Se impone un cambio de rumbo

De Profundis

Hace unos días salió la noticia de la “separación” de Carlos Perciavalle y Jimmy Castilhos.

Se trata de los dos varones homosexuales que hace unos cuatro meses fueron bendecidos en la diócesis de Maldonado, Uruguay, uno o dos días después de haber celebrado su “matrimonio” civil.

Motivo de la separación fueron, dicen, las discusiones que surgieron entre ellos a raíz de la denuncia de abuso sexual que presentó contra ellos recientemente un joven de 18 años llamado Tadeo Suárez.

A la fecha, al parecer, el denunciante no ha concurrido al juzgado a ratificar su denuncia en la sede especializada sobre delitos sexuales, mientras que los denunciados niegan todo categóricamente y han denunciado a su vez a Suárez por delitos de estafa.

El hecho es que Perciavalle ha iniciado ya el trámite de “divorcio”.

La pregunta que surge espontáneamente es ¿qué sentido tuvo implicar a la Iglesia en todo este asunto? ¿No era esto, lo de la separación, quiero decir, absolutamente previsible?

No sólo “Fiducia Supplicans”, que ha sido rechazada por episcopados enteros, habla en tres ocasiones de bendecir “parejas” de personas homosexuales, lo cual es tan incompatible con la doctrina católica que por eso precisamente se ha salido luego a decir que se bendecía a las personas y no a la unión, luego de haber  dicho que se bendecía a las parejas pero no a las uniones.

No sólo la ceremonia de la bendición fue pública y no privada, con periodistas y filmación de vídeos, con ambas personas sentadas juntas ante el sacerdote y uno o dos días después de la “unión civil”, durando bastante más de los 10 o 15 segundos que se había puesto como límite temporal, y, si bien luego se “bendijo” a cada uno por separado, con palabras previas ambiguas del sacerdote que podían interpretarse como una bendición a la pareja como tal:

Como hijos de Dios que son ambos me han pedido la bendición para ustedes de parte de nuestro Padre. Es con gusto que nos hacemos presentes, en el nombre de la Iglesia, para pedir que los bendiga“.

Ya sabemos que es una bendición, no un casamiento; ha quedado muy claro", subrayó el sacerdote, en referencia a los idas y vueltas que antecedieron esta unión. “Es un modo con el que la Iglesia quiere mostrarles que Dios está con ustedes, y nosotros también sabemos que ustedes están con Dios“.

No sólo estaban planeando además ser “padres”, por el método de la maternidad subrogada, cosa que plantea además nuevas incompatiblidades con la doctrina católica y era también obviamente predecible.

Sino que ahora tenemos el culebrón de la “separación” (de la denuncia no queremos decir más mientras no haya nada en firme de parte de la justicia).

Parece bastante claro que es imperioso un cambio de rumbo en toda la Iglesia. Oremos, ante todo, para estar en gracia de Dios, y para que el Espíritu Santo cambie los corazones endurecidos.

 

22 comentarios

  
Luis Fernando
Pues sí, es imperioso hacer caso a lo que le dijo el Señor al profeta Jeremías y volver a las sendas antiguas. Y sí, debemos pedir la gracia de vivir en gracia.

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Las "Lamentaciones" de Jeremías son más actuales que nunca.

Saludos cordiales.
23/07/24 5:14 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
El ataque a los Sacramentos sigue inexorablemente, tanto en el "matrimonio" como en el "divorcio", pasando por las bendiciones y lo que se encuentre.

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Tiempos recios.

Saludos cordiales.
23/07/24 5:36 PM
  
Lucía Victoria
Otra posible lectura de la noticia, diametralmente opuesta a la que expones, Néstor (dando por supuesto, claro está, que este par de dos no estén buscando portadas y famoseo):

¿Y si a través de la bendición dada por el sacerdote hubiera empezado a actuar Dios en los corazón de uno de esos hombres (o de los dos)? Para empezar, se han separado...

"¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!" (Rom. 11, 33)

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Los eventuales e hipotéticos buenos efectos de los abusos litúrgicos y sacramentales es claro que no justifican esos abusos. Además, hay que poner también en la balanza el escándalo y la confusión que se ha sembrado entre los fieles con esa ceremonia del modo en que se la ha realizado. En este caso, además, la separación tuvo un motivo concreto que es el que viene en las noticias.

La Biblia advierte muy severamente contra los que dicen que se debe hacer el mal para que venga el bien.

Saludos cordiales.
23/07/24 5:53 PM
  
Jimmy castilhos
La verdad me parece tan triste esta publicación,
Cualquiera tiene derecho ante Dios de ser bendecido,
Las circunstancias que rodean nuestra separación no eran previsibles como dicen para hacer sentir que las personas gays somos indignas, sino qie nosotros por ser figuras de gran notoriedad tenemos y tuvimos sobre nosotros toda la Contra de la iglesia y de los medios que son obviamente homofóbicos y no pararon de denostarnos y literalmente despellejarnos por querer la bendición que ofrecía la apertura de la iglesia.
Siempre seremos para ustedes personas de segunda clase y eso no viene de Dios y loq le nos hicieron claramente algo armado para ir en contra de nuestra lucha por la igualdad. Soy católico y nadie me hará cambiar, Dios me ama y es muy triste que traten de hacer creer a la gente lo contrario.

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Sin duda que Dios nos ama a todos y que odia todos nuestros pecados. No existen las personas de primera clase ni de segunda clase, sino que existen los actos moralmente buenos o moralmente indiferentes o moralmente malos.

Ninguna persona se identifica tampoco con los actos que realiza ni con los hábitos que tiene. Todos podemos cambiar, en dirección al bien o en dirección al mal, nuestra forma de actuar y nuestras costumbres, lo único necesariamente invariable a lo largo de toda nuestra vida es la naturaleza humana, que es la misma en todos.

Los fieles tienen derecho en la Iglesia a que los ministros sagrados oficien para ello los Sacramentos y los sacramentales, siempre dentro de las condiciones exigidas para cada caso, no se puede por ejemplo pedir la primera comunión para un niño que no ha sido preparado para la misma, ni querer celebrar un matrimonio entre tres o cuatro personas.

Pero a los Sacramentos y sacramentales mismos no tenemos derecho alguno, son un don gratuito de Dios. Y para con Dios no tenemos derechos, sino que es Dios el que tiene derecho a ser obedecido por nosotros, los derechos los tenemos los seres humanos los unos respecto de los otros.

La Buena Noticia consiste justamente en que Dios no quiso quedarse en el plano de los solos derechos, porque ahí lo único que merecemos, después de Adán, es el infierno. Sino que Dios ha querido ir más allá de la justicia y de los derechos, y por eso nos ha enviado a su Hijo, que ha muerto en la Cruz por nuestros pecados.

La Iglesia cree que los diez mandamientos contienen la ley moral natural, que obliga a todo ser humano, y que sin la gracia de Cristo no se pueden cumplir. En nuestra sociedad pluralista se admite, al menos en teoría, la libertad de todos para profesar las creencias que entienden más apropiadas. Sin duda que la Iglesia, enviada por Dios al mundo, tiene todo el derecho de creer lo que cree y no otra cosa.

En estas sociedades nuestras se puede profesar la más amplia gama de creencias y opiniones, pero eso no quiere decir que se pueda imponer a un grupo de personas las creencias de otro grupo. Lo que la Iglesia enseña en materia de moral sexual es público y está a disposición del que lo quiera conocer, hay quienes están de acuerdo con ello y quienes no, pero lo lógico, si se es miembro de la Iglesia, es aceptar lo que la Iglesia enseña al respecto.

No me ha parecido que los medios estuviesen en general en contra del evento que comentamos, más bien me dieron la impresión de competir a ver cuál lo apoyaba más. En todo caso, es evidente que también tienen derecho a expresarse los que no están de acuerdo con ello.

Saludos cordiales.
23/07/24 9:47 PM
  
Sancho
"la Iglesia quiere mostrarles que Dios está con ustedes, y nosotros también sabemos que ustedes están con Dios".... La Iglesia, no, sino los que quieren hacer comulgar a todos, como suele decirse, con ruedas de molino. Más les valdría acordarse de lo que dijo Jesucristo sobre las ruedas de molino y escandalizar (poner trampas) a los pequeños que creen en Él.
23/07/24 9:47 PM
  
Fraileví
La pregunta que se hace en el escrito, es pertinente tambien para otras muchas ocasiones:

"La pregunta que surge espontáneamente es ¿qué sentido tuvo implicar a la Iglesia en todo este asunto? ¿No era esto, lo de la separación, quiero decir, absolutamente previsible?"

La celebración de un matrimonio que es un sacramento, mucho más que una bendición de parejas, requiere que se cumplan unas determinadas condiciones y unas intenciónes.

Podríamos hacer otra pregunta: ¿Debe asegurarse la Iglesia de las rectas intenciones de los contrayentes antes de presidir la celebración de un matrimonio?
Porque ante tantos divorcios ¿previsibles? ¿qué sentido tiene implicar a la Iglesia en todo este asunto?.

Es decir la bendición que se comenta es acertada o no, independiente de la posterior separación.
Pues, desde mi punto de vista, algunas celebraciones mstrimoniales, tambien de famosos, son de verdadero escándalo.
Y esto desde tiempos muy antiguos, tambien, y sobre todo, en la realeza.

Volver a lo antiguo sí, pero solo en lo bueno, en lo malo no. Que no en todo, los tiempos pasados fueron mejores.

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No es el mismo caso, el Matrimonio es un Sacramento y es perfectamente lícita, en principio, su celebración.

En cambio, la bendición a una pareja homosexual como tal es inevitablemente la bendición a una unión pecaminosa, y por eso no es lícita.

En el caso concreto hubo por lo menos ambigüedad, y se fue incluso mucho más allá de lo que dice "Fiducia Supplicans", por todo lo que explico en el "post".

Lo otro que dice sobre el matrimonio queda fuera del tema. No es novedad que en dos mil años de historia de la Iglesia han habido errores y pecados.

Saludos cordiales.
24/07/24 10:19 AM
  
Norberto
"Antes muerta que sencilla", título de una canción que refleja la actitud de la jerarquía de la Iglesia Católica.

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Digamos, de parte de la Jerarquía, para no generalizar injustamente.

Saludos cordiales.
24/07/24 11:20 AM
  
Daniel Iglesias
Un epílogo previsible para un tristísimo asunto, en el que la Diócesis de Maldonado cumplió un lamentabilísimo papel.
24/07/24 11:54 AM
  
Ramontxu
Está bien que critiques las uniones homosexuales o las bendiciones de las parejas homosexuales por razones teológicas o de tradición o de lo que quieras, pero traer a colación la separación, no viene a cuento. Si la separación es un argumento en contra de las uniones homosexuales también lo debería ser en contra del matrimonio católico, del que se producen cientos de miles de separaciones todos los años.

Y menos todavía viene a cuento la denuncia por abuso sexual acerca de la que "...no queremos decir más mientras no haya nada en firme de parte de la justicia" pero, bueno, la dejamos caer inocentemente por si interesa a alguien.

También es otro tema lo de la "previsible" maternidad subrogada pero, bueno, ahí queda.

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Pues no a ambas cosas. No es lo mismo el matrimonio que la unión homosexual. El primero atiende a la natural complementación de los sexos, la segunda no. Por eso la separación es más extraña a la naturaleza del matrimonio que a la naturaleza de la unión homosexual, y así no es de extrañar que estas uniones duren poco, como nos enteramos una y otra vez por la prensa.

En cuanto a la denuncia, es parte de la noticia, porque es el motivo inmediato de la separación. Que sea cierta o no es otra cuestión, y eso queda claro en el "post".

Y para la previsibilidad del recurso a la maternidad subrogada en estos casos, no hace falta ciertamente ser Einstein para emitir semejante predicción, al menos en términos de gran probabilidad.

Saludos cordiales.
24/07/24 3:22 PM
  
sofía
Me sorprende que diga usted esto:
"Sin duda que Dios nos ama a todos y que odia todos nuestros pecados. No existen las personas de primera clase ni de segunda clase, sino que existen los actos moralmente buenos o moralmente indiferentes o moralmente malos."
En otros lugares ha afirmado que Dios ama a los predestinados a salvarse pero no ama a los que reprueba desde toda la eternidad ya sea negativamente o positivamente. Amó a Jacob y odió a Esaú desde antes de que nacieran, literalmente, según su interpretación.
En cuanto al bien moral, lo elegirán inevitablemente los predestinados que reciban gracia eficaz y no lo podrán elegir los que no reciban la gracia eficaz porque Dios no les mueve a moverse hacia el bien por mucho que les dé algo llamado gracia suficiente que siempre será insuficiente para elegir el bien de hecho.
Claro que en realidad solo Jesucristo tiene palabras de Vida Eterna y él no dice nada de eso.

Saludos cordiales.

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Es de no creer que después de todo lo que hemos hablado de este tema Ud. todavía no sepa lo que pienso al respecto.

Dios ama todo lo que ha creado, porque amar es querer el bien para otro, y para todo lo que ha creado Dios quiere la existencia, que es el bien más básico, condición de todos los otros bienes.

En particular Dios ama a todos los hombres porque por todos ellos murió Cristo en la Cruz.

Eso no quiere decir que a todos los ame de la misma manera, pues dada la ordenación del hombre a un fin sobrenatural que no se puede alcanzar sin la gracia, Dios es libre en la distribución de su gracia, que por eso es gracia, gratuita, como todo lo sobrenatural, supuesto que da a todos la gracia suficiente para que puedan hacer el bien.

En cuanto a la gracia eficaz, que hace que de hecho hagamos el bien, decir que Dios la da siempre a todos es decir que todos hacen el bien siempre, lo cual es patentemente falso.

El odio de Dios a Esaú antes de que éste naciese está en la Escritura, el asunto es cómo se lo debe interpretar. En todo caso, es suficiente para probar que Dios no ama de la misma manera a todos los hombres, y eso, como a propósito subraya San Pablo en ese pasaje, independientemente de las obras de cada uno.

Lo que en todo caso implica ese "odio" a Esaú es una cierta falta de amor respecto de Esaú en comparación con Jacob, por la cual Esaú no es elegido y Jacob sí, independientemente de las obras de cada uno.

Porque si el amor es querer el bien para alguien, es claro que aquí hay un bien que ha sido querido por Dios para Jacob y no ha sido querido para Esaú, independientemente de sus obras.

¿Es una falta de amor absoluta? No, porque Esaú ha venido a la existencia, ha recibido de Dios un bien, que Dios ha querido para él, y por tanto, en esa medida ha sido amado por Dios.

Lo mismo en el dicho de San Pablo: "¿Qué tienes que no hayas recibido?". No todos tenemos los mismos bienes, y por tanto, no todos hemos recibido los mismos bienes, y por tanto, Dios no ha dado a todos los mismos bienes, porque dar y recibir van juntos. Y por tanto Dios no ha amado por igual a todos, lo cual no quiere decir que no los haya amado a todos.

En cuanto a lo de "inevitablemente", es mejor hablar de la infalibilidad de la Providencia divina, porque lo de "inevitable" parece negar la posibilidad de hacer algo distinto también en sentido dividido. Es un hecho que la fe afirma tanto la infalibilidad de la Providencia divina como la libertad de elección de las creaturas racionales. Y eso es un misterio profundo para cualquier corriente teológica.

Saludos cordiales.
24/07/24 3:36 PM
  
Lucía Victoria
Te ruego, Néstor, me digas por favor en qué momento he defendido que se debe hacer el mal para obtener el bien (no soy Maquiavelo). Y, ya que estamos, a qué pasaje de la Biblia en concreto te refieres.

Una cosa es llamar bien a lo que está mal (Is. 50, 20) y otra bien distinta saber reconocer que Dios tiene la habilidad de sacar el bien en todo lo malo que ocurre (y que permite que ocurra). Porque Dios es Dios, hace lo que le da la gana y luego, si quiere, se fuma un puro.

Es verdad que la publicidad en este tipo de bendiciones puede llevar a escándalo. No en vano Fiducia Suplicans insiste en que dichas "bendiciones no litúrgicas" deben ser espontáneas y no seguir ninguna clase de rito que pueda llevar a la ficción o error de que alguien pueda considerarlas un (pseudo)matrimonio. Lo que no puedo compartir es que pongas al mismo nivel el "(no)derecho" de todos los hijos de Dios de acceder a un sacramento, con el de obtener la gracia santificante que proporciona un simple sacramental, que es lo que son estas bendiciones no litúrgicas.

Terminabas tu artículo implorando al Señor que cambie los corazones endurecidos. Pero no te detienes a considerar (como tantos aquí) que, tan alejadísimo de Dios como vive hoy el hombre, la mayor parte de los corazones del hombre moderno están duros como piedras. Infranqueables. O para que se entienda mejor, duros como garbanzos, de manera que es mucho más difícil que actúe en ellos la gracia santificante elemental que cualquiera necesita para su conversión (también nosotros).

Para eso, y para ninguna otra finalidad, son y deben ser las bendiciones no litúrgicas que permite la Santa Iglesia Católica, a través del documento FS: alcanzar a esas parejas que no saben o no entienden (ni están en condiciones de comprender) que viven en una situación de pecado objetiva, la gracia santificante necesaria para empezar a ablandar sus corazones, de manera que el Espíritu de Dios pueda penetrar en ellos con toda su luz y con toda su sal. Como los garbanzos en remojo.

“Esto dice el Señor:... Les daré otro corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis preceptos y cumplan mis leyes y las pongan en práctica: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios" (Ez. 11, 21)

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Dice San Pablo en Rom. 3,8: "¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?"

San Pablo entiende que es una calumnia que se afirme que él enseña que se debe hacer el mal para que venga el bien. Luego, es claro que para él sostener tal cosa sería muy malo, hasta el punto de que los así lo calumnian merecen la condenación.

Si se merece la condenación por decir que alguien enseña que se debe hacer el mal para que venga el bien, también, y más todavía, se la ha de merecer por enseñar eso mismo.

"Propter quod unumquodque, et illud magis", dicen los medievales: aquello por lo que algo es algo, lo es más todavía.

Sin duda que Dios puede sacar el bien de cualquier pecado que el hombre cometa, por más horrendo que sea ese pecado. De ahí no se puede concluir que esos pecados deberían o podrían formar parte de la pastoral de la Iglesia.

Del pecado de los que crucificaron a Cristo Dios sacó nada menos que la salvación del mundo, pero eso no autoriza a aprobar una pastoral de las crucifixiones, ni siquiera si éstas son no litúrgicas.

Además, me parece que se debe ser leal con las personas homosexuales, no se les puede tender trampas piadosas haciéndoles creer que van a recibir una cosa y dándoles en realidad otra.

Sin duda que cuando estas parejas vienen a pedir la bendición lo que menos tienen en mente es separarse, ni piden la bendición para poder separarse. Es claro que si se les dijese que con esa bendición la Iglesia espera lograr el gran bien de su separación, no vendrían a ser bendecidas.

Los sacramentales no producen la gracia santificante, como sí hacen los Sacramentos, sino solamente gracias actuales. La primera es una cualidad permanente (mientras no se pierde por el pecado mortal) que nos hace justos ante Dios, la segunda es una moción divina, que nos mueve a realizar determinados actos sobrenaturales.

Por eso la que ablanda los corazones en orden a la conversión no es la gracia santificante, sino la gracia actual, concretamente, la gracia eficaz. La gracia santificante es la que se posee una vez que se ha dado la conversión y se ha recibido el Bautismo.

Saludos cordiales.
24/07/24 4:18 PM
  
Marta de Jesús
Claramente hay dos bandos. Quienes quieren que la ciudad de los hombres sea parte de la Iglesia (intentando destruir desde dentro la ciudad de Dios), y quienes vemos eso como una aberración, similar a lo de los mercaderes del templo. Así surgirán restos fieles, pero a precio muy alto. Si esas personas se convirtieran, lo cual no se deduce de la noticia, solo la separación y la denuncia, nos daría una inmensa alegría, pero bien sabemos no sería por la """"bendición""", sería #a pesar de ello#. La cantidad de personas engañadas y arrastradas a esos modus viviendi, y nosotros """bendiciendo""" el nuevo orden mundial anticristiano. Sin comentarios.

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En efecto, si algún efecto psicológico tienen estas "bendiciones" es la de confirmar a estas parejas en su situación objetivamente pecaminosa, como es lógico y natural por otra parte.

Saludos cordiales.
24/07/24 6:29 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Justo en el blanco. La Gracia Eficaz.
(Trento, es «Cristo Jesús, como cabeza sobre los miembros, quien continuamente influye su virtud gracia sobre los justificados, virtud que antecede siempre a sus buenas obras, las acompaña y sigue» (Ses. 6,16).

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Dice ese pasaje del Concilio de Trento:

"Porque, como quiera que el mismo Cristo Jesús, como cabeza sobre los miembros [Eph. 4, 15] y como vid sobre los sarmientos [Ioh. 15, 5], constantemente comunica su virtud sobre los justificados mismos, virtud que antecede siempre a sus buenas obras, las acompaña y sigue, y sin la cual en modo alguno pudieran ser gratas a Dios ni meritorias [Can. 2]; no debe creerse falte nada más a los mismos justificados para que se considere que con aquellas obras que han sido hechas en Dios han satisfecho plenamente, según la condición de esta vida, a la divina ley y han merecido en verdad la vida eterna, la cual, a su debido tiempo han de alcanzar también, caso de que murieren en gracia [Apoc. 14, 13; Can. 32], puesto que Cristo Salvador nuestro dice: Si alguno bebiere de esta agua que yo le daré, no tendrá sed eternamente, sino que brotará en él una fuente de agua que salta hasta la vida eterna [Ioh. 4, 14]."

En realidad, aquí el Concilio está hablando de la gracia santificante, que es la que tienen los justificados, de modo que hace meritorias sus obras delante de Dios y nos hace herederos de la Vida Eterna, o bien, está incluyendo indistintamente bajo el nombre de "gracia" tanto la gracia habitual y santificante como la gracia actual.

Porque es cierto que para cada una de esas obras hacen falta además gracias actuales, la gracia suficiente, que nos da la capacidad de realizar esas obras, y la gracia eficaz, que, como su nombre lo indica, nos da el realizarlas efectivamente.

Dice Santo Tomás en Ia. IIae., q. 111, a. 2, c.:

"Como ya dijimos, la gracia puede entenderse de dos maneras. O es un auxilio divino que nos mueve a querer y obrar el bien, o es un don habitual que Dios infunde en nosotros. Y en ambos sentidos la gracia puede ser dividida en operante y cooperante. La operación, en efecto, no debe ser atribuida al móvil, sino al motor. Por consiguiente, cuando se trata de un efecto en orden al cual nuestra mente no mueve, sino sólo es movida, la operación se atribuye a Dios, que es el único motor, y así tenemos la «gracia operante». Si, en cambio, se trata de un efecto respecto del cual la mente mueve y es movida, la operación se atribuye no sólo a Dios, sino también al alma. Y en este caso tenemos la «gracia cooperante».

Ahora bien, en nosotros hay un doble acto. El primero es el interior de la voluntad. En él la voluntad es movida y Dios es quien mueve, sobre todo cuando la voluntad comienza a querer el bien después de haber querido el mal. Y puesto que Dios es quien mueve la mente humana para impulsarla a este acto, la gracia se llama en este caso operante. El otro acto es el exterior. Como éste se debe al imperio de la voluntad, según expusimos arriba, es claro que en este caso la operación debe atribuirse a la voluntad. Pero, como aun aquí Dios nos ayuda, ya interiormente, confirmando la voluntad para que pase al acto, ya exteriormente, asegurando su poder de ejecución, la gracia en cuestión se llama cooperante. Por eso San Agustín, tras sus palabras arriba citadas, añade: "Obra para que queramos; y cuando ya queremos, coopera para que acabemos la obra". Por consiguiente, si se toma la gracia como una moción gratuita de Dios, por la que nos impulsa a realizar un bien meritorio, con razón se la divide en operante y cooperante.

Por su parte, la gracia considerada como un don habitual tiene también, al igual que cualquier otra forma, un doble efecto: primero da el ser y, consiguientemente, da la operación. El calor, por ejemplo, confiere a su sujeto el estar caliente y, en consecuencia, el poder calentar su entorno. Así, pues, la gracia habitual, en cuanto sana o justifica el alma haciéndola grata a Dios, se llama gracia operante; en cuanto es principio de la obra meritoria, a la que concurre también el libre albedrío, se llama gracia cooperante."

Saludos cordiales.
24/07/24 6:35 PM
  
Lucía Victoria
"2. Gracia actual:
+ es la ayuda temporal de Dios a un hombre, con el objeto de llevarlo a actuar de forma correcta en determinada situación.
+ nos la da Dios cuando las necesitamos. Podemos decir que: van y vienen.
+ su propósito es ayudarnos a actuar como imagen de Dios, especialmente cuando estamos tentados a no hacerlo.
+ es una gracia interna que en el momento de recibirla ilumina la inteligencia (nos ayuda a discernir entre el bien y el mal) y fortalece la voluntad (nos da la fuerza para actuar conforme a lo que nos dicta la inteligencia).
+ tenemos la libertad de acogerla o rechazarla, como con todos los regalos de Dios" (Catholic.net)

Te agradezco la corrección sobre la gracia actual-santificante, cuya diferencia desconocía. Sustituye, pues, "gracia santificante" por "gracia actual" (la que proporciona la bendición), que no sólo no cambia la conclusión que se extrae de todo lo que quiero decir, sino que lo expresa todavía mejor.

"Sin duda que Dios puede sacar el bien de cualquier pecado que el hombre cometa, por más horrendo que sea ese pecado. De ahí no se puede concluir que esos pecados deberían o podrían formar parte de la pastoral de la Iglesia."

Rectamente entendida, FS no permite concluir en absoluto que los pecados contra el 6º o el 9º mandamiento formen parte ahora de la pastoral de la Iglesia. Tampoco yo he concluido semejante disparate en ningún momento. Lo que no impide que ciertos pecadores, especialmente los más alejados de la Iglesia, sí se hayan incorporado a su pastoral, para que también a ellos puedan escuchar, a través de la predicación de la Palabra, que Dios siempre tiene un plan infinitamente mejor para ellos (1Corintios 1, 21).

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Es que también es un pecado bendecir el pecado, y bendecir una unión homosexual es bendecir un pecado, y bendecir una pareja homosexual sin bendecir su unión es como morderse la oreja, más o menos. Y FS dice por lo menos tres veces que se bendice a las parejas homosexuales.

Saludos cordiales.
24/07/24 6:57 PM
  
Jimmy Castilhos
Buenos días a todos, es imperativo para mi y para el honor de mi ex pareja recalcar que la denuncia a la que se hace referencia es un caso de Simulación de delito y que la misma nunca fue ratificada, o sea que fue perpetrada con el Solo motivo de arruinarnos públicamente y ayudar a
La
Conclusión histórica de que los homosexuales somo
Degenerados alejados de la gracia de Dios, efecto qie además trajo para nosotros la infamia y la degradación ante la
Sociedad de dos personas que como
Sabrán somos actores que contamos con gran éxito en nuestro trabajo y con el
Cariño del público al que hemos dedicado nuestra vida,
Luego de obtener este cometido, nunca más apareció el denunciante quien tiene una larga data de estafas
En su haber, lo que lamento es el mensaje horrible que se da en base a la destructiva situación en que quedaron nuestras vidas, si no querían bendecirnos, no nos hubieran hecho creer que si era la intención hacerlo y yo jamás lo hubiera pensado siquiera sabiendo lo que se piensa de nosotros.
Cabe destacar que nunca elegí ser homosexual, es más desde niño he rezado fervientemente para que Dios cambiara mi camino, cosa que nunca pudo ser posible y que jamás he cometido actos forzando a nadie a nada. He sido un buen hijo de Dios y me he desarrollado exitosamente en mi carrera sin necesidad de obtener prensa de esta situación.
Lo que fácilmente podría haber hecho exponiendo esta información incluso, solo pretendimos darle visibilidad a una apertura de la iglesia para que no tuviéramos que vivir en la vergüenza como siempre ha pasado. Ustedes entienden lo que es vivir con miedo y vergüenza de ser quienes somos sin poder cambiarlo? Obviamente la empatía es algo que no se está practicando en este foro al qie respetuosamente pido que analice lo que hemos vivido históricamente los homosexuales. Pido perdón a ustedes por Janet creído que podía contar con el apoyo humano para poder tener una vida digna y pretender acerca a los homosexuales a la Iglesia.
Contesto por última vez porque sigo creyendo que Dios impulsa mis palabras hacia ustedes y al
Mundo católico.
Abrazo grande y espero que le pidan a Dios que entiendan lo que nos ha pasado sin querer ofender a nadie, solo vivir con la cabeza erguida ante nuestro Señor.

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Los que lo bendijeron sin duda que querían bendecirlo, lo que decimos nosotros es que eso fue un error, porque no se hizo de tal modo que quedase claro que la bendición se dirigía solamente a las personas y no también a la pareja formada por ellas. De ahí nuestro desacuerdo con "Fiducia Supplicans", que como ya dije, habla por lo menos tres veces de bendecir a las parejas homosexuales.

No tenemos ningún problema con que se bendiga a las personas homosexuales, lo que objetamos es que se bendiga a las parejas homosexuales, porque si son parejas es por la realización de actos que según la moral católica, que en esto es simplemente la moral natural, son objetivamente malos desde el punto de vista moral, de modo que es imposible bendecirlas sin bendecir esos actos mismos.

De hecho, en el mismo momento en que Uds. pidieron la bendición, se los podría haber bendecido a cada uno separadamente, sin publicidad, sin periodistas, sin filmaciones, y sin sembrar confusión y escándalo entre los fieles y público en general.

Dios siempre da la gracia para que podamos cumplir sus mandamientos, aunque a veces nos haga esperar, aunque a veces permita muchas caídas y recaídas, en ninguna parte dice la Revelación divina que el que ha caído no pueda volver a la amistad con Dios mediante el Sacramento de la Reconciliación celebrado con sincero arrepentimiento y propósito de enmienda, y el propósito de enmienda, que es algo de la voluntad, no es incompatible con la previsión de que es probable una caída futura, que es algo de la inteligencia.

Dios no quiere pronosticadores del futuro, quiere arrepentidos sinceramente en el presente, y confiados en su gracia para lo porvenir.

Y si mil veces caemos y mil veces nos levantamos de nuevo con sincero propósito de enmienda, y de ese modo llegamos al Cielo, bendito sea Dios.

Es obvio que eso no es lo mismo que hacer trampas al solitario y decir "voy a pecar, igual de todos modos después me arrepiento y me confieso y listo".

No tenga duda de que la oración de la Iglesia se eleva cada día, en el sacrificio de la Misa por todos nosotros, también por las personas que están en su situación. En esa oración diaria de la Iglesia estriba la esperanza de todos nosotros, que regularmente tenemos que ir al Confesionario, aunque sea unos por unos pecados, otros por otros.

Saludos cordiales.
24/07/24 7:09 PM
  
Lucía Victoria
Marta de Jesús: no son dos bandos, son opiniones distintas (la mía, hartamente expresada en su día aquí, tras haberme leído con detenimiento FS). El resto ya son conclusiones suyas que cree saber lo que quiero o no quiero.

Como conversa, ¿nunca se ha planteado por qué el Señor le regaló la gracia de la conversión? (Santiago 1, 17), ¿descarta que a lo mejor hubiera comenzado gracias a la bendición que pudiera haberle dado alguien desde lo más hondo de su corazón? (Eclesiástico 45, 15), ¿acaso somos más merecedores del amor de Dios por el hecho de no fornicar con personas del mismo sexo? (Mt. 5, 45), ¿actúa o no actúa la gracia del Señor para quienes le buscan de corazón (aun sin saber muy bien qué o a quién van a encontrar)? (Salm. 145, 9 y 18).

Si reducimos el inefable valor de las bendiciones rectamente impartidas por un ministro del Dios altísimo al impacto psicológico o sociológico que puedan tener, apaga y vámonos.

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Aquí nadie ha hablado de ser merecedores del amor de Dios, que efectivamente no lo merecemos, salvo que hablemos del mérito que procede de la gracia de Dios, la cual de todos modos no merecemos.

Una gracia puede hacernos realizar actos que merecen otra gracia, pero de todos modos la primera gracia es inmerecida por definición, y es inmerecida también la gran gracia de la perseverancia final, que es morir en gracia de Dios para así merecer ir al Cielo.

Una bendición a una pareja homosexual no puede ser rectamente impartida por el ministro de Dios, por lo ya dicho, porque es inseparable de la bendición a la unión pecaminosa como tal.

Y no reducimos nada al impacto psicológico o sociológico, solamente decimos que no se puede engañar a las personas homosexuales haciéndoles creer que se les da una cosa y dándoles en realidad otra. No decimos que esto sea lo que se proponen los que dan estas bendiciones, sino que rebatimos con esto el argumento de los que quieren justificar esas bendiciones de ese modo. Y es claro que las parejas homosexuales que piden esta bendición están esperando de ella la confirmación de su unión, no la separación.

En cuanto a lo sociológico, en todo hay que tener gran cuidado de evitar el escándalo. El Señor no reducía nada a lo sociológico cuando dijo que al que escandalizaba a uno de sus pequeños más le valía que le atasen al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al fondo del mar.

Saludos cordiales.
24/07/24 7:28 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Trento, Trento, dónde te has ido...vuelve te perdonamos...
Concilio de Trento (Ses. VI, can. XII, XVII), que nadie es predestinado al pecado ni al infierno; los que se pierden, se pierden libremente; se pierden por elección, por obstinación, por efecto de una perseverancia voluntaria en el mal; se pierden a pesar del mismo Dios, que quiere su salvación y que les prodiga hasta el fin los medios para obrar bien.

Cómo conciliar gracia y libertad...si tuviéramos idea de la importancia que da Dios al acto libre que acepta la Gracia y se realiza...

Afectuosamente

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El asunto es cómo entender ese "a pesar del mismo Dios". Pensemos por ejemplo en San Pablo, Dios podría haberlo dejado que siguiese persiguiendo a la Iglesia "a pesar del mismo Dios". Y sin embargo, le imprimió un giro de 180 grados a su vida.

Pensemos en la Virgen, que no cometió en toda su vida un solo pecado venial. ¿Se limitó Dios a contemplar cómo la Virgen aceptaba en cada caso la gracia que Él le había ofrecido? ¿O fue la aceptación misma de la gracia, en cada caso, por parte de la Virgen, un nuevo don de la gracia de Dios?

Como dice el II Concilio de Orange:

"Can. 4. Si alguno porfía que Dios espera nuestra voluntad para limpiarnos del pecado, y no confiesa que aun el querer ser limpios se hace en nosotros por infusión y operación sobre nosotros del Espíritu Santo, resiste al mismo Espíritu Santo que por Salomón dice: Es preparada la voluntad por el Señor [Prov. 8, 35: LXX], y al Apóstol que saludablemente predica: Dios es el que obra en nosotros el querer y el acabar, según su beneplácito [Phil. 2,13]".

Entonces, lo que sucede a pesar del mismo Dios, sucede porque Dios quiere permitir que suceda, pudiendo impedirlo por el simple hecho de "obrar en nosotros el querer y el acabar", como dice San Pablo, de darnos el "querer ser limpios", como dice el Concilio de Orange.

La gracia de Dios no sigue a la voluntad humana, sino que la previene, como dice el mismo Concilio de Orange:

Can. 9. «Sobre la ayuda de Dios. Don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia; porque cuantas veces bien obramos, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros»

Can. 18. «Que por ningún merecimiento se previene a la gracia. Se debe recompensa a las buenas obras, si se hacen; pero la gracia, que no se debe, precede para que se hagan»

Can. 20. «Que el hombre no puede nada, bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; ningún bien, empero, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre»

Dios no se limita entonces a darnos su gracia y ver si nosotros felizmente la aceptamos o si la rechazamos a pesar de Él, porque para que la aceptemos es necesario que su gracia obre en nosotros esa aceptación, y el rechazo (que sin duda va contra su Voluntad de algún modo, que para explicarlo los teólogos distinguen entre la Voluntad divina antecedente y la consecuente) siempre puede impedirlo, precisamente obrando en nosotros esa aceptación.

De donde se sigue que sin duda, podemos rechazar la gracia, pero para que ese rechazo tenga lugar es necesario que Dios lo permita, no obrando en nosotros la aceptación de su gracia, que siempre puede obrar si quiere hacerlo.

Y obviamente que no podemos decir que cuando Dios obra en nosotros esa aceptación de la gracia, o cuando no lo hace, lesiona nuestro libre albedrío.

Saludos cordiales.
24/07/24 10:09 PM
  
Lucía Victoria
Marta, le ruego me disculpe, porque a lo mejor me dí por aludida sin que su comentario fuese dirigido a mi. Aunque no sirve de justificación, tengo que reconocer que cuando oigo hablar de dos bandos, me disparo sola.. Por favor, perdone.

Néstor, este es el cuento de nunca acabar. Con todo afecto, te digo que a veces pareces un robot del pensamiento. Como si todo fuesen matemáticas exactas, sin que importe las aclaraciones que el mismísimo legislador ha dado, y varias veces ya, acerca de la correcta interpretación de la ley, que desde su Introducción ya se preocupó de advertir a sacerdotes y "parejas" que estas bendiciones no suponen "convalidar oficialmente su estatus [su unión] ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio".

Si tú sostienes que llevar a cabo esas bendiciones, expresamente autorizadas por el Sumo pontífice, que se deberían traducir en una oración sencilla y espontánea como la de cualquier otro sacramental, es pecado... entonces me parece que vas incluso más allá que Dios.

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Eso que Ud. llama ser "robot del pensamiento", en general se conoce como "lógica".

Los sacramentales no tienen nada de intrínsecamente "espontáneo". Las bendiciones son sacramentales y existe en la Iglesia un "Bendicional", es decir, un ritual de las bendiciones.

Precisamente, los sacramentales "espontáneos" son una novedad, digamos, de "Fiducia Supplicans", también conocidos como "bendiciones no litúrgicas".

Justamente, el argumento (absurdo) era que el "Responsum" anterior, aprobado por el Papa Francisco , que prohibía las bendiciones a parejas del mismo sexo, se refería solamente a las bendiciones "litúrgicas", "ritualizadas", cosa que para nada aparecía en el texto mencionado, que no ponía el impedimento en la naturaleza de las bendiciones, sino en la maldad moral objetiva de los actos homosexuales, la cual permanece la misma en contexto litúrgico o no litúrgico, ritualizado o no ritualizado.

Dice el "Responsum" de 2021:

"Por este motivo, no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, con todo no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial , porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios."

Al final:

"El Sumo Pontífice Francisco, en el curso de una Audiencia concedida al suscrito Secretario de esta Congregación, ha sido informado y ha dado su asentimiento a la publicación del ya mencionado Responsum ad dubium, con la Nota explicativa adjunta."

//www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20210222_responsum-dubium-unioni_sp.html

En esto podemos decir entonces que seguimos puntualmente lo que el Papa ha aprobado, que además es consonante con la doctrina católica de siempre. Y a partir de lo que dice el "Responsum" es claro que se peca si se bendice a estas parejas.

Saludos cordiales.
24/07/24 11:43 PM
  
Lucía Victoria
Néstor, si es lógica, no la aplicas correctamente.

- En Derecho, se legisla conforme a la lógica (o eso debería ser), pero la lógica no es el parámetro de interpretación de los textos legales. Lo es, en primer lugar, la interpretación literal (que dicen el sentido literal de las palabras); si genera dudas, se acude a la interpretación sistemática (poner en relación con lo que dicen otros preceptos del mismo texto legal o con otras normas); a la histórica (interpretación con arreglo al tiempo en que se dicta dicha norma) y a la interpretación finalista o teleológica (dilucidar cuál es el verdadero propósito de la norma, el querido por el legislador). Todo muy lógico.

- Lo que es espontánea es la bendición: si yo le llevo una medalla de la Virgen Milagrosa a mi párroco para que me la bendiga y reza una oración improvisada, haciendo sobre ella la correspondiente bendición, eso es bendición espontánea de un sacramental. Si por el contrario, el cura busca su libro de bendiciones litúrgicas y reza la oración específica que la Iglesia tiene para este tipo de sacramentales, entonces ya se trata de una bendición litúrgica.

- Lo que la gran mayoría se resiste a admitir (o comprobar por sí mismos), porque ahí verían que aunque parezca lo mismo no es igual, es que en el Responsum-2021, la respuesta negativa se dio sobre una concreta pregunta. "¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a UNIONES DE PERSONAS del mismo sexo?". Por si alguna duda quedase de ello, el punto 5 de FS insiste sobre ello: "Tal es también el sentido del Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe donde se afirma que la IGLESIA NO TIENE EL PODER de impartir la bendición a UNIONES entre personas del mismo sexo". Luego -para seguir con la lógica- es imposible.

- Pero como es imposible, según tu lógica, afirmas que de esto se concluye que los sacerdotes que den la bendición cometen pecado. Cuando en buena lógica la conclusión debería ser otra, o al menos otra que no sea tan voluntarista como esa: si es imposible bendecir el pecado (ni aún queriendo sería posible; las bendiciones las alcanza el cura, pero las da Dios, y Dios no puede bendecir el pecado), quizás sea más fácil y más acertado concluir que la Iglesia, que Santa y es Madre, tiene por fuerza que estar regulando otra cosa distinta. Y esa "otra cosa" sólo puede ser la bendición de esas dos personas que conviven en relación análoga a la conyugal y que acuden juntas a pedírsela a un sacerdote. No cabe otra posibilidad y así se ha aclarado en repetidas ocasiones y desde diversos medios por el propio responsable de la norma (interpretación finalista).

- Las palabras nos sirven para describir la realidad, pero no la agotan. En todo caso, el término "parejas" no tiene una única acepción, sino varias. Es verdad que una de ellas, según la RAE, es "Unión de dos personas que conviven como si fueran un matrimonio y que tienen reconocidos derechos propios de este estado", pero también refiere a "Cada una de las personas, animales o cosas que forman una pareja, considerada en relación con la otra", o incluso a la "Persona con la que se tiene una relación sentimental estable". Pues bien, cuando el extracto del Responsum-2021 que transcribes dice que no es lícito impartir la bendición "a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio", lo que está diciendo es que en modo alguno puede la Iglesia bendecir la relación/unión sentimental de dos personas, aunque sea una relación estable, cuando ésta suponga una praxis sexual fuera del matrimonio.
(Prueba a leer el extracto del Responsum-2021 sin el inciso que va entre comas y verás que "parejas incluso estables" no es más que otra forma de llamar a esas "relaciones").

Nos cuesta mucho admitirlo, y no ignoro que ello también supondrá muchos abusos, pero yo sí creo que la Iglesia ha buscado y encontrado un desfiladero por donde invitar a entrar a tantas personas que permanecen fuera de ella porque, sencillamente, no conocen el don de Dios.


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En primer lugar, cuando se trata de la doctrina católica no se trata de una realidad meramente jurídica, sino que hay un elemento doctrinal, precisamente, que es esencial, y que se vincula con la Revelación divina.

En segundo lugar, dice el "Responsum" de 2021:

"Por este motivo, no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, con todo no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial , porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios."

Por lo que tiene que ver con la RAE, es claro que en este texto del "Responsum" la palabra "parejas" no se refiere a uno de los integrantes de la "pareja", como cuando se dice que "Fulano es pareja de Mengana". Eso convertiría al "Responsum" en la negación de que se pueda bendecir a las personas que están en esas situaciones, cosa que nunca ha estado en juego.

Es igualmente absurdo suponer que ése es el sentido que tiene el término "parejas" en "Fiducia Supplicans".

Dice en efecto FS:

"Basándose en estas consideraciones, la Nota explicativa del citado Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe recuerda que cuando, con un rito litúrgico adecuado, se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas , lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor.

(...)

31. En el horizonte aquí delineado se coloca la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo, cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio.

(...)

"...sobre aquellos que, reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo"

(...)

Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio..."

No sólo entonces las "parejas" de las que habla FS son realmente "parejas", es decir, de más de un integrante, sino que luego de haber dicho que no se puede bendecir las "relaciones" en contextos rituales, pone a las "relaciones" dentro del ámbito de acción de las bendiciones dadas en contextos no rituales.

O sea, como ya dije, se quiere poner el peso del "Responsum" en el carácter ritual de las bendiciones (cosa que en el mismo "Responsum" no aparece para nada, como sí aparece la incompatibilidad de tales "parejas" y "relaciones" con la bendición como tal, y por tanto, ritual o no ritual) lo cual habilitaría las bendiciones no rituales sobre estas "parejas" y "relaciones".

Por otra parte, si cuando FS dice "parejas" hay que entender solamente las relaciones entre esas personas, entonces las tres veces en que FS habla de bendecir a las "parejas" habla de bendecir las "relaciones", es decir, las uniones homosexuales, y además no se entiende cómo la defensa posterior del Card. Fernández, autor de FS, fue que se bendecía a las parejas pero no a las uniones, que equivale a decir, no a las relaciones.

Las "nuevas bendiciones", entonces, no recaen sobre las dos personas por separado, sino también sobre sus "relaciones" y sobre su "unión", que es exactamente lo que rechaza el "Responsum".

Y por eso, como la doctrina católica no es un mero conjunto de leyes sino la transmisión de una Verdad revelada por Dios, en ella importa sobremanera la lógica, y ésta indica que el "Responsum" del Papa Francisco, plenamente alineado con la doctrina tradicional, es la respuesta válida del Magisterio de nuestro tiempo al tema de las bendiciones a parejas homosexuales.

Saludos cordiales.
25/07/24 3:58 PM
  
Jordi
Hasta que los cardenales y obispos no le digan a Francisco que debe de dimitir [...] siempre tendrá razón Viganò: la actual Iglesia es lo más parecido a una Falsa Iglesia porque se incumple uno de los cuatro requisitos para ser Verdadera Iglesia:

1. Una
2. Santa
3. Católica
4. Apostólica

Características dadas por Cristo a través del Espíritu Santo (811 Cat.).

1. No es Una: no hay la misma profesión de una misma Fé recibida de los Apóstoles (815)

2. No es Santa: no hay una misma Fé profesa y confesada y no es un Pueblo Santo, sino un Pueblo insano y otro santo (823)

3. No es Católica: no hay confesión plena y recta de la Fé ni hay un envío en misión para predicar la misma Fé (830-831)

4. No es Apostólica: no hay fundamento en los Apóstoles ni en la guarda y transmisión de la recta Fé

O sea, no nos engañen.

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Lo que parezca o no parezca no tiene importancia, lo que importa es lo que es. Si la Iglesia del Papa y los Obispos es la Iglesia de Cristo, hoy día, entonces es Una, Santa, Católica y Apostólica, y ahí queda eso. Si no lo es, entonces no tiene sentido permanecer en ella.

En ese caso la fe católica sería falsa, porque en ella se incluye la indefectibilidad de la Iglesia, y la Iglesia de hecho habría defeccionado.

En ese caso, no habría Cardenales ni Obispos que valiesen, ni siquiera existiría la herejía, porque la fe católica nunca habría sido verdadera, ni tendría sentido citar el Catecismo.

En ese caso, se podría en todo caso seguir siendo cristiano, sin Iglesia, o bien organizando un sorteo para ver a cuál de los centenares de comunidades protestantes que hay hoy día vamos a adherir, o a las orientales separadas, etc., o más creativamente, juntarnos con cuatro amigos en el patio del fondo de nuestra casa y decir que somos lo que queda de la verdadera Iglesia, a coro, por supuesto, con 400 grupos más del mismo tenor que se anatematizarían unos a otros.

Más que reaccionar desde los sentimientos, lo que hay que hacer en tiempos como éste es pensar en forma radical y clara, y sobre todo, ser coherentes en lo que se piensa y lo que se cree. El católico no puede llegar nunca a la conclusión de que la Iglesia Católica, la del Papa y los Obispos, ha defeccionado y ha dejado de ser la Iglesia de Cristo, o no lo ha sido nunca, sin haber dejando antes de ser católico.

Saludos cordiales.
01/08/24 5:12 PM
  
sofía
Me alegro de que haya aclarado lo que piensa sobre el amor de Dios a las personas, aunque creo que tiene algún fallo que más adelante señalaré, lo cierto es que estoy muy de acuerdo con que “Dios ama a todos los hombres porque por todos ellos murió Cristo en la Cruz.” y en que “Eso no quiere decir que a todos los ame de la misma manera”
Tampoco tiene Dios por qué dar las mismas gracias a todos, pues ya en la parábola de los talentos de Mateo deja claro que a unos da más talentos que a otros. Aunque Lucas en cambio dice que a todos les da un talento, de modo que lo importante no es el número de talentos que te da sino que los hagas fructificar, cosa que está al alcance de todos.
Por supuesto que Dios no odió a Esaú aunque prefiriera a Jacob, en ese pasaje en realidad solo habla de la promesa y de la progenitura y de que el mayor servirá al menor en vez de viceversa.
Ahora bien, cuando comentamos ese pasaje, usted insistió en que se refería a la reprobación de Esaú antes de haber nacido. Y es ahí en donde está el problema: si Dios creara a personas a las que había decidido de antemano reprobar eso no es compatible con que las ame.
Dice usted que es mejor existir que no existir, pero eso no es del todo cierto, pues es mejor no existir que existir eternamente separado de Dios. Jesucristo mismo lo deja claro en los evangelios. Así que si te crearan para estar eternamente separado de Dios, desde luego no te amarían.
Distinto es lo que creemos otras personas: Dios nos ha creado a todos por amor solo que permitirá que le rechace quien quiera hacerlo. En ese caso, Dios sí ama, pero es la voluntad de la persona empeñada en rechazarle la que produce su condenación.
Dirá usted que Dios no tiene por qué dar la vida eterna a todos pues es un don no merecido, y eso estaría bien si realmente a los réprobos no les diera la vida eterna, sino la muerte sin más; pero es que les da una vida eterna separada de Él, un castigo. Ese castigo solamente sería merecido si realmente fuera responsabilidad del réprobo, pero usted dice que es elegido como réprobo antes de haber nacido. Y además la cuestión de la responsabilidad no me la ha aclarado, sino que ha dejado sin contestar mis últimos comentarios en posts anteriores. No explica cómo si alguien no puede moverse a menos que otro le mueva, según usted, puede ser el responsable de no moverse, puesto que ser movido no depende de él sino del otro. Y tampoco ha demostrado que sea imposible una moción rompible.
Saludos cordiales.

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Lo que pienso sobre el amor de Dios a las personas no necesitaba aclaración alguna, porque hace ya algunos años que publiqué un "post" muy claro sobre ese tema, es Ud. la que parece haber olvidado cosas que dije varias y repetidas veces.

Si Mateo dice que Dios da más talentos a unos que a otros, Lucas viene a decir en el fondo lo mismo, porque el dueño de la viña da un talento igualmente a los que han trabajado más y a los que han trabajado menos, así que a éstos les da más que a los otros.

El hacer fructificar los talentos dados por Dios también es un talento dado por Dios, y por eso mismo, tampoco lo da Dios igualmente a todos.

Dios sí odió a Esaú, porque eso dice la Palabra de Dios. El asunto es cómo se interpreta eso, pero no cómo se niega.

Dice Santo Tomás en Iª q. 20 a. 2 ad 4, respondiendo a la objeción que dice que Dios no ama todas las cosas, porque según la Escritura Dios odia a los pecadores:

“A lo cuarto hay que decir que nada impide que una y la misma cosa sea amada bajo cierto aspecto, y bajo otro aspecto sea odiada. Pues Dios ama a los pecadores en cuanto que son ciertas naturalezas, pues bajo ese punto vista, tanto son, como son a partir de Él. Pero en cuanto son pecadores, no son, sino que defeccionan del ser, y eso no se debe en ellos a Dios. Por lo que bajo este aspecto son odiados por Él.”

Por ahí mismo se responde a lo que Ud. dice: “Si Dios creara a personas a las que había decidido de antemano reprobar eso no es compatible con que las ame.” Sin duda que bajo ese preciso aspecto no las ama, pero eso no quita que las ame bajo otro aspecto, concretamente, como dice Santo Tomás, que tienen ser, y por tanto, bondad, que procede de Dios Creador y de su Amor, porque amar es querer el bien para otro.

Y no puede probarse que Dios esté obligado a amar a sus creaturas bajo todo aspecto posible.

Ud. dice que es mejor no existir que existir para siempre separado de Dios, pero eso sólo quiere decir que bajo un aspecto, el de la existencia, Dios ama a esas creaturas, porque sin duda que simplemente hablando existir es mejor que no existir, y que bajo otro aspecto, el de la reprobación, no las ama.

Ud. dice que “Dios permitirá que lo rechace quien quiera hacerlo”. ¿En qué consiste esa permisión? Desde que la persona quiere libremente rechazar a Dios, ya lo ha rechazado, porque el rechazo se hace precisamente con la voluntad, con el querer. Lo que Dios permite, entonces, es que la persona quiera rechazarlo. Y que lo permite, quiere decir que no lo impide, pudiendo impedirlo. ¿Y cómo lo impediría? Sólo puede ser moviendo a la voluntad de esa persona a querer aceptar, no rechazar, a Dios.

Por tanto, si alguien acepta la gracia de Dios, es que Dios ha movido la voluntad de esa persona para que la acepte, y si alguien no acepta la gracia de Dios, es que Dios no ha movido la voluntad de esa persona para que acepte la gracia. Ambas cosas Dios las ha hecho con soberana Libertad. Y las personas son responsables en cada caso, en lo bueno y en lo malo, porque el movimiento de la voluntad del que hablamos aquí es el movimiento libre, y por tanto, responsable.

Por eso, que la Virgen, por ejemplo, no haya cometido un solo pecado ni siquiera venial en toda su vida, quiere decir que Dios no ha permitido que eso suceda, pudiendo hacerlo. Tanto el no haberlo permitido, como el permitirlo si lo hubiese permitido, dependen en todo caso de la soberana Libertad divina.

Por eso la Virgen, cuando Isabel le dice “Bendita tú entre las mujeres”, responde “Proclama mi alma la grandeza del Señor”.

En el tema de la responsabilidad, y el de la moción rompible, he contestado varias veces, es Ud. la que no ha tomado en consideración esas respuestas mías, y sigue sin hacerlo.

Saludos cordiales.
07/08/24 4:22 AM
  
sofía
Disculpe, pero no todo el mundo ha leído todos los artículos y comentarios que ha publicado usted a lo largo de tantos años.
El tema del “odio” de Dios a Esaú yo solo lo he visto en el post que publicó hace poco sobre el infierno y no llegó a explicar nada de lo que ha aclarado ahora.
Bien, sobre lo que dice de ese “odio” compatible con el “amor”, sigue siendo un problema que usted diga que le ama por darle la existencia porque la existencia apartado de Dios no es ningún bien sino un mal, que según usted Dios decide porque sí y no por nada que Esaú haya hecho. En ese caso sería un bien no existir. Incluso Jesús dice a Judas: más te valdría no haber nacido.

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Como ya le dije, la existencia es siempre un bien, lo cual no quiere decir que siempre y necesariamente sea un bien bajo todo aspecto, y por eso mismo por el hecho solo de existir alguien es sin duda amado por Dios, pero solamente "secundum quid", bajo cierto aspecto, mientras que los elegidos son amados por Dios simplemente hablando, por eso, simplemente hablando a Judas más le hubiese valido no nacer, aunque bajo cierto aspecto le es mejor haber nacido, es decir, existir. Y es que si la misma existencia no fuese un bien en el Infierno, tampoco se sufriría ahí mal alguno, porque el mal afecta siempre a algún bien, como enseña San Agustín, y al mal el mal no le hace nada.

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Además la Iglesia siempre ha dicho que Dios odia al pecado pero ama al pecador y quiere que se salve y llegue al conocimiento de la verdad.

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Pero la Iglesia no ha dicho nunca que Dios ame a los condenados simplemente hablando. Los ama solamente "secundum quid", en tanto les da la existencia, que es de suyo un bien siempre, y los odia "simpliciter", en tanto que merecen el justo castigo. Por eso los maldice, como se lee en el Evangelio según San Mateo: "Apártense de mí, malditos, al fuego eterno..."

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Si quiere aceptar la gracia y salvarse, con esa condición. Poco importa que a esa voluntad se la llame antecedente y que llame consecuente a la que tiene ya en cuenta si se dio o no se dio la condición, es decir, al resultado final. La cuestión es que la voluntad de Dios es esa.

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Es que el cumplimiento de la condición depende en última instancia de Dios, por causalidad, si la condición se cumple, por permisión, si no se cumple. ¿Y de quién más va a depender, en última instancia, si la Causa Primera mueve a todas las otras causas, que son causas segundas?

El asunto es que Ud. nunca enfrenta la cuestión central: que Dios mueve infaliblemente las voluntades humanas a la realización de los actos libres. Y por eso, a los que elige y predestina desde la Eternidad, los ama en forma incondicional, no condicionada, porque desde la Eternidad ha elegido hacer que ellos sí pongan libremente la condición requerida.

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La cosa es que usted decía a un comentarista que no hay dos clases de personas mientras que su teoría de la reprobación antecedente implica precisamente que Dios crea a dos clases de personas cuyos destinos están decididos antes de su nacimiento: las que se salvarán porque les dará lo que hace falta para salvarse y las que se condenarán porque no piensa darles lo que les haría falta para salvarse. Naturalmente yo no creo eso.

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No hay dos clases de personas (humanas) porque todas tienen la misma naturaleza humana. En otros sentidos es claro que hay montones de clases de personas diferentes: sabios, ignorantes, ricos, pobres, jóvenes, viejos, etc., etc. Y también: justos y pecadores, elegidos y no elegidos, predestinados y no predestinados.

Los que se salvan, se salvan porque libremente hacen lo que tienen que hacer para salvarse, y eso es un don de Dios que no depende de méritos de los que se salvan, y los que se condenan, se condenan porque libremente pecan y permanecen en su pecado, y eso muestra que no han recibido de Dios el don de no pecar o de arrepentirse de su pecado, porque si lo hubiesen recibido, es claro que no habrían pecado, o se habrían arrepentido.

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Sobre la responsabilidad y la moción rompible no es cierto que yo no tenga en cuenta sus comentarios, solo que he presentado objeciones a las que usted no ha contestado.

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Sí, lo he hecho.

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¿En dónde ha demostrado usted que toda moción rompible sea algo contradictorio y que Dios no pueda hacer mociones rompibles?

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Lea mis respuestas anteriores.

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Pues si hay mociones rompibles que no son ninguna contradición Dios puede hacerlas si le da la soberana gana.

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En efecto, son contradictorias, lea mis respuestas anteriores.

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Y respecto a la responsabilidad y al sentido dividido y el compuesto y la potencia y el acto, lo mismo digo. Es usted el que ha dicho que las personas no pueden moverse al bien si Dios no las mueve y soy yo la que pregunto cómo pueden ser responsables de no moverse al bien si no pueden moverse al bien porque Dios no las ha querido mover.

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Ya he respondido varias veces en qué sentido pueden y en qué sentido no pueden moverse al bien estas personas si Dios no las mueve, lea mis respuestas anteriores y lo mismo para la responsabilidad de estas personas.

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Lo mismo digo sobre la potencia y el acto. El sujeto tiene que tener él mismo la posibilidad de actualizar la potencia para que se le haga responsable de no actualizarla.

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Eso digo yo también. Pero agrego que una cosa es la posibilidad de actualizar y otra la actualización, y que no es lo mismo tener lo primero que tener lo segundo. Y con la sola posibilidad no se tiene nunca la actualidad, porque el acto es más que la potencia.

Vuelvo a decirle que tiene que distinguir Ud. la potencia y el acto si quiere entender lo que digo.

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Dice usted que si la potencia tuviera lo que le falta para actualizarse sería acto, pero es que yo no digo que la potencia tenga nada, es el sujeto que tiene la potencia el mismo que aporta a la potencia lo que le hace falta para convertirse en acto

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O sea que el sujeto ya tiene el acto. Entonces no necesita, en realidad, la potencia ni tiene sentido que la actualice.

Eso es como decir que la potencia de calentarse que tiene el agua no tiene el calor en acto, pero sí lo tiene el agua, que es el sujeto de esa potencialidad, y entonces con ese calor en acto actualiza su potencialidad de calentarse, pero es que si el agua ya tiene el calor en acto ya es caliente en acto y no necesita su potencialidad de calentarse ni tiene sentido que la actualice, en realidad no puede hacerlo, porque ya está en acto al respecto.

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y si no fuera así, si no dependiera de él, sino de una condición ajena a él, no sería responsable.

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Ahí está el asunto, que dependa de él no quiere decir que no dependa de una condición ajena a él. Lo contradictorio de la autodeterminación no es la heterodeterminación, sino la no autodeterminación.

Es el concepto mismo de la "causa segunda": aquella que es causa, pero recibe su causalidad de la Causa Primera, como el bastón mueve la piedra, pero porque es movido por la mano.

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Puse ejemplos concretos de personas que pueden actualizar el habla en un momento concreto porque tienen en acto ya la capacidad de hablar, y son responsables tanto de actualizarla como de no actualizara en un momento dado, pero que en cambio no serían responsables de no hablar si estuvieran amordazados y dependieran de que otro les quitara la mordaza.

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Aunque no tengan mordaza, si Dios no los mueve para que hablen, quedan en silencio por los siglos con toda su capacidad de hablar a cuestas.

Otra vez la potencia y el acto.

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En fin, no voy a alargarme más, disculpe si le he molestado.
Despedida cordial.

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Saludos cordiales.
11/08/24 7:34 PM

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