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2.06.24

La predestinación según Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás

Muy interesante debate ha habido recientemente entre nuestro compañero Dante Urbina y el calvinista Jonathan Ramos acerca de la predestinación. En lo que sigue queremos exponer, en la medida en que lo permitan nuestras deficiencias, el pensamiento completo de Santo Tomás sobre el tema, acudiendo a la cuestión 23 de la primera parte de la Suma Teológica.

Donde Santo Tomás plantea plantea 8 interrogantes:

1. Si los hombres son predestinados por Dios.

2. Si la predestinación pone algo en el predestinado.

3. Si reprueba Dios a algún hombre.

4. Si los predestinados son elegidos por Dios.

5. Si el conocimiento previo de los méritos es causa de la predestinación.

6. Si la predestinación es cierta.

7. Si es cierto el número de predestinados.

8. Si la predestinación puede ser ayudada por las oraciones de los santos.

Aquí no vamos a analizar la respuesta que da a todos ellos, ni todas las objeciones, sino sólo lo que consideramos necesario y útil para hacer posible una claridad básica sobre lo que sostiene el Aquinate en este punto.

Todos los resaltados en negrita son nuestros.

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23.10.23

La gracia eficaz, los condicionales y "El Principito"

Principito

Entre las diversas proposiciones que se estudian en la lógica se encuentran el condicional y el bicondicional, o como se dice también, el implicador y el doble implicador.

Ejemplo del primero es “Si se somete el agua a una temperatura de cien grados, entra en ebullición”, y ejemplo de lo segundo es “Pedro es capaz de reír si y sólo si es hombre”.

En el primer caso estamos diciendo que someter el agua a una temperatura de cien grados es condición suficiente para que el agua entre en ebullición, es decir, alcanza con ello para obtener ese resultado, el cual por tanto se sigue necesariamente de ese antecedente.

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22.03.23

Martín Lutero, el sentido compuesto y el sentido dividido

Trento

En “De Servo Arbitrio” (“Sobre el albedrío esclavo”) Lutero expone lo central de su pensamiento, consistente en la total pasividad del hombre en la obra divina de la salvación. Usualmente se piensa que esto se debe a la concepción luterana sobre la radical corrupción de la naturaleza humana luego el pecado original, pero el argumento que expone Lutero en esta obra, al menos, uno de ellos, hace pensar que esa idea tiene una causa más general y profunda, que es la imposibilidad en Lutero de conciliar la Omnipotencia divina con la libertad de las creaturas racionales. Sobre esta base, incluso antes del pecado original, o sin él, habría que reconocer igualmente que el ser humano carece de libre albedrío, porque, como subraya Lutero en esta obra, Dios es Inmutable y necesariamente Omnipotente.

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14.04.22

¿Es posible un mundo en el que todos se salven?

Coronación de MaríaEn un reciente video, nuestro talentoso compañero Dante Urbina plantea la pregunta sobre porqué Dios crea a personas que sabe que se condenarán.

Su respuesta es que una consecuencia inevitable de la creación de seres libres es la posibilidad de que algunos de ellos opten por rechazar el llamado de Dios y se condenen, y que la única forma en que ello podría evitarse es creando Dios seres que no fuesen libres y que obrasen determinísticamente el bien, que en ese caso, obviamente, ya no sería el bien, por lo mismo que no se haría libremente.

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2.07.21

Acerca de la gracia suficiente

Dado que Dios ha querido libremente ordenar a las creaturas racionales a un fin sobrenatural, que como tal no puede ser alcanzado mediante actos puramente naturales de estas creaturas, de donde éstas necesitan absolutamente de la gracia de Dios, que eleva los actos de estas creaturas al orden sobrenatural, para llegar a su fin último, y teniendo en cuenta que los mandamientos divinos se ordenan precisamente a conducir a las creaturas racionales hacia ese fin último sobrenatural, y que Dios no manda lo imposible, porque sería injusto que la creatura se condenara por no hacer lo que no podía hacer, o por hacer lo que no podía evitar hacer, se sigue de ello que Dios da la gracia que hace posible el cumplimiento de los mandamientos, y ésa es la que los teólogos llaman “gracia suficiente”. 

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