¿Hay razones para creer?
Aunque la razón última por la que creemos es la autoridad de Dios revelante, necesitamos, para poder creer en conformidad con nuestra condición de seres racionales y libres, contar con algunos signos o “motivos”, en plural, que hagan posible que nuestra adhesión incondicional a Dios por la fe sea, desde la perspectiva humana, razonable.
La revelación es humanamente “creíble”, digna de ser creída, porque irrumpe en la historia de los hombres portando, incluso externamente, su propia credibilidad. Sin unos signos o indicios que nos permitiesen descubrir, con ayuda de la razón, la presencia de la revelación en el mundo, la opción de la fe resultaría imposible. Dios nos envía señales, pruebas, que despiertan nuestra atención y nos animan a mirar más allá de lo inmediato.
El gran signo de la revelación, la gran “prueba” de que Dios anda por medio y de que el Evangelio no es una construcción humana, es la misma figura de Jesús. Ante todo, por su perfecta coherencia. En Jesús lo que “aparece”, lo que se puede ver y oír, corresponde perfectamente a lo que “es”. No hay disfraces en Él, sino una plena armonía entre la forma y el fondo. Jesús es el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvar a los hombres. Y se manifiesta en conformidad con su ser. En Él, el amor de Dios se hace visible en la existencia terrena del más puro y noble de los hombres: en su palabra llena de libertad; en la ternura de su cercanía a los pobres, a los enfermos, a los pecadores; en la enseñanza nueva de las Bienaventuranzas; en la mansa fortaleza de su pasión y de su Cruz.
Este Signo por antonomasia ha vivido entre nosotros en un lugar concreto y en un tiempo concreto. Jesús es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros. La huella de su paso por la historia es accesible a todos. No es la Iglesia quien ha inventado a Jesús, sino es Jesús quien está en el origen de la Iglesia. El Credo deja constancia del realismo de su presencia en la historia al mencionar a “Poncio Pilato”. La historia de Jesús no es una maravillosa, pero etérea, construcción mítica. Sus pasos han impresionado los caminos de Palestina, sus palabras han sido verdaderamente oídas y conservadas por la memoria de los creyentes, la sangre que manó de la Cruz regó la tierra del Calvario. La luz de su Resurrección cambió la vida de hombres muy concretos que dieron testimonio de este hecho con la entrega de sus propias vidas.
Y este Jesús de divina coherencia, de modesta y grandiosa presencia en la historia, es capaz de seguir iluminando hoy las vidas de los hombres. No cambia en exceso nuestra existencia por conocer los datos que marcaron los hitos de la vida de un personaje histórico. Pero, con referencia a Jesús, sí cambia todo. Si Él es quien ha dicho ser – y no podemos ni sospechar que nos mintiese – entonces todo cambia para mí. Su paso por la tierra me concierne, me afecta en lo más íntimo, porque yo quiero – como todos los hombres quieren – encontrar un horizonte que oriente mi caminar. Si Él es quien ha dicho ser, yo tengo mañana y futuro y esperanza. Si Él es quien ha dicho ser, la injusticia y la carga de la muerte que gravan el peso de la historia podrán ser, finalmente, vencidas.
No puede Alguien como Él ser un camelo, no pudieron urdir su personaje, como quien escribe una novela conmovedora y trágica, aquellos hombres a quien llamamos “evangelistas”. No se puede, razonablemente hablando, explicar la grandeza de Jesús y su impacto palpable en tantos hombres sin sospechar, sin pensar que es creíble que, ante Él, nos encontramos con Dios; que en Él, Dios se ha encontrado con nosotros. Éste – Él mismo - es el gran milagro que los demás milagros rubrican.
Guillermo Juan Morado.
76 comentarios
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No sé si andará por ahí el doctor Amorós, pero si anda, que relea unas cuantas veces este párrafo. Me encanta.
Si yo quisiera decir algo como esto, creo que me las apañaría para decirlo con cierta soltura, y hasta con un grado decoroso de elegancia y lustre de estilo. Pero esta certera, directa y concentrada concisión para decir tanto y tan bello, sólo le sale al páter... ¿A qué sí, Luis Ignacio?
(ay, que ahora vienen los que se quejan del incienso...SPH) ¡Pero es que es verdad!)
Cuando, hace ya muchos años, me interesaba por las investigaciones sobre "el Jesús Histórico", expresión que es ya un tecnicismo, me resultaban interesantes, y me lo siguen resultando, todos los trabajos de de la escuela de las formas, de la escuela de la historia de la redacción, la crítica textual en general, y todas las etapas del proceso desde la llamada first quest hasta hoy.
Y, para qué voy a decir lo contrario, tanta "desmitologización", en otro tiempo, me parecía algo magnífico: lejos de hacer perder la fe, como dicen los integristas y más fundamentalistas, a mí me la sostenía.
Pero hay un punto a partir del cual cierto tipo de desmitologización desbarra y se pierde en la nada. Y no sólo eso, desvaría, deja de hacer pie y emplea su propio método al revés (un ejemplo extremísimo: John Dominic Crossan)
Lo histórico de Jesús, que nadie sensato puede poner en duda, es una razón "penúltima" para creer; pero sólo si la historia se contrasta (y uso "contrastar" deliberadamente) con los datos de la fe revelada tiene sentido Jesús, incluso sólo así tienen sentido los datos puramente históricos e intramundanos: ¿cómo es posible lo que ocurrió en los primeros años tras la muerte de Jesús, todo lo que ha ocurrido en dos mil años, desmitologizando todo lo desmitologizable? No es posible.
La pretensión de Jesús que muestran los Evangelios es necesariamente cierta... y, si lo es, da sentido y responde a todo aquello que un ser humano pueda preguntarse.
Si Jesús era sólo un campesino judío, eso a mí no me importa. No más que la vida de cualquier otro personaje.
Pero si es el Hijo de Dios, entonces todo cambia. Y agradeceré infinitamente a todos los investigadores que me digan cómo era su vestido, cómo era su lenguaje, cómo eran los pueblos que visitaba...
Pero, por su singularidad.
Lc 8 4-15. Ahí está todo. Lo demás.........
Sigo pensando que,a pesar de no estár en el Israel de aquella época,lo conocemos y bien,en lo que nos revela,es demasiado grande como aprehenderlo por completo. Me atrevo a decir que lo conozco,se Quien es y me fío. No nececito que me coja la mano físicamnete y me guíe,el coje todo mi ser,que es algo mucho más que palpable.
Bueno,hasta mañana y a cuidarse todo el mundo.
Para mí, que soy un ex-materialista, me ayudó el tema de la Sábana Santa.
Yo seguí el tema cuando la investigación "científica" determinó que la Síndone era una falsificación del siglo XII.
En aquel tiempo me lo tragué y no ha sido hasta hace muy poco que he descubierto que no tiene ningún sentido que la Sábana Santa sea una falsificación.
Para mí es una de las muchas razones para creer en Jesús. La Sábana Santa es como una especie de guiño para ayudarnos a creer en él.
Si fuera falsa tampoco pasaría nada, porque los católicos no basamos nuestra fe en ella. Pero las probabilidades de que sea falsa son prácticamente nulas.
Ved por ejemplo estos documentales a los cuales pongo los links:
http://www.gloria.tv/?media=37167
http://www.gloria.tv/?media=37918
http://www.youtube.com/watch?v=e5AoKaodWeQ
O este blog que está muy bien:
http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com/
Pero yo prefiero, siempre, la misma figura de Jesús.
A mí el materialismo no me gusta nada. Ni en teología. Pero, como creo en la Encarnación, no desprecio cierto "materialismo".
como un "guiño" también la veo yo. Aunque lo mejor de todo del tema de la Sábana Santa es que, si no es lo que parece ser, pues tampoco pasa nada, porque nuestra fe no depende de ella. Pero es un tema muy interesante.
Gracias por los links: tengo un hijo superinteresado en la Síndone y en el santo Sudario de Oviedo y le encantará que se los pase.
En cuanto a trayectorias, algunas son muy curiosas, páter. Yo procedo de una obsesión clarísima por la verificación histórica. Pero, vamos, desde muy cría. No es que ya no me interesen esos tema, al revés, me siguen interesando mucho. Pero hace muchos años que me interesan desde la seducción, como usted la llama -certera definición- de un Dios que interviene en la historia y se encarna.
A un ateo, quizá, lo confirmarán en su ateísmo. A un hereje, quizá, en su herejía. Pero a quien busca... Puede que le ayuden a acercarse a Jesús.
Y Jesús es la Revelación. Es cuestión de ir más allá, de profundizar en la realidad de su ser...
Ahora comprendo esa necesidad un poco más. Es una consecuencia de la Encarnación.
Bueno, soy ex-materialista queriendo decir que antes pensaba que Dios no existía, que sólo éramos robots biológicos sin alma, etc....
¿Qué le voy a hacer? Yo leía muchas revistas de divulgación científica y también es lo que me metían en la escuela, que ya en mis tiempos (hace años de esto ya) excluían a Dios de la Creación (ahora ni me imagino cómo debe ser).
El primer documental que vi fue el del primer enlace que he puesto, que lo echaron en la tele un Viernes Santo por la noche. Y me conmocionó muchísimo.
No fue esa la primera razón de mi conversión ni la última, fue sólo un paso más, para ayudarme a convertirme.
Me sirvió también (a parte de otras más cosas) para darme cuenta de que lo que nos venden como "Ciencia" en realidad muchas veces no lo es, sino simplemente engaños para hacernos creer en la concepción materialista y atea del mundo. Como es por ejemplo el caso de la Síndone.
Como bonus (por si a alguien le ayuda) y para poner otro ejemplo de las cosas que me ayudaron a cambiar, pongo aquí un link a una conferencia de Michael Crichton en donde critica la "ciencia por consenso". Salen varios ejemplos de cosas que nos hacen pasar por ciencia y no son más que patochadas y especulaciones varias, eso sí, dichas por científicos, para dotarlas de credibilidad y que gente como yo (antes) nos lo creyéramos.
La conferencia se titula "Los extraterrestres causan el calentamiento global", de Michael Crichton
http://www.liberalismo.org/articulo/197/29/extraterrestres/causan/calentamiento/global/
Y es cierto que a un ateo que desea seguir siéndolo, le confirama en su ateísmo. A un "hereje" que no le incomoda la heterodoxia, le confiramará en más y más herterodoxias. Pero a quein busca con toda honestidad, y sólo con honestidad, me parece que lo acaba llevando a la Iglesia (insisto en sólo con honestidad, porque no niego la honestidad de ateos y de heterodoxos en genaral, pero éstos últimos, suelen estar encerrados en un ambiente al que se deben y eso contamina su inicial honestidad).
Y también comparto la idea de que la investigación, aun no contando con los requisitos de una mínima cristología, no sólo no hace daño sino que, si es investigación honesta, es contrastable, discutible, etc... es un bien. También para la fe.
Cierto lo que trae luis. Si se piensa al revés: un Dios que no se comunique... "el Dios de los filósofos", ¿qué sentido tiene? ¿qué nos dice? Es más, ¿qué tiene de Dios, sino es un Dios que se nos dé?
Yolanda: Yo tampoco he estado en Tierra Santa. Me gustaría mucho ir. Sería una gran experiencia pasar por donde pasó la Persona que más ha amado en este mundo y a la que nosotros correspondemos con un amor tan raquítico. Si alguna vez voy, quisiera volver con más capacidad de amar.
No poseemos la fe, sino que somos desposeídos por ella.
Espero haberme explicado. Tal vez me anticipo a lo que ha de venir luego.
Amfortas: Ahora mismo no sé dónde emplea Ratzinger la metáfora de la luna. Supongo que te refieres a la frase "misterium Ecclesiae, misterium lunae". También está el célebre discurso de la luna, del beato Juan XXIII, la noche del día en que se inauguró el Concilio.
He visto el nuevo número de "Alfa y Omega". Anuncian el tema del próximo Sínodo ordinario de obispos: La evangelización, el mismo tema del Sínodo de 1974, que dio pie, un año más tarde, a la exhortación apostólica de Pablo VI "Evangelii nuntiandi". También recuerdan a Madre Teresa en el centenario de su nacimiento y la toma de posesión del nuevo obispo de Palencia (¿asistió la Abadesa?) y el nombramiento del de Bilbao, que no es que haga un siglo que nacieron, aunque mons. Escudero sí es "centenario", ya que hace el nº 100 de los obispos de la sede palentina.
Yo llegué a Cristo a través del amor de una persona que hizo de intermediario entre Él y yo. El amor que esa persona sentía por mí me llevó al amor de Dios. No me acerqué a su realidad como quien conoce un hecho, sino con sed de amor y de amar. Esta persona, dándome humanamente lo que necesitaba, trascendió mi necesidad y la dirigió hacia Dios. Si no trascendemos el amor humano, si éste no nos conduce a su origen, siempre estaremos a expensas de las humanas necesidades contingentes de comprensión, afecto, comunión con otros. Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues nadie puede darte lo que Él sí puede, pues es el origen de todo amor.
El Dios de Aristóteles no amaba; era una mera conclusión lógica de su pensamiento sobre el ser. En Platón, era un ideal a alcanzar tras un trabajoso esfuerzo intelectual y ascético de ascensión, sin más apoyo que la innata necesidad humana de aspirar a lo perfecto, a la plenitud. Los cristianos, sin embargo, podemos recorrer ese camino de un modo mucho más accesible gracias a la figura de Jesucristo, Dios redentor encarnado en nuestra misma naturaleza. Ahora no hace falta ser un coloso de la moral o de la inteligencia para intentar ese ascenso a la Verdad inmutable.
Claro que hay razones para creer...
"¡No tengáis miedo! Jesús no vino a condenar el amor, sino a liberarlo de sus equívocos y de sus falsificaciones".
"Jóvenes de Francia: Es más que nunca la hora de trabajar con las manos enlazadas por la civilización del amor, según expresión favorita de mi gran predecesor Pablo VI. ¡Qué obra tan gigantesca! ¡Qué tarea tan entusiasmante!"
Juan Pablo II: Mensaje a los jóvenes de Francia. París, domingo, 1 de junio de 1980
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ja ja ja ja, no, no pude, invitada estaba, pero ese mismo día regresaba mi hijo mayor de Iralanda y no era plan no estar en casa.
Pero estuvo "yomismo", un amabilísimo parroquiano que sigue LPD aunque escriba muy ocasionalmente y dejó su excelente crónica en la noticia que dio Infocatólica.
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Eso es, aas.
Me alegra saber de "yomismo". El otro día era incapaz de recordar su nick, aunque sí de donde era.
Creo por un pura EVIDENCIA
del Ser en si ( Ens). Se muy bien que Dios existe y me ama. Está desde que nací en mis entrañas.
Me sé contingente y finito, y mi Dios es Necesario y Eterno.
Pero sé, que resucitaré de entre los muertos.
" El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? (Jn. 11:25-26).
SI, LO CREO. Profundamente lo creo, a pesar de mis pecados y por la infinita misericordia de Dios.
Es una GRACIA que me ha sido dada gratuitamente por herencia y por educación.
Cuando yo nací y vi la luz del mundo, Dios ya estaba perfecto e inefable muy dentro de mi ser, y en las profundas entrañas mi alma inmortal.
Y al tener uso de razón, se me hizo muy consciente su presencia, amistad y desbordante AMOR.
No necesito la sagrada revelación ( aunque es de muchísima ayuda y necesidad ) porque ya sé y noto que Dios está muy dentro de mi. Felizmente, no necesito demasiadas razones. Soy muy afortunado.
Saludos Blogger. Precioso y profundo POST.
El obispo en activo más anciano de España es ahora mons. Jaume Traserra Cunillera (Solsona), con 76 años. Contando a los eméritos, es mons. Damián Iguacén Borau (última sede: Tenerife), con 94 años. Después de mons. Iceta (1965), el más joven es el obispo electo de Teruel y Albarracín (1964).
He encontrado un interesante artículo sobre la Iglesia como luna:
http://www.encuentra.com/articulos.php?id_art=6519&id_sec=48
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jajajaja
156 El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural. Creemos «a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engañarse ni engañarnos». «Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razón, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espíritu Santo vayan acompañados de las pruebas exteriores de su revelación» (ibíd., DS 3009). Los milagros de Cristo y de los santos (cf. Mc 16,20; Hch 2,4), las profecías, la propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad «son signos certísimos de la Revelación divina, adaptados a la inteligencia de todos», motivos de credibilidad que muestran que «el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu» (Concilio Vaticano I: DS 3008-3010).
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¡Cómo me han podido gustar estas palabras!
Le daba vueltas al asunto buscando mis razones para creer pero......no era capaz de encontrarlas y enumerarlas. La repuesta se quedaba en un creo "porque sí" y claro soy consciente de que con esa razón no seré nunca capaz de convencer a nadie del regalo que supone tener fe.
Al llegar al comentario de Eduardo he visto claramente expresadas mis razones. ¡Precioso texto!
Lo de "trascender al amor humano....." me ha llegado al alma.
Yolanda: Recuerdo que el día de Corpus de 1974, en Zaragoza, donde estaba haciendo la "mili", al terminar la procesión, quedábamos en la plaza de la Seo unas damas crepusculares u otoñales, una joven y un servidor que también era joven, cuando salió el arzobispo, entonces mi tocayo D. Pedro Cantero Cuadrado, y las viejecitas se acercaron a besarle el anillo al tiempo que le decían: "Siempre con vuecencia". La chica y yo también nos acercamos a besarle el anillo. No sé quién sería, no nos conocíamos, ni nos dijimos nada, cada cual se fue por su lado. Otro día vi a un chico sentado cerca de la basílica de El Pilar leyendo la carta apostólica al cardenal Roy "Octogesima adveniens", de Pablo VI, que yo ya había leído. Ver a alguien de mi generación acercarse a besar el anillo del arzobispo o leyendo un documento pontificio me daba ánimos, me hacía pensar: "No estás solo".
Ya me dirás si en las tomas de posesión a las que has asistido había juventud (menores de 25 años) o no la había. Yo antes de llegar al cuarto de siglo asistí a dos consagraciones y dos tomas de posesión episcopales, una algo accidentada (la de D. Marcelo González en Barcelona), pero no fue culpa mía ni de los que me acompañaban.
SPH, caro.
Sed buenos, que Dios os lee.
Bona nit.
También a mí me ha gustado, como a Nieves, la explicación de Eduardo de las 2:25 PM. Aunque mi caso es más, al menos en cuanto al nacimiento de la fe, como el de Asclepio: nací con la fe puesta.
Nunca he dejado de tener fe en Dios, en un Dios personal, en el Dios Trinitario que nos crea a su imagen y semejanza, se nos comunica y nos llama a compartir su intimidad.
Mis crisis de fe han sido siempre crisis de fe en la Iglesia, idas y venidas, entradas y salidas, como ya sabéis los conocidos.
Las salidas, solían ser por enfados severos a causa de razones concretas y dificultades muy serias para aceptar determinados aspectos del magisterio. Y los regresos, porque, puestos a ver cuál es la única Iglesia posible heredera directa de Jesús y sus Apóstoles, no me cabe duda de que es, o la Iglesisa Católica, o ninguna.
Si ahora tengo la certeza de que se trata de una vuelta y una adhesión definitivas, no es tanto porque haya resuleto dificultades doctrinales -alguna me queda ahí sin resolver y no hay manera- como porque he comprendido que lo mío ha sido un proceso, el mío particular y, sin pretender compararme a Newman -Dios me libre-, pienso, como él, que nada más que yo hubiera puesto de mi parte con todo empeño habría podido acelerar ese proceso. Las cosas han sido como Dios ha permitido a mi libertad y como se han ido desarrollando los aacontecimientos.
Las palabras concretas de la canción son
"porque eres la razón de mi vida
mi fuerza, consuelo y alegría
porque eres el amor que yo soñé
y sin Tí estoy perdido y nada soy..."
Además, como dices, es un amor que trasciende, y al cual me impulsa como una pértiga el amor humano que siento por mi marido y mis hijos.......
Como dicen, perdón como decimos, los jóvenes ¡¡es muy fuerte!!
Amfortas: Me gusta mucho el de la Luna, comparto lo expresado por Bendicto XVI, es muy bella la comparación que utiliza, de vez en cuando, cuando estoy orando y la luna se asoma a mi ventana siento lo mismo y la contemplo, y me figuro a los pies de la que guardo la luz en su seno Virginal.
Yo llegué a Cristo a través del amor de una persona que hizo de intermediario entre Él y yo
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Eduardo: Así aprendiste tú a construir puentes . Estupendo comentario, gracias ¡ Qué riqueza
Me pregunto …¿Quiénes serán los Santos que están al pie de la cruz del post?
Precioso post gracias.
aas,
Copia y pega el enlace en la barra de direcciones o, si no, busca en google iglesia luna pellitero encuentra
http://corazoncatolico.blogspot.com/2010/08/hasta-la-cumbre.html
Es una pasada, que lo disfrutéis, Bonne nuit.
En fin,una muestra más de que la Belleza proviene,como todo lo bueno,de Dios.
El Señor tiene para cada uno un camino distinto. Algunos necesitamos de mediaciones, sin las cuales nunca hubiéramos llegado a su conocimiento. No importa; Él siempre nos espera y nos está hablando de algún modo. Yo necesité de la aparición providencial de Pedro (q.e.p.d.) para poder descubrirle y descubrirme. Fijaos si le debo cosas a este bienhechor que fue quien me sacó del infierno en el que estaba, el que me inició en la profesión, el que me presentó a mi mujer y el que, además, me llevó a Dios. Casi nada... Para mí fue un enviado, como un ángel de carne y hueso que me orientó hacia el buen camino por completo.
Nerea,
Sin duda sería César quien lo recomendaría.
aas,
Pon todas las palabras, pero por separado. Si das con ello, prueba con este otro enlace, que el artículo está en varios sitios:
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9053
Buen fin de semana a todos.
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Este comentario me ha gustado.
Todos los milagros de Cristo y el de todos los santos son para señalarle a El, como el verdadero Hijo de Dios.
Un saludo.
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Eduardo: Que tesoro tan grande es tener un amigo así,que te quiso con amor y con gran misericordia, deseando el bien para ti .
Así son los santos sencillos, comunes y corrientes, seres que aman, ríen, lloran y se apiadan de los demás.
Como se dice en el lenguaje popular : ¡Qué gran Chollo! Eduardo.
Ya , sabéis queridos míos mañana es Sábado toca Evangelizar, os pido me acompañéis con un cachito de vuestra oración.
Bonne nuit.
Y como colofón impresionante, una vez que me dejó bien encarrilado, murió, con apenas 44 años. Lo dicho; parecía que hizo su misión conmigo y, concluida, Dios lo llamó a su lado.
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Me despido. Que descansen en el Señor. Buenas noches.
Rezo por todos vosotros, por vuestras intenciones conocidas y por cualesquiera otras que tengáis.
Os pido lo miso para mí y mi familia.
Eduardo alude a un tema que podemos, cada uno a su modo, generalizar en cierto sentido: Ha habido - y hay - personas que nos hacen bien.
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