Y no puede comentar el magisterio de Benedicto XVI prescindiendo del de Juan Pablo II. Hay una continuidad.
Si no se ha querido aceptar el Magisterio conciliar, claro que es dudoso que los que han escogido este camino, rechacen todo el Magisterio postconciliar, ya sea el de Pablo VI, Juan Pablo II u el actual Benedicto XVI(no menciono el de Juan Pablo I por razones evidentes).
Y es que cuando alguien ha elegido salirse de la senda de la Iglesia, tiene ofuscado el corazón, porque ha desviado su mirada a otro sitio que no es la Iglesia de Jesucristo. Por eso, es urgente aclaraciones posteriores, porque el pecado ha provocado una estructura eclesial ambigua en donde existen más de dos frentes que opinan de forma divergente y en un afán de apertura se ha pretendido que ambas puedan ser compatibilizadas, favoreciendo así un relativismo que ha terminado por desembocar en una serie herejías envueltas en una nube de cloroformo capaz de adormilar a las conciencias más abiertas a la verdad.
En definitiva, en la Iglesia existe una fuerte crisis de interioridad que se manifiesta exteriormente en la apatía hacia la misma y que por desgracia repercute especialmente en la fe de aquellos que ni siquiera conocían y esperaban semejante desorden intraeclesial.
Aunque parezca anacrónico necesitamos volver a escuchar las palabras de Benedicto XVI y redescubrir su mensaje por la unidad de los cristianos. Ahí está la clave a todos los problemas eclesiales:
http://www.youtube.com/romereportsesp#p/search/1/hlvTy6CS5rk
La reforma litúrgica empieza en tiempos de San Pío X, porque la Iglesia se encuentra con un problema y es que, en el siglo XIX, la fiesta de los santos, tanto en los calendarios locales como en los universales, había aumentado tanto que una celebración con el cura vestido de verde, era rara.
Se podría caracterizar la reforma de San Pío X, como una solución imperfecta a un problema irresoluble.
Con Pío XII, se realizan una serie de transformaciones que, sin modificar sustancialmente la liturgia, aparecen con cierta arbitrariedad - si es que se puede usar esta palabra -, como puede ser el cambio en la Bendición de las Palmas, que provenía de un rito antiquísimo que imita el Orden de la Misa, el color de las vestiduras litúrgicas en el sacerdote, etc.
También, con Pío XII se hace una nueva versión del psalterio, la Beana - que tuvo que ser modificada por la Neo Vulgata bastante mejor -, que es una traducción de la versión hebrea del salterio al latín, con la cual Cicerón se podría dar satisfecho pero que, para San Agustín sería ininteligible. Sacrosanctum Concilium, parece repudiar esta versión.
La reforma de Juan XXIII produjo, entre otras cuestiones, un acortamiento en las lecturas patrísticas del Breviario.
Y así podíamos seguir hasta el día de hoy.
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GJM. Reformas sentidas, con motivos, como necesarias y oportunas. ¿O acaso han siso fruto del capricho de los sucesivos Papas?
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GJM. El regalo para la Iglesia es la Santa Misa. Que se ha celebrado y se celebra según múltiples ritos. Usted no ha contestado a mi pregunta: ¿Obliga el Papa a que los párrocos, sin petición de los fieles, "promovamos" la celebración de la Santa Misa según la forma extraordinaria?
Me parece obvio que no.
Es más, ¿Benedicto XVI la ha celebrado alguna vez, desde que es Papa? Tampoco me consta.
Abrirá muchas mentes cerradas por culpa de una mala interpretación recibida por personas que creían estar en la verdad de la Tradición, cuando en realidad lo que estaban haciendo con dicha Tradición era menoscabarla y agotar sus posibilidades.
Evidentemente usted no está obligado por el Papa a celebrar Usus Antiquior, ni a rezar el Breviario anterior y ni siquiera a hacerle saber a los fieles que la Misa actual no es una simple traducción de la previa (cosa que yo ingenuamente creí durante bastantes años).
Pero más allá de las obligaciones o no obligaciones que el Papa imponga a sus sacerdotes es evidente que el Motu Proprio se puede interpretar de una forma cabal y de una forma restrictiva.
a.-Forma cabal: ENRIQUECIMIENTO MUTUO ENTRE AMBAS FORMAS DEL RITO.
b.-Forma restrictiva: simplemente atender las peticiones de los fieles.
Con respecto al enriquecimiento mutuo el Papa afirma que el enriquecimiento que le puede venir al Usus Antiquior del Novus Ordo es la adición de lecturas y oraciones. ¡Perfecto! El problema es que ese enriquecimiento no es algo que esté a nuestro alcance ni al suyo, porque supondría, de facto, levar a cabo la reforma que nunca se llevó a cabo, y compete a la Sede Apostólica hacerlo.
Sin embargo, el enriquecimiento que le viene al Novus Ordo del Usus Antiquior es precisamente el sentido de la Adoración.
En conclusión: no basta con escudarse en "el Papa no me obliga", por más que sea cierto, cuando en Papa habla de ENRIQUECIMIENTO MUTUO. Se puede escudar uno en otras cosas: no manejar suficientemente el latín, no estar familiarizado con la Forma, no "vivir" sacerdotalmente hablando en esa Forma del Rito. NO sé, cualquier cosa... pero no nos podemos olvidar del ENRIQUECIMIENTO MUTUO simplemente escudándonos en la no obligación.
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GJM. Una norma "obliga". Si no obliga no es norma. ¿A qué obliga el Motu Proprio? A atender las demandas razonables de los fieles. El mutuo enriquecimiento no exige que un sacerdote celebre con las dos formas. Exige, sí, estar atentos a los valores de ambas.
¿Adherir al Usus Antiquior es "menoscabar y agotar las posiblidades" de la Tradición?
Una respuesta sincera, por favor.
2º.- La pregunta era algo así como un "¿y por qué no? Y me suelta un exabrupto, doble, con la Santa Misa y con la petición de respuesta a una pregunta, cuya contestación ya sabe.
En fin..........
Quede usted con Dios.
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GJM. Perdone, exabrupto, ninguno. Relea lo que he dicho.
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GJM. En ese sentido, no la acepta. Al menos como doctor privado, no la acepta, en ese sentido. Lo ha dicho en una de sus obras sobre Liturgia.
Hágalo usted también.
In corde Iesu.
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GJM. Ok. No quería ser brusco ni molestarle. Quizá no haya interpretado bien. Disculpe.
Más que nada porque en cualquier campo profesional "estar atento" a una novedad, a un avance... significa poder aplicarlo, saber cuándo aplicarlo y estar convencido de la conveniencia de su aplicación, por sí mismo.
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GJM. Voy a responder con palabras de Benedicto XVI:
"Es verdad que no faltan exageraciones y algunas veces aspectos sociales indebidamente vinculados a la actitud de los fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina. Vuestra caridad y prudencia pastoral serán estímulo y guía para un perfeccionamiento. Por lo demás, las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. La Comisión “Ecclesia Dei”, en contacto con los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo. La garantía más segura para que el Misal de Pablo VI pueda unir a las comunidades parroquiales y sea amado por ellas consiste en celebrar con gran reverencia de acuerdo con las prescripciones; esto hace visible la riqueza espiritual y la profundidad teológica de este Misal".
Y subrayo:
"En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo".
Desde mi punto de vista concretar esa recomendación del Papa implica celebrar Novus Ordo cual si de Usus Antiquior se tratase.
Pero bueno, afortunadamente yo no soy sacerdote ni quién para decir si ha de ser ad orientem, en latín ad pedem litterae de la Sacrosanctum concilium, con silencio, etc. Aunque tengo mi opinión al respecto de todo ello.
E implica además considerar que el Novus Ordo no es autosuficiente.
El primer error de la minimización de las consecuencias del Motu Proprio, demasiado sembrado en la forma de pensar y actuar de muchos sacerdotes (entre los cuales le juzgo a usted) es que el Novus Ordo es autosuficiente. Y a mi modo de ver NO LO ES.
Por otro lado nadie le niega "riqueza espiritual y profundidad teológica" al texto en sí mismo (con pequeñas arruguitas en lo qque se refiere al Ofertorio y a la multiplicidad de Plegarias, pero bueno).
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GJM. A ver, está en continuidad con lo anterior, como el Misal de San Pío V con lo anterior, y así hasta la Última Cena. Celebrar en continuidad es celebrar tal como el Misal manda; no sólo en una obediencia a las rúbricas, sino en una identificación espiritual, en una sintonía, con el Misterio que se celebra.
No sólo rubricas, sed etiam Misterio.
No sólo Novus Ordo, sed etiam Traditio.
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GJM. No hay celebración de la Iglesia sin Traditio. Por tanto, tampoco "Novus Ordo".
Sabes de didáctica y sabes exponer en términos entendibles aquello que está a la raíz de muchas discusiones. Sabiendo de tantos aportes valiosos, creo que es un gran don para Infocatólica que estés presente, y que escribas como lo haces.
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GJM: Gracias, P. Nelson.
http://www.zenit.org/article-38504?l=spanish
¿A quién me recuerda esta forma de actuar?
¿A partir de qué año se empieza a hablar de Tradición?
Para no hablar de la suficiencia, altanería y desdén con que ciertas plumas, muy eruditas, pero poco comprensivas, han tratado a la menor oposición que se les hiciera.
Se han olvidado de quienes han celebrado y vivido tanto con los ritos de Pío V, Pío XII, Juan XIII, Pablo VI con profundos frutos tanto personales como comunitarios, siempre que no se haya cedido a "creatividades" excéntricas y en busca de mero protagonismo.
Felicitaciones a ambos articulistas por la paciencia y lucidez con que van llevando adelante temas tan espinosos, como vitales.
Por otro lado tengo una duda, si bien es cierto que los abusos en el novus ordo, es culpa del celebrante, y si los mismos son tan abundantes (sobre todo en latinoamérica) no será acaso que habría replantearse el modo mismo de celebrar? ¿porqué con el famoso rubirquismo anterior tal creatividad no se daba? ojo, a diario voy a la misa uso ordinario, me abstengo de ir a la única misa del uso antiguo que se celebra en mi pais porque la hace un sacerdote una vez al mes que es de San Pío X y tengo mis reticencias
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GJM. Creo que es cuestión de celebrar como mandan los libros litúrgicos.
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