El Papa, sobre la realeza divina de Jesucristo
Queridos hermanos y hermanas
En este último domingo del Año litúrgico celebramos la solemnidad de Jesucristo Rey del universo, una fiesta de institución relativamente reciente, pero que tiene profundas raíces bíblicas y teológicas. El título de “rey” referido a Jesús es muy importante en los Evangelios y permite dar una lectura completa de su figura y de su misión de salvación. Se puede notar a propósito de esto una progresión: se parte de la expresión “rey de Israel” y se llega a la de rey universal, Señor de cosmos y de la historia, y por tanto mucho más allá de las esperanzas del propio pueblo hebreo. En el centro de este itinerario de revelación de la realeza de Jesucristo está una vez más el misterio de su muerte y de su resurrección. Cuando Jesús fue llevado a la cruz, los sacerdotes, los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: “Es el rey de Israel; que baje ahora de la cruz y creeremos en él” (Mt 27,42). En realidad, precisamente en cuanto que es el Hijo de Dios Jesús se entregó libremente a su pasión, y la cruz es el signo paradójico de su realeza, que consiste en la victoria de la voluntad de amor de Dios Padre sobre la desobediencia del pecado. Es precisamente ofreciéndose a sí mismo en el sacrificio de expiación como Jesús se convierte en Rey universal, como declarará Él mismo apareciéndose a los apóstoles tras la resurrección: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra” (Mt 28,18).
¿Pero en qué consiste el “poder” de Jesucristo Rey? No es el de los reyes y el de los grandes de este mundo; es el poder divino de dar la vida eterna, de liberar del mal, de derrotar al dominio de la muerte. Es el poder del Amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, traer paz en el conflicto más áspero, encender la esperanza en la oscuridad más espesa. Este Reino de la Gracia no se impone nunca, y respeta siempre nuestra libertad. Cristo vino a “dar testimonio de la verdad” (Jn 18,37) – como declaró frente a Pilato –: quien acoge su testimonio, se pone bajo su “bandera”, según la imagen querida a san Ignacio de Loyola. A toda conciencia, por tanto, se hace necesaria – esto sí – una elección: ¿a quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿A la verdad o a la mentira? Elegir a Cristo no garantiza el éxito según los criterios del mundo, pero asegura esa paz y esa alegría que sólo Él puede dar. Lo demuestra, en cada época, la experiencia de tantos hombres y mujeres que, en nombre de Cristo, en nombre de la verdad y de la justicia, han sabido oponerse a las adulaciones de los poderes terrenos con sus diversas máscaras, hasta sellar con el martirio esta fidelidad suya.
Queridos hermanos y hermanas, cuando el Ángel Gabriel llevó el anuncio a María, Le preanunció que su hijo habría heredado el trono de David y reinado para siempre (cfr Lc 1,32-33). Y la Virgen creyó antes aún antes de entregarlo al mundo. Debió después, sin duda, preguntarse qué nuevo tipo de realeza era la de Jesús, y lo comprendió escuchando sus palabras y sobre todo participando íntimamente en el misterio de su muerte en cruz y de su resurrección. Pidamos a María que nos ayude también a nosotros a seguir a Jesús, nuestro Rey, como hizo Ella, y a dar testimonio de Él con toda nuestra existencia.
Benedicto XVI, “Angelus", 22-Noviembre-2009.
88 comentarios
Habrán de esperar un poco.
Paciencia.
PRIMERO, porque les limita el goce de las riquezas, recordándoles que ante Dios ellas no representan nada, y que si se abocan sólo a ese disfrute, serán escoria en la vida eterna.
SEGUNDO, porque los ricos aumentarán más rápidamente sus riquezas en la medida en que la gente los admire y trate de imitarlos. Pero si la gente orienta su vida a ganar un tesoro en el Cielo, la acumulación galopante de riqueza y de poder que vemos hoy en día, amenguaría de manera sustancial.
TERCERO, porque quienes reconocemos la reyecía de Cristo diferenciamos perfectamente entre legalidad - proporcionada por el poder del Estado - y legitimidad, la cual se basa en el Orden Natural y en los Mandamientos de Dios. Esto molesta al poder mundano, que exige que se reconozca legitimidad a todo lo legal, aunque se trate de verdaderas aberraciones, como el aborto.
(...)Con esta petición reconocemos en primer lugar la primacía de Dios: donde El no está, nada puede ser bueno. Donde no se ve a Dios, el hombre decae y decae también el mundo.(...)En modo alguno se nos promete un mundo utópico en el caso de que seamos devotos y de algún modo deseosos del Reino de Dios.(...) "Reino de Dios" quiere decir "soberanía de Dios", y eso significa asumir su voluntad como criterio. Esa voluntad crea justicia, lo que implica que reconocemos a Dios su derecho y en él encontramos el criterio para medir el derecho entre los hombres.
Joseph Ratzinger
Jesús de Nazaret
Pags. 180-181
De este modo, la interpretación progre o liberal termina por darse la mano con la barroca: el mundo, sobre todo en su aspecto social y político, serìa un lugar impermeable a la gracia, porque la gracia no redimiría ni elevaría a las sociedades. Dios sería un Dios personal y en su aspecto de reconocimiento social, de muertos, al que arrojamos nuestros cadáveres para que ingresen en su Reino. En el mundo sublunar, de lo que se trataría es de realizar los valores humanos, sobre todo aquellos en los que acordamos con quienes no tienen fe, porque siendo la fe algo personal no puede trascender al àmbito social y político. Se identifica además, reconocimiento social de la Realeza de Cristo con coacción, por lo que queda descartado dicho reconocimiento, contra lo expresamente señalado en la doctrina política de la Iglesia.
La interpretación patrística rechaza este concepto de reino de ultratumba, subrayando que el Reino está ya aquí, y que Cristo es efectivamente Rey: de las sociedades depende reconocerlo, porque no es sólo Rey a título personal, sino comunitario, dado que la sociedad también es una criatura de Dios, que hizo al hombre social y político. También el hombre es sujeto de la gracia en cuanto forma parte de la comunidad. También la comunidad debe elevarse por la gracia y el reconocimiento público y oficial de Nuestro Señor, tornándose Cristiandad.
Esta doctrina, muy disimulada, no ha sido abrogada en el magisterio pontificio, es claro. Pero no creo que pueda hablarse de un desarrollo, en la lìnea de Newman, de la doctrina cristalizada en la Quas Primas, sino más bien de un empobrecimiento: se suprimen los aspectos sociales del reinado crístico o se los señala con menor énfasis que los valores humanistas, por motivos de oportunidad.
El desarrollo teologal sí está en el magisterio que comienza en la Inmortale Dei y culmina en la Encíclica de Pío XI. Luego, por motivos de oportunidad, hay como un retroceso filogenético en el desarrollo. Algo que Newman calificaría como receso o detención del magisterio, lo que no es un fenómeno inusitado. Este receso ha sido aprovechado para imponer la falsa idea liberal de que la comunidad política no tiene la obligación de reconocer la Realeza Social de Cristo, cosa que es comùn escuchar de labios de muchos integrantes de la jerarquía.
De allí que San Agustín aclare: " Por lo que no dice: Mi reino no está en este mundo, sino "no es de este mundo" ( Jn 8,23). Es, pues, de este mundo todo lo que en la humanidad, si bien creado por Dios, fue generado de la raza viciada de Adán. Fue, pues, hecho un reino, no ya de este mundo, de todo aquello que fue regenerado en Cristo. Así, pues, Dios nos sacó del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor"
Gracias, Santo Padre, una vez más. Siga dirigiendo este barco de la Iglesia peregrina de la mano del Espíritu Santo, que le hace hablarnos con palabras de sabiduría.
¡Este Papa modernista! ¿Se habrá leído el Papa actual la Quas Prima?
Creo que el teólogo Ratzinger, en materia de magisterio, tiene ideas bastante poco convencionales sobre su valor, en particular en materia social y política. El problema es que eso es una avenida de doble vuelta: cuando Ratzinger dice que la Dignitatis Humanae es el "Antisyllabus", está relativizando a ambos. Es fatal.
Así para Jesús, el Cristo, el que es santo entre los santos y vivo entre todos los vivos, es de ignorantes pretender que Él sea el rey de este Mundo, donde la oscuridad, la muerte y el pecado Original es la ley de este Mundo.
Jesús el Cristo sí ciertamente es rey. Pero no de este mundo que es mitad oscuridad y mitada luz y vida limitada. Sino del suyo propio que es una infinita dimensión toda ella de infinita luz iluminada y de toda ella de infinita vida poblada. Esta infinita dimensión, su morada, es la verdad su verdad. La que Él vino a dar testimonio.
Pues parece que "la consigna desde el posconcilio" y los cuarenta años de desierto no son ideas que comparte Benedicto XVI.
En resumen: obispos y papas, es decir, quienes tienen en sus manos y en sus bocas el Magisterio, se mueven "por consignas".
Y yo creyendo que la heterodoxa era yo. Es decir: la sintonía que yo percibía -y parece que fredense y eduardo también- entre el texto del Papa y el de la homilía de don Guillermo se debe en realidad, no a que hablase un sacerdote en comunión plena con Roma, no, sino a que ambos siguen las mismas consignas. extraordinario.
Papas, obispos, sacerdotes... no nos edifican con el Magisterio que ilumina una homilía, por ejemplo, sino que nos mueven emitiendo consignas. Y además, ¡relativistas!
Lo que todos llamamos "comunión", los trads lo llaman consignas
Me va quedando claro esto del tradicionalismo: el desierto de 40 años consiste en que todo el Magisterio del CVII y años siguientes está formado por consignas relativistas.
¡Claro! ¡Por eso es fácil estar en sintonía! Pues fíjate que los "progres", ni eso. Y ahora que iba yo ya entrando en cierto grado de sintonía, vienen los tradicionalistas y me cambian la sintonía.
Ya me sé el resto: que fue a los católicos tradicionales a los que el rupturista Concilio os cambió la sintonía. Pobrecitos. No habíais nacido, pero os cambiaron el paso.
Pues mira, luis: carece de toda lógica. Recordarás que en aquellos posts sobre presuntas rupturas litúrgicas, en los que casi corre la sangre por todos los blogs en los que entrabais en tromba, yo no participaba. Y mira que intenté implicarme, en serio. Yo me decía: voy a ver si me engancha. Y nada, que no. Que os quitan el tema de la liturgia (que nunca se ha abolido ni prohibido, ni nada que justifique tanto griterío) y os quedáis sin tema.
Ah, no: hay otro. Llega esta fecha y LA CONSIGNA ES: ¡a armarla, que toca el tema del Reinado.
Porque esto sí que son consignas en estado puro; eso es justamente lo que significa la palabra consigna. El entramado interno del ciertos movimientos extremistas y extremadamente minoritarios precisa de la consigna para mantenerse.
Cuando vea que os interesa.... qué sé yo, la oración, por ejemplo; cuando vea que hay algo de espiritualidad personal, empezaré a crerme que el tradicionalismo es algo más que una mera postura estética, o peor aún, política, sin relación alguna con la salvación, con alcanzar el fin de nuestras vidas, que es Dios.
A veces pienso que hay mucho más agnosticismo en las filas tradicionalistas que en una convención de ateos.
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Luis. No sólo de los labios de la jerarquía, sino de Papas. O sea, La Iglesia. Sólo hay que leer varias encíclicas, cartas pastorales para verlo. No sé, tengo algunos matices sobre el párrafo. Quizás se puedan aclarar porque, cada vez que sale este tema (sobre todo si se refiere a comunidad política), hay cierta discrepancia.
Desde mi punto de vista, luis, el Reinado de Cristo es la doctrina de salvación, y de cómo se hace posible ese reinado en Él. Para mí, su objeto principal es la redención del hombre y su liberación de las fuerzas del mal en la tierra. Y lo que no significa “el reinado”, o tiene que ver, es con diseños de sistemas de organización socio-político o imposiciones derivadas del mismo.
En mi opinión, el Reino de Cristo es dinámico. Es el “gobierno” de Dios que activamente invade el reino de Satanás, el del Mal (en el mundo) a través de nosotros. Y su forma de aplicarlo a la comunidad sucede tras la conversión del hombre en su interior, porque el entorno (comunidad, sociedad) en el que vive la persona espiritualmente renovada, junto con sus actos,transforman la sociedad, Estado y cultura.
On broad lines, así lo entiendo, luis.
En mi opinión, el Reino de Cristo es dinámico. Es el “gobierno” de Dios que activamente invade el reino de Satanás, el del Mal (en el mundo) a través de nosotros. Y su forma de aplicarlo a la comunidad sucede tras la conversión del hombre en su interior, porque el entorno (comunidad, sociedad) en el que vive la persona espiritualmente renovada, junto con sus actos,transforman la sociedad, Estado y cultura.
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Pues yo pienso lo mismo, Marcos.
Nadie puede negar la soberanía de Cristo, ya que Cristo es Dios, y Dios está por encima de todo.
¿Pero cómo ejerce su realeza? Atrayendo nuestros corazones, renovándolos, e impulsándonos a construir un mundo renovado.
Nada se niega de lo esencial. Pero tampoco se convierte, artificialmente, en esencial lo que no es más que coyuntural.
Y, por si hay suspicaces, reafirmo mi adhesión a TODO el magisterio de la Iglesia. A TODO, también al reciente, que interpreta y aplica, para nuestra época, el magisterio anterior.
En el fenómeno "tradicionalista", Yolanda, yo veo una especie de reacción posmoderna. Una especie de decepción con la modernidad y, en consecuencia, una proyección de esta decepción sobre los esfuerzos de la Iglesia por evangelizar la modernidad.
Pero las épocas históricas y los movimientos culturales - entre ellos, la modernidad - están ahí. Gusten o no gusten. La Iglesia tiene la misma misión que siempre: anunciar a Cristo en cada época. La misma que en la Antigüedad, que en la Edad Media y que en la Modernidad...
Situarse en un limbo al margen del tiempo puede valer para nostálgicos, no para los pastores.
Es mi modo de ver las cosas.
Y por supuesto, que la reinvindicación de la Cristiandad como forma de asunción por parte de la gracia, de la comunidad política, no empecía a la doctrina de que esta reyecía comienza en el interior de cada hombre, y todo lo que dices, como refutando mi posición. Basta con leer la Inmortale Dei.
Es et et, no aut aut: dimensión individual y dimensión social y politica. Ambas deben ser redimidas, ambas pueden y deben ser sobreelevadas por la gracia.
Negar que la gracia pueda y deba elevar un orden social y político, reconociendo a Cristo como Señor, es una herejía: es decir que hay dimensiones que se han sustraído a la redención del Señor.
No hace falta ser un zahorí para notar que esta doctrina no ha sido suprimida. Simplemente relegada, por motivos oportunistas.
Pretender que en la Iglesia estamos en situación de normalidad, cuando el Primado de Inglaterra aparece hoy mismo en Infocatólica ofreciendo flores en el altar de dioses paganos, y recibiendo en la frente unciones paganas, esto último a ejemplo del Pontífice anterior en la India, es engañarse.
Pero forma parte intrínseca del mensaje cristiano, que como dice el Pater, constituye la misión de la Iglesia.
No es cuestión de nostalgias, sino de fidelidad.
He estado algo ocupado últimamente. Pero me he entretenido esta tarde leyendo las últimas discusiones (sobre todo las de este mismo blog, de hace unos días) y me gustaría señalar que podría firmar todo lo que han escrito Yolanda y Tineo. Aunque creo que ya es de sobra conocido que soy también hijo del CVII (que considero que ha sido una auténtica bendición para la Iglesia, inspirado por el Espíritu Santo, y cuyos frutos apenas hemos comenzado a vislumbrar hoy) y el más entregado de los juanpablistas que imaginarse pueda.
Un saludo muy cordial.
Y mira, la dialéctica esa que te inventas (preocupación por la liturgia vs. oración) es muy vieja, y muy mentirosa. Nos la endilgan los progres cuando se les acaban los argumentos. El día que te inventes el oracionómetro hablamos.
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No sé, pater, si es rechazo a la modernidad en su totalidad o no, pero también creo que son diferentes puntos de vista en el "cómo" se transfiere a la comunidad social ese Reinado de Cristo.
Yo pienso que es a través de nosotros, de forma dinámica y un Tradicionalista piensa que se debe de forma jerárquica. Y también creo que, ciertamente, esa forma ya ocurrió y por ello, quizá, esa nostalgia.
Y hasta lo puedo entender, pero no compartir tal rechazo. Echar la vista atrás produce parte de ese rechazo a la modernidad.
El cristianismo ha llevado a cabo varios ejemplos de ese reinado terrenal a lo largo de su historia. La creación de gobiernos cristianos, la cultura cristiana, la filosofía, el arte, la literatura, etc.
A lo largo de la Edad Media se cree, sin ninguna duda, que toda la creatividad humana debe realizarse "en el nombre de Cristo", y que Cristo reinaba sobre todas las empresas de la humanidad, especialmente las que eran comunes a todas las personas y actividades del Estado.
Aplicaban el pensamiento estricto que los reyes y gobernantes de las naciones, no eran más que siervos de Cristo y de la Iglesia y nadie podía, ni tenía el derecho a pensar lo contrario.
Pero es que no estamos en el Medievo, ni la sociedad actual es homogénea para aplicarlo de igual forma o culturalmente predispuesta a ello.
Creo firmemente que la Iglesia debe ser capaz de proporcionar respuestas para las cuestiones de la vida social a través de los siglos. No las cuestiones técnicas, por supuesto.
También puedo estar equivocado, cómo no, pero pienso hoy en día que si el sacerdocio está para el servicio de la Palabra y el altar (entre otras cosas), entonces creo que hay una importante reserva de talento entre la multitud de laicos en nombre de Cristo. En todos los campos socio-culturales.
En mi opinión, la "vocación" de laico conlleva una obligación de servicio/testimonio público. De ahí mi explicación anterior sobre cómo transferir a la comunidad el Reinado Social de Cristo.
Y, siento las parrafadas o extensión del mensaje.
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Pues Ok
JUAN PABLO II
ECCLESIA IN EUROPA
“En las relaciones con los poderes públicos, la Iglesia no pide volver a formas de Estado confesional. Al mismo tiempo, deplora todo tipo de laicismo ideológico o separación hostil entre las instituciones civiles y las confesiones religiosas."
Dignitatis Humanae
"sería lógica la confesionalidad en una Nación, cuando así lo exijan razones históricas, que son las "peculiares circunstancias de los pueblos".
Benedicto XVI: «Democracia, instituciones y justicia social»
"La Democracia, instituciones y justicia social afronta problemas de gran actualidad. A veces se lamenta la lentitud con que se abre camino la democracia y, sin embargo, sigue siendo la herramienta histórica más valiosa, si se utiliza bien, para disponer del propio futuro de forma digna. Se requieren, en primer lugar, instituciones apropiadas, creíbles y autorizadas, que no estén orientadas a la mera gestión del poder público, sino que sean capaces de promover niveles articulados de participación popular, en el respeto de las tradiciones de cada nación, y con la constante preocupación de custodiar su identidad."
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Puede que yo esté equivocado, luis, pero desde luego motivos tengo para no estarlo.
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No veo que esté equivocado, Marcos.
Cristo reinará en este Mundo, sí. Pero será en la Parusia, a partir de su segunda venida.
Después del fin de este nuestro Mundo actual de oscuridad y de muerte. Cuando la oscuridad y la muerte sean pasadas.
Cuando todo y todos ser sean juzgado según sus obras.
Cuando todo ser contaminado de Pecado Original sea limpiado.
Con los justos. Después del tiempo de resurrección de los muertos.
Cuando el planeta Tierra en su sitema Solar sea cambiado.
Jesús en sus evangelios y el libro del Apocalipsis hablan muy claro respecto a esto.
Y me extraña mucho que el Padre Morado diga que no estás equivocado.
No hay contradicción entre la doctrina secular de la Soberanía de Cristo, que ha sido formulada como tesis en múltiples documentos, y estas apreciaciones prudenciales (Juan Pablo II dice que la "Iglesia no pide" el Estado confesional; anteriormente sí lo pedía -está claro que no hay docencia, sino posición prudencial).
En cuanto a tu comentario anterior, me parece que confundes la Soberanía Social de Cristo con la prevalencia de la Iglesia sobre el Estado, que es otra cuestión muy distinta.
No niego la soberanía de Cristo. No puedo negarla.
Sí, la soberanía de Cristo no es prevalencia de la Iglesia sobre el Estado.
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Oh, oh,luis.
La dialéctica -que no invento pues, como dices- es efectivamente tan vieja como lo es la tendencia a fagocitar la espiritualidad por parte del político.
No tengo ni tendré nunca un oracionómetro. pero tengo una memoria enorme (la del ordenador, claro) donde no hay guardado apenas comentarios de tradicoonalistas que hablen del asunto espiritual por excelencia: nuestra redención y salvación. Ni de la relación con Dios. Ni de piedad personal.
De ritos considerados en su dimensión estética y de política, a montones.
Hasta hace un par de meses, luis, no ponía en duda la sinceridad de la fe de la mayoría de filocismáticos. Ahora, con todo lo que hemos llegado a ver pr aquí, de algunos, me atrevería casi a negrala directamente. Quizá no sea el caso de un tradiconalista Argentino, pero aquí hay una historia peculiar y alguno e estos a los que aplaudes, luis, no hablan por amor a la Iglesia ni a una fe que no tienen.
Lo tuyo, nostalgia y estética.
Lo de ellos, política.
Y los progres -vaya, ¿ahora vuelvo a serlo?- algunos nos on más que personas en búsqueda -¿errada?- sincera. Y lo que han de encontrar para su salvación no sois vosotros quienes podéis mostrarlo. O se encvuentra en el seno de la Iglesia o no se encontratá, y menos, claro, en el cisma.
Si no querés que te resuenen ciertas palabras, no llamés más hereje a nadie.
Es algo muy preocupante. Si no se corta esta deriva será imposible respirar aquí.
Algunos niegan la Soberanía de Cristo en tesis.
Otros dicen que no es oportuna, pero no niegan la doctrina.
Unos dicen que ha cambiado la doctrina de la Quas Primas.
Otros dicen que ha evolucionado.
No son las mismas posiciones. Aquí no hay dos posiciones.
Hay que aclarar la tesis (si es obligación de la comunidad política reconocer a Cristo como Señor - quien niega esto no está lejos de la herejía) y después despejar las posiciones sobre la oportunidad o la adaptibilidad del mensaje.
Que ha evolucionado, sin negar nada.
Que, prudencialmente, hay otros modos de salvar lo esencial.
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¿Y eso significa,luis, que hay que ponerse manos a la obra en el sentido de....?
¿De que exactamente?
¿De decirlo?
Dicho está
¿Cómo sugieres "obligar" a la comunidad política a reconocer la soberanía de Cristo?
Es algo muy preocupante. Si no se corta esta deriva será imposible respirar aquí.
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Simplemente hágase un repaso sin salir de la fecha de hoy:
blogs, bloggers y comentaristas.
No son tantos, pero arman mucho ruido.
Y sobre todo: han conseguido ya echar a gente que era habitual del medio pero no soporta más el postal invadido tan agresivamente; y han conseguido que blogs tan en expansión como este se hayan visto obligados a cerrar temporalemnte los comentarios libres y a moderarlos, con la pérdida de agilidad que ello supone.
Pero ya le he dejado dicho a un comentarista de los que huyen: si todos hacen lo mismo...
A LF cuando quiera le doy en privado la lista de comentaristas que me escriben (sólo los que sí conozco y me escriben) en el sentido de explicar por qué no vuelven por infocat, y es por la deriva ultra-trad.
Y no son precisamente progres.
Me he ceñido a lo que escribiste.
Si tu dices más arriba, así, explícitamente: "la falsa idea liberal de que la comunidad política no tiene la obligación de reconocer la Realeza Social de Cristo"
Por otro lado, te presento párrafos donde explícitamente se menciona la no-confesionalidad del Estado y a Benedicto XVI afirmando que la democracia es la herramienta histórica más valiosa.../...
(recordaré que la democracia es una forma de organización social, jurídica, cultural, la cual se basa en la pluralidad y libertad de conciencia. O sea, ateos, agnósticos, católicos, etc, y en su versión aconfesional, por su no adscripción a religión alguna).
Si eres tan amable de sacarme de la duda, porque para que exista reconocimiento, obligación y supeditación de los gobiernos y comunidad política, éstos no podrían ser aconfesionales.
La cúspide de este esfuerzo antropocéntrico lo culminará el hombre de pecado, el Anticristo, que no sólo individualmente, sino social y políticamente comandará la gran Apostasía, en que los pueblos digan explícitamente; "No queremos que reine el Cristo".
Son cosas elementales. La reacción de personas como Ustedes demuestra que hay un olvido de principios básicos como los del Salmo 2. Es posible que responda a que cuando yo hablo de la doctrina pontificia se les solape con el nacionalcatolicismo, y Ustedes hayan perdido la facultad de abstraer los principios de sus caricaturas históricas, pero deberan hacer el esfuerzo.
De mi primera intervención, en la cual escribí lo que significa el Reinado Social de Cristo y lo repito:
"En mi opinión, el Reino de Cristo es dinámico. Es el “gobierno” de Dios que activamente invade el reino de Satanás, el del Mal (en el mundo) a través de nosotros. Y su forma de aplicarlo a la comunidad sucede tras la conversión del hombre en su interior, porque el entorno (comunidad, sociedad) en el que vive la persona espiritualmente renovada, junto con sus actos,transforman la sociedad, Estado y cultura."
¿Me puedes decir en qué o cómo estoy equivocado? Porque luego nos hemos desviado a hablar sobre el cómo transferirlo a la sociedad, a raíz de tu escrito sobre la "comunidad política" y ahí es donde creo reside el problema. Pero deseo que me digas si lo que yo entiendo por Reinado de Cristo, en ese párrafo de arriba, lo suscribes o no.
Pero, en efecto, un régimen político que pretende sustituir el "reinará" por el "reina ya" hace que se active la reserva escatológica: ningún régimen político temporal es YA el Reino de Cristo.
Mantener esta distancia es esencial.
Y no por peripecias históricas vividas, sino por sana teología.
Eso debe dejarlo bien claro una presentación actualizada del "reinado social".
La democracia, para la Iglesia es meramente un régimen político, y la Iglesia no opta por ningún régimen político, es más, dice que cualquiera de los tres es legítimo.
Falta León XIII, estimado. No se puede empezar con la doctrina social y política de adelante para atrás. Hay que ir a los fundamentos. Videtur el magisterio político de Leon XIII, fundamental para organizar conceptos.
Y Pater, tengo la impresión de que se está confundiendo de contendiente. ¿Quién confunde escatología con reino temporal? Yo me he limitado a señalar la tesis y el deber ser, con independencia de las carnaduras históricas. Lo que sucede es que aquí hay quienes niegan la tesis, cosa que Usted no puede hacer.
"""la comunidad política tiene la obligación de reconocer la soberanía de Cristo, como una obligación en primer lugar religiosa"""
Y si no, ¿qué?
"""Si no lo hace, como decía el Cardenal Pie (supongo que un reaccionario y parte del asalto tradicionalista que ve el Pater), Cristo reinará por las calamidades de su ausencia"""
¿Y?
Te repito:
¿Y eso significa,luis, que hay que ponerse manos a la obra en el sentido de....?
¿De que exactamente?
Pero si vas a responderme lo mismo de antes finguendo que creés que aquí somos un poco lerdos o faltos o cortos de entendederas, te lo ahorrás.
pues, el concepto político "sometimiento, reconocimiento" es contradictorio e inviable.
De todas formas, luis, no me has contestado en qué estoy equivocado con lo siguiente:
"En mi opinión, el Reino de Cristo es dinámico. Es el “gobierno” de Dios que activamente invade el reino de Satanás, el del Mal (en el mundo) a través de nosotros. Y su forma de aplicarlo a la comunidad sucede tras la conversión del hombre en su interior, porque el entorno (comunidad, sociedad) en el que vive la persona espiritualmente renovada, junto con sus actos,transforman la sociedad, Estado y cultura."
¿Es sólo en la "forma" de aplicarlo a la comunidad político-social, o hay algo más?
El viernes y el sábado estaré ausente.
Estoy deseando volver a abrir los comentarios libres.
Ojalá que sea posible hacerlo, sin riesgos mayores que los del sano debate entre católicos inteligentes.
Saludos.
No obstante, luis, al explicar el cómo se reconoce ese reinado de Cristo, no es que haya negado que no se reconozca por parte de la comunidad política, sino el "cómo" se transfiere a dicha comunidad.
Pero primero hay que tener el principio claro.
1) "luis dice que es obligación; no hay obligación sin consecuencia, ergo, ¿cuál es la consecuencia de no reconocer políticamente el Reinado Social"? Pues la venganza es mía, dice el Señor. No hay forma de obligar in toto a una comunidad política que apostata. Es así. Pero eso no significa que no se le pueda reprochar, proféticamente, la apostasía a los ciudadanos.
2) "¿y si una parte de los ciudadanos es partidaria del Reinado Social y otra no, pueden los regalistas obligar a reconocerlo a los no regalistas"? Supongo que apuntas a esto. Pues depende de la prudencia. Ni se requiere unanimidad de todos los ciudadanos para reconocer el Reinado Social por parte de la comunidad política, ni una minoría puede forzar a reconocerlo a sangre y fuego a toda una mayoria de apóstatas o reluctantes. Pero el principio tendencial permanece.
Es doctrina elemental de León XIII, folks, parece mentira tener que repetirla. Por favor, a leer un poquito más allá de la década del 60. Los manuales no se empiezan por el final.
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Pues no, sigues sin entenderlo.
en cambio etso "folks" sí conocen a León XIII.
particularmente yo, tengo empacho de León XIII y de Píos con todos sus números romanos detrás.
Me voy a dormir. Desisto de que luis recoja el guante.
A ver si a estos caballeros se lo tomas.
Por eso decía que acá hay más de dos posiciones. Y ojo que no estoy defendiendo la tradicionalista, estoy defendiendo la ortodoxa.
Quizás no se dijo eso exactamente, pero no estoy por ir al blog de Bruno a buscar la cita exacta, cuando se hablaba del rey David danzando delante del Arca, etc.
Me causa perplejidad entender que el P. Morado cuestione la defensa de un principio fundamental de la DSI, bajo el argumento de las actuales adversas circunstancias históricas. Marcos apunta a lo mismo, al argumentar que en la Edad Media se podía propender a la confesionalidad del Estado, pero ahora no.
Yo en cambio creo que los principios no dependen de las circunstancias. De hecho, nunca fue más difícil pensar en un estado confesional que en la Roma imperial, y ahí lo tenemos de pronto constituido por la gracia de Dios, con la sangre de los mártires aún fresca.
Cierto es que los "leones" contemporáneos muerden tanto o más que los imperiales, pero eso no nos ha de llevar a la autocensura, supongo.
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Nota del Blogger: Yo no cuestiono NINGÚN principio de la doctrina de la Iglesia. Si acaso, lea usted bien.
Y agrego yo : lo cual debe ser proclamado a tiempo y a destiempo.
[No pienso hacer propaganda en mi Blog de esos enlaces; ahórreselos en el futuro. Gracias].
2º Debatir con progres o tradicionalistas está muy bien.Lo único que pediría es que quienes no afirmen ser católicos, esto es fieles a Roma y al Sumo Pontífice actual, a los dogmas y a los Concilios (todos), se abstuvieran siquiera de entrar. ME parece que es una forma razonable de debatir.
3º Respecto al tema, conocidas las teocracias es absurdo solicitar ni una más. hora bien, todo católcio debe emitiendo su voto y su opinión intentar que su país en sus costumbres, maneras y leyes tienda a imitar lo que Cristo solicita de los hombres.
El empacho de León XIII lo producís vosotros. Si me das la misma dieta de desayuno comida, merienda y cena, me empacho.
Tal esencial es la doctrina de León XIII para este tema como la posterior (¿y la anterior, o León XIII fue "rupturista" co algún magisterio anterior?).
No, no hay forma, luis, no hay forma de que digas qué propones para que los poderes temporales admitan velis nolis el Reinado de Cristo que están obligados a reconocer.
Pater, es la primera vez en mi vida que la doctrina católica me escandaliza. ¿Está seguro de que este punto no ha sido silenciado tras el concilio?
[Entiendo que la pregunta es retórica, e innecesaria para alguien que en "unos minutos" es capaz de reflexionar y de consultar encíclicas...].
[Gracias, Ana María].
1) Se afirma la Verdad revelada (y no simple tesis) de la Soberanía Social de Jesucristo, que quiere decir que no sólo las personas individuales, sino también las personas sociales o comunitarias han quedado transformados por su Obra salvadora, con todas las implicaciones individuales, sociales y políticas que ello conlleva
2) Las personas que por su condición debieran conocer esta doctrina afirman por el contrario que la soberanía de Cristo es sólo sobre las personas individuales, y además, que no es de este mundo (O sea, según estas personas, el Calendario Gregoriano o las fiestas religiosas con alcance civil son absurdas).
3) Siempre sale alguien temeroso o acomplejado recordando a Franco, o llegado al extremo, a Pinochet, como prueba de que la Soberanía Social de Cristo no puede ser, y confundiendo confesionalidad del Estado con soberanía social (dirigido a esas personas: Observen que “Estado” y “Social” son palabras diferentes).
4) Se cita, por si queda alguna duda la autoridad de la Encíclica Quas Primas, de 1921.
5) Nadie, absolutamente nadie, se lee esta Encíclica, pero siguen hablando de lo que es y no es la Soberanía social de Cristo como si fueran expertos en la materia. Sin la lectura de esta encíclica no se puede pasar a hablar de esta verdad de Fe.
6) Por último, se trata de recurrir a circunstancias de oportunidad o de “ir con los tiempos” para justificar el olvido, relegamiento, ocultamiento o negación de una verdad fundamental de la Fe.
A Yolanda no la meto en esto, que creo que no capta la importancia del asunto.
Yolanda: es que la Soberanía de Cristo, como no te será difícil comprender, es una verdad fundamental de la Fe Católica, no porque a los tradicionalistas nos plazca. No en vano, mira el calendario litúrgico: A lo largo de él sólo hay cuatro Solemnidades litúrgicas. Lo demás son fiestas. Pues bien, Cristo Rey es una de las cuatro Solemnidades. Esto debería decirte algo.
[Nota del Blogger: Más que nada, por puro método teológico... Y por exactitud del lenguaje: ¿Puede citar la definición de la soberanía social de Jesucristo como "verdad de fe"? ¿En qué Bula papal? ¿En qué concilio?. Y, quede muy, claro, yo no la niego, sino que la acepto como parte del patrimonio doctrinal católico. Otra cosa es cómo se explique...].
Jajajajajajajjajajjajajjajajajja
Tiene que ser emocionante estar toda la vida en una idea y, de pronto, que luis, ¡oh, sí, sí, luiiss!, te abra los ojos. ¡Aleluya, Chacón, laus Deo, has visto la luz!
Chacón, Chacón... que se te ha visto el plumero, ajjajjajajjajajjajaja
Ana María, me sumo con entusiasmo a tu comentario.
Apelando a la libertad, precisamente, la forma de contribuir a la identidad -la que fue la identidad y que quizá debería mantenerse, no sé, digo yo, o cerrarse- de Infocatólica, bien puede ser filtrar los comentarios que injurien a JPII por ejemplo.
Marcos,¡qué esperabas! ¿No has notado que cada día se atreven a más y particularmente quien tal altamente estimabas? Yo también he leído y comentado el post al que te refieres y me parece que cada dís van más lejos.
[Ok. Pero en este blog, no. Porque ninguna ley obliga a un blogger a admitir las críticas a Juan Pablo II].
Como para no captarla
Yolanda: es que la Soberanía de Cristo, como no te será difícil comprender, es una verdad fundamental de la Fe Católica, no porque a los tradicionalistas nos plazca
Me rea difícil comprenderlo leyéndolo en vuestros comentarios. pero leyéndolo en la Quas Prima y en los comentarios del papa y de este blog acerca de la Soberanía de Cristo, lo he comprendido mucho mejor.
No soy teóloga, sólo aficionadilla, por eso insisto en pedir a luis y ahora también a ti, que me respondáis a la sencillísima pregunta que levo haciendo desde ayer.
Como aquí NADIE ha negado la doctrina, podríais responder a mi pregunta, es una cuestión meramente práctica. La doctrina ahí esta, todo católico la comparte.
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Pater, yo creo que la Soberanía de Cristo es una verdad de fe. Cristo es Señor de toda la Creación por naturaleza, derecho y conquista. Lo explica bien la Quas Primas, con las citas Escriturísticas y de la tradiciòn católica.
Ahora bien, esa Soberanía se extiende a toda la Creación, al hombre desde ya y a todos los aspectos de la vida humana. Al ser el hombre animal social y político, tambien la esfera relacional comunitaria es creatural y por lo tanto se ejerce Soberanía sobre ella.
No veo cómo pueda negarse la Soberanía Social sin negarse dos cosas: la dependencia ontológica de la Creación respecto de Dios, la universalidad de la Redención de Cristo sobre todos los ámbitos humanos.
Esos dos principios metafísico-teológicos fundan la Soberanía Social de Cristo.
[N del blogger: Ok, Luis. De acuerdo. Me refiero a que no ha sido definida formalmente esa doctrina como "verdad de fe". A eso me refiero. Y no se debe insinuar, como hace otro comentarista, que sea una "verdad de fe divina", en el sentido estricto de la gnoseología teológica].
Creo entender que es algo así como el sentido práctico de dicha doctrina, o cómo llevarla al mundo del ser del mundo del deber ser.
Pues evangelizando. Y proclamando el derecho de Cristo a reinar. Es como alguien que ha sido desposeído, la solución no es siempre recuperar aquello que le han quitado por cualquier medio. Pero si se deja de proclamar su derecho, caerá en desuetudo la memoria de ese derecho.
Como les pasa a los que se escandalizan con la noción de Reinado Social. Han perdido la doctrina catolica sobre el punto.
Un newmaniano sabe hacerlo perfectamente, sin necesidad de una bula en el desayuno, como quería el cardenal Manning. ;)
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[De acuerdo. Pero entonces que no se le llame formalmente "verdad de fe", como si se tratase de un dogma en sentido estricto, técnico, a lo que no ha sido definido. Era sólo cuestión de precisión en los términos, no de objeción de fondo].
Simplemente hasta ahora pensaba que la mejor situación posible era un estado aconfesional (incluso recuerdo que eso fue lo que me enseñaron mis católicos profesores de filosofía) y luis me ha convencido de que la doctrina de la Iglesia dice lo contrario.
Respecto al tiempo he empleado en pensar en esta cuestión, tampoco veo qué tiene de raro. Leer las citas del Syllabus y del Quas Primas (ni siquiera sé si son encíclicas) que han copiado otros comentaristas me ha parecido suficiente. Si otros lectores tienen otras citas que vayan en sentido contrario, las leeré también y sacaré mi propia conclusión.
Por último, estoy de acuerdo en que es emocionante cambiar de opinión respecto a algo, quizás porque cambio de ideas demasiado poco frecuentemente.
[Pues sí que lo tiene fácil, y más vista su facilidad para consultar encíclicas, basta abrir el "Catecismo de la Iglesia Católica" y leer el número 2105, que habla de la realeza de Cristo sobre las sociedades humanas, y cita a León XIII y a Pío XI).
esa es mi sencilla prebunta.
Y al fina, ¡por fin!, me dices que la respuesta es:
- Evangelizar
- Proclamar el derecho de Cristo a reinar
¿Era eso? ¿Te referías a evangelizar y proclamar, es decir, a lo que YA hacen el Papa y los obispos y sacerdotes?
¡Menos mal! menos mal que eso es lo que veo hacer a los papas y sacerdotes.
Pues vaya una pelea más absurda. ¿Contra quién estáis tirando entonces?
Otros, si bien no contradicen la doctrina, no la proclaman, porque hiere los oídos modernos.
Contra esas dos actitudes estamos tirando.
No te hagas la tonta.
«Las palabras dichas en castellano pueden interpretarse mal: como si Jesús no fuera Rey de este mundo, y por tanto no tuviera poder sobre la sociedad humana, sobre la tierra, sobre el universo.
Está la Escritura, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, llena de asertos que afirman el poderío absoluto y total de Jesús sobre todas las cosas. El mismo Jesús dirá: “todo poder me ha sido dado en los cielos y en la tierra” (Mt.28,18).
Si se examina el texto en latín, y sobre todo en griego, que es el original, se ve entonces claro el sentido de estas palabras de Jesús.
El “de” (en latín) no es posesivo, sino que es de origen. En latín “de” significa origen; y en el griego el “ek” o “ex” también significa origen. Y por eso Jesús dice: “Mi reino no trae su origen de este mundo” (Jn.18,36). Ese es el verdadero sentido de las palabras de Jesús. No dice que no sea Rey de este mundo, sino que su Reino no trae origen de este mundo. Y añade; “si trajera origen de este mundo mis servidores -los que están conmigo en el mundo y son mis partidarios- lucharían para que no fuese entregado a los judíos” (Jn.18,36).»
Cita sacada del cuaderno 2018a del Padre Antonio Pacios López, MSC.
¿Qué es lo que no he expresado correctamente en mi primer mensaje, aquí, más arriba, sobre cómo he definido el Reinado Social de Cristo, el cual se manifiesta a través nuestra?
Catecismo 2105
El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ‘la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo’ (DH 1).
Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ‘informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive’ (AA 13).
>b>El deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1).
Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas
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De verdad que ayer noche me costó conciliar el sueño con este tema. Y no es broma
[No veo que Usted niegue nada, Marcos. Yo, que Usted, dormiría tranquilo].
Esta es la doctrina de la Realeza Social de Nuestro Señor, que a tanto comentarista escalda. La Quas Primas la explica perfectamente. Deberían leerla.
En cuanto al tema del Reino de Cristo, está claro que tiene que reinar en nuestros corazones, pero si tiene derecho a algo es a que ningún estado ni ninguna estructura de poder que suponga todo lo contrario de lo que él predicó, utilice su nombre en vano.
Ya le quisieron hacer rey algunos seguidores que no habían entendido nada sobre su reinado, y él se negó.
[Gracias a ti, Asun].
Ese texto y Antonio Pacios ¿te son muy queridos, verdad?
del 3-10-2008, al 26-11-09 pasando por el 1-8-2009, no han pasado aún los quinientos pero siguen muchas personas el blog, a don Guillermo, tu amble participación y, además, que en este intervalo aún no son millones pero van camino ¡y que lo veamos!
Buen texto, sí, e interesante comentario.
Y el que trae Marcos, del Catecismo, ¿acabará quitándome el sueño a mí esta noche también?
Padre, ¿escalda o no escalda la Quas Prima el Catecismo?
Es que, si la escalda, hoy me sumo al insomnio de Marcos.
[No he entendido esta parte, Yolanda: del 3-10-2008, al 26-11-09 pasando por el 1-8-2009, no han pasado aún los quinientos pero siguen muchas personas el blog, a don Guillermo, tu amble participación y, además, que en este intervalo aún no son millones pero van camino ¡y que lo veamos!].
Gracias a ti.
Yo es que me releo este texto, el del domingo pasado, los comentarios de unos y otros y sigo sin saber qué es loq ue dice esta gente.
Ya no sé si yo escaldo la Quas Primas o ese cuaderno de Antonio Pacios que cita Jasp, no sé si don Guillermo o el Papa escaldan la Quas Prima, quién escalda qué.
Porque lo que no sé es qué proponen, qué dicen a qué se refieren. Ni en qué consistiría "no escaldarla".
Preocupante el hecho de que el atrevimiento general esté pasando atn a mayores como está pasando. Un repaso al portal es para sentarse llorar los viejos tiempos.
El ir instaurando progresivamente este reino requiere, en primer lugar, la CONVERSIÓN de cada uno individualmente por la gracia de Dios.
Si esta conversión es verdadera y total, la consecuencia insoslayable es proclamar a los cuatro vientos que Él es quien debe gobernar sobre todo lo creado. Pero requiere la condición primera: la conversión.
A esta sociedad no convertida (o "desconvertida"), el hablar del Reinado Social de Cristo, así, con esas palabras, le suena a chino. Le suena a dictadura, fascismo, nacionalcatolicismo... y no sé qué cosas de hace no sé cuántos años.
De ahí el cuidado de la Iglesia al elegir las palabras para expresarse (con más o menos fortuna, lo reconozco), para evitar malas interpretaciones, para no alejar más a los alejados, para buscar su conversión, pero sin negar el principio y custodiando intacto el depósito de la fe (excluyo teólogos heréticos, monjas abortistas televisivas... y demás fauna). Eso es evangelizar.
[Pues se explica usted muy bien].
Pero no sólo a la sociedad "desconvertida".
También a los católicos, como ha demostrado este blog.
Y si la Iglesia, para evitar malas interpretaciones, se sigue callando, cada vez sonará más a chino.
Causación recíproca, que le dicen los tomistas.
Pues así lo veo yo también.
Y "el cuidado de la Iglesia al elegir las palabras para expresarse" no es silencio, sino evangelización que se quiere hacere entender.
Pero a pesar de la evidencia de que no hay tal silencio se nos sigue acusando de que a nosotros, católicos, ""hablar de Reinado Social de Cristo nos suena a chino"".
Causación recíproca, para los que no somos filósofos, ¿significa "escaldar"? Porque con tu comentario, Con Permiso, qcreo que has escaldado ¡tú también! la Quas Prima.
Ahora sí. Ahora veo que la única esperanza para el hombre de es que el Señor lo sea de todo, de toda realidad. Él es el único que da sentido a esta vida sin sentido. Ansio con vehemencia la llegada del Reinado Social de Cristo.
Pero esto no me ha llegado por ciencia infusa, me lo ha trasmitido la Iglesia. Y si me ha llegado es porque lo anuncia, evidentemente, no porque se calle.
Debo añadir que para llegar a este convencimiento ha contribuido mucha gente que forma la Iglesia. Incluyo este blog (padre Guillermo y comentaristas de ambos "bandos"). Gracias.
[Me alegro de que le haya servido. Y felicidades por su conversión].
Y si la Iglesia, para evitar malas interpretaciones, se sigue callando, cada vez sonará más a chino.
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luis, no creo que a los católicos de este blog nos suene a chino. Es una frase que repites pero que no es del todo cierta. Sólo hay que leer desde el principio, este tema del blog.
Lo último que se ha escrito, es del catecismo y su enseñanza sobre el reinado. Más arriba la tienes. Si tampoco estás muy de acuerdo (que no lo sé), poco más habría que decir.
Quizás lo que tu deseas es que, palabra por palabra, coma por coma, salmo a salmo, se mantenga un estilo pastoral en el tiempo. Pero eso nunca ha sucedido, estimado luis.
Ayer noche (lo confieso) me preocupó el hecho que dijeras que estaba diciendo "herejías" y hasta que no revisé todo, de nuevo, de arriba a abajo, no dejé el tema. Ahora, ya, tengo claro que esas "palabrejas" las lanzas, quizá, en demasiadas ocasiones.
Bueno, cada cual es cómo es. Todos tenemos un estilo personal. Lo único que deseo es que podamos enriquecernos mútuamente, o que mantengamos siempre presente nuestro denominador común: somos católicos.
Acercar posturas o encontrar un punto de convergencia ante temas con posiciones divergentes, es importante.
Al final, de eso se trata en un blog católico de internet.
PD. Bienvenido, "Con Permiso"
[Marcos, en NINGÚN comentario suyo, no sólo sobre este hilo, sino en cualquier otro post, he visto ni de lejos nada parecido a la herejía. Pero a algunos (y no me refiero a Luis) les divierte encontrar herejías por todas partes. Como no saben qué es la ortodoxia no saben tampoco qué es la herejía. Y la ven por doquier. Es de psiquiatra, o de exorcista].
Por otra parte, tu actuar ha sido confuso. Cuando yo dije que podía citar al menos diez documentos pontificios que hablaban de la obligatoriedad de reconocer el Reinado Social de Cristo, y desafié a citar uno solo que lo desmintiera, tú pusiste tres documentos, como contestando. Como dejé en claro, ninguno de los documentos negaba la tesis de la Soberanía Social.
El único error que te he hecho constar es el de identificar a la democracia como forma de gobierno, con democracia aconfesional.
Hay algunas confusiones en tu pensamiento, me da la impresión que no has ordenado bien todavía el tema de la tesis y de la hipótesis. Pareces postular la democracia moderna como un régimen más deseable que el Estado confesional católico.
Es un tema que enseño hace veinte años, y no espero que se entienda de una. Pero te rogaría que te aclares primero antes de andar reclamando que te han acusado de herejía.
En este post, si lees todos mis comentarios, tienes bastante de elemento principial para poder introducirte en el tema, que es arduo.
Y que tú terminas citando un fragmento del Catecismo bien lejos de la democracia aconfesional y neutra que creías desideratum del pensamiento pontificio.
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Nota del blogger: "La prueba es que el comentarista Chacón ha tenido que acceder a la verdad catolica en esta materia gracias a la discusión en este blog", dice Luis. Pues a mí, me cuesta bastante creer ese descubrimiento de Chacón. No lo niego, pero sí me cuesta en alguien, como Chacón, tan proclive a las encíclicas.
[Será eso. Pero es que hay manifestaciones humanamente muy poco creíbles...].
¿Es justo que el Estado esté regido por un no-católico?
¿Es justo aborrecer la democracia liberal (la no confesional)?
Saludos.
[depende, asrone, depende. No todo el que dice Señor, Señor...].
2) Es mejor que un católico rija un Estado que un no católico, a igualdad de virtudes gubernativas (básicamente, la prudencia política), dado que la gracia eleva la naturaleza y para gobernar dice santo Tomas, se requiere no solo pericia sino virtud.
De nuevo: entre un cirujano incompetente y muy catolico y un cirujano experto y budista, me opero con el budista. No comparar peras con manzanas.
3) La democracia liberal, entendida como el régimen que prescinde de la existencia de Dios y por el que se fijan los derechos humanos y las verdades del orden natural por un consenso entre los ciudadanos y no por relación a una verdad absoluta, es básicamente inmoral y conduce a la destrucción de toda moral, por vía de relativismo. Las pruebas a la vista.
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Páter, una "verdad de fe" no es un dogma en sentido técnico, ni hace falta que sea definido formalmente como tal. Verdades de Fe que deben creerse con fe divina y católica las hay a decenas y ésta es una de ellas.
La definición para "verdad de Fe" es la de una verdad que ha sido directamente revelada, bien a través de la palabra de Jesucristo, bien a través de los profetas, apóstoles y evangelistas.
Y ésta, en concreto, como está perfectamente explicado en el comentario de 16:34 de luis, lo es por todos los costados, desde el mismo Génesis.
En el comentario de las 17:37 de jasp se despeja la objeción más común que suele plantearse a esa Verdad, y que ya había explicado luis ayer a las 14:28. Conviene releerse esos mensajes.
Y en cuanto a la pregunta de Yolanda: ¿Qué propones para que los poderes temporales admitan [i]velis nolis [/i] el Reinado de Cristo que están obligados a reconocer?, yo personalmente ni siquiera se me ocurre entrar ahí cuando el problema es más bien la negación de dicha Verdad de Fe por parte de muchos sacerdotes y Obispos dentro de la Iglesia (y no me refiero al blogger, precisamente).
[Para que se haga una idea de lo que quiero decir. Y para que se piense mucho antes de llamar a alguien "hereje":
"es necesario distinguir dos objetos en el Magisterio eclesiástico: uno primario y otro secundario. El objeto primario es todo lo contenido en el depósito de la Revelación como verdades salvíficas, es decir, lo que Cristo ha entregado a su Iglesia para que lo guarde celosamente y lo explique fielmente; o si se quiere, las verdades «de fe y costumbres», «de fe y vida», confiadas a la Iglesia. El objeto secundario es el conjunto de verdades que guardan una relación lógica y necesaria con el depósito de la Revelación, y que están implícitas en él. «Hay otras verdades -decía mons. Gasser en el Vaticano I- ligadas más o menos estrechamente con las anteriores y que son necesarias (aunque en sí no están reveladas) para custodiar íntegramente, explicar convenientemente y definir eficazmente el depósito de la Revelación... Estas verdades no pertencen de suyo al depósito, sino que son necesarias para la custodia del mismo» (Mansi, 52, 1204).
Ahora bien, no todas las verdades salvíficas de fe y vida cristiana han sido del mismo modo reveladas por Dios. Existen unas verdades formalmente reveladas, es decir, verdades reveladas en virtud de lo que significa la fórmula que emplea la palabra de Dios. Esta fórmula puede expresar el concepto de una manera explícita y directa, en cuyo caso tendremos una verdad revelada formal y explícitamente, p. ej., Cristo es hombre semejante a nosotros en todo menos en el pecado (Heb 4,15); o puede expresarlo de una manera implícita, p. ej., que Cristo tuviera corazón está revelado implícitamente en el hecho de ser hombre semejante a nosotros en todo. El objeto primario del Magisterio eclesiástico está constituido, por consiguiente, por el conjunto de verdades salvíficas formalmente reveladas, bien implícita bien explícitamente. Existen en la Escritura, dado su carácter literario, otras verdades que si bien han sido formalmente reveladas, lo han sido de una manera accidental, y por lo mismo, no caen dentro del campo propio del Magisterio eclesiástico.
El objeto secundario del Magisterio es aquella serie de verdades que guardan una conexión intrínseca y necesaria con las verdades reveladas de contenido salvífico. A estas verdades las llaman los teólogos virtualmente reveladas. Pertenecen a las cosas de fe y costumbres, no por sí mismas sino en cuanto que son «necesarias para custodiar íntegramente, explicar convenientemente y definir eficazmente el depósito de la Revelación». Pueden ser de orden histórico, filosófico, científico, etc. Si el Magisterio de la Iglesia no tuviera competencia sobre estas verdades no podría custodiar ni explicar convenientemente las verdades salvíficas que constituyen su objeto primario. Según las conclusiones de los teólogos, son verdades virtualmente reveladas las siguientes: a) verdades de orden especulativo, como los preámbulos de la fe; b) ciertas verdades de orden histórico, como la legitimidad de un concilio; c) el sentido objetivo de un escrito; d) la canonización de los santos; e) la aprobación solemne de las órdenes religiosas".
Cada verdad tiene una cualificación teológica. Y se deben tener en cuenta esas notas o cualificaciones].
¿Es justo que el Estado esté regido por un no-católico?
¿Es justo aborrecer la democracia liberal (la no confesional)?
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asrone: No sé por qué mezclas estas preguntas con la temática del hilo, pero gustoso te contesto:
¿Qué es lo que hace mejor a una democracia confesional católica que a una democracia liberal?
Es indiferente la forma del régimen político (salvo los tiránicos y totalitarios, obviamente), de forma que el punto no es que el régimen sea democrático, sino se reconoce las consecuencias (sociales, políticas) que se extraen de la Verdad cristiana. De ahí que una aristocracia católica sea mil veces mejor que una democracia liberal.
¿Es justo que el Estado esté regido por un no-católico?
¿Justo? Depende de si el Estado es católico o no. Si el Estado es católico y se entiende que quieres decir que ese no católico actuaría de forma pagana o laicista, evidentemente incurre en ilegitimidad de ejercicio.
Si se trata de un Estado pagano, por ejemplo, el japonés, pues la situación es muy diferente, obviamente.
¿Es justo aborrecer la democracia liberal (la no confesional)
Lo que es justo es señalar que cualquier régimen político que ignore consciente y culpablemente el hecho cristiano y ejerza el Poder en contra del plan de Dios sobre los hombres es enemigo de éste y de Dios. Y punto. No te líes más.
Predicar a Jesús para que los demás lo conozcan y lo amen es una cosa muy distinta de pronunciar su nombre en vano, secuestrarlo, utilizarlo para justificar un estado confesional, con todas sus inevitables sombras. Esto último no me parece correcto.
El reino de Dios actúa como la levadura que se pierde en la masa hasta llevarla toda a su plenitud, como un pequeño grano de mostaza que germina oculto en la tierra.
Defender los valores cristianos en la política no implica que sea necesario ponerle el apellido cristiano a un partido político. Hay que defenderlos como ciudadanos anónimos que somos entre todos los demás. Así se defienden mejor. Es la conversión interior la que puede transformar la sociedad, nunca se convertirá nadie por imposición del poder.
Buenas noches a todos los amigos.
1ºEn la interpretación que los Santos Padres hacen de esta palabra clave podemos observar tres dimensiones.
En primer lugar la dimensión cristológica. Orígenes ha descrito a Jesús -a partir de la lectura de sus palabras- como autobasileía, es decir, como el reino en persona.
Jesús mismo es el "reino"; el reino no es una cosa, no es un espacio de dominio como los reinos terrenales. Es persona, es El. La expresión "Reino de Dios", pues, sería en sí misma una cristología encubierta. Con el modo en que habla del "Reino
de Dios", El conduce a los hombres al hecho grandioso de que, en El, Dios mismo está presente en medio de los hombres, que El es la presencia de Dios.
2º Podemos decirlo de un modo más explicito: hablando del Reino de Dios, Jesús anuncia simplemente a Dios, es decir, al Dios vivo, que es capaz de actuar en el
mundo y en la historia de un modo concreto, y precisamente ahora lo está haciendo.
Nos dice: Dios existe. Y además: Dios es realmente Dios, es decir, tiene en sus manos los hilos del mundo. En este sentido, el mensaje de Jesús resulta muy sencillo, enteramente teocéntrico. El aspecto nuevo y totalmente específico de su mensaje consiste en que El nos dice: Dios actúa ahora; ésta es la hora en que Dios, de una manera que supera cualquier modalidad precedente, se manifiesta en la historia como su verdadero Señor, como el Dios vivo. En este sentido, la traducción "Reino de Dios" es inadecuada, sería mejor hablar del "ser soberano de Dios" o del
reinado de Dios.
3º Por ello ahora se tiende cada vez más a entender que con estas palabras Cristo se refiere a sí mismo: El, que está entre nosotros, es el "Reino de Dios", sólo que no lo conocemos (cf. Jn 1, 31.33). Otra afirmación de Jesús apunta en esta misma dirección, si bien con un matiz algo distinto: "Si yo echo a los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros" (Lc 11, 20). Aquí
(como en el texto anterior), el "reino" no consiste simplemente en la presencia física de Jesús, sino en su obrar en el Espíritu Santo. En este sentido, el Reino de Dios se hace presente aquí y ahora, "se acerca", en El y a través de El.
Está claro que habla como teólogo y no como Papa, pero de su opinión me fío, y no veo yo leyéndolo una puerta abierta a nada que remita a teocracia alguna.
Pido disculpas por la longitud del comentario.
Gracias luis, quizás nos veamos en otro blog.
[Yo no he dicho que no le crea, sino que me cuesta creerle. Es distinto. Ni siquiera la fe humana es , a veces, fácil].
(ironía, por si no se entiende)
Por algo ha caído la Iglesia, porque el enemigo está dentro.
(esto último no es ironía, es la triste realidad).
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