El purgatorio
Muchas de nuestras prácticas litúrgicas y devocionales carecerían de sentido de no existir el purgatorio. Es verdad que la palabra como tal, “purgatorio”, es relativamente tardía y se remonta al siglo XII, a la obra de Pedro Manducator – un devorador de libros, de ahí su apellido -.
Pero antes de la palabra está la realidad designada por la palabra. Y lo cierto es que, desde muy antiguo, se constata la praxis de la oración de los cristianos por los difuntos. Desde ese praxis se leen algunos pasajes de las Escrituras: 2 Mac 12,39-46 – el sacrificio de Judas Macabeo por los soldados caídos -; 1 Cor 3,11-15, que alude a la salvación “por medio del fuego”; 1 Cor 15,29, que habla de un enigmático “bautismo por los muertos”; 2 Tim 1,16-18, con la oración por Onesíforo; Lc 12,48 y Mt 5,26.
San Agustín habla expresamente de una purificación, después de la muerte, de los pecados menores, de acuerdo con lo que “han transmitido los padres de la Iglesia y ha mantenido la costumbre de la Iglesia universal”. Los fieles aún vivos pueden ayudar, con sus buenas obras, a los difuntos. Y en la plegaria eucarística se hace, por ello, mención de los muertos.
Al menos desde el siglo VIII en el canon romano hay una conmemoración por los muertos. Algo análogo se constata en varias liturgias antiguas de Oriente y de Occidente.
La enseñanza magisterial sobre el purgatorio es muy parca: En el II concilio de Lyon se mencionan “penas purgatorias y purificadoras” que lavarán los pecados de las almas de los que, pese a todo, han muerto unidos a Dios por la caridad. Los sufragios de los vivos pueden ser útiles para aliviar tales penas.
El concilio de Florencia, preocupado por la unión con los griegos, hace afirmaciones similares. Y Trento confirma la doctrina frente al rechazo de la misma por los protestantes. Eso sí, alertando contra las exageraciones y las supersticiones. El P. Justo Collantes en su conocido libro “La fe de la Iglesia Católica” – una especie de Denzinger temático – anota sobre Trento lo siguiente: “Aunque el decreto sobre el purgatorio tiene un carácter disciplinar, porque tiende a preservar a los fieles de ciertas formas de superstición, no deja, no obstante, de remitir a los católicos a la fe en la doctrina tradicional sobre el purgatorio, como la Iglesia la ha enseñado siempre y como un siglo antes la había confirmado el concilio de Florencia. Se supone, pues, [se da por hecho] que sea un dogma de fe”.
El Vaticano II no emplea la palabra “purgatorio”, pero sí se refiere a los difuntos que se purifican (LG 49, 51) y apoya la oración por los difuntos (LG 50). Y la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 1979, recordó que la Iglesia “cree en la posibilidad de una purificación de los elegidos antes de que estos vean a Dios, purificación que es enteramente distinta del castigo de los que han sido condenados”.
El Catecismo añade, sobriamente: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820: 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador “ (1030-1031).
Podemos entender, en síntesis, el purgatorio desde la perspectiva de un amor que purifica y sana. Es una verdad de fe consoladora, por cuanto fundamenta la solidaridad que nos une a los muertos.
Guillermo Juan Morado.
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“El purgatorio en los concilios de Florencia y de Trento
1. El concilio de Florencia definió: «Además, si habiendo hecho penitencia verdaderamente, murieran en la caridad de Dios antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por los pecados de comisión y de omisión, sus almas, después de la muerte, son purificadas con penas purgatorias; y para ser librados de estas penas, les aprovechan los sufragios de los fieles vivos, a saber, los sacrificios de la misa, las oraciones y las limosnas, y otros oficios de piedad que suelen hacerse, según las instituciones de la Iglesia, por unos fieles en favor de otros fieles»: Dz. 693.
2. El concilio de Trento definió la imperfección de la justicia de¡ hombre, imperfección que proviene del reato de pena temporal, que debe ser reparado en esta vida o en la futura. El, concilio decretó también: «Habiendo enseñado la Iglesia católica en los sagrados concilios y muy recientemente en este Sínodo ecuménico, adoctrinada del Espíritu Santo por las Sagradas Escrituras y por la antigua tradición de los Padres, que hay purgatorio y que las almas retenidas allí son ayudadas por los sufragios de los fieles, pero, sobre todo, por el sacrificio del altar, digno de ser aceptado: el santo Sínodo manda a los obispos que procuren diligentemente que la sana doctrina sobre el purgatorio, transmitida por los Santos Padres y los sagrados concilios, sea creída por los fieles cristianos, mantenida, enseñada y predicada en todas partes»: Dz. 983. Este segundo decreto de Trento es disciplinar («manda»), pero supone que la doctrina del purgatorio es de fe (la alusión a los concilios precedentes ‑sobre todo, el de Florencia‑ y a su propia definición en la sesión 6.a; además «manda a los obispos que procuren» que la doctrina del purgatorio «sea creída» por los fieles).
En los términos, por tanto, que acabamos de expresar, la doctrina del purgatorio es una verdad de fe divina y católica, definida en el concilio de Florencia y, de nuevo, en la sesión 6.a del concilio de Trento (no en el decreto disciplinar)".
73 comentarios
Juan Pablo II y Benedicto XVI han hablado e insistido mucho en tener presente el purgatorio. Dice usted que "Es una verdad de fe consoladora, por cuanto fundamenta la solidaridad que nos une a los muertos." Es así, pero también es una verdad consoladora para nuestra propia salvación. En este año, la verdad es que no recuerdo cúando y dónde, el Santo Padre (dirigiéndose a sacerdotes) ha resaltado la dificultad de la salvación "directa" (perdón por la expresión, que evidentemente es mía), frente a la que sería más habitual o "indirecta" la que pasa por el purgatorio.
Cualquiera que ha sufrido una prueba en esta vida puede entender al Purgatorio, o Purificatorio: el modo en que Dios nos desprende de nuestra voluntad, cuando la voluntad no quiere desprenderse de los bienes de este mundo.
Y como nuestro corazón está lleno de bienes de este mundo, amados en forma desordenada, para ver a Dios debe restablecerse el orden del corazón, para que en él impere la pureza, condición para ver a Dios: porque, como dice Kierkegaard, la pureza del corazon
es amar una sola cosa.
Entendido así, el Purificatorio es tan lógico y necesario que no se conciba que no exista.
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Parca, sí. Pero lo de que sea "una verdad de fe consoladora" no sé, no sé... No me hace ninguna ilusión no tener una "retribución inmediata" de cielo o infierno...
"sus almas, después de la muerte, son purificadas con penas purgatorias". Francamente, me consolaría más pensar que no hay Purgatorio. Se llama "penas", y penas son penas, ¿castigos pero "pequeñitos"?
Dice luis que ""cualquiera que ha sufrido una prueba en esta vida puede entender al Purgatorio".
¿Es así como hay que entenderlo? ¿como un desprendimiento de "los bienes de este mundo, amados en forma desordenada"?
Pues algunos se (nos) quedamos para siempre en el Purgatorio entonces. Yo imagino que es la misma muerte la que nos libra de esos apegos desordenados a los bienes del mundo. El Purgatorio así entendido ¿"tan lógico y necesario que no se conciba que no exista"?. Mi sentido común me dice lo contrario..
Claro qeu los dogmas son la una manera de prsentar objetivados los contenidos de la fe; precisamente para no dejarlos al albur de lo que uno entienda por "su sentido común".
Pero como dice JoaquínD, extraña tanta parquedaden algo tan importante, ¿no? Como si se percibiera que algo falla en ela definicón y explicación del Purgatorio.
El caso es que si es un dogma es un dogma. Lo que pediría es que quienes lo consideráis "consolador" me convenzáis de que tiene algo de consolador, porque no lo veo.
Y me anima mucho lo que dice la Liturgia sobre los que duermen el sueño de la paz - y se refiere al purgatorio -.
Yo espero ir al purgatorio, porque al cielo, derechito, no creo que vaya, salvo martirio... Y fichaba ya ahora por un "rinconcito" de purgatorio. Por esa dulce pena de saber que "pronto" veré a Dios.
Yolanda, es un dogma. Y un dogma equivale a fijar el lenguaje de la fe y los contenidos básicos de la misma. No equivale a contestar a todas nuestras preguntas...
Y si bien la muerte nos desembaraza de esos bienes, no del apego de la voluntad, que llevaremos con nosotros. Es cierto que algunos viven ese desapego, ese purgatorio, en esta vida, y se irán derecho al Cielo.
Por eso es consolador. Si la única opción fuera el Infierno, trick or treat, nos vamos de cabeza.
Puede parecer debilidad, pero la existencia del purgatorio me da "esperanzas" de salvación.
Y en el purgatorio..., con María intercediendo por nosotros, y con toda la iglesia que peregrina en la tierra, y con la ofrenda de la Misa, actualizando la intercesión de Cristo... ¿Quién puede desesperarse, contando con tan buena compañía?
Un cura suizo me contaba como los protestantes iban a pedirle Misas por los difuntos... El Catolicismo es así de humano, nos dice que podemos hacer algo, no nosotros, sino Cristo, pero nosotros podemos pedírselo, por los que han muerto.
La última vez que me peleé bastante violentamente con un cura fue con uno que vino a dar una charla a jóvenes a mi casa. Dio una charla sobre el Purgatorio que parecía salida del túnel del tiempo del barroco: un Purgatorio de cientos de años, con almas rodeadas de fuego y tumores que salían en el cuerpo. Ni una palabra sobre la misericordia de Dios, ni una palabra sobre la beatitud de esas almas.
Le pregunté cómo sabía que había fuego físico, sobre todo atormentando almas sin cuerpo.
Cuando quiso pasar al Infierno, mi mujer cortó la charla con un "No gracias, déjelo para otro día con efectos especiales", adelante de cuarenta jóvenes. Ultima vez que la reunión se hizo en casa.
Creo que me hice fama de progre ese día. Es que hay algunos preconciliares conservadores que justifican a los progres, jajaja.
Inútil explicar que la Tradición es otra cosa.
Por ello, no es descabellado decir que alguien se encuentre en el Purgatorio leyendo mil veces las obras completas de Simone de Beauvoir, aunque revela una oceánica ignorancia acerca del personaje al que se desea esa tortura, peor que las llamas purificadoras de las que habla la Tradición.
Sobre todo, lo más importante, se nos pide que recemos por esas almas, que a su vez oran por nosotros, es un aspecto de la unidad de la iglesia, y cómo sobre todo debemos ofrecer las misas por ellas.
http://www.corazones.org/diccionario/purgatorio_catalina_siena.htm
(No debe confundirse a Santa Catalina de Génova con Santa Catalina de Siena, aunque lo hayan hecho los de corazones.org en la propia dirección electrónica)
Ya me voy a la Misa, me voy. Introibo ad altare Dei.
et Spiritus Sanctis
Amen
Y luego prosigue, alternando con el Monaguillo:
Sacerdote: Introibo ad altare Dei.
Monaguillo: Ad Deum qui laetificat juventutem meam.
Sacerdote: Entraré al altar de Dios
Monaguillo: Hasta Dios, que alegra mi juventud.
Monaguillo: Ad Deum qui laetificat juventutem meam.
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Una razón muy importante para ir ensayando la forma extraordinaria, eso de recordar "Deum qui laetificat IUVENTUTEM MEAM"...
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Cierto, luis. No ayuda nada.
Pero sí me han ayudado y mucho, todos los comentarios que han hecho luis, Joaquín D, JJ, Juvenal, Tineo y don Guillermo.
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Sí, a los curas jóvenes les alegrará esa frase, pero a los que ya han "pasado la frontera", igual les escuece un poquillo, ¿no?
2) Si no hubiera Purgatorio, Yolanda, ¿dónde íbamos a purificar tanto caramelo y tanta chocolatina?
Recuerda que el milhojas no entraña problema alguno, como explico aquí:
http://infocatolica.com/blog/puertadedamasco.php/0911110422-la-luna-y-la-iglesia#c100085
:)
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Hablando de dogmas.
Hace ya mucho, un blogger publicó un hilo acerca de los dogmas como "regalos", como una enorme suerte que teníamos los fieles de contar con una Iglesia que nos obsequiaba con ellos.
Yo, in illo tempore, no trabaga en absoluto semejante cosa. Bueno, tampoco ahora soporto "razonamientos" completamente circulares, que son una pura "petitio principii". Pero ese es otro tema.
Lo que me costaba soportar era la dependencia histórica del dogma. Por decrlo claro: lo bien que viene en un momento histórico determinado definir ciertos dogmas.
La frase que dice arriba, me ha recordado al cabo de un rato algo leído acerca de Newman. Me era ya muy conocida hace tiempo la cita de Newman "desde los quince años..." etc: el dogma como garantía de la objetividad de la fe. La verdad es que eso -dicho así, en bruto- no entra en la cabeza del hombre de nuestro tiempo. Pero me he acordado de lo que he leído recientemente acerca del principio de "economía", de adaptación de la revelación a las posibilidades que el hombre tiene de recibirla y de expresarla. Los dogmas no preceden a la revelación, claro. Los dogmas son reflexiones que se elaboran a partir de la revelación sobrenatural y se expresan en forma de proposiciones.
Entendidos de esta manera los dogmas, se entiende que sean un proceso, que las verdades se nos enseñen históricamente, que sea una "condescendencia" divina este proceso histórico.
Pues bien: no me parece algo muy diferente de lo que dicen ciertos teólogos que no me atrevo ni a mencionar acerca de cómo Dios se comunica al Hombre de una manera histórica.
Creo entender, si no estoy equivocado, que en el purgatorio las almas de los difuntos esperan la resurrección que tendrá lugar en el último día. La resurrección completará la salvación. Entonces me surge la duda: ¿Nuestras oraciones no pueden afectar/ayudar a su liberación? ¿cómo se entienden las "indulgencias"?
Ay, ¡cuánto purgatorio me espera!
luis:
acerca de lo de la juventud, me quedo con los últimos comentarios del hilo anterior: resucitaremos jóvenes, ¿no? Sólo por eso ya merece la pena apuntarse a la salvación.
Marcos:
lee el post anterior, lo relativo a la definición dogmática de la constitución "Benedictus Deus" del Papa Benedicto XII.
Definimos con la autoridad apostólica: que, según la disposición general de Dios, las almas de todos los santos ... y de todos los demás fieles muertos después de recibir el bautismo de Cristo en los que no había nada que purificar cuando murieron;... o en caso de que tuvieran o tengan algo que purificar, una vez que estén purificadas después de la muerte ... aun antes de la reasunción de sus cuerpos y del juicio final, después de la Ascensión al cielo del Salvador, Jesucristo Nuestro Señor, estuvieron, están y estarán en el cielo...
ETC.
¿Cuál sería, humanamnete, la experiencia de este hombre al recitar la frase?
Es decir. Él era un ministro anglicano casado cuya esposa murió tempranamente y él se desencantó poco después con el anglicanismo creo que a raíz de que la doctrina de la regeneración bautismal fue votada en el Parlamento Británico (??).
Siempre amó a su esposa: de cura, de obispo, de cardenal y con la Rerum Novarum bajo el brazo. Al morir llevaba puesto un colgante con el retrato de su esposa.
"Qui laetificat iuventutem meam".
¡Qué maravilla de frase y qué experiencia concreta la de este hombre! ¿Consideraría acaso qeu Dios puso alegría en su juventud muriendo su esposa??
Esto abismos de la experiencia humana es algo de lo que, pitily, carece el Novus Ordo.
Pero, es más, mi duda surge también no por Newman, sino por la pregunta de Lucía en Fátima sobre el alma de una niña que murió y que, según la respuesta dada por Nuestra Señora, era que esa alma estaría en el purgatorio hasta el final de los tiempos.
Mis dudas al respecto y preguntas están basadas en esto.
Asi que me encantaría aclararlas
No sé, Marcos, a mí no me quedan dudas. Y menos aún después de diversas discusiones al respecto en el hilo anterior.
Parece que los más doctos de la parroquia se nos han retirado ya. A ver si mañana retoman el tema con ganas y resuelven la cuestión.
Segundo, las almas se liberan del Purgatorio en el momento en que expían el último reato de pena, no sabemos durante qué unidad temporal. Por eso, no tiene sentido hablar de que esperan la resurrección, la entrada a la visión beatífica se produce instantáneamente.
En cualquier caso, mucha prudencia con manejar la noción de tiempo fuera de nuestras coordenadas. Ni los ángeles viven nuestro tiempo, tienen una eviternidad distinta.
1. Puede que el mensaje de Lucía en fátima fuera bajo otra interpretación
2. Si es así, literal "hasta el final de los tiempos permanece ese alma en el purgatorio". Entonces pregunto lo mismo que en mi primer mensaje, más arriba.
Como por esta parroquia se suele hablar de todo y, en temas serios, tenemos el lujo de las contribuciones de varias personas, me he atrevido a preguntar. Es una duda que tengo desde tiempo.
¿Cómo explicas lo de Lucía?
thanks
La revelación privada, a diferencia de la Revelación, tiene un destinatario, una gracia peculiar para entenderla, y un tiempo de aplicación. Y nadie nos garantiza que el destinatario de la revelación, de ser cierta, la interprete y la transmita fielmente.
Eso vale para todas las revelaciones sobre esta materia. Conviene tomarlas cum grano salis.
Es mi opinión, que el Pater diga qué le parece.
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Jajajajaja
Bueno, luis, estaba temblando, esperando que dijeras JUSTO ESO.
Yo, que nunca hago teología en absoluto, ni a partir de revelaciones privadas ni a partir de nada, esperaba que alguien más versado le respondiera eso a Marcos.
Sorry, Marcos, pero pienso lo mismo que luis. Y ahora que ya lo ha dicho él, me atrevo a sumarme, así de tonta soy.
Es que la revelación a Lucía... Si hay disenso en la interpretación me quedo con una definición dogmática bastante inequívoca.
A ver qué dice el Páter.
Saludos a todos
No lo hubiese preguntado en otro blog.
Many thanks
(just a joke)
Saludos
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2007/06/la-segunda-redencin.html
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2007/09/mi-director-me-dijo.html
1. Escatología intermedia, o de las "almas separadas", es decir a la espera de la reasunción de sus cuerpos.
y
2. Purgatorio: estado de purificación previo al cielo.
La respuesta de Sor Lucia literalmente dice: Estará en el purgatorio hasta el Juicio Final (otra cosa es la interpretación que se haga de las visiones)...
Por lo demás, me parece evidente que el purgatorio es una instancia, por decirlo así, profundamente consoladora; es como una última oportunidad que nos concede el Señor, fruto de su infinita misericordia, para que podamos gozar de su presencia eternamente. Para ello debemos limpiarnos con anterioridad, como habéis recordado acertadamente, de nuestros apegos e impurezas que nuestra alma no haya podido desprenderse en nuestra existencia terrenal. Para mí la certeza de que es una realidad de esperanza y consuelo es tan evidente como saber que soy, a día de hoy, carne de purgatorio, siendo que, como a todos, desconozco qué será de mí en lo que me quede por vivir en esta tierra. Dicho lo cual, y más consciente que nunca de mi naturaleza pecadora y reincidente, le pido a Dios que me acerque ya aquí abajo a la santidad, con lo que supone de pruebas, sufrimientos, tentaciones, etc. Para mí, y al cabo de tantas experiencias dolorosas que el Señor ha querido que padeciera, la experiencia más profunda de fe es aceptar con un corazón abierto todo lo que venga del Señor. Con Él todo sufrimiento es más llevadero. Pero, de momento, mi santidad sólo es una aspiración. A pesar de ello, no está mal desearla y dejar cada vez más que Dios actúe en uno confiadamente.
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Así es, no está mal desear a Dios.
Nadie es bueno sino Dios.
Pues habré de añadir la soberbia a mis pecados reincidentes, como tú lo llamas; pero a mí no me consuela nada el Purgatorio. Aun despojándolo de ideas antrópicas como tormento, duración temporal, etc, soporto la idea de Purgatorio, no sé bien cómo explicar el porqué, es decir: si es una verdad revelada la dejo ahí provisionalment por si algún día me entra en la cabeza y, si no, pues qué le vamos a hacer.
Aspiramos, como dices a la santidad, y si aspirando a ella morimos en Gracia de Dios, con todo lo que se sufre aquí, qué menos que, al morir, gozar ipso facto de la contemplación de Dios.
Veo que don Guillermo hoy no se nos presenta como simple párroco de SPII, sino que aparece con el hábito coral de Canónigo Penitenciario. Se deja ver el elegante bies rojo de la capa.
Pero en la siguiente, vuelve a ratificar mis dudas, porque el origen de mis preguntas ayer noche vienen de la respuesta de Sor Lucía: "Estará en el purgatorio hasta el Juicio Final" (otra cosa es la interpretación que se haga de las visiones). Y en este punto caben dos posibilidades:
1. Seguir la recomendación que, muy amablemente, me indicó luís "tómatelo con un pinch of salt", ó no intentes analizar una revelación privada.
2. Volver a plantear las preguntas que hice ayer: Si la respuesta de La Virgen María fue "el purgatorio hasta el Juicio Final" ¿cómo interpreto la tradición de la Iglesia en esta materia? ¿Cómo se entiende la oración que ayuda e intenta liberar las almas en el purgatorio? ¿cómo se entienden las "indulgencias"?
Me disculpo porque no es agradable hacer este tipo de preguntas. No quiero dar la impresión errónea. Muy pocas veces me va a ver preguntar, pater, pero mientras que en otros temas disfruto de la simbiosis razón y fe, en este punto en concreto sí me produce algo de desasosiego. Hasta rompo mi habitual costumbre de no entrar en un blog en horas de trabajo. Si no me importara o no fuese católico, ni me lo plantearía. Dos veces he preguntado lo mismo, a dos sacerdotes, y no concluyo la incertidumbre.
Será cuestión de hacer como luis y no interpretar Fátima, pero no es tema menor puesto que el Santo Padre ratifica Fátima.
PD. Asombro: Te ruego, te pido que no uses las dudas que pueda plantear un católico en un tema en concreto para desautorizar o invalidar la doctrina y a la Iglesia. Es una actitud ruin y poco caritativa. Y es el motivo principal por el que muchos católicos terminamos callando o no haciendo preguntas en abierto. Yo respeto que no seas católico y si en algo te podemos ayudar para acercarte a Dios, bienvenido sea, pero respeta a los que sí lo somos y preguntamos desde lo más íntimo.
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La doctrina católica es general, no hay doctrina sobre "UNA" persona en particular (sólo en el caso de la canonización, nunca hablando del purgatorio o de la condenación). Y no podemos dudar de la eficacia de los sufragios y de las intercesiones. Ni tampoco de la caridad de la Iglesia en el tema de las indulgencias.
Aunque en estos temas no hay automatismos. No es un cáluco matemático, sino una cuestión relacional, entre cada hombre y Dios. Pero el hombre no está sólo ante Dios, sino acompañado por toda la Iglesia (incluso esa muchacha de la que habla Sor Lucia estaría acompañada por la oración de toda la Iglesia). Más no me parece oportuno decir al respecto.
http://es.catholic.net/temacontrovertido/602/1557/articulo.php?id=25943
y
http://es.catholic.net/temacontrovertido/331/1608/articulo.php?id=23003
Hasta más tarde si Dios quiere
Una revelación privada informa "hechos" o reafirma doctrinas, nunca revela doctrina nueva. Y ninguna de ambas cosas puede ser objeto de fe. Menos que menos puede extraerse doctrina teológica autónoma de ésta.
Cordialmente.
De hecho, al leer la explicación del pater, también me aclara el concepto: La revelación de Fátima, la de Sor Lucía, es sobre UNA (así, en mayúsculas lo escribe el pater para enfatizar) persona, sobre un alma en concreto y no debo de extrapolar dicha particularidad.
En mi descargo, fue muy duro leer esa revelación de Nuestra Señora, sobretodo porque se trataba del alma de una niña y me producía desasosiego, cuestionarme sobre las “indulgencias y penas temporales”, lo cual daba origen a preguntas. Jugadas de la limitación humana, supongo, y/o influencia profesional.
Quién sabe el porqué del status en concreto de esa alma (como indica el pater) o la intencionalidad de la revelación privada y quién soy yo para ni siquiera extrapolarlo. Intentar sintetizar en un post el motivo por el cual se hacen ciertos análisis es difícil, y puede conducir a ser mal interpretado.
No cuestionaba la doctrina sino su relación con un hecho en concreto que sembró inquietud (en mi). Realmente, este tipo de observaciones van en la línea del post de wanderer que indicaste, y hoy leí. No debería de haber formulado preguntas. Dicho esto, valoro mucho la respuesta del pater y la tuya, luis, puesto que posicionan enfoques. Si también sirve para otros lectores que han preguntado lo mismo, lo doy por bien empleado.
Cordially yours
Ex corde,
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Marcos, ha hecho usted muy bien en formular las preguntas. Y creo que la respuesta no desacredita la revelación privada, pero tampoco la usa para hacer de ella norma general.
Un saludo,
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