Las iglesias no son el metro de Tokio
No deja de sorprenderme la preocupación de tantos por la seguridad y la asepsia de las iglesias de cara a evitar la propagación de la “gripe A”. Leyendo ciertas cosas, uno podría pensar que un humilde templo parroquial es algo parecido al metro de Tokio en hora punta; es decir, una especie de lata de sardinas de última generación donde los viajeros apenas pueden respirar de tan pegados que están los unos a los otros. Basta una visita a la parroquia más próxima para comprobar que, en la mayoría de los casos, no es así.
La densidad de feligreses por metro cuadrado de templo es de las más bajas del planeta, sin mucho que envidiar a Nueva Zelanda. Salvo que el virus en cuestión sea experto en realizar grandes saltos, capaces de cruzar el espacio que separa a un católico practicante de otro, resulta poco menos que imposible que, por mucho que se estornude, una sola gotita de saliva o un microscópico fragmento de secreción nasal aterrice en las manos o en los pulmones del vecino. Según estadísticas muy de fiar, es mucho más probable morir por insolación durante un eclipse que de contagio por proximidad en una parroquia.
Sin duda, de entre la población expuesta a la pandemia, los jóvenes estarán plenamente a salvo de contaminaciones gripales en las iglesias. No se pueden infectar bajo ningún concepto. Y no hace falta que lo asegure la OMS, o el Ministerio de Sanidad y Consumo con esos comunicados que parecen esquelas. No. Lo puede certificar cualquiera. La población joven está completamente protegida de la peste porque, por una inclinación exagerada a la profilaxis vírica, y después de practicar cuarentenas más largas que sus vidas, no se acercan a la iglesia ni por una apuesta.
Los intercambios de fluidos, de secreciones y humores se producirán en las piscinas, en los botellones o en las discotecas pero jamás en un templo católico. Lo cual no deja de ser un consuelo para un celoso pastor. Podrá pensar, con la mano en el corazón, que ateos serán, pero sanos, más que las manzanas. Y si acaso se diese un repunte de fervor adolescente, bastaría con llamar a un Vicario y celebrar una confirmación. Nada ahuyenta más a los virus y a los eventuales portadores de los mismos.
La sufrida feligresía que todavía puebla las naves de nuestras higiénicas parroquias está inmunizada contra toda suerte de virus, esas antipáticas criaturas compuestas de proteínas y ácidos nucleicos. Si nuestros devotos y devotas han llegado a donde han llegado – y han sobrepasado con creces los ochenta – no se van a dejar intimidar por cuatro microorganismos de nada. Y, por supuesto, el agua bendita se consume aún menos que el agua mineral.
No obstante, si la autoridad competente lo ordena, seré el primero en ponerme la mascarilla. Que el César también tiene sus derechos. Y más si se trata de proteger la salud pública.
Guillermo Juan Morado.
PS: La Comisión Nacional de Pastoral de la Salud de Portugal ha publicado, con motivo de la gripe A, unas orientaciones para las comunidades cristianas. Sin alarmismos, pero conscientes del papel pedagógico que pueden desempeñar las parroquias.
25 comentarios
Ah, que de eso no se habla. Que es antipatriotico. Que yo lo digo por que soy antifutbolero y que pretendo desestabilizar el sistema.
Pues ya le digo.........
Ciudadano, tampoco se les ve decir nada sobre acudir a los bares, al cine y a la rebajas del Corte Inglés, que en sus primeros días acumulan masas ingentes de personas comprando con fruición.
Hoy me desayunaba con la noticia de que en la Basílica de Santa María de Alicante, el domingo y supongo que para que hablen de él, a semejanza del cardenal de Toledo que ha prohibido besar las medallas de la Patrona de la ciudad, (eso sí que hablen de uno bien o mal, pero que hablen) el párroco de susodicha Basílica menor de Santa María de la Asunción de Alicante, dedicó su homilía de la misa mayor a explicar que hay que hacerle caso a la ministra de cupo Trini Jiménez y hay que darse la paz muy educadamente con una inclinación de cabeza, nada de apretones de manos ni efusivos besos en ese rito despendolado llamado de la paz. Y bueno de comulgar en la boca nada, no sea que se contagie alguien con la forma y a ver que hacemos.
Bueno, ¿Se quiere mayor despropósito que éste que se está viviendo?
Detrás de todo esto se esconde una tremenda falta de fe. Me explico: Lo que toma el fiel al comulgar es el Santísimo Cuerpo de Cristo y su Purísima y Preciosa Sangre, así con todas las palabras. Él, que es el Médico de las almas y cuerpos, se nos ofrece como verdadero alimento y verdadera bebida de Salvación. ¿Va a ser nuestro Señor causa de enfermedad para sus fieles que se acercan con el corazón puro a participar en el banquete celestial? Nunca he oído tal cosa y pensar lo contrario sería un terrible pecado.
Cuando se exponen a la veneración las Reliquias de los Santos y sobre todo el Madero de la Santa y VIVIFICANTE Cruz, nótense las mayúsculas, ¿Van a ser causa de enfermedad lo que precisamente se nos ofrece como remedio de las enfermedades? Por favor déjense de estupideces, por Dios, y revisen como anda la fe, que debe de andar muy mal.
¿Y las imágenes de nuestro divino Salvador, su purísima Madre y de los Santos, a los que precisamente se invocan pidiendo la salud del alma y del cuerpo, van a ser causa de enfermedad cuando eran sacadas en las rogativas para consuelo de los fieles afligidos por las epidemias y enfermedades? Las epidemias cesaban y los fieles sanaban, cuando no resucitaban los muertos.
¡Dios mío, Dios mío! lo dicho, todas estas estupideces no son más que el fruto de la falta de fe.
¡Ah, se me olvidaba! a mí lo que me preocuparía es tener sólo treinta personas en la misa mayor de un domingo en la Basílica menor de Santa María de Alicante, eso si que me preocuparía.
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Pues sí, eso es muy preocupante.
Un saludo
Salud
Dicho esto, no tengo ni idea si se debe obrar de una manera o de otra, pero supongo que quien ha tomado esas medidas lo ha hecho con toda la buena voluntad del mundo.
Dejo aquí mi ruego, esperando que esté a salvo de manipulaciones.
Dejo aquí también un modelo de ofrecimiento diario del apostolado de la oración, por si alguien quiere hacerlo:
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo,
—para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras,
en unión con El, por la redención del mundo.
Señor mío, y Dios mío Jesucristo:
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial:
—por el Papa y sus intenciones,
—por nuestro Obispo y sus intenciones,
—por nuestro Párroco y sus intenciones.
(Es muy importante para mí que al menos alguno de los que pase no me deje sola con esto)
Paz y bien
Y añado una petición: que el padre Guillermo nos obsequie de vez en cuando con este sentido del humor que ya quisieran muchos "monologuistas" de esos que tanto proliferan ahora. Me he reído mucho y nunca creí que llegara a hacerlo en este circunspecto blog.
asun: no estás sola, de ninguna manera.
Si el consiguiente creyente: Yendo a misa y comulgando: se contagia y muere. El tal contagiado y muerto: ¿Será tenido como martir en legítima causa del ejercicio de su fe?
Y si es así, que debe de ser: ¿Porqué tener miedo a morir por causa de la fe?
¿O porqué no? Ofrecer las molestias del gripazó en reparación a Jesús por tantos y tantos desprecios.
De cualquier forma ir a misa con el bozal antigripe puesto me parece más de chuchos peligrosos que de cristianos conscientes de su fe.
De todos modos, se entiende que no quiero frivolizar sobre la prevención de las enfermedades.
Saludos,
No estás sola en ese ofrecimiento.Pero danos la pista para encontrar esa oración y añadir a favoritos la página.
Bueno, pues eso, que nos hemos reído mucho; con lo de la adolescencia y sobre todo, con lo de la confirmación, vaya lo que se han reído mis hijos. Arturo quiere llevarlo a catequesis de confirmación cuando empiece en octubre; no sé si será adecuado, no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor, ni inteligencia suficiente para pillar el quid del artículo.
Pues eso, obséquienos con alguna frecuencia con estas chispas de ingenio, no a diario, para no desgastar, pero un poco más. Recuerde que ya empezaba yo a creer que no era usted "humano" :-D
Sobre el artículo a mí también me pareció de un sano sentido del humor, certero y bastante pegado a la realidad, y es seguro que no tengo la inteligencia necesaria de que habla Yolanda... :)
Seguiré viniendo por este blog a leer, comente o no comente.
Gracias otra vez.
Me da la impresión de que ante la gripecita de marras hay más miedo que realidad: va a ser como el famoso efecto 2000, que al final no pasó nada, o como la gripe aviar.
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