Rezar la Liturgia de las Horas con el pueblo
La doctrina cristiana ve en el rezo de la Liturgia de las Horas un modo de participar en la alabanza de Cristo al Padre, así como en su intercesión a favor de todos los hombres. El Vaticano II enseña que “cuando los fieles oran junto con el sacerdote en la forma establecida, entonces es en verdad la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su Cuerpo, al Padre” (SC 84).
Es muy deseable que todos los fieles, y no sólo los sacerdotes o los religiosos, recen el Oficio Divino. Es más, el último Concilio exhorta a los pastores a procurar que “las Horas principales, especialmente las Vísperas, se celebren comunitariamente en la Iglesia los domingos y fiestas más solemnes” (SC 100).
Yo no veo que esta petición haya tenido la debida acogida entre nosotros. Recuerdo, sin embargo, la belleza y solemnidad de las Vísperas del domingo en la basílica de San Pedro: el esplendor del canto litúrgico, sobre todo de los himnos, el cuidado de todos los aspectos celebrativos y la participación muy numerosa de los fieles. En las solemnidades especialmente destacadas – aunque todo domingo es solemnidad – presidía las Vísperas el entonces Cardenal Arcipreste de la Basílica, Virgilio Noé. A pocos he visto celebrar mejor. Su compostura, la elección de los ornamentos litúrgicos, el cuidado de la homilía… Todo era perfecto.
En mi parroquia llevo dos años rezando las Vísperas con los fieles cada jueves. Se expone el Santísimo Sacramento – bien sea exposición mayor o menor – y, ante Él, se rezan las Vísperas. Ya se ha formado un grupo estable de fieles, que no baja de veinticinco personas y puede llegar, según los días, casi al doble. Cantamos el himno, las antífonas y recitamos los salmos. Normalmente, después de la lectura breve, suelo hacer una homilía o leer algún texto significativo.
Me gusta ese momento de oración de las tardes de los jueves. No hay prisas, aunque nunca sobrepasamos los cuarenta y cinco minutos. Nos permite, además de sumarnos a la oración oficial de la Iglesia, contemplar el misterio de Cristo en la Eucaristía y encomendar, de modo especial, las vocaciones al sacerdocio.
Los fieles disponen de un pequeño libro con ayuda del cual pueden seguir los salmos. Y los recitan muy bien, de forma acompasada, sin atropellos. Me gustaría que los sábados pudiésemos rezar las primeras Vísperas del domingo. Dios dirá.
Guillermo Juan Morado.
21 comentarios
Acláreme una duda. Estoy interesado en comenzar a rezar la Liturgia de las Horas (aquí en Argentina se editó una versión llamada “Liturgia de las Horas para los fieles” que pude conseguir), ya sea en comunidad o en solitario, pero creo haber leído que hace falta estar confirmado, y este es un sacramento que aún no he recibido, es esto cierto?.
Un abrazo en Cristo Jesús. Federico.
En internet hay una web, que registrándote previamente de forma gratuita, te envían a tu correo electrónico el oficio de Laudes y Vísperas de cada día.
La web es
http://www.cenaculum.org/
http://www.eltestigofiel.org/oracion/liturgia.php
La Liturgia de las Horas sólo es sobrepasada en importancia por la Santa Misa, es de obligado cumplimiento por parte del clero (bajo pecado mortal) y muy aconsejable para el laico. No sólo recomendable por la Sacrosanctum Concilium sino por una gran infinidad de documentos magisteriales.
Veo comentarios como el de Hermenegildo donde se quiere hacer "competir" el Santo Rosario con la Liturgia de las Horas. La competencia no existe puesto que la Liturgia de las Horas, como he dicho antes, está muy por encima y es Oración de la Iglesia. El Santo Rosario no es Oración de la Iglesia sino una devoción o piedad popular, nada que ver con la Liturgia.
Y no quiero decir con ello que no sea importante el Santo Rosario, como ya dice el Padre Guillermo, hay tiempo para todo, pero prioritariamente para la Liturgia de las Horas.
http://www.betania.es/comunes/dirunal/3-diurnal.htm
Dos direcciones también de interés para quien quiere practiar la liturgia de las horas.
Muchas gracias
Puede pedirlos en la editorial Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona.
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