Curso de Lógica por Internet

Lógica

Hace unos meses habíamos anunciado la intención de vender por Internet un Curso de Lógica y desde entonces hemos venido avanzando poco a poco en la realización de ese proyecto, que finalmente se puede poner a disposición de quien lo desee adquirir.

Teniendo en cuenta que la cultura actual se encuentra filosóficamente recién en la etapa de los pre-socráticos, y que la Lógica como tal tiene sus primeros brotes en la escuela de Parménides, pero alcanza su pleno desarrollo gracias a los tres grandes que son Sócrates, Platón y Aristóteles, la publicación de este curso puede verse como un gesto en cierto modo anticipatorio.

En el siglo XI, también, comenzó en Occidente la fascinación por la Lógica que terminó dando lugar a la Escolástica, nada menos. El siglo anterior, el décimo, tiene fama de ser el peor en toda la historia de la Iglesia. Nuevo antecedente histórico que resulta también sugerente.

Siempre me ha intrigado cómo se acusa a la Edad Media a la vez de ser enemiga de la razón y de abusar de la Lógica. Claro que esta última acusación se aplica más bien al siglo XIV y lo que sigue, mientras que la época dorada de la Escolástica el siglo XIII, precedido por el XI y el XII.

En la misma línea, Bochenski, en su “Historia de la lógica formal”, señala que la época moderna, ésa que comienza con el Renacimiento y se extiende hasta el siglo XIX, hablando en términos de historia de la Lógica, ha sido más bien una época en la que se ha despreciado la Lógica.

Nueva paradoja: racionalismo y desprecio de la Lógica.

Decimos que la época moderna, en términos de historia de la Lógica, termina en el siglo XIX porque ahí comienza la nueva andadura de la Lógica que es la Lógica Simbólica, en la que ya no se desprecia, ciertamente, a la Lógica, si bien es posible que no se la entienda bien del todo.

Llamémosla entonces “época contemporánea” de la historia de la Lógica.

O sea que para los modernos la Lógica misma era algo de poco valor, y por eso también atacaban a la Escolástica, mientras que para los contemporáneos la Lógica a veces parece que es lo máximo, pero atacan a la Escolástica porque no habría sido, según ellos, suficientemente lógica.

No importa, en el fondo la coherencia se mantiene: se ataca a la Escolástica.

El predominio de la Lógica Simbólica ha llevado actualmente a que muchas veces los estudiantes oigan por primera vez la palabra “Lógica” cuando se los enfrenta con los símbolos de aspecto matemático y las “tablas de verdad”, lo cual es lógico, justo, que genere en algunos de ellos cierta aprehensión que podría ser calificada como “pánico”.

La idea de este curso es hacer ver que todo eso viene de la más natural aplicación del sentido común, esa misma que todos hacemos todos los días en los diversos aspectos de nuestra vida, y para eso nada como comenzar con Aristóteles, que como tenía un padre que era médico, se dedicó a estudiar los organismos de muchos seres vivientes, y en esa misma línea, hizo la disección del funcionamiento de la mente humana cuando razona, de modo que decir que Aristóteles inventó la Lógica es como decir que Harvey inventó la circulación de la sangre.

Es cierto que, como dice Chesterton, el loco es el que ha perdido todo menos la razón, y que nadie hay tan lógico como algunos alienados. Pero lo contrario también vale: no es mentalmente saludable saltarse habitualmente las reglas de la Lógica.

Lo cual tampoco es tan fácil de hacer, porque si decimos, por ejemplo, que la lógica no sirve porque se puede tener un silogismo válido con premisas y conclusión falsas, estamos diciendo lo siguiente:

Lo que no nos asegura la verdad a pesar de tener validez, no sirve. Pero la Lógica, es algo que no nos asegura la verdad aun teniendo validez. Por tanto, la Lógica no sirve.”

Lo cual es un silogismo de la Primera Figura, en modo Celarent.

Además, si bien es cierto que se puede tener un silogismo válido con premisas y conclusión falsas, no se puede tener un silogismo válido con premisas verdaderas y conclusión falsa. Eso es lo que llamo la “ley lógica fundamental” y justifica el estudio de la Lógica: la validez lógica es una de las dos condiciones necesarias para tener certeza absoluta de la verdad de una conclusión.

La otra es que las premisas sean verdaderas, y eso ya no depende en general de la Lógica, como dice Chesterton al final del vídeo de presentación que ponemos en este “post”: más bien que ser la Lógica un instrumento para encontrar la verdad, la verdad es un instrumento para que la Lógica pueda llevarnos a nuevas verdades con certeza absoluta, y en definitiva, dice el gran inglés, para encontrar la verdad con la Lógica debes haberla encontrado ya antes sin la Lógica.

Por eso también, ni sólo la Lógica, que según Chesterton sería un camino al manicomio, ni dejar de lado de la Lógica, que es de temer que a la larga también lo sea.

Finalmente, volvemos al tema de la situación del pensamiento en el catolicismo, que desde los años 50 se viene caracterizando, precisamente, por un cierto desdén ante la Lógica. Era parte del clima de la “Nouvelle Théologie”, preocupada con lo que se dio en llamar las “legítimas exigencias” del existencialismo (y del marxismo, también…) y fomentadora de una teología “bíblica, patrística e histórica”, o sea, todo menos escolástica.

Sobre los admirables frutos de esta orientación, que hoy palpamos o más bien nos caen encima cada tanto, sobra toda consideración ulterior. Dejar de lado la Lógica y ponerse a hacer Filosofía y Teología es como ser un elefante y entrar a un bazar de cristalería fina.

La Lógica tiene una belleza propia. No es fácil describirla, sí experimentarla, y tiene que ver sin duda con la idea de “necesidad”, es decir, la cualidad de aquello que no puede ser de otro modo distinto de como es.

Una conclusión válida es la que se desprende necesariamente de las premisas, es decir, la que no puede ser falsa si las premisas son verdaderas. Esta necesidad eleva de pronto, en cierto modo al menos, a la conclusión de un razonamiento válido por encima de todo el Cosmos material, cuyos elementos son todos cambiantes, y justifica el dicho que se atribuye creo que a Anaxágoras: “Una buena demostración vale más que todo el reino de los Persas”.

Dicho de otra manera, la Lógica es objetiva. No depende de las disposiciones del sujeto ni cambia con ellas. Ahí radica la grandeza de la Escolástica: es teología objetiva, porque su argamasa es la Lógica. Nos va a decir siempre lo mismo, sea que estemos alegres o tristes, eufóricos o deprimidos. En un mundo de locos como el que actualmente habitamos, algo así no es poca cosa.

Una de mis primeras experiencias literarias relacionadas con la Lógica fue la lectura de aquel pasaje de la Divina Comedia que habla de un religioso franciscano al cual un Papa que estaba en guerra con un enemigo suyo y sitiando su ciudad le pidió consejo sobre la forma de mejor engañar a ese enemigo para vencerlo. El religioso se resistió diciendo que si daba ese consejo, cometía un pecado, y el Papa le dijo que no se preocupase, que de antemano lo absolvía. Y entonces el religioso aconsejó al Papa que para lograr la rendición de la ciudad prometiese mucho y cumpliese poco.

Sigue la narración de Dante:

“Luego cuando morí, vino Francisco,

mas uno de los negros querubines

le dijo: “No lo lleves: no me enfades.

Ha de venirse con mis condenados,

puesto que dio un consejo fraudulento,

y le agarro del pelo desde entonces;

que a quien no se arrepiente no se absuelve,

ni se puede querer y arrepentirse,

pues la contradicción no lo consiente.”

¡Oh miserable, cómo me aterraba

al agarrarme diciéndome: “¿Acaso

no pensabas que lógico yo fuese?”

(Infierno, canto XXVII)

Bien se ha dicho que Dante, que en su exilio estuvo un tiempo estudiando en la Universidad de París algunos años después de la muerte de Santo Tomás de Aquino, es “el Santo Tomás de la poesía”, y de hecho hay mucho tomismo y mucha Escolástica en la Comedia.

En todo caso, me llamó poderosamente la atención, en aquellos tiempos lejanos en que lo leí por primera vez, que la Lógica jugase un papel tan determinante en temas religiosos.

En fin, damos paso al vídeo promocional.

Eso sí, recordamos que quien en su solicitud haga referencia a Infocatólica logrará que el 10 % del pago vaya como aporte a este portal que tanto ha hecho y hace en favor de la fe católica.

Muchas gracias. 

2 comentarios

  
Néstor
Un consejo: en caso de emergencia (por ejemplo, incendio o algo semejante, cuando hay que llevarse solamente lo imprescindible) con los vídeos 5, 7, 9 y 11 se tiene lo ultraesencial del curso.

Un poco más completo, incluyendo también los silogismos hipotéticos (condicionales o disyuntivos) serían los vídeos 2,3,5,6,7,8,9, y 11.

Recordar que se puede llevar la cantidad de vídeos que se desee y los que se quiera llevar.

Saludos cordiales.
11/02/25 5:41 PM
  
Tarsista
Siempre me ha intrigado cómo se acusa a la Edad Media a la vez de ser enemiga de la razón y de abusar de la Lógica.
_________________

Es que además de lógica, están la inducción y la abducción.

Los escolásticos solo dominaron la primera.

No es que la lógica se haya despreciado en la Edad Moderna, sino que solo se la ha puesto en su sitio, es decir, por debajo de la inducción estadística, como prueba la IA, cuyos inicios empezaron con la lógica deductiva, pero que lógicamente tiene sus limitaciones (la lógica), lo cual ha dado a la era de la IA de 2º generación (la IA de inferencia estadística y del Big Data).

Soy partidario de llamar a las cosas por su nombre. No es “Nouvelle Théologie” sino "Ressourcement Theology", por eso de recuperar las fuentes, es decir las Sagradas Escrituras y la Patrística, porque aplicando la lógica se acabó en la guerra teológica Lagrange versus de Lubac.

Que grande Chesterton con eso de que el loco es aquel que ha perdido todo salvo la razón. Lógicamente, Chesterton se refería a la lógica, más que a la razón.

Que bueno sería que hiciera usted un curso que mezclara la escolástica, la patrística y la Sagrada Escritura, como pide el CVII. A lo mejor de ahí sale algo bueno.

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Ud. dice, por lo visto, que mi error está en equiparar “lógica” con “razón”.

Mi silogismo sería: “La Lógica y la razón son lo mismo. Pero en la Edad Media se apreció la Lógica. Por tanto, en la Edad Media se apreció la razón”.

A lo que ud. responde, en la más clásica y medieval (¡muy bien!) aplicación del método escolástico “Niego la Mayor. Es así que la razón incluye, además de la lógica, a la inducción y a la abducción”. Etc.

Con lo cual se confirma mi tesis: pensar es hacer silogismos (y criticar silogismos, por supuesto).

Luego agrega Ud. otro silogismo deductivo no inductivo:

“Lo que ha sucedido en relación con la IA nos muestra cuál la verdadera relación entre la lógica, es decir, la deducción, y la inducción. Pero en el caso de la IA, la inducción ha resultado superior a la deducción. Por tanto, la inducción es superior a la lógica.”

Como en todo silogismo, además de la corrección lógica, hace falta asentar la verdad de las premisas para tener que aceptar la verdad de la conclusión. Y es claro que en este caso eso se presta a muchas distinciones.

Ante todo, parece que es necesario un supuesto que diga que la IA piensa, porque de lo que estamos hablando cuando hablamos de la lógica es del pensamiento. Ese supuesto ya es falso: la IA no piensa, simplemente procesa entradas y salidas de energía eléctrica, que nosotros hemos diseñado hábilmente para que el resultado imite el resultado del pensamiento.

En segundo lugar, no tiene sentido decir que la inducción es superior a la deducción, porque no hay nada como la inducción para inducir, así como no hay nada como la deducción para deducir, y no hay nada como la vista para ver, y nada como el oído para oír, etc.

A lo que llega en todo caso la inducción es a darnos premisas de posibles conclusiones deductivas. Por ejemplo, que el agua hierve a 100 grados. Para poder concluir de ahí que esto que tengo en esta botella va a hervir si lo caliento hasta los 100 grados, necesito otra premisa que diga que esto que tengo en la botella es agua, y es claro el procedimiento para llegar a esa conclusión va a ser otro silogismo, deductivo, quiero decir:

“El agua hierve a cien grados. Lo que tengo en esta botella es agua. Ergo, si pongo a 100 grados esto que tengo en la botella, hierve.”

Por eso el dicho de Chesterton (que es el que dice lo acabo de decir, además) es exactísimo, como suelen ser sus dichos. Para que una conclusión deductiva sea seguramente verdadera hacen falta dos cosas: que el razonamiento sea lógicamente correcto (el tema de la lógica) y que las premisas sean verdaderas (tema de otras disciplinas o facultades cognoscitivas). Pero la verdad es la adecuación entre la inteligencia y la realidad, y el loco, precisamente, ha perdido la conexión con la realidad: por eso es que ha perdido todo, menos la razón.

La solución, como es lógico, no es dejar de razonar correctamente (en forma deductiva, quiero decir), sino conseguir premisas verdaderas. O sea, sanarse de la locura.

Pero pongamos su razonamiento en su auténtica forma silogística deductiva:

“Lo que no preserva de la locura, no sirve. Es así que la lógica no preserva de la locura. Por tanto (se puede decir también “Ergo”, que suena más medieval y escolástico), la lógica no sirve.”

Aquí la respuesta escolástica obvia: Niego la Mayor. Y pruebo mi negación:

“Lo que puede preservar de otras cosas negativas distintas de la locura, sirve precisamente para eso. Pero la lógica, si bien no preserva de la locura, sí preserva, si se la sigue fielmente, del razonamiento incorrecto, que es obviamente negativo. Por tanto (o “Ergo”, recordar), en esta medida la lógica sí sirve.”

Por otra parte, la Escolástica aplicó, sin duda, la lógica, pero… ¿a qué la aplicó?

¡Precisamente, a las Sagradas Escrituras y a la Patrística! Los grandes escolásticos, a diferencia de De Lubac and Co., se sabían la Biblia de memoria. Santo Tomás se descuelga habitualmente citando versículos de Proverbios o de Job que el lector reconoce que en toda su vida jamás se le habrían ocurrido, porque con suerte además los leyó una o dos veces en toda su existencia.

Por eso el Vaticano II es el primer Concilio que nombra a un teólogo concreto como referencia para la Teología, y ése es el escolástico Santo Tomás de Aquino. Santo Tomás no mezcló la escolástica con la Patrística y la Sagrada Escritura, porque la escolástica, de la cual Santo Tomás es sin duda el máximo representante, es la aplicación de la lógica a la Sagrada Escritura y a la Patrística, como dije.

Sin la lógica, la Sagrada Escritura y la Patrística no son teología. Son un depósito de verdades, pero la teología es algo más, es justamente “intellectus fidei”, la intelección de la fe, lo cual implica relacionar lógicamente entre sí las verdades reveladas, y relacionarlas también lógicamente con el saber natural no revelado.

En definitiva, argumentar contra la lógica es hacer como aquel paciente que le decía al psiquiatra que su problema era que no podía decir “desayuno”.

Saludos cordiales.
08/03/25 5:14 PM

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