Derecho de asilo
Ya sé que el término, “derecho de asilo” tiene una connotación precisa. Cargado, además, en alguna de sus acepciones, con el peso de la historia; de la historia civil y de la historia eclesiástica, una distinción formal que no siempre corresponde a la realidad de las cosas.
La realidad es una. Las divisiones, las taxonomías, las clasificaciones son asunto nuestro. Nadie humano puede hacerse cargo del todo con un solo golpe de vista. Se hace preciso componer y dividir, proceder poco a poco, paso a paso.
Por mi experiencia como párroco – experiencia corta – veo que la Iglesia sigue ejerciendo, en la mente del común de los mortales, una especie de derecho de asilo. Cuando las personas no saben a donde ir, vienen, con frecuencia, a la Iglesia.
Sería interminable relatar los motivos: paro, pobreza, crisis familiares, angustia, necesidad de ser escuchados o atendidos, fracaso de un programa de rehabilitación. Hay tantas historias como personas, tantos argumentos como biografías.
Hoy, y creo que en cualquier otro momento, la capacidad de una parroquia para resolver problemas es limitada. No hay dinero, no hay medios, no hay ni siquiera leyes que nos protejan en caso de no acertar plenamente. Y, aun así, muchos vienen. ¿Por aprovecharse? Tal vez. ¿Cómo último recurso? Seguramente.
La complejidad de la sociedad actual, y la prudencia, obligan a discernir. Cada uno puede hacer lo que entra dentro de su ámbito. No es poco servicio derivar hacia otras instancias lo que excede la propia. Pero siempre es posible escuchar, hacerse cargo, compartir aunque sólo sea los buenos modales y el interés por la suerte ajena.
A mí me gustaría que una portezuela secreta del templo abriese un resorte oculto que permitiera el acceso a una caja de caudales sin fondo, a un talón de cheques de infinitas hojas, a una esfera mágica capaz de responder a todos los anhelos. Pero, hasta la fecha, la pequeña puerta permanece clausurada y sometida a la implacable vigilancia del principio de realidad (no necesariamente freudiano).
Sea como fuere, algo queda en el sentir popular. Quizá un eco de esas palabras del más paciente de los hombres, de aquel que poseía, él solo, toda la paciencia de Dios: “Venid a mí”.
En ningún sitio del Evangelio dice, creo, que todos los que acudían a Jesús buscasen el ascenso a la tercera vía de la mística. Más o menos lo que pasa en nuestros días.
Guillermo Juan Morado.
34 comentarios
Y muy bien la intuición sobre lo que se busca en la Iglesia. Querríamos que fuera bien acotado y preciso, bien delimitado en su contorno soteriológico, técnicamente aséptico de toda cuestión temporal, desgrasado de toda cuestión que corresponda al Cesar. Y no ocurre así existencialmente, no ocurre así.
Hay algo muy profundo en eso de que la Iglesia sea el último baluarte contra la miseria no sólo espiritual sino física. Hay una nostalgia de la vieja "salus", que significa salvación y significa salud en todos los sentidos. Hay una nostalgia de la sociedad "perfecta", como dicen los canonistas. Uno se queja del penitente con problemas psicológicos que busca en el cura lo que debería tratare en el psiquiatra, and yet, and yet...
Cuando se detectan problemas psiquiátricos, se le debe intentar convenecer, con buenas palabras, a la persona que acude a uno que consulte a su médico.
Y cómo se pueden apreciar problemas psiquiátricos en el demandante de asilo. Porque a Jesús ya ves dónde nació. Y cómo fue tratado: a más que de loco, blasfemo.
Eh Luis: Y si el loco no tiene médico a quien acudir...
Bla,bla,bla,...
Sí pero no. O acaso no conoces tú aquel escrito del manicomio donde decía:
"Ni están todos los que son; Ni son todos los que están".
Por lo dicho: Dime con quien andas y te diré quien eres. Cuestión de contaminación.
Puestos entre cuerdos y otros asilados. El otro día me mencionaste -a mi- :.."que no puede atender a "50".
El número cinco tiene un significado muy interesante en la Biblia. Pues denota tiempo como oscuridad y muerte que es contrario a espacio como luz y vida.
¿Te sugiere algo esto a ti?
Muy bueno lo de la "portezuela secreta del templo abriese un resorte oculto que permitiera el acceso a una caja de caudales sin fondo, a un talón de cheques de infinitas hojas, a una esfera mágica capaz de responder a todos los anhelos", un toque fantástico propio de las brumosas tierras gallegas.
Me gustaría pensar que esa portezuela existe y que es la puerta del Sagrario.
Antigüamente (hablo del románico, del mozárabe, del visigótico, incluso del paleocristiano) las puertas de los templos tenían mucha importancia, sus decoraciones en zig-zag hablan de agua, del bautismo, incluso el número de sus arquivoltas tenía un significado, etc... Todo esto se ha perdido (sólo en parte), pero para muchos un templo y quién sirve a Dios tiene un valor sagrado, como lo tenía antes. Quizás un sacerdote sea una necedad para los "griegos" y un escándalo para los "judios", pero para el hombre de la calle sigue siendo la representación de Cristo en la tierra. (O eso quisiera creer).
Un saludo.
"""Querríamos que fuera bien acotado y preciso, bien delimitado en su contorno soteriológico, técnicamente aséptico de toda cuestión temporal, desgrasado de toda cuestión que corresponda al Cesar""".
Yo no lo querría. No, no, no. Querría que la gente no fuera a la Iglesia sólo en casos de necesidad extrema (y no sólo económica: enfermedad, abandono, etc...). Pero a veces pasa eso. Y ya que Jesús dijo lo de "venid a Mí...etc", lo que yo querría esq ue siempre salieran sintiendo que cuando todo les falló, la Iglesia, no.
No me refiero, claro, a cosas como que si un hombre desesperado porque se jugó y perdió su patrimonio y más, va a la parroquia a pedir dinero para sus deudas de juego, el cura se lo pudiera dar para que no se suicide deseperado. Es un ejemplo absurdo, aunque quizá inclsuo eso ocurra, no sé.
Me refiero a que, cuando alguien que no va nunca a la iglesia, va en un momento de desesperación a causa del problema que sea, salga aliviado. El alivio es lo que Jesús ofrecía:
“Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón..."
La cura de almas incluye ese capítulo. Sea cual sea el agobio o la carga del ser humano que acude a la iglesia, dbería poder salir aliviado. Si es dinero la causa de su agobio, aunque salga sin dinero, que salga aliviado.
Y, naturalmente, no sólo quienes no van nunca a la iglesia y acuden sólo en los momentos desesperados. Los ue sí la frecuentamos cuando las cosas nos van bien, e igualmente cuando nos van mal, deberíamos ver en la Iglesia acogimiento sincero y sin reservas y alivio para nustros miedos, angustias y dolores.
qué vergüenza... :S
A ver si el Padre Guillermo lo puede arreglar.
Y me ha hecho reflexionar, porque resulta que Iglesia somos todos, no sólo la parroquia. El cristiano es " alter Christus ". ¿ Lo soy ? Quienes acuden a nosotros - amigos, compañeros, familiares... - y nos cuentan sus problemas porque confían en lo que decimos ser y creer, ¿ salen de verdad aliviados o viendo una posible solución ? A veces incluso tendremos que ser un poco duros y hacerles ver - si es que somos capaces - esa medida que deben tomar, la que sea, por difícil que les resulte.
Al fin y al cabo también nosotros podríamos hundirnos sin esa ayuda que Dios nos da para compartirla siempre. Leemos en 2Co, 1, 3-4: " ¡ Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de la misericordia y Dios del consuelo ! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. "
La cura del almas, - preciosa expresión - es muy propia del sacerdote por su gracia de estado, pero no es ajena a ningún cristiano, como tampoco lo es el acompañamiento espiritual.
Flavia:
quita, quita, no aprendas a poner negritas. ¿No ves que lo que me ha pasado a mí es por novata? Aprendí hace 4 días, no he pasado por aquí durante 3 y, claro.
En cuanto al tema que habalaba, yo procuro que, por ejemplo en mi trabajo donde todo el mundo sabe que soy una de las excepciones en materia de creencias, aunque todo el mundo sabe que soy persona un pelín "criticona" y tal, ser sobre todo acogedora.
lo de "alter Christus", bueno, no soy tan perfecta, qué más quisiéramos, pero que se vea que a la hora de la verdad, la de quienes están cansados y agobiados, sepan que sólo al menos la gente tiene la disponibilidad que ningún otro tiene.
O en mi pueblo, pues lo mismo.
No digo que lo consiga siempre, pero ese es el intento.
De todas formas, no pongo más negritas. No se tome el helado, ya le premio yo con una oración extra. ;)
Aunque como mañana es lunes y pasado 1 de sptiembre, va a ser cosa de buscar compensaciones que palíen lo que se avecina. :)
Es bonita la idea del derecho de asilo, con todos sus problemas. Por eso deberíamos todos estar más comprometidos en las parroquias.
Y también es bonita la idea de rezar por los demás, gracias Yolanda.
Buenas noches a todos.
En el pueblo desde el que escribo el alcalde es de un grupo de historial antirreligioso. Pero, ahora, en el ayuntamiento, cuando se les presentan pobres a pedir ayuda, a algunos de ellos, se les dirige a la iglesia del pueblo, para que el párroco o la organización Cáritas les solucione algo sus problemas
pasa en muchos lugares y, si me apuras, es bueno que ocurra: deja a las personas, a las instituciones y a todo en general en su lugar. Se sabe quién ess quién.
Siempre pienso en lo duro que debe ser escuchar problemas todo el santo día....definitivamente la oración los sostiene.
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