El Cristianismo y las otras religiones ¿qué dice el Catecismo?
El fenómeno de la globalización tiene, sin duda, su repercusión en la vivencia religiosa. Cada vez más, nuestras sociedades se caracterizan por el pluralismo cultural, étnico y religioso. ¿Cuál es, según el “Catecismo de la Iglesia Católica” la relación del cristianismo con las otras religiones?
En el “Compendio” del Catecismo encontramos una indicación valiosa: “El vínculo entre la Iglesia católica y las religiones no cristianas proviene, ante todo, del origen y el fin comunes de todo el género humano. La Iglesia católica reconoce que cuanto de bueno y verdadero se encuentra en las otras religiones viene de Dios, es reflejo de su verdad, puede preparar para la acogida del Evangelio y conducir hacia la unidad de la humanidad en la Iglesia de Cristo” (Catecismo de la Iglesia Católica. Compendio, 170).
La primera afirmación que hace el “Compendio” es la de la existencia de un “vínculo”; es decir, de una unión, entre la Iglesia católica y las religiones no cristianas. El Magisterio de la Iglesia nunca ha compartido la posición “exclusivista”, según la cual la tarea del cristianismo sería únicamente la de mostrar la inadecuación y la falsedad de las religiones no cristianas frente a la adecuación y la verdad del cristianismo. La admisión de que existe un lazo de unión, lleva a la Iglesia a considerar con simpatía y a valorar como un bien la existencia de las otras religiones.
¿Cuál es la razón de este vínculo? El texto que hemos citado señala dos motivos principales: el género humano tiene un origen común y un fin común. Solidarios en el origen y en el fin, los católicos no pueden considerar a los demás hombres que no han abrazado la fe cristiana como extraños o ajenos.
¿Cuál es ese origen común? Es Dios mismo, que “hizo habitar a todo el género humano sobre la faz de la tierra”, recuerda el “Catecismo de la Iglesia Católica” con palabras de la declaración “Nostra aetate” del Concilio Vaticano II. Dios es el creador de todos los hombres. A todos los ha dotado con una misma naturaleza, compuesta de cuerpo y alma. A todos les ha entregado el mundo como morada.
Y al igual que hay una comunidad de origen, hay un fin común, que es también Dios. Todos los seres humanos hemos sido creados por Él y para Él; para servirle y amarle, y para poder gozar de su salvación.
En relación con esta común proveniencia de origen y con esta común ordenación de destino, la Iglesia reconoce cuanto de verdadero y bueno hay en las otras religiones. Todas ellas son testimonio de la búsqueda humana de Dios, una búsqueda emprendida muchas veces a tientas y entre sombras (cf “Hechos” 17, 26-28). Una búsqueda que es prueba elocuente de la dimensión religiosa del hombre, de la nostalgia que la criatura experimenta con respecto a su Creador.
Todo lo que, en las otras religiones, hay de verdadero y de bueno procede de Dios. Porque Él ha repartido la verdad y el bien entre los hombres y los pueblos, y se hace presente, casi secretamente, entre todas las naciones (cf “Ad gentes”, 9). Toda verdad, dondequiera que se halle, es reflejo de Dios, que es la Verdad misma, y que es el único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas en su relación con Él (cf “Catecismo de la Iglesia Católica”, 216). Sólo un menosprecio de Dios como creador del mundo y del hombre puede llevar a minusvalorar el papel de las religiones como signos de la verdad y de la bondad divinas.
La Iglesia ve, por ello, en las otras religiones una posible preparación para la acogida del Evangelio. Ya el teólogo y cardenal Jean Daniélou comprendía la revelación cristiana como cumplimiento de la búsqueda de Dios que latía en las demás religiones. El cristianismo, lejos de destruirlas, las purifica, completa y perfecciona, llevándolas a su plenitud en Jesucristo.
Todas las religiones, toda la búsqueda de Dios, se orienta últimamente hacia la unidad de la humanidad en la Iglesia de Cristo. La Iglesia es la convocatoria universal que nace del amor del Padre para reunir de nuevo a todos los hijos, dispersados y extraviados por el pecado: “La Iglesia es el lugar donde la humanidad debe volver a encontrar su unidad y su salvación” (“Catecismo de la Iglesia Católica”, 845).
La salvación viene de Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Pero el Señor ha querido manifestar y realizar por medio de su Iglesia el misterio del amor de Dios al hombre, para que “todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo” (“Ad gentes”, 7).
El “Catecismo de la Iglesia Católica” despierta en nosotros una mirada atenta y respetuosa hacia las otras religiones y, a la vez, nos hace dar gracias por el don de la fe y de la pertenencia a la Iglesia, al mismo tiempo que nos estimula a cumplir el mandato del Señor: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20).
102 comentarios
Esto no es verdad. Sobran las afirmaciones magisteriales, durante los diecinueve siglos de Iglesia, que sostiene esta caricaturizada posición "exclusivista", por cierto con mayores matices, porque es fácil hacer muñecos de nieve y derribarlos.
En todo caso, habría que decir "el Magisterio de la Iglesia, después del Concilio" y tampoco sería verdad total.
Lo dicho, un muñeco de nieve. Asì cualquiera.
Error XV del Syllabus de Pìo IX, condenado:
XV. Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que guiado de la luz de la razón juzgare por verdadera.
Error XVI del Syllabus, condenado:
XVI. En el culto de cualquiera religión pueden los hombres hallar el camino de la salud eterna y conseguir la eterna salvación.
Error XVII del Syllabus, condenado:
XVII. Es bien por lo menos esperar la eterna salvación de todos aquellos que no están en la verdadera Iglesia de Cristo.
Error XVIII del Syllabus, condenado:
XVIII. El protestantismo no es más que una forma diversa de la misma verdadera Religión cristiana, en la cual, lo mismo que en la Iglesia, es posible agradar a Dios
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Habría que subrayar ÚNICAMENTE.
Acaba el post anterior con una frase de carlos que no puedo dejar sin respuesta:
""un concilio pastoral que, curiosamente, vació las iglesias"""
Esta afirmación repetida ad nauseam, que diría luis, hay que comabtirla. No fue el concilio quien vació las Iglesias. Esto merece más tiempo y espacio y menos prejuicios por parte de los que sostienen semejante afirmación.
Pero, ya cerrados los comentarios, en otra ocasión será.
La verdad revelada no admite transacciones.
¿Y habremos Nos de sufrir -cosa que sería por todo extremo injusta- que la verdad revelada por Dios, se rindiese y entrase en transacciones? Porque de lo que ahora se trata es de defender la verdad revelada. Para instruir en la fe evangélica a todas las naciones envió Cristo por el mundo todo a los Apóstoles; y para que éstos no errasen en nada, quiso que el Espíritu Santo les enseñase previamente toda la verdad (15); ¿y acaso esta doctrina de los Apóstoles ha descaecido del todo, o siquiera se ha debilitado alguna vez en la Iglesia, a quien Dios mismo asiste dirigiéndola y custodiándola? Y si nuestro Redentor manifestó expresamente que su Evangelio no sólo era para los tiempos apostólicos, sino también para las edades futuras, ¿habrá podido hacerse tan obscura e incierta la doctrina de la Fe, que sea hoy conveniente tolerar en ella hasta las opiniones contrarias entre sí? Si esto fuese verdad, habría que decir también que el Espíritu Santo infundido en los apóstoles, y la perpetua permanencia del mismo Espíritu en la Iglesia, y hasta la misma predicación de Jesucristo, habría perdido hace muchos siglos toda utilidad y eficacia; afirmación que sería ciertamente blasfema."
"Y aquí se Nos ofrece ocasión de exponer y refutar una falsa opinión de la cual parece depender toda esta cuestión, y en la cual tiene su origen la múltiple acción y confabulación el de los católicos que trabajan, como hemos dicho, por la unión de las iglesias cristianas. Los autores de este proyecto no dejan de repetir casi infinitas veces las palabras de Cristo: "Sean todos una misma cosa. Habrá un solo rebaño y un solo pastor" (14), mas de tal manera :las entienden, que, según ellos, sólo significan un deseo y una aspiración de Jesucristo, deseo que todavía no se ha realizado. Opinan, pues, que la unidad de fe y de gobierno, nota distintiva de la verdadera y única Iglesia de Cristo, no ha existido casi nunca hasta ahora, y ni siquiera hoy existe: podrá, ciertamente, desearse, y tal vez algún día se consiga, mediante la concordante impulsión de las voluntades; pero en entre tanto, habrá que considerarla sólo como un ideal"
Acabo de leer Ad gentes, 9:
"""Así, pues, todo lo bueno que se halla sembrado en el corazón y en la mente de los hombres, en los propios ritos y en las culturas de los pueblos, no solamente no perece, sino que es purificado, elevado y consumado para gloria de Dios, confusión del demonio y felicidad del hombre. Así la actividad misional tiende a la plenitud escatológica: pues por ella se dilata el Pueblo de Dios, hasta la medida y el tiempo que el Padre ha fijado en virtud de su poder..."""
Pues nada: conglóbulas y confusión
Todos los pueblos forman una única comunidad y tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la entera faz de la tierra; tienen también un único fin último, Dios, cuya providencia, testimonio de bondad y designios de salvación se extienden a todos hasta que los elegidos se unan en la Ciudad Santa (NA 1).
843 La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda "todavía en sombras y bajo imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una preparación al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida" (LG 16; cf NA 2; EN 53).
844 Pero, en su comportamiento religioso, los hombres muestran también límites y errores que desfiguran en ellos la imagen de Dios:
Con demasiada frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso, sirviendo a las criaturas en vez de al Creador. Otras veces, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, están expuestos a la desesperación más radical (LG 16).
845 El Padre quiso convocar a toda la humanidad en la Iglesia de su Hijo para reunir de nuevo a todos sus hijos que el pecado había dispersado y extraviado. La Iglesia es el lugar donde la humanidad debe volver a encontrar su unidad y su salvación. Ella es el "mundo reconciliado" (San Agustín, serm. 96, 7-9). Es, además, este barco que "pleno dominicae crucis velo Sancti Spiritus flatu in hoc bene navigat mundo" ("con su velamen que es la cruz de Cristo, empujado por el Espíritu Santo, navega bien en este mundo") (San Ambrosio, virg. 18, 188); según otra imagen estimada por los Padres de la Iglesia, está prefigurada por el Arca de Noé que es la única que salva del diluvio (cf 1 P 3, 20-21).
Catecismo.
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Por supuesto, de acuerdo.
Benedicto XVI, Discurso en Ratisbona.
¡Madre mía! ¡Qué sospechas! Con tanto ecumenismo, igual trabajamos para el mossad y no nos hemos dado cuenta.
"Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. Fácilmente en materia tan clara como evidente, podéis extirpar de vuestra grey error tan execrable. Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo16, entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo17 y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guardan íntegra y sin mancha18; oigan a San Jerónimo que nos cuenta cómo, estando la Iglesia dividida en tres partes por el cisma, cuando alguno intentaba atraerle a su causa, decía siempre con entereza: Si alguno está unido con la Cátedra de Pedro, yo estoy con él19. No se hagan ilusiones porque están bautizados; a esto les responde San Agustín que no pierde su forma el sarmiento cuando está separado de la vid; pero, ¿de qué le sirve tal forma, si ya no vive de la raíz?20.
No sé de qué me hablas. Porque tú tengas un defecto no vayas a considerarlo "femenino" y achacárselo a todas. ¿No decías no sé qué de no andar personalizando?, pues venga, a ver cuándo empiezas.
¿Guerra de citas, luis?
entonces, ¿en qué quedamos con el Magisterio? ¿Se contradice? ¿Parte del Magisterio es falso?
¡Qué difícil me lo ponen!
" Y No ignoráis, Venerables Hermanos, con qué celo tan intenso y constante han inculcado Nuestros Predecesores aquel mismo artículo de la fe que ellos se atreven a negar, referente a la necesidad de la fe y de la unidad católicas para conseguir la salvación. A esto se refieren las palabras del celebérrimo discípulo de los Apóstoles, San Ignacio mártir en su carta a los filadelfos: No erréis, hermanos míos; si alguno sigue al que hace cisma, no obtendrá la herencia del reino de Dios. San Agustín, por su parte, y otros Obispos africanos congregados en el Concilio Cirtense el año cuatrocientos doce, explicaban esto mismo más explícitamente: Quienquiera que sea separado de esta Iglesia Católica, por más que crea vivir laudablemente, con todo, por el sólo delito de estar separado de la unidad de Cristo, no tendrá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. Y, pasando por alto otros muchos, casi innumerables pasajes, de los antiguos Padres, mencionaremos con honor a aquel glorioso predecesor Nuestro, San Gregorio Magno, que expresamente afirma ser esa la doctrina de la Iglesia Católica. Dice así: "La santa Iglesia Universal predica que a Dios no se le puede honrar con verdad sino dentro de ella, afirmando que cuantos están fuera de ella de ninguna manera se salvarán".
Tenemos, además, los actos solemnes de la misma Iglesia con los que se anuncia el mismo dogma. Así, en el decreto de la fe que publicó Nuestro predecesor Inocencio III, en el IV Concilio Ecuménico de Letrán, se dice: "Una es la Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual nadie puede salvarse"[1]. Finalmente, el mismo dogma se encuentra expresamente indicado en las profesiones de fe propuestas por la Sede Apostólica, tanto en la común a todas las Iglesias latinas, como en las otras dos, en uso, una entre los griegos, y otra entre los demás católicos orientales. No hemos enumerado estos testimonios, entresacados de entre otros muchos, Venerables Hermanos, con ánimo de enseñaros un artículo de fe que vosotros ignoráis. Lejos de Nos el haceros objeto de una sospecha tan absurda e injusta. Pero es tal la preocupación que Nos apremia por este importantísimo y conocidísmo dogma, impugnado por algunos con audacia desmedida, que no pudimos contener el deseo de escribir algo apoyando esta verdad con múltiples argumentos"
Hay cientos de citas, la doctrina catolica siempre ha dicho lo mismo. Hay un oscurecimiento de la doctrina magisterial en los últimos años, en la que no se dice toda la doctrina, sino una parte, en forma ambigua y circiterista.
No digo que se contradiga, el fenómeno se llama "suspensión parcial del ejercicio de la potestas docente", y ya lo estudió Newman en la crisis arriana. Hay fulgores en esta confusión, como la Dominus Iesu, que no alcanzan a disipar la herejía instalada en los fieles.
De ahí se infiere la urgentísima misión de evangelizar. ¡Hay que misionar!. A tiempo y destiempo y pobre de nosostros que no lo hagamos, ya que seríamos más culpables que los que no conocen a Cristo.
Creo que a partir de la mitad del artículo, el Padre-articulista, lo deja muy claro, y según el catecismo, al que nos reporta el Padre, es de una claridad meridiana.
Creo que Luis ha contestdo perfectamente, y el sentido común hace el resto. Nunca los cristianos han visto con agrado el resto de religiones, pues sabían que sólo la suya es verdadera, y solo por la verdadera se llega a la salvación.
Por otra aprte, D. Guillermo dice: "El magisterio no es falso: Responde a cuestiones concretas, en épocas concretas y con bagajes conceptuales concretos."
Claro, pero eso no significa que de una época a otra se pueda dcir lo contrario. No lo ha hecho el Magisterio, pero sí cierta corriente pastoral.
Considero este tema confuso e innecesario.
Para respetar a otras personas o ideas no hay que hacer las filigranas con las palabras que se dan en en esos documentos de la Iglesia ( una prueba es lo que escribe usted a las 16.01), al final lo que hacen es afirmar y suavizar o contradecir la afirmación con lo que no se sabe que es lo que quiere decir realmente.
Si la fe cristiana es la culminación ( de acuerdo con esos documentos) , no tiene que aprender nada de otras
religiones. Si lo importante es que todos venimos del mismo lugar poco importa cómo volvamos a él. Se puede respetar a otros sin escudriñar similitudes o diferencias. Creo que un dominico argelino entendió eso bien, Pierre Claverie.
Se pueden apreciar los elementos de verdad en las tradiciones religiosas, pero las religiones como tales son sistemas religiosos especificados por su fin, que como enseña Santo Tomás, no puede ser doble, en tanto entes accidentales. Y ese fin especificante no es salvífico.
Ergo, las religiones, qua religiones, es decir, instrumento de salvación como pretenden, son mortíferas. Esto es lo que no se dice, esto es lo que se ha oscurecido.
Salvemos al hombre, encaucemos el espíritu religioso, veneremos las válidas tradiciones y semillas de verdad que toda religion tiene, porque no hay ningún ente que sea mal absoluto. Pero condenemos la pretensiòn de las falsas religiones de salvar al hombre.
Dios salva al hombre sólo por y en Cristo. A pesar, no por medio de las falsas religiones. Esta es la doctrina catolica de siempre. Esta es nuestra fe.
Dios salva al hombre sólo por y en Cristo. A pesar, no por medio de las falsas religiones. Esta es la doctrina catolica de siempre. Esta es nuestra fe.
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Bueno, Luis, no estoy en contra de esto.
""Para respetar a otras personas o ideas no hay que hacer las filigranas con las palabras que se dan en en esos documentos de la Iglesia ( una prueba es lo que escribe usted a las 16.01), al final lo que hacen es afirmar y suavizar o contradecir la afirmación con lo que no se sabe que es lo que quiere decir realmente""
¿Significa eso que Ad gentes hace "filigranas con las palabras" que "afirman, suavizan o contradicen de manera que no se sepa lo que quiere decir"?
El Concilio Vaticano II se declara desde su principio pastoral y no dogmático. Afirma claramente que no pretende establecer ninguna verdad de fe, ni condenar ningún error. Así pues, es un Concilio digamos que poco útil para dirimir la verdad sobre algo que, magisterialmente, ya ha quedado claro por la Iglesia en siglos precedentes.
Por mi parte, no me acabo de fiar de un concilio pastoral, cuya pastoral curiosamente vació las iglesias.
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Y van dos.
No quiero cambiar el tema, pero esto me parece muy fuerte.
Espero un post, bien suyo, bien de otro blogger, acerca de este lugar comun que repiten ciertos filolefebvristas para que, a fuerza de oírse con machacona y calculada periodicidad, se llegeue a creer que hay algo de cierto en ello.
Bueno, al menos, Carlos admite que sñi tiene desconfianza contra el Concilio. La no obligatoriedad de creer en ninguna palabra emitida por el CVII es otro mantra cismático clásico. Pero, por lo menos, repito, Carlos no elude admitir su clara adscripción.
Usted ayer me dijo que no compartía los "dogmas" indiferentistas del 90 % de los católicos, y por cierto lo creo. Pero, ¿quien se hace responsable del error difundido ad nauseam? ¿cree que ver a un Papa como Juan Pablo II besando el Corán, dando discursos a los cultores del vudú, como si a estos señores hubiera que decirles otra cosa que quemen sus infames hechicerías y se conviertan a Cristo, y dejándose rociar por una hechicera con agua no produce confusión?
¿Es que creen que el indiferentismo, la idea absolutamente impuesta de que todas las religiones son buenas, que todo hombre se salva por su buena fe, que la Iglesia no es la única Iglesia, que la religiòn católica es una más, ha descendido de los fieles como paracaidistas polacos en la Segunda Guerra Mundial o como una invasión marciana?
¿No se dan cuenta de que estos errores proliferan precisamente porque la Jerarquía ha entrado en receso, en silencio, de la doctrina catolica tradicional?
¿Creen que es gratis que el Presidente de la conferencia episcopal italiana diga que la Iglesia no intenta convertir a los Judíos?
¿Cómo pueden estar tan ciegos, ante la perdición de tantas mentes?
¿No les hacen mella las profecías del Apocalipsis y la interpretación apostólica, que justamente señalan el sincretismo, el "culto del hombre" y el antropocentrismo religioso como las señales del Anticristo?
La verdad, es un misterio. No entiendo a los conservadores, que tratan de salvar la ropa de cierta pulcritud formal en medio del naufragio de la ortodoxia. No los entiendo.
No hay que olvidar, por otra parte, que dos importantes constituciones del Vaticano II, las que tratan de la Iglesia y de la Revelación, llevan en el título la precisión de “Constitución dogmática”.
Martín Gelabert Ballester, OP
¿A cuantos adultos no cristianos has acompañado a la pila bautismal, Luis?
Quizá habría que bloguear menos y misionar, pero de verdad, más.
Veo que tú has escrito anteriormente el texto del Padre de las 16.01, creo que tú no le ves filigranas. ¿Podrías explicarlo?
Tú acusas; a ti te corresponde la carga de la prueba de las "filigranas".
Sólo faltaba que hubiera que defender la presunción de inocenccia a estas alturas de la Historia.
cuando leo "Constitución dogmática", mira si soy rara, pero tiendo a interpretar que lo que significa es "constitución dogmática".
Ilústrame qué significa Constitución dogmática
qué te importa. Tú dedícate a lo tuyo, deja de juzgar al siervo ajeno, como dice San Pablo.
He acercado a la plena verdad católica a muchos, por gracia de la Theotokos. Soy profesor de Etica Cristiana, con ochenta alumnos (buena parte agnósticos) por promoción en la Facultad. Ve a hacerles una encuesta.
Por otra parte, con cooperar en la conversión de una sola persona, eclesiástica o no, de la peste del indiferentismo o advertirla sobre el tremendo error de silenciar parte de la doctrina, o al menos corroborar a alguien respecto de la verdadera doctrina catolica, cosa que han manifestado en este blog varios, ya es una gran gracia que me da Dios.
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No lo dudo, Luis.
Pero no todos son capaces de distinguir tanto como usted distingue.
Esto no significa que no constituyan magisterio ordinario, que ciertamente lo son. Pero no son proclamaciones de dogmas.
Opinar no es acusar. Yo ya opiné, si tú disientes puedes o no explicarlo, eso no me compete a mí.
Ocurre que las peores mentiras son las que están envueltas en verdades, y así ocurre con ésta. Ciertamente, es verdad que el Concilio Vaticano II no fue convocado para hacer frente a una herejía dogmática concreta, sino con el deseo de hacer un esfuerzo de actualización dentro de la Iglesia, necesario para emprender la evangelización de una cultura cambiante.
Pero, sin embargo, se olvida que algunos de los documentos aprobados son de índole dogmático, y no pastoral (como, por ejemplo, la llamada “Lumen Gentium” o “Constitución Dogmática de la Iglesia”, etc…).
Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre
Yolanda, el término "dogmático" en las Constituciones conciliares no implica que proclamen técnicamente "dogmas", sino que se usa en el sentido de "doctrinarias", la palabra como sabrás en latín eclesiástico tiene ese "anceps".
Esto no significa que no constituyan magisterio ordinario, que ciertamente lo son. Pero no son proclamaciones de dogmas.
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No, no se preteden proclamar dogmas.
Opinar no es acusar. Yo ya opiné, si tú disientes puedes o no explicarlo, eso no me compete a mí.
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Disiento pero obviamente no puedo "explicarlo". Si no veo "filigranas de palabras", ¿cómo las voy a edxlicar?
Tal vez si tú explicases qué filigranas de palabra ves...
Hay opiniones acusatorias, claro que sí.
"Pero la variación del concepto de unidad de los cristianos da lugar necesariamente a una variación en el concepto de misión. También las religiones no cristianas deben entrar en la unidad religiosa de la humanidad; pero, al igual que para los hermanos separados, esto ya no ocurre viniendo ellos por conversión al Cristianismo, sino profundizando sus valores intrínsecos y reencontrando así esa más profunda verdad que subyace a todas las religiones.
La idea está desarrollada por Jean Guitton en el OR del 19 de noviembre de 1979. La diversidad (dice) es un bien, y nadie debe sacrificar nada. Pero es fácil oponer que hay diversidades constituidas por antítesis entre lo verdadero y lo falso, y que a veces existen en las religiones no cristianas errores que se deben sacrificar. De cualquier forma, según Guitton, el catolicismo no tiene nada que aportar de específico: sólo concurre para profundizar valores inmanentes a todas las experiencias religiosas. Por tanto, para un mahometano, convertirse significa ser cada vez más mahometano, para un judío ser más judío, para un budista ser más budista, etc.
La renuncia a convertir (es decir, a hacer obra religiosa) se ha convertido en lugar común, y el llamamiento de la Iglesia Católica se evita como un deplorable proselitismo.
La novedad es evidente, y el decreto conciliar Adgentes 1 sobre las misiones la fundamenta sobre el presente orden del mundo «ex quo nova exsurgit humanitatis condicio», si bien no abandona las fórmulas tradicionales que consideran las misiones como una «adhesión a la fe de Cristo».
La variación conduce, en línea teórica, a hacer superfluas las misiones. La novedad es coherente con todo el sistema de tendencial desaparición de la trascendencia específica de la religión católica.
La unidad de los cristianos separados se realiza mediante un movimiento hacia el Cristo total presente en el fondo de todos los creyentes en virtud de la gracia bautismal. En algún sentido puede considerarse preservado el carácter sobrenatural del movimiento unitivo.
Pero si los no cristianos son destinados a unirse a los cristianos no por una mutación que les lleve fuera de sí mismos hasta el Cristo de la Iglesia Católica, sino por una profundización de su misma creencia, entonces parece que Cristo (principio de la ecumene) se encuentra en el fondo de su conciencia natural; y se cae ciertamente en la negación de lo sobrenatural y en la igualación de lo natural a lo sobrenatural propio de la gracia. El principio de la salvación no viene caelitus, sino funditus es inmanente a la naturaleza humana y brilla en todos los hombres .
Pablo VI no ha despejado esa incertidumbre. En las citadas Conversaciones con Guitton, pp. 164-165, asegura: «No hay más que una Iglesia eje de convergencia; una sola Iglesia en la que todas las Iglesias deben reunirse»: pero, ¿cómo no ver que unirse en la Iglesia no es unirse a la Iglesia ya subsistente como unificante? Y cuando, concluida la parte de la fe, añade «pero la caridad nos impulsa a respetar todas las libertades», no aclara que ni conciencia ni libertad son autónomas, y que el catolicismo no es la religión de la libertad, sino de la verdad"
Un texto como el de monseñor Munilla de más arriba, un obispo español nada liberal, dicho sea de paso, intenta explicar a los "detractores" del CVII que esas distinciones son subterfugios para no acatar el CVII. ¿Acaso no está claro en 2000 años qué es un Concilio? ¿Acaso para los filocismáticos la aceptación del Magisterio es a placer? Creía que de eso sólo se acusaba a los progres, herejes y demás chusma de izquierdas. Pero veo que en el extremo contrario no se nadan con chiquitas y cojean, del pie contrario, pero con la misma cojera.
Oh Dios todopoderoso y eterno, que a todos salvas, y no quieres que ninguno se pierda: mira compasivo a tantas almas seducidas por la astucia diabólica; para que, renunciando totalmente al mal de la herejía, abjuren sus errores, y vuelvan a la unidad de tu verdad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Por los judíos:
Oh Dios todopoderoso y eterno, que no rechazas de tu misericordia a los pérfidos judíos: oye las plegarias que te dirigimos por la ceguedad de aquel pueblo, para que, reconociendo la luz de tu verdad, que es Jesucristo, salgan de sus tinieblas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Por los infieles:
Oh Dios todopoderoso y eterno, que no quieres la muerte de los pecadores, sino que siempre procuras su vida: recibe favorablemente nuestra oración, y líbralos de sus idolatrías, agregándolos a tu Santa Iglesia para gloria y alabanza de tu nombre. Por Jesucristo N. Señor. Amén.
¿Como se sabe qué es y qué no es acusación en este tema?
Te pedí explicación de tu comprensión, no de la mía.
Tanto fervor y a ver si no es por servir y dar fruto, sino por "cuadrar sistemas".
Si tus alumnos argentinos de ética cristiana son paganos, Luis, no te cuento como son los mios catalanes de publicidad (a ellos si les hice una encuesta: de 90 ninguno iba a misa, y solo 9 creían en la Trinidad y la humanidad y divinidad de Cristo).
"Que la religión esté presente en una luz inmanente a la conciencia de todo hombre es una tesis apoyada en el prólogo al Evangelio de San Juan, que hasta Rosmini fue uno de los textos más meditados por la especulación católica. Pero si bien el Verbo, como luz de la naturaleza, consiente en la exaltación de los valores de las civilizaciones no cristianas, excluye sin embargo que se teorice sobre su autosuficiencia en orden a la salvación.
Ahora bien, el titular del Secretariado para las religiones no cristianas, en dos extensos artículos de OR, reduce las misiones a diálogo «no para convertir, sino para profundizar en la verdad». En el OR del 15 de enero de 1971 se lee que «la Iglesia tiene necesidad, para crecer según el designio de Dios, de los valores contenidos en las religiones no cristianas».
La tesis no es nueva, e identifica el orden de la civilización con el de la religión, que conviene sin embargo distinguir. Tal afirmación implica que en el seno de las religiones no cristianas late el Cristianismo, y que basta profundizar en el Logos natural para encontrar al Logos sobrenatural del hombre-Dios y de la gracia.
El Islamismo, por ejemplo, sería un germen de Cristianismo que debe ser hecho germinar y crecer . Al igual que en el ecumenismo para los cristianos separados, aquí tampoco se procede por acceso a la verdad cristiana, sino por explicitación y maduración de una verdad inmanente a todas las religiones. El decreto Adgentes enseñaba que «todos los elementos de verdad y de gracia que es posible hallar entre los infieles por una cierta presencia secreta de Dios, una vez purgados de las escorias del mal, son restituidos a su autor, Cristo. Por lo cual todo el bien que se encuentra diseminado en el corazón y en la mente de los hombres o en las civilizaciones o en las religiones propias de ellos, no sólo no desaparece, sino que es sanado, elevado y llevado a su completitud».
La opinión de mons. Rossano arriba citada pone en cuestión un punto de eclesiología y otro de teología.
En cuanto al primero, parece ofender al carácter autosuficiente de la Iglesia en orden a la salvación de los hombres, considerándola defectuosa y corta y necesitada de las otras religiones.
En esto se confunde la religión con la civilización: si bien las civilizaciones, en cuanto construcciones del obrar humano siempre parcial, están conectadas y son mutuamente tributarias (surgiendo todas ellas de su base común: la naturaleza humana), no puede decirse lo mismo de las religiones, ya que la religión católica no es consecuencia del pensamiento natural de las naciones, sino un efecto sobrenatural que no puede obtenerse de la naturaleza humana profundizando en ella.
Hay por tanto un sofisma que intercambia religión y civilización y elide la trascendencia del Cristianismo. La Iglesia, sociedad perfecta que tiene en sí misma todos los medios necesarios para su fin, sería entonces una sociedad imperfecta, que como dice Rossano necesitaría de las luces y los valores de otras religiones.
Además, una civilización no es una religión, y una civilización universal es algo diferente a una religión universal.
La opinión de Mons. Rossano ataca también la nota de catolicidad de la Iglesia, ya que una Iglesia que debe ser integrada no sólo extensivamente, sino también intensivamente, no es ciertamente universal . La defectividad es proclamada también por Mons. Sartori, profesor de dogmática en la Facultad teológica de la Italia septentrional, en el curso de aggiornamento de la Universidad Católica de Milán: «el catolicismo ha descubierto su parcialidad, que es una contracción dentro de la universalidad, y ha reencontrado el Todo dentro del cual se encuentra la misma parcialidad cristiana» . El Cristianismo es así reconocido como una de las infinitas posibles formas históricas en las cuales se manifiesta la universal religión natural, siendo lo sobrenatural absorbido y naturalizado.
Y si decir de un Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia que "afirma y suaviza o contradice la afirmación con lo que no se sabe que es lo que quiere decir realmente" no es acusatorio, no sé a qué llamarías tú acusación.
Pero me da igual que lo llames opinión o acusación, dices loq ue dices, se entienda como acusación o como opinión, no me hagas filigranas con tus palabras.
Para Mons. Rossano, sin embargo, la pluralidad de las religiones no tiene por causa la culpa adámica, sino que está ya en el designio primitivo de la creación. «¿De dónde surge históricamente la pluralidad de las religiones? Sin duda deben considerarse como causas, además de la complejidad de la cuestión religiosa (llena de múltiples interrogantes), las peculiaridades étnicas, la variedad de las experiencias ecológicas, históricas y culturales, la inaccesibi-lidad de la meta y del objeto buscado, o la limitación del sujeto humano. Pero no hay que infravalorar el influjo capital de los fundadores y de los líderes reli-giosos».
La teoría no impide la extrañeza: la pluralidad de las religiones, que cuando se trata de la ecumene de los cristianos se contempla siempre co-mo un escándalo y una injuria a Cristo, aquí es al contrario contemplada como un hecho altamente positivo, como «fruto de la riqueza inagotable de la familia humana, que la Sabiduría creadora de Dios ha distinguido en indivi-duos, familias y naciones» (y, no lo dice, pero debe decirlo, en religiones).
La conclusión de Mons. Rossano es franca: «Toda religión representa el modo tradicional de respuesta de un pueblo a la donación e iluminación de Dios». Que la pluralidad de las confesiones no sea escándalo, como se decía inmediatamente después del Concilio, sino signo de comunión y de enrique-cimiento, es doctrina oficial del Secretariado para la unión.
El Card. Willebrands, su presidente, en la carta enviada al Consejo Ecuménico de las Iglesias en agosto de 1983 en Vancouver, declara: «Hoy día, la diversidad de las formas con las que se testimonia ya no es considerada como un signo de división en la fe, sino más bien como un elemento capaz de enriquecer su comprensión».
Se adopta así el nuevo método de hacer pasar cosas distintas como si fuesen modalidades de lo mismo (OR, 12 agosto de 1983).
pero esa oración ya ha sido corregida, con esa formulación ya sólo la rezan los decididamente cismáticos, ¿no?
¿Qué se quiere decir con "Lo bueno que aparece en los propios ritos y en las culturas de los pueblos"? Ya Luis ha hablado varias veces de eso.
¿Qué función se le asigna en el cristianismo a esos ritos que serán purificados y elevados con la acción misionera?.
no todos tus interlocutores son memos: sé muy bien de qué hablo cuando hablo de la oración corregida y algo de latín también sé.
mar:
Si ya luis ha hablado varias veces de eso, ¿qué más se puede decir? Extrae tú la conclusión. Si ya la has extraído, atgrévete a decirla sin tantas interrogaciones retóricas y filigranas que al final no se sabe a donde vas a parar. Haces preguntas que están contestadas por los propios textos magisteriales sin necesidad de acudir a la autorifdad indiscutible de luis.
Mira, mar: algo hay que sé que no es dogma : las intervenciones de mi amigo luis.
Tomás:
yo también "prefiero quedarme en la sencillez de exposición de Don Guillermo porque todos estos comentarios buscando tres pies al gato es evidente que no me hacen bien". No pueden hacer bien a nadie, salvo que haya otros intereses distintos del bien de las almas, intereses a los que hagan bien.
Me retiro. Al menos mientras no vea que está el propio blogger por aquí, servidora no pinta nada.
Al no definirse claramente, no hay error, hay ocasión de error. Fìjate como coincidimos casi en todo con Guillermo, a partir de formulaciones muy distintas de él y mías. Eso ocurre porque yo me dedico a completar los textos postconciliares y conciliares con textos tradicionales, y el Pater, a fuer de ortodoxo, los acepta. Pero si te quedas sólo con los textos posteriores, habrá partes de la verdad que se escaparán, o que habrá que buscarla en las precisiones de la CDF, Dominus Iesu por ejemplo (que by the way ha sido repudiada por toda la progresía, como desviación del "espìritu del Concilio"- y tienen razón, como demuestra Amerio con sus citas del Osservatore Romano).
pero esa oración ya ha sido corregida, con esa formulación ya sólo la rezan los decididamente cismáticos, ¿no?
¿Acaso solo pueden rezar esa oración los cismáticos por su cuenta?
Totalmente de acuerdo Yolanda. El único valor que tienen mis intervenciones es la dedicación de alguien que hace casi treinta años estudia estas cuestiones con honestidad intelectual y amor apasionado a la Iglesia, y sobre todo las autoridades que cito. No pretendo ser original.
Cardenal Jean-Louis Tauran. Presidente del Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso. 13/08/2009
Benedicto XVI, 7 junio 2008
En su intervención, recogida por L'Osservatore Romano, durante la apertura del año académico de la Pontificia Facultad Teológica de Italia Meridional, en Nápoles, el Purpurado señaló que "en el diálogo interreligioso tomo un riesgo. Acepto, obviamente, no renunciar a mi fe, pero sí dejarme interpelar por las convicciones del otro. Acepto tomar en cuenta argumentos distintos a los míos o a los de mi comunidad. La idea es conocerse, considerar la religión del otro con benevolencia y dejarse enriquecer por los aspectos positivos que hay en su religión".
"Cada religión –prosigue– tiene su identidad, pero acepto considerar que Dios está también operando en todos, en el alma de quien lo busca con sinceridad.
28/09/08
Bueno, esta afirmación del cardenal Tauran cae bajo las censuras de los documentos papales citados: pone en un pie de igualdad a la Iglesia con las otras religiones, y afirma que todos estamos en peregrinación hacia la verdad, lo cual es mentira y verdad al mismo tiempo, clásica técnica circiterista denunciada por Amerio, porque quien es católico no está en peregrinación a la verdad del mismo modo que quien está en otra religión.
Al omitir hacer la distinción, se logra el efecto sincretista y relativista: las religiones en pie de igualdad con la catòlica, en peregrinación a la verdad. Una falsedad sin mentir, sòlo con ocultar y hacer circiterismo.
Creo que la técnica de confusión, la use Tauran o los ejemplos de Amerio, està clara. Veo que se sigue usando la misma metodología de muerte postconciliar.
Y esto, directamente, es charlatanería psicoanalítica, no es religión. Por favor. Es precisamente esto la deriva contraria a la fe catolica: el dialogo con otra religión "enriquece" con sus aspectos positivos mi religión, error directamente condenado en la encíclica de Pío XI citada.
Está claro lo que digo y las conclusiones las tengo sacadas con y sin Luis, no se trata de que yo saque conclusiones. Qué tiene que ver el dogma con lo que digo.
La explicaciones se pueden dar de distintas formas, una de ellas las preguntas retóricas.
Es otra religión.
"Si cierras la puerta al pecado, dejarás afuera a la virtud" ; "Si cierras la puerta a la fealdad, dejarás afuera a la belleza" ; "Si cierras la puerta a la grosería y la obscenidad, dejarás afuera a la decencia",
O podría invertirse, como sugiere Eco:
"Si cierras la puerta a todas las verdades, dejarás afuera al error"
jajajaja
igualmente impactantes e igualmente idiotas.
Toto corde.
Benedicto XVI, Mayo del 2009 en Tierra Santa
Benedicto XVI, Mayo del 2009 en Tierra Santa
Benedicto XVI, Mayo del 2009 en Tierra Santa
No rebaja la fe catolica, no la equipara con las otras religiones, no les otorga valor salvífico.
Llama a una colaboración práctica en aspectos concretos y temporales, lo cual es plenamente acorde con la doctrina catolica.
Un cambio muy grande en comparación con los ejemplos de Romano Amerio, y las tristes declaraciones de Tauran.
Se ve que Benedicto ha leìdo atentamente a Amerio ;)
“De hecho, los primeros cristianos no quisieron aceptar nada de la religión pagana. La consideraban idolatría, hasta el punto de que por eso fueron acusados de "impiedad" y de "ateísmo". En particular, san Justino, especialmente en su primera Apología, hizo una crítica implacable de la religión pagana y de sus mitos, que consideraba como "desviaciones" diabólicas en el camino de la verdad.
“Justino, y con él otros apologistas, firmaron la toma de posición clara de la fe cristiana por el Dios de los filósofos contra los falsos dioses de la religión pagana. Era la opción por la verdad del ser contra el mito de la costumbre. Algunas décadas después de san Justino, Tertuliano definió esa misma opción de los cristianos con una sentencia lapidaria que sigue siendo siempre válida: "Dominus noster Christus veritatem se, non consuetudinem, cognominavit", "Cristo afirmó que era la verdad, no la costumbre" (De virgin. vel., I, 1)””.
“En una época como la nuestra, caracterizada por el relativismo en el debate sobre los valores y sobre la religión —así como en el diálogo interreligioso—, esta es una lección que no hay que olvidar”.
(Benedicto XVI, Discurso sobre San Justino, en la Audiencia General, Roma, miércoles 21 de marzo de 2007, destacados nuestros).
Otra cosa es que pueda interesar el conocimiento de unas formas de pensar, incluso en una faceta espiritual. Pero de ahí a darle el mismo status al catolicismo que a las demás confesiones, me parece atrevido. Y, precisamente, eso puede confundir al dudoso.
Dialogar ¿puede derivar en negociar? La nueva ley de libertad religiosa que se avecina se apoyará, precisamente, en estas premisas. Que todas las religiones tienen el mismo peso y la misma verdad, por consiguiente, los mismos derechos.
Es evidente que estas cuestiones precisan ser matizadas, no sea que se pierda la firmeza en la fe católica.
Benedicto XVI, 17/04/08 en el Pope John Paul II Cultural Center de Washington DC en un Encuentro con representantes de otras religiones.
"Para nadie cae o se levanta el siervo ajeno sino para su amo. ¿Quièn eres tú para juzgarlo?"
Métase en sus propios asuntos.
Benedicto XVI, ENCUENTRO CON LAS ORGANIZACIONES
PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO. DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI. Auditorio del Notre Dame of Jerusalem Center - Jerusalén. Lunes 11 de mayo de 2009
"El ecumenismo es quizá el punto del movimiento postconciliar en el cual son más relevantes el uso de la anfibología, la acción de la propaganda, y el efecto del loquimini nobis placentia. En torno a 1970, en las entradas de las iglesias de Italia y de la Suiza italiana se fijaban carteles que representaban el encuentro de Pablo VI con Atenágoras, anunciando la leyenda la reunión de seiscientos millones de católicos con doscientos cincuenta millones de ortodoxos. Dejando aparte la falsedad de las estadísticas, conviene recordar, además de la casi nula jurisdicción del Patriarca, la solemne declaración ya citada, hecha poco después del encuentro con el Papa: «No se trata en este movimiento de caminar juntos una Iglesia hacia la otra, sino de caminar todas las Iglesias hacia el Cristo común, de reconstruir la Iglesia una, santa, católica y apostólica» (ICI, n. 3II, p. 18, 1 de mayo de 1968).
La mayor dificultad del encuentro ecuménico está constituida para la Iglesia Católica por el residuo nuclear de la doctrina tradicional. Es este residuo el que retrae a la Iglesia Católica de entrar en el paritario Consejo Ecuménico de las Iglesias. Este núcleo no es compatible con el espíritu conciliar, para quien la unificación religiosa es el primum movens. La exigencia ecuménica parece convertida en locus theologicus y las verdades deben responder al criterio de la conformidad con las expectativas de los no católicos, como señala el Card. Siri en «Renovatio», 1970, p. 489.
A causa de esta interna contradicción, raramente se concreta y afronta el nudo de la cuestión, no obstante los espíritus eutímicos y triunfalistas que se reavivan después de cada encuentro de las comisiones teológicas .
Pablo VI, en un capital y dramático discurso (OR, 19 de enero de 1978), invadido por una percepción realista que debe haber forzado su índole utópica, disipó las ilusiones enmascarándolas: «Pero las dificultades para restablecer una auténtica fusión unitaria entre las diversas denominaciones cris-tianas son tales, que paralizan toda humana esperanza de que pueda realizarse históricamente. Las rupturas acaecidas se han anquilosado, solidificado, organizado de tal manera, que califican de utópico todo tentativo de reconstruir, en dependencia de la cabeza que es Cristo, un cuerpo, como escribe San Pablo, trabado y unido (...) El problema de la unidad entre los cristianos parece además insoluble, incluso por el hecho de que se trata de verdadera unidad; no se puede admitir cualquier interpretación pluralista abusiva (...)
Esta exigencia, comparada con las condiciones concretas e históricas de las distintas fracciones de fieles seguidores de las varias denominaciones cristianas, parece desanimar toda esperanza ecuménica. ¡La historia no vuelve atrás!».
Apelando, contra la desesperación de base histórica, a una esperanza de base teológica, el Papa termina la angustiosa alocución abandonándose completamente a la oración . Por otra parte Pablo VI, en un discurso clarificador del 20 de enero de 1965, comentado por su importancia también en RI, 1965, p. 125, había ya afirmado que es optimista quien no conoce la cues-tión, pero que quien conoce los términos doctrinales, históricos y psicológicos ve que «será necesario mucho tiempo y ciertamente una intervención especial, casi prodigiosa, de la gracia de Dios». Aquí como en otras partes el pronóstico papal pasa del razonamiento histórico a la idea del milagro.
Análoga visión realista se encuentra en el discurso de Juan Pablo II del 21 de enero de 1982, que reafirma el núcleo no imaginario de las diferen-cias entre cristianos. «No se trata sólo de prejuicios heredados del pasado, sino a menudo de juicios diversos radicados en profundas convicciones que alcanzan a la conciencia. Lamentablemente además, surgen nuevas dificultades». El núcleo, como ya había aparecido en el Concilio en el importante discurso del arzobispo de Poznan en la LXXVI congregación, está constituído por el primado del Pontífice romano, por el celibato eclesiástico y por la Eucaristía: no se trata (decía aquel Padre) de que los protestantes no conozcan la Iglesia Católica: la conocen y la consideran el principal impedimento para la unión .
El estado actual del ecumenismo, con la renuncia práctica a la expansión de la fe, se revela claramente en los discursos de Juan Pablo 11 en su viaje de 1982 a Nigeria: no hay referencia de conversión a Cristo, pero en el mensaje específico para los musulmanes (que quedó sin acogida y sin res-puesta) el consenso de las dos religiones es invocado «para favorecer la unidad de Nigeria» y «hacer una contribución al buen orden del mundo como nueva civilización del amor» (OR, 14 de febrero de 1982).
Como decíamos, la concordia del mundo ya no es una realidad concerniente a la unidad de religión, sino a la unidad de civilización, o si se quiere, a la única religión natural de la mundanidad y de la citeriori-dad.
El ecumenismo religioso se va disolviendo cada vez más en ecumenismo humanitario, del cual las diferentes religiones son formas históricas mutables e igualmente válidas.
La organización religiosa del género humano se modela sobre lo civil y el movimiento de cosecha se convierte en el del profeta Miqueas (Miq. 4, 5), que el presidente israelita Shazar dirigió en enero de 1964 a Pablo VI, quien se despedía de Tierra Santa: «Dejad que cada nación actúe en nombre de su propio Dios y nosotros en nombre de Dios Nuestro Señor» (RI, 1964, p. 50) .
Es otra religión. "
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¿Se puede decir esta verdad de a puño, mejor y más claro que como la ha expresado Luis?
Pues lo dudo.
Décadas de lenguaje vacilante, indebidamente conciliador y decididamente ambigüo, exigen en la hora declaraciones tajantes y unívocas.
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¿Quién niega eso, Luis? Usted que cita tantos textos, no puede decir que el Magisterio niegue eso. No se puede negar. Pero eso no implica no valorar lo que puedan tener de bueno las otras religiones.
"Que la Iglesia sea el oráculo infalible de la verdad es el dogma fundamental de la religión católica; y 'creo todo lo que la Iglesia propone para creer' es un acto de asentimiento real que incluye todos los asentimientos particulares, tanto nocionales como reales. Este asentimiento es posible tanto para los cultos como para los ignorantes y es obligatorio tanto para los unos como para los otros".
(GA 153).
Las declaraciones citadas aquí del cardenal Tauran, las citas de Amerio, las declaraciones del cardenal Bagnasco la semana pasada nomás, muestran que efectivamente, hay una desviación en la praxis, fomentada por una presentación defectuosa de la doctrina.
La cita de Benedicto muestra además que la doctrina de las semillas del Verbo en relación con las religiones debe ser tomada cum grano salis. A mí me iluminó este discurso de Benedicto, donde explica el rechazo de las religiones y del paganismo, junto con los dioses-demonios de las falsas religiones.
Gracias por dar lugar al debate.
enriquecerse un cristiano con los aspectos positivos de otra religion no es catolicismo. Una cosa es valorarlos, y otra incorporarlos,enriquecerse como si a la religión cristiana le faltaran, fuera "pobre" en algo (luis)
a fe católica no necesita enriquecerse con las aportaciones de otras religiones (azahar)
La explicaciones se pueden dar de distintas formas, una de ellas las preguntas retóricas(mar): sí mar, sobre todo los sarcasmos y las afirmaciones de lo que no se quiere afirmar afirmativamente.
El único valor que tienen mis intervenciones es la dedicación de alguien que hace casi treinta años estudia estas cuestiones con honestidad intelectual(luis): luis, en ese sentido, pues, tus intervenciones tienen exacamente el mismo valor que todas las demás, a menos que encima pongas en duda la honestidad intelectual de... otros
Dialogar ¿puede derivar en negociar? (azahar). Sí, claro, en cualquer cosa, y en guerra santa si la que "dialoga" es una lefevbrista, por ejemplo.
a mí lo que me escandalizaría es dudar sobre que la Iglesia de Cristo es la única Iglesia y que la única religion verdadera es la católica (luis) ¿Quién lo ha dudado aquí?
Y luis ya no está "tan sutil". Es tan adolescentemente sensible al halago que se ha crecido con este coro y se le ha ido la mano en las sutilezas.
Otros van por la vía rápida, y eso es terrible.
En este caso, no ha habido cesación del magisterio, sino presentación incompleta, circiterista, confusa, como explica Romano Amerio magistralmente. Ha habido contradicciones a la doctrina petrina toleradas (durante un lustro Pablo VI no sancionó ni un solo teologo herético - hubo cesación de la función correctora en la Sede de Pedro).
Esto no es desconfiar del Magisterio, es constatar un hecho. Y negar lo evidente no es imponible ni por la razón ni por la fe.
Por eso, el Santo Padre, en una decisión inédita, ha tenido que recurrir al argumento un poco forzado de la "hermenéutica de la continuidad", que precisamente consiste en completar las lagunas de doctrina que fueron acalladas luego del Concilio.
Ojalá restaure la íntegra doctrina catolica, en el esplendor de su presentación y de su praxis.
Nunca más sincretismos o fornicaciones con el animismo, el chamanismo, las religiones de muerte, en actos litùrgico o de oración.
Todos los dioses de los paganos son demonios, dice el Señor
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Es lo que están diciendo.
luis está "sobrevalorado",como se dice hoy en día; y ayer y hoy ensoberbecido.
""¿Se puede decir esta verdad de a puño, mejor y más claro que como la ha expresado Luis?
Pues lo dudo. Décadas de lenguaje vacilante, indebidamente conciliador y decididamente ambigüo, exigen en la hora declaraciones tajantes y unívocas""
se relame luis haciendo que otros digan lo que él les apunta con sutileza y otros profieren como sal gorda.
"""leen las proposiciones del Syllabus que he puesto en el tercer comentario de este post, leen la Mortalium Animos de Pío XI, leen a los Padres, leen la Biblia, leen la Tradición..."""
¿Tu coro se lee todo eso, luis?
No se puede negar lo evidente. Ha habido mutación de paradigma, de presentaciòn, por sustracciòn de aspectos esenciales. Se trata de presentarlos todos.
Espero no ofender a los lectores, pero cierro los comentarios.
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