Cuaresma: Un recorrido análogo al catecumenado
El mensaje del Papa Benedicto XVI para la Cuaresma de 2011 pone en primer plano los elementos bautismales de este tiempo litúrgico. Parte, el Santo Padre, de un texto de San Pablo: “Con Cristo sois sepultados en el Bautismo, con él también habéis resucitado” (Col 2,12).
El mensaje está articulado en tres partes. En la primera de ellas, el Papa desarrolla la relación que existe entre Bautismo y “vida nueva”. La vida nueva consiste en la comunión con Cristo; un puro don de Dios, una gracia. El Bautismo, lejos de ser un rito del pasado, es “el encuentro con Cristo que conforma toda la existencia del bautizado”. La Cuaresma, como el catecumenado, “es una escuela insustituible de fe y de vida cristiana”.
La segunda parte se centra en la Palabra de Dios; en concreto, en los evangelios de los domingos de Cuaresma. Benedicto XVI nos proporciona unas claves interpretativas para la secuencia de cada domingo y, a la vez, unas orientaciones valiosas para quienes tenemos el honor y la responsabilidad de predicar a nuestros hermanos. Cada domingo de Cuaresma marca una etapa en el camino de la iniciación cristiana. Podemos sintetizar estas etapas de la siguiente manera:
1. Domingo I: La batalla victoriosa contra las tentaciones y la toma de conciencia de nuestra debilidad.
2. Domingo II: La Transfiguración y el necesario alejamiento del ruido diario para sumergirse en la presencia de Dios.
3. Domingo III: La petición a la samaritana: “Dame de beber”, que suscita en nuestro corazón el deseo del don del Espíritu Santo.
4. Domingo IV: El ciego de nacimiento: Cristo aparece como luz del mundo, que abre nuestra mirada interior, fortaleciendo nuestra fe.
5. Domingo V: La resurrección de Lázaro: Se trata de poner nuestra esperanza en Jesús, abriéndonos al sentido último de nuestra existencia.
Todo este recorrido encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, sobre todo en la Vigilia Pascual, en la que renovaremos las promesas bautismales.
La tercera parte nos recuerda las prácticas tradicionales del ayuno, la limosna y la oración. Son medios para vivir de modo más radical el amor de Cristo. El ayuno nos abre a Dios y a los hermanos. La limosna nos impulsa a luchar contra la idolatría de los bienes y a recordar el primado de Dios. La oración puede ser, en Cuaresma, sobre todo la meditación y la interiorización de la Palabra de Dios a fin de encontrar tiempo para Él.
Como resume el Papa: “En síntesis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el Misterio de la cruz, es «hacerme semejante a él en su muerte» (Flp 3, 10), para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida: dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo, como san Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo. El período cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo”.
Ojalá que vivamos así la Cuaresma, como un auténtico redescubrimiento de nuestro Bautismo.
Guillermo Juan Morado.
18 comentarios
Leer este comentario al mensaje del Papa hace que le entren a una "ganas de Cuaresma", ¿verdad?
Recemos por toda la gente que sólo pasa por el Carnaval.
A mí también me gusta más la Pascua, pero cada tiempo litúrgico no da una buena ocasión para la reflexión y la oración en nuestro camino.
Lo siento, pero yo tengo ganas de Cuaresma.
;)
Estoy convencido de que se pude vivir el gozo de la Pascua ya en el tiempo cuaresmal porque el que se convierte a Dios de corazón, no puede menos de expresarlo con gozo. Además el trono de Cristo fue la exaltación de su Cruz, y por la misma fuimos salvados.
En fin, como indica D. Guillermo ambas están estrechamente ligadas. Podríamos decir que en todo el año litúrgico no hacemos otra cosa que celebrar a Cristo en su totalidad, aunque en ciertos tiempos "fuertes" destaque la Iglesia algún misterio concreto de la vida de Cristo para nuestra consideración.
Lo importante es que imitemos la actitud de la Virgen María y meditemos todos los misterios de Cristo en nuestro corazón.
Sólo desde esta apertura del espíritu es posible ser testigos de la Pascua en medio de la Cuaresma o de cualquier otro tiempo.
La Cuaresma es un camino que debemos emprender tras la huella de Cristo resucitado(tras el Misterio de la Cruz) y que tiene su meta en la conversión y renovación espiritual. El seguimiento de Cristo al que está llamado todo bautizado, debe ir más allá de distinguir el bien del mal; se nos pide que seamos iguales a aquel que adoramos, cuyo principal atributo es la santidad. Debemos ser santos porque somos ”templos del Espíritu Santo” y porque el amor de Dios nos santifica. Nuestro cuerpo fue ungido con óleo santo el día de nuestro Bautismo; la gracia de Dios nos ha penetrado. La Cuaresma nos invita a escuchar la Palabra de Dios que nos orienta en cuál es el camino adecuado a seguir en nuestra vida. El camino de la santidad es una lucha continua, pues somos débiles y propensos a caer en las tentaciones. El premio a la santidad, el premio tras llegar a esa meta que iniciamos en la Cuaresma es la Vida Eterna, a la que Cristo continuamente nos llama:”Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.” En esta incesante batalla contamos con la todopoderosa gracia de Dios: Omnia tecum!. Decía Saulo:”No echéis en saco roto la gracia de Dios.”Con la ayuda de la Iglesia, transmisora de la Palabra de Dios, no desperdiciemos la gracia divina.”Poned por obra los medios que nos hacen vencedores: oración, mortificación, examen de conciencia, los Sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Penitencia.” El Espíritu Santo siempre nos conforta con su Fortaleza; cuando la angustia nos nos invade abandonémonos en la misericordia de Cristo.”Es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de un servicio que presta a los demás. El fuerte a veces sufre, pero resiste; llora quizá, pero se bebe sus lágrimas. Cuando la contradicción arrecia no se dobla.”Amigos de Dios
En este combate contamos con el poder de la oración, el ayuno y la penitencia. La oración es “vida del corazón nuevo”. El ayuno nos predispone a vaciarnos de nuestro “yo” y a alimentarnos con la Palabra.”No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Con la limosna ponemos en práctica una caridad misericordiosa que debe ser intensa y que no debemos limitar a los que están más cerca. Todos los bautizados debemos abandonarnos a la misericordia y a la solidaridad; debemos ser luz del mundo y sal de la tierra. Nosotros no somos responsables directos de que mueran miles de personas cada día pero sí debemos condenar esta sociedad con sus estructuras económicas en que esto sucede. No podemos ser indiferentes a esta vergonzosa realidad y debemos exigir a nuestros gobernantes que procuren una vida digna para todos. Y a nivel personal, seamos conscientes que las heridas del alma no se curan con dinero; vivir dignamente es un derecho, pero no debemos echar a perder el alma siendo indiferentes al sufrimiento de los más necesitados.
Hagamos que nuestra vida sea un Tabor en el que amemos a Cristo; que en las palabras de Pedro”¡qué a gusto me encuentro aquí!”, identifiquemos ese “aquí” con la luz de la fe, el don de la gracia y la fortuna de pertenecer a la Iglesia.
De todos modos, creo que Koko me ha entendido mejor.
:)
Tomo nota de cada una de ellas para preparar la Cuaresma.
Cuaresma 40 días de gracia, de amor, de retiro, de pruebas, de lucha interior.
Me remito a San Antonio: Los peces que se detiene sobre tierra firme mueren. Lo mismo los monjes que remolonean fuera de la celda o que pierden su tiempo con la gente del mundo se apartan de su propósito de hesyquia. Conviene, pues que lo mismo que el pez al mar, nosotros a la celda.
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Nerea nunca mejor dicho. Has sintetizado perfectamente lo que es o debe ser la Cuaresma.
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Ya el año pasado, al Papa (y con él, el páter en LPD) nos recordaba que la Cuaresma es una "puesta a punto espiritual".
Retrocediendo un año, veo que eso de las "ganas de Cuaresma" es algo que precede a ese tiempo fuerte dese unas semanas antes y que alos habituales de LPD nos hacía "competir en santidad" (SPH)
http://infocatolica.com/blog/puertadedamasco.php/1002160853-cuaresma
SPH.
Gracias Koko, el tema es tan hermoso, esperemos pasar éste tiempo sembrando aunque otro recogerá los frutos, los santos lo hicieron así y el pater lo hace con nosotros.
Gracias Yolanda por esa recopilación de la cuaresma del año anterior nos sirve, ayuda sin duda ninguna.
Y eso de: alos habituales de LPD nos hacía "competir en santidad" es muy bonito y es bello cuando se llega plasmar.
Hoy he visto que los cerezos en flor, así nuestro corazón, nuestra alma debe estar dispuesta para la gracia.
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