23.09.11

La prueba filosófica de la existencia de Dios por la contingencia de los entes.

Santo Tomás de AquinoIntercalamos aquí un “post” sobre una de las pruebas clásicas de la existencia de Dios, el argumento por la contingencia de los entes. Este tema está en estrecha relación con los “posts” anteriores, pues la recta apreciación de estas pruebas filosóficas depende de la recta valoración de la capacidad cognoscitiva de la inteligencia humana.

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15.09.11

Porqué es importante el intelectualismo tomista.

Santo Tomás de AquinoEn nuestro primer “post” decíamos que el conflicto filosófico fundamental en la modernidad era el conflicto entre el realismo y el idealismo, que la fe cristiana está del lado del realismo, mientras que la filosofía moderna, en cuanto tal, es toda ella más o menos tributaria del idealismo, y que ese conflicto repercutía en el pensamiento católico en la modernidad, como el conflicto entre los pensadores auténticamente católicos, de orientación realista, y los modernistas, de orientación idealista.

Sobre esta base se puede entender la importancia del intelectualismo de Santo Tomás, de este modo: es condición necesaria del realismo.

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5.09.11

Algunos antecedentes históricos del voluntarismo y el nominalismo modernos.

Santo Tomás de AquinoEl pensamiento de Santo Tomás encontró la oposición de los teólogos medievales partidarios del agustinismo, principalmente en la orden franciscana, y también algunos en la orden dominicana o en el clero secular. Desde ya advertimos que según historiadores como Gilson los agustinianos medievales no siempre eran buenos discípulos de San Agustín y a veces estaban influenciados más bien por el filósofo musulmán Avicena.

La oposición se daba principalmente en dos terrenos: la filosofía aristotélica de la naturaleza frente a la teoría agustiniana de la “iluminación”, y el primado tomista de la inteligencia frente al primado que los agustinianos de su tiempo daban a la voluntad. Veremos solamente algunos aspectos de la misma.

En el primer punto, los agustinianos se oponían al reconocimiento tomista de la consistencia y actividad propias de lo creado, en lo que veían un atentado al teocentrismo propio de la fe cristiana. La respuesta de Santo Tomás fue que no se aumenta la gloria del Creador disminuyendo la perfección de sus obras.

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27.08.11

Acerca del Nominalismo

Santo Tomás de AquinoHabíamos prometido un quinto “post” sobre la moción divina de la voluntad humana y cómo se puede conciliar con el libre albedrío, pero nos parece más urgente por ahora el tema que vamos a tratar aquí, si bien esperamos cumplir con aquella promesa en breve.

En el primer “post” decíamos que el conflicto filosófico fundamental en la época moderna es el conflicto entre realismo e idealismo, pero también apuntábamos que la raíz del conflicto está en la mentalidad nominalista que se va imponiendo gradualmente a partir del siglo XIV en la cultura occidental.

El primer problema con el nominalismo es que no parece muy claro en qué consiste. Hay muchas definiciones del nominalismo, y parece que eso se debe a la propia inconsistencia interna de semejante postura filosófica.

Lo esencial del nominalismo va a ser siempre la negación de la realidad de lo universal y lo común a muchos individuos. Es decir, según el nominalismo, existen solamente los individuos singulares, lo común, lo universal, no existen fuera de nuestra mente.

Eso se dice fácil, pero resulta que después es difícil encontrarle un sentido coherente. En primer lugar, ¿no hay nada en común, en la realidad de las cosas, entre los diversos individuos? Por ejemplo, si Pedro y Juan son en la realidad hombres ¿no es que tienen en común algo que los hace ser hombres? ¿O será que Pedro y Juan no son, en la realidad, “hombres” los dos?

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2.08.11

Fe y Razón en el tomismo

Santo Tomás de AquinoParece útil ofrecer un breve resumen de lo que entendemos son algunos principios fundamentales del tomismo en esta materia, como base para toda discusión filosófica o teológica sobre estos temas.

La fe cristiana y católica es infaliblemente verdadera por estar fundada en la Palabra de Dios; la inteligencia humana conoce la verdad con certeza metafísica en los primeros principios evidentes y en las conclusiones que derivan necesariamente de los mismos.

Así entendidas, la fe y la razón no pueden oponerse, porque la verdad no puede ser contraria a la verdad. Por el principio de no contradicción, dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas.

Teológicamente, tanto la verdad de la fe como la verdad de la razón proceden de Dios, como Creador del hombre y de la razón humana, y como Autor de la Revelación sobrenatural. Y Dios no puede contradecirse a Sí mismo.

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