La alegría de pertenecer a la comunión de la Iglesia
Como lo prometido es deduda, presento ahora en el blog la crónica de la toma de posesión de D. Luis Quinteiro como Obispo de Tui-Vigo, que tuvo lugar en la tarde de ayer en la catedral de Tui. Firma la crónica la enviada especial de La Puerta de Damasco, Yolanda:
Caminar por Tui a la hora de sobremesa, en una tarde cálida aunque nublada es –salvo por lo dolorido de unos pobres pies que han pisado todos los empedrados de la zona con el más inadecuado y desacostumbrado calzado- una delicia. Me acordaba aas: placas conmemorativas, estatuas y nombres de calles recuerdan a los antecesores ilustres de don Luis Quinteiro Fiuza. Y, según don Guillermo nos explica los detalles, los tres recordamos con una sonrisa cariñosa a nuestro nakmigo antiguo alumno salesiano. Otro encanto del paseo: todo el mundo saluda a nuestro párroco virtual con muestras de amistad y reverencia. Y es que, ya lo comenté ayer, don Guillermo tiene exactamente el carácter que todos conocemos en el blog; no da ninguna sorpresa: a los cinco minutos parecía que estuviéramos con alguien a quien conocemos personalmente hace mucho. No es de extrañar, pues, ver con cuánta alegría lo saludan sus muchos conocidos a su paso por las calles tudenses.
La catedral Tui es muy hermosa en cuanto a su serena belleza románio-gótica, pero no en cuanto a amplitud. De tal modo que los asientos de las naves, una hora antes del comienzo de la ceremonia, ya estaban ocupados por los pocos fieles que habían tenido la paciencia de acudir con horas de antelación, ya que la mayoría estaban destinados a familia, invitados personales, autoridades y medios.
La multitud de fieles tuvo que acomodarse en los cuatro lados del precioso claustro gótico, para contemplar y escuchar la ceremonia en grandes pantallas. Lo cierto es se ve mejor en las pantallas. La cámara enfocaba, lógicamente, al altar durante la mayor parte del tiempo, o lo que es lo mismo, a don Guillermo, que estaba en el coro alto, el coro canonical, al lado de la sede prelaticia (esta expresión no lo había oído en mi vida, hasta que don Guillermo nos ha explicado que “todo tiene un nombre”)
Los canónigos, en traje coral, recibieron al obispo a su llegada, pero más tarde, y después de la vista a la capilla del Santísimo mientras se entonaba el Ecce Sacerdos Magnus, desfiló la cumbre de mitras ( así la ha llamado con cierto humor El Faro de Vigo) seguida de los concelebrantes. Un desfile de cabezas mitradas es, en sí mismo, espectacular. Aproveché para ir identificando al oído de mi hijo a cada obispo, ya que él sólo reconoce a Monseñor Rouco y a don Demetrio, con quien tuvo ocasión de hablar y rezar en Vetusta, en la Cámara Santa. La procesión acabó en beso del altar, momento en que mi hijo me comentó: “mamá, nombrando a cada obispo, pareces uno esos niños que presumen de saberse las alineaciones de los equipos de fútbol”. Y, bien pensado, es cierto que mi presentación de obispos guardaba cierta curiosa similitud con la alineación de un equipo, en tan solemnes momentos. Los requerimientos de una solemnidad pueden resultar a ratos fatigosos: tanto “Excelentísimo y reverendísimo", mil veces repetido… Pero hasta esos detalles, siquiera por la oportunidad que me brindaron de explicar a mi hijo el sentido de ciertos elementos aparentemente sólo protocolarios, tienen su encanto.
El nuncio, entre el nuevo obispo de la Diócesis de Tui-Vigo y la siempre imponente figura de monseñor Amigo, mandó mostrar la Letras Apostólicas al Colegio de Consultores; luego, que fueran leídas. Emociona escuchar las fórmulas de la designación de obispos en palabras del Papa.
Hacía cinco años que no escuchaba una misa en gallego, alternado con castellano (y latín, al menos en el Pater Noster). Por eso, cuando en el comienzo de su Homilía, Monseñor Quinteiro Fiuza tuvo el delicado y tierno detalle filial de dirigir su primer agradecimiento a su madre, escuchar “a miña nai” me conmovió doblemente: por la belleza del gesto y por el uso de esa expresión gallega con que en ocasiones yo obsequiaba a mi propia madre, gallega también.
Don Luis centró su homilía en tres acontecimientos a los que quiere que su nueva diócesis siga dedicando gran empeño: el Año Santo Jacobeo, el Año Sacerdotal y la Jornada Mundial de la Juventud. Del primero me parece destacable que dijera que es una “gracia excepcional que el Señor nos envía para la renovación cristiana de nuestras parroquias y movimientos eclesiales en este tiempo, tan escaso de medios extraordinarios de evangelización”. Acerca del Año sacerdotal, recordó que los presbíteros están “llamados a ser la presencia real y visible de Jesucristo, Buen Pastor” e ilustró esta afirmación con palabras de la Carta de Convocatoria del Año Sacerdotal de Benedicto XVI y de la Presbyterorum Ordinis, que resultarían muy reconfortantes para los muchos sacerdotes allí congregados.
Pero las que me parecieron verdaderamente preciosas fueron unas palabras que, referidas a la Juventud, a propósito de la JMJ que el 2011 se celebrarán en Madrid, tenían el sello de quien conoce a los jóvenes y espera de ellos mucho más de lo que suelen a dar entender los tópicos al uso sobre la juventud. Son éstas: “Si nuestros jóvenes se dejan ganar por Jesucristo (…) tendremos hombres y mujeres llenos de energía e ideas que afrontarán sin complejos los retos de nuestro mundo y las aporías de nuestra cultura” Nada que ver con esa ramplona adulación a los jóvenes con que, por el mero hecho de ser jóvenes, se les suele obsequiar. Me las llevé en la memoria.
Al final de su homilía, don Luis insistió en lo que parece que quisiera que fuera el sello de su misión en Tui-Vigo: el espíritu de comunión. Tres veces aparece esa palabra en el párrafo final:; la comunión eclesial como referencia teológica de todo el legado eclesiológico; ferviente llamada a vivir y promover la espiritualidad de comunión; hacer de la diócesis una casa y escuela de comunión.
Y esa es justamente la jubilosa sensación que me llevo, la misma que me llevé de Vetusta tras participar en la toma de posesión de don Jesús Sanz Montes: la alegría de pertenecer a la comunión de la Iglesia.
Yolanda.
Se puede consultar también el Faro de Vigo. O esta otra noticia.
27 comentarios
Para mí es un ejemplo la obediencia con que cada Obispo designado acude a su nueva diócesis. Sabe que debe hacerse cargo de todo cuanto ello significa, dejando la diócesis anterior donde ya tenía todo organizado. Después de sembrar, comenzar de nuevo. Ha de elegir colaboradores, y saber transmitir la palabra de Jesucristo, puesto que todo Obispo es un sucesor de los apóstoles.
Esta entrega me llena de admiración y me dice muy claramente lo que es el ministerio episcopal: una total desapropiación, un estar dispuesto a ser siempre signo eminente de Cristo, Esposo de la Iglesia.
Por todo esto, vaya mi gratitud, obediencia y promesa de oración para todos nuestros Obispos.
Muchas felicidades, don Guillermo, a usted y a su diócesis. Por cierto, no pasará el verano sin que acuda a Santiago para ganar el jubileo. Por supuesto que me acercaré a Tui, por si pudiera saludarle.
Flavia: de momento, mons. Quinteiro no deja su antigua diócesis: le han nombrado administrador apostólico.
He seguido un poco por televisión la beatificación del P. Josep Tous i Soler. También había cumbre de mitras, o, como les llama mossèn Josep Mª Ballarín, "paperines episcopals" (bolsas de papel episcopales).
Me alegro que exista ese reconocimiento en la calle para con D. Guillermo. Con los comentarios al último post me había llevado la triste impresión de que lo zaherían más de la cuenta. Bien está que aparte de las campañas de los medios, de los exabruptos de personas con poco tiento, etc., exista esa otra realidad. Y eso merece también ser destacado, como ha hecho nuestra buena corresponsal.
Felicidades pues a Yolanda, a los vigueses y a los tudenses (en particular a D. Guillermo) y a todos los consagrados hoy muy especialmente.
Me alegro de que les guste.
Gracias Amfortas: te aseguro que tanto en Tui como en Vigo a don Guillermo lo paran, literalemente, por la calle para decirle palabras cariñosas. ¡Vaya si se notra que lo quiere todo el mundo!
Gracias Amfortas: te aseguro que tanto en Tui como en Vigo a don Guillermo lo paran, literalemente, a cada paso por la calle para decirle palabras cariñosas. ¡Vaya si se nota que lo quiere todo el mundo!
Enhorabuena a los Tudenses y vigueses.
Me alegro dde que sus convecinos sepan que Don Guillermo es un grande.
¿No se reservaba asiento preferente a las abadesas, como en Vetusta? SPH
Aquí estuve sentada, pero en el clautro. En Vetusta, Flavia tenía asiento, pero el niño y yo no.
Lo que me deja asombrada (¡menos mal que aas lleva la cuenta de todo!) es que tengamos 7 sedes sin obispo. ¿Eso es lo normal o es algo excepcional?
No acabo de entender por qué, en otros casos, las cosas van de otro modo. Cuando saben, con muchísima antelación, la "fecha de caducidad".
En otros países habrá injerencias y problemas. En España no creo que el Gobierno plantee ningún problema en cuestión de nombramientos de obispos.
Si te cansas de dar clases, ya sabes a lo que te puedes dedicar también con gran talento.
Y enhorabuena, claro, por la entrada del nuevo Obispo. Seguro que dará un buen servicio a su diócesis.
Yo no tengo fotos.
Por cierto para cuando la sotana.............
Ya se empiezan a ver algunas por la catedral, tambien cabria destacar la capa pluvial del dean de la catedral, por suerte se van desempolvando las vestiduras antiguas ....
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