Lluvia, oración, leyes naturales y milagros
Se ha objetado que como la lluvia depende de las leyes naturales, no tiene sentido pedirle a Dios que llueva.
Para sostener la tesis contraria, nuestro argumento es en definitiva que las leyes naturales son leyes hipotéticas, cuyos antecedentes son contingentes, es decir, pueden darse o no, y más aún, que se den o no se den esos antecedentes contingentes de las leyes naturales depende en última instancia de la libre actuación de la Causa Primera, así que el mismo acontecer de los hechos según las leyes naturales depende en última instancia de la libre Iniciativa divina, de modo que sí tiene sentido pedirle a Dios que llueva.
Por eso, hay que comenzar aclarando que las leyes naturales son leyes hipotéticas, que tienen la forma “Si se da A, se da B”, en las cuales, el antecedente es un evento contingente, que puede darse o no darse, según que sea producido o no por la causa correspondiente.
Esto es así, porque esas leyes naturales son los modos en que, puestos en determinadas circunstancias, necesariamente han de actuar los entes de nuestro mundo, de acuerdo con la naturaleza o esencia propia de esos entes, por ejemplo, el fuego quema y el agua moja.
Pero esa necesidad no es absoluta, porque tampoco es absoluta la necesidad de que estos entes mundanos realicen alguna operación. En efecto, en todo ente creado la operación se distingue realmente de la sustancia, y es un accidente metafísico, es decir, algo que existe en otro, a saber, en la sustancia.
Eso quiere decir que las sustancias creadas están en potencia para esos accidentes suyos que son sus operaciones, porque éstos las perfeccionan, no sustancialmente, sino accidentalmente.
Ahora bien, de potencia a acto nada pasa sino por la acción de un ser en acto, que es la causa de ese cambio.
Y todo lo que depende de una causa es contingente, porque existe si la causa en cuestión actúa, y si no, no existe.
Por eso, para la acción de todo ente creado se requiere una causa que la produzca, y en el caso de que la causa de la acción sea el mismo ente, como sucede en los seres vivos, es la parte del ser vivo que está en acto la que mueve a otra parte del mismo ser vivo que está en potencia, y es claro que al hacerlo, esa parte que está en acto se mueve ella misma, de modo que también requiere una causa, y finalmente, como es imposible el retroceso al infinito en una serie de causas que fuesen todas ellas movidas por otras causas, para la acción de cualquier entre creado se necesita la moción de la Causa Primera Inmóvil, que es Acto Puro sin mezcla de potencia pasiva alguna.
Esta moción de la Causa Primera es libre, porque la Causa Primera es Libre en todo su obrar “ad extra”, ya que el término de dicho obrar “ad extra” de la Causa Primera es siempre algo finito, que por tanto, cae infinitamente por debajo del objeto propio de la Voluntad divina, que es el mismo Bien divino Infinito, al cual ella adhiere necesariamente, de modo que no agrega nada ese bien finito a aquel Bien infinito, y no puede por tanto determinar a la Voluntad divina para que lo quiera.
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A diferencia de los seres racionales, que tienen capacidad de elección, los seres irracionales tienen su acción determinada “ad unum”, es decir, que puestos en determinadas circunstancias, su naturaleza determina la operación que van a realizar, de donde proceden justamente las leyes naturales, supuesto, por lo arriba dicho, que las correspondientes causas, y en definitiva, la Causa Primera, actúan sobre ese ente para que realice su operación.
Por eso las leyes naturales son hipotéticas, porque determinan cuáles han de ser necesariamente las acciones de los entes naturales, supuesto que estos entes actúan, y cuál va ser el efecto que se va a seguir necesariamente de esas acciones, en el supuesto de que ese ente actúe, lo cual quiere decir, en el supuesto de que actúe la causa que hace que ese ente actúe, y por tanto, en definitiva, en el supuesto de que la Causa Primera ponga en movimiento esa serie de causas.
Es decir, el antecedente contingente de las leyes naturales depende de las acciones de los seres creados, que son contingentes, y de las causas de esas acciones, y en definitiva, de la operación libre de la Causa Primera; supuesto ese antecedente contingente, el consecuente se sigue necesariamente, y ahí está la razón de “ley” que tienen las leyes naturales.
Por eso, la acción de los entes de este mundo de acuerdo con las leyes naturales depende en última instancia del influjo libre de la Causa Primera, por lo que nada impide que las creaturas racionales pidan a la Causa Primera que se produzca o deje de producirse tal o cual evento regulado por las leyes naturales, como por ejemplo, la lluvia.
En efecto, la lluvia depende de una serie de causas segundas que la ciencia estudia, pero la existencia y la acción de esas causas segundas depende de la Causa Primera como se ha dicho.
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Objeción: Lo que se explica por otro evento contingente anterior, del cual deriva por leyes naturales necesarias, no necesita ser explicado por la acción de la Causa Primera. Pero ése es el caso de todo evento contingente de este mundo, que deriva de otro evento contingente anterior por leyes naturales, y por tanto, es el caso también de los antecedentes contingentes de las leyes naturales. Por tanto, para explicar los eventos que suceden según las leyes naturales no es necesario recurrir a la acción de la Causa Primera.
Primera respuesta: Niego la Menor. El actuar libre de las creaturas racionales no se deriva según leyes de ningún otro evento.
Segunda respuesta: Supongamos que no hay creaturas racionales y libres. Niego la Mayor. Lo que se explica por un evento contingente anterior se explica, por tanto, por la causa de ese evento contingente anterior, porque todo evento contingente tiene causa, y la causa de la causa es causa y explicación del efecto. Por ello, si esa causa a su vez es contingente, requerirá de otra causa, y como ya se dijo, eso nos lleva a una Causa Primera que no es contingente, sino necesaria, la cual será por tanto parte de la explicación del evento en cuestión.
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Objeción: Lo que depende de la libre acción de la Causa Primera puede ser o no ser, y ser de este modo o de aquel otro. Pero lo que está determinado según leyes naturales no puede por eso mismo no ser como es. Por tanto, lo que está determinado según leyes naturales no depende de la libre acción de la Causa Primera.
Respuesta: Distingo la Mayor: 1) Lo que depende de la libre acción de la Causa Primera puede ser o no ser, absolutamente hablando: Concedo. 2) Supuesto que se dan ciertas condiciones de lo que ello se sigue necesariamente, dada la acción de la Causa Primera: Niego.
Contradistingo la Menor: 1) Lo que está determinado según leyes naturales no puede no ser como es, supuesto que bajo la acción en última instancia de la Causa Primera se verifica el antecedente contingente de esas leyes naturales, de lo cual ello se sigue necesariamente: Concedo. 2) Absolutamente hablando: Niego.
Niego por tanto la Conclusión.
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Objeción: Lo que sucede de todos modos aunque no oremos no sucede en virtud de una petición nuestra. Pero lo que sucede según las leyes naturales sucede de todos modos aunque no oremos. Por tanto, lo que sucede según las leyes naturales no sucede en virtud de una petición nuestra.
Respuesta: Distingo la Menor: “Lo que sucede según las leyes naturales sucede de todos modos aunque no oremos” 1) Si no está determinado por Dios que ello suceda como respuesta a nuestras oraciones: Concedo. 2) Si está determinado por Dios que ello suceda como respuesta a nuestras oraciones: Niego. En ese caso, en el supuesto, en sentido compuesto imposible, de que no orásemos, ese evento no se daría, porque no podría ser respuesta a unas oraciones inexistentes.
Distingo igualmente la Conclusión: “Lo que sucede según las leyes naturales no sucede en virtud de una petición nuestra” 1) Si no está determinado por Dios que ello suceda como respuesta a nuestras oraciones: Concedo. 2) Si está determinado por Dios que ello suceda como respuesta a nuestras oraciones: Niego.
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Objeción: Lo que antes de que oremos está determinado que suceda sucede de todos modos aunque no oremos. Pero lo que sucede según las leyes naturales está determinado antes de que oremos que suceda, porque dado el estado inicial del Cosmos y las leyes naturales, todo lo que sucede a partir de ahí está determinado por esas leyes. Por tanto, lo que sucede según las leyes naturales sucede de todos modos aunque no oremos.
Distingo la Mayor: “Lo que está determinado antes de que oremos sucede de todos modos aunque no oremos” 1) Si no está determinado por Dios que ello suceda en respuesta a nuestras oraciones: Concedo. 2) Si está determinado por Dios que ello suceda en respuesta a nuestras oraciones: Niego.
Contradistingo la Menor: “Lo que sucede según las leyes naturales está determinado antes de que oremos” 1) Y a veces está determinado por Dios que ello suceda en respuesta a nuestras oraciones, de modo que si por imposible en sentido compuesto no orásemos, ello no sucedería: Concedo. 2) Y nunca está determinado por Dios que ello suceda en respuesta a nuestras oraciones: Niego.
Niego por tanto la Conclusión.
Es cierto que desde siempre, desde antes de la creación del mundo, Dios tiene determinados los casos en los que va a satisfacer los antecedentes contingentes de las leyes naturales para que se produzcan los efectos naturales correspondientes, pero también tiene determinados desde siempre los casos en que va a mover nuestras voluntades libres a la oración, por la que pedimos que se realicen determinados eventos naturales, y también tiene determinados los casos en que se van a producir los eventos naturales que son objeto de la petición de las creaturas racionales.
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Donde nosotros decimos que Dios tiene determinado desde siempre los casos en que va a mover nuestras voluntades libres a la oración, el molinista diría, erradamente a nuestro juicio, que Dios tiene determinado desde siempre los casos en que nos va a colocar en circunstancias en las que con su “ciencia media” ha previsto que libremente oraremos.
En ambos casos se sigue que en el plan de Dios nuestras oraciones libres se coordinan desde la Eternidad con los sucesos naturales que Dios ha querido que tengan lugar en respuesta a esas oraciones, en los casos en los que Dios ha querido que esas oraciones obtengan lo que piden.
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Hasta aquí hemos hablado de la causalidad divina sobre los eventos que suceden de acuerdo con las leyes naturales, ahora pasamos a hablar de lo sobrenatural, es decir, lo que sucede por fuera de esas leyes naturales, y en concreto, del milagro.
Nuestra tesis aquí es que Dios puede producir en el mundo efectos que no caen bajo las leyes naturales.
La prueba es que, como vimos arriba, los eventos que suceden según leyes naturales dependen de la realización de antecedentes contingentes que dependen a su vez, en última instancia, de la libre acción “ad extra” de la Causa Primera.
La Causa Primera puede, por tanto, no realizar, impedir o modificar esos antecedentes contingentes, de lo cual se seguirá un resultado distinto del que se seguiría según las leyes naturales.
Por ejemplo, hay una ley natural que dice que si el agua es sometida al calor a una temperatura de 100 grados, hierve. Dios puede impedir que el calor del fuego llegue al agua, de hecho, podemos hacerlo también nosotros, por ejemplo, mediante algún tipo de revestimiento del recipiente donde está el agua. Al hacer eso, se impide que se verifique el antecedente de la ley. Y entonces tendríamos que una cantidad de agua puesta al fuego a una temperatura de 100 grados no entraría en ebullición.
Igualmente, el alma humana separada del cuerpo por la muerte no tiene la capacidad natural de volver a unirse con el cuerpo para vivificarlo, pero puede hacerlo movida sobrenaturalmente por Dios, y así es como resucitan los muertos.
En ese caso, la ley en cuestión diría: “Si el alma humana separada del cuerpo es dejada a su capacidad natural, no puede volver a unirse con el cuerpo para vivificarlo.” La intervención divina impide la realización de ese antecedente, dando al alma humana separada la capacidad sobrenatural de unirse con el cuerpo y vivificarlo, y por tanto, tampoco rige el consecuente: el cuerpo humano resucita.
Del mismo, si el agua es considerada en sus solas capacidades naturales, no puede convertirse instantáneamente en vino. La intervención divina, en las bodas de Caná, agregó una fuerza sobrenatural en virtud de la cual ya no estaban en juego solamente las capacidades naturales del agua, o sea, de nuevo, fue impedida la realización del antecedente contingente de esa ley natural.
Lo mismo hay que decir del pan en la multiplicación de los panes: al agregarse el influjo divino sobrenatural, fue impedida por Dios la realización del antecedente contingente que dice que el pan está sujeto solamente al influjo de las causas naturales, en cuya hipótesis es claro que la multiplicación del pan es imposible.
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Objeción: “Si todo lo que sucede en el Universo se sigue según leyes naturales del estado inicial del Cosmos, entonces no sucede nunca nada fuera del orden natural, porque lo que se sigue de un estado inicial que es natural, según leyes naturales, es natural. Pero todo lo que sucede en el Universo se sigue según leyes naturales del estado inicial del Cosmos. Por tanto, nunca sucede nada fuera del orden natural.”
Primera respuesta: Niego la Menor. Las acciones libres de las creaturas racionales que hay en el universo no se siguen según leyes naturales de ningún estado anterior.
Segunda respuesta: Pero supongamos que no hubiese creaturas racionales y libres en el universo. En ese caso, distingo la Menor: 1) Todo lo que sucede en el universo se sigue según leyes naturales del estado inicial del Cosmos, si la Causa Primera produce libremente en cada caso los antecedentes contingentes necesarios para la aplicación de las leyes naturales en cuestión, que son hipotéticas, según arriba dijimos: Concedo. 2) En caso contrario: Niego.
Distingo igualmente la Conclusión: 1) si la Causa Primera produce los antecedentes contingentes necesarios para la aplicación de esas leyes naturales, no sucede nada en el Cosmos fuera del orden natural: Concedo. 2) En caso contrario: Niego.
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Objeción: La realización de esos antecedentes contingentes, de los cuales depende la aplicación de las leyes naturales, depende a su vez de las leyes naturales, así que para lograr que esos antecedentes contingentes no se den, y por tanto, que las leyes naturales no se apliquen, habría que lograr antes, siempre, que las leyes naturales anteriores no se apliquen, y por tanto, impedir los antecedentes contingentes de esas otras leyes naturales, con lo que se cae en un retroceso al infinito.
Respuesta: La objeción supone que la realización de los antecedentes contingentes según las leyes naturales es incompatible con su modificación sobrenatural por parte del poder divino.
Por el contrario, la “no realización” de los antecedentes contingentes de la ley natural, o el impedir Dios que sucedan, como muestran algunos de los ejemplos dados, puede consistir en que Dios haga venir a la existencia, por su propio Poder infinito, algo que modifica el antecedente contingente efectivamente dado de la ley.
Por ejemplo, el alma separada del cuerpo por la muerte carece efectivamente de la capacidad de volver a unirse al cuerpo y vivificarlo, pero Dios hace venir a la existencia el poder o influjo sobrenatural con el cual el alma puede hacer eso mismo, y de ese modo modifica el antecedente contingente de la ley natural en cuestión, impidiendo así de ese modo la realización del antecedente contingente de esa ley natural.
Igualmente, las leyes naturales determinaron que el agua fuese a dar a las tinas de Caná carente de todo complemento sobrenatural que la capacitase para convertirse instantáneamente en vino. Esas leyes sí que se aplicaron, pero luego se añadió el influjo divino especial que dio al agua de las tinajas ese complemento sobrenatural y por tanto, esa capacidad.
Así Dios modificó el antecedente contingente de la ley natural que dice que si el agua cuenta solamente con sus capacidades naturales no puede convertirse instantáneamente en vino, y de ese modo impidió la realización de ese antecedente contingente.
En resumen, no es que necesariamente Dios deba impedir o modificar todo antecedente contingente anterior para poder impedir o modificar un antecedente contingente cualquiera, porque basta con que Dios agregue a ese antecedente contingente efectivamente dado a partir de antecedentes contingentes anteriores no modificados ni impedidos, un complemento sobrenatural para que ya no se derive de él lo que determina la ley natural en cuestión.
El hijo de padres pobres, por ejemplo, nace pobre, pero no con una exigencia absoluta de pobreza que impida su enriquecimiento posterior, el cual puede darse sin negar por ello que la persona nació pobre de unos padres pobres.
En el milagro, entonces, Dios enriquece sobrenaturalmente los antecedentes contingentes resultantes de leyes naturales efectivamente aplicadas, y al hacerlo, los modifica y suprime en tanto que antecedentes meramente naturales.
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En definitiva, entonces, tanto la dependencia de los fenómenos naturales que ocurren según leyes, de la libre Voluntad divina, como la posibilidad de que Dios haga milagros mediante intervenciones sobrenaturales en la Creación, dependen del hecho de que los antecedentes de las leyes naturales son contingentes y dependientes por ello mismo en última instancia de la Causa Primera.
Esto quiere decir que no se puede asentar coherentemente la posibilidad de lo sobrenatural y del milagro sin antes haber dejado claro el señorío de Dios sobre los eventos que suceden de acuerdo con las leyes naturales. Una vez más, la gracia supone la naturaleza y lo sobrenatural supone lo natural.
Por eso mismo, el ataque, en apariencia “menor” a las oraciones para pedir la lluvia es en realidad un ataque al milagro y a todo el orden sobrenatural, es decir, a la fe cristiana y católica en su conjunto.
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¿Implica entonces el milagro una suspensión, alteración, o violación de las leyes naturales?
Garrigou – Lagrange habla de una suspensión de la aplicación de las leyes naturales, porque efectivamente, las leyes naturales, al depender de antecedentes contingentes, sólo se aplican cuando esos antecedentes contingentes se realizan efectivamente, así que al impedir Dios en el milagro, como hemos dicho, la realización de esos antecedentes contingentes, deja sin aplicación para ese caso a las leyes naturales.
Pero no se puede decir que una ley haya sido suspendida, alterada o violada porque no se cumpla en un caso al que no se aplica. Todo lo que se puede pedir y esperar de las leyes es que se cumplan en los casos en los sí tienen aplicación, y sólo respecto de estos casos se puede hablar de “excepciones” a estas leyes; no tendría sentido decir que un ciudadano argentino es una excepción a una ley que se aplica solamente a ciudadanos uruguayos, por el hecho de que para él esa ley no rige.
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Aclarábamos arriba que el molinista podía hacer suyas nuestras conclusiones con sólo sustituir nuestro dicho de que Dios mueve a las libertades creadas con el dicho molinista según el cual Dios coloca a las libertades creadas en las circunstancias en las cuales, con su “ciencia media”, prevé infaliblemente que tendrán tal o cual opción libre.
En ese sentido, queremos terminar comentando algo que dice Xavier Pikaza en el artículo que ha dedicado a este tema (los resaltados en negrita son nuestros):
“Si el hombre fuera sólo dependiente, ser subordinado, y Dios un jefe a quien debemos aplacar a fuerza de palabras, la oración sería simple acto de súplica. El hombre debería comportarse como esclavo. Pues bien, en contra de eso debemos afirmar: Dios ha querido hacernos libres, de manera que su misma voluntad viene a quedar «influenciada» por la nuestra. En esta perspectiva han de entenderse nuestras peticiones.
Dios no se impone sobre el hombre de manera necesaria: no ha querido tratarnos como trata a los vivientes y las cosas que no son personales. En este aspecto debemos recordar la controversia más famosa de la iglesia del barroco, la que enfrentó a dos maestros hispanos, Báñez y Molina, en la cuestión relacionada con la ayuda y presencia de Dios, es decir, de su “colaboración” con los hombres, es decir, en el sentido de la oración de petición y de los “auxilios” que Dios ofrece. Los dos grandes teólogos intentan explicar la conexión entre poder de Dios y libertad del hombre, utilizando esquemas y modelos que no han sido debidamente valorados. Pues bien, en esa perspectiva se sitúa ya nuestro problema.
Por un lado, debemos afirmar que Dios actúa: influye con su fuerza de manera que suscita la emergencia del hombre como libre; influye con su mismo amor, sembrando en el amor y corazón del hombre una respuesta que éste debe darle libremente. Un creador limitado es incapaz de suscitar vivientes que se vuelvan libres y que puedan responderle: su actividad avanza en una sola dirección, del hacedor hacia su hechura, del constructor hacia la cosa construida. Por el contrario, cuando el creador resulta omnipotente (como es Dios) puede suscitar seres vivientes que se asuman y realicen como libres, de manera que acojan su llamada y le respondan libremente.
Al llegar aquí, debemos afirmar que el hombre influye también sobre su Dios. Dios ha dado al hombre espacio libre para realizarse y libremente debe respetarle y escucharle. Es evidente que el hombre no influye sobre Dios a la fuerza, por su poder o grandeza, sino por amor, por amor, porque el mismo Dios ha decidido respetarle en amor, dejando que sus voces (que son voces de la historia) se introduzcan en su propia voluntad eterna.
Esto nos sitúa en el centro del misterio, allí donde deben superarse las visiones de un Dios caprichoso que concede cosas porque los hombres le piden, en sentido externo, ahora sí, ahora no, ahora le doy esto a Teresa o Andrea o Tomasa, y ahora no sé lo doy. Ahora pongo junto al río buenos bomberos para que libren a las buenas colegialas, ahora permito o quiero que el puente se caiga cuando van pasando por encima y todas se mueren…
(…)
Las «cosas buenas» no son materialmente aquello que pedimos a Dios, sino algo mejor: como el pez que da el padre es mejor que la serpiente que le pide el hijo, como el pan es mejor que la piedra. Pues bien, en ese mismo contexto precisa san Lucas: «Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre de los cielos dará el Espíritu Santo a quienes le pidieren» (Le 11, 13). Esta es la palabra decisiva, este es el don de los dones. Nosotros, como niños imperfectos, podemos pedir a Dios todas las cosas. Dios nos dará siempre su misterio, la verdad del reino, es decir, el Espíritu Santo: su presencia de amor, su fuerza de fe y vida.”
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No es fácil hacer exégesis de un texto tan confuso como éste, pero vamos a hacer un intento, falible, sin duda.
La idea de fondo parece ser que “pedir” es depender de que el otro quiera o no quiera darnos lo que pedimos, y por tanto, es no ser libre, ya que no depende de nosotros que el otro quiera o no quiera, y eso es claramente un límite para nuestra libertad.
La libertad, entonces, según Pikaza, es total ausencia de límites, y en este caso, implica que podamos imponerle a Dios lo que queremos, sin pedir realmente, en el fondo, nada.
Lo que pasa es que esa imposición, dice Pikaza, no es tal, porque es querida por el mismo Dios, que por amor, deja que nuestra voluntad se introduzca de algún modo en la suya.
Siempre que le pedimos algo a Dios, entonces, y según esto, nos da lo que le pedimos, pero entonces parece que todo se reduce finalmente, como no podía ser de otro modo, al “amor”: siempre que le pedimos algo, en el fondo le pedimos su amor, y Él nos lo da. Esa parece ser la única oración de petición (=imposición) que admite, la cual siempre es escuchada y respondida.
No olvidemos que ahí mismo dice:
“¿Por qué se puede pedir para que llueva o deje de llover y no para que Dios mismo levante y re-construya los puentes rotos? En un sentido, no se puede pedir particularmente por una cosa ni por la otra. Llover o no llover forma parte del “orden/desorden” de la naturaleza, lo mismo que el hecho de que las piedras caigan por la gravedad de Newton o por otras leyes.”
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El error fundamental de Pikaza aquí es creer que la libertad del hombre es algo independiente de Dios.
A partir de ahí, es lógico que si Dios no influye en la libertad creada, ésta termine influyendo en Dios.
Cuando A y B van en la misma dirección sin que intervenga otra causa y sin que sea por azar, es porque A movió a B, o B movió a A, y no hay otra posibilidad.
No es porque A movió a B y B movió a A bajo el mismo punto de vista y al mismo tiempo, porque eso es contradictorio: cada uno necesitaría del otro para tener lo mismo que le da al otro, o sea, el movimiento. Si un mendigo nos pide un pedazo de pan, no podemos decirle que no tenemos, pero que nos dé él el pan así podemos dárselo nosotros a él.
Por tanto, si finalmente la Voluntad divina y la voluntad creada concuerdan, y no es por azar ni por intervención de una tercera causa, es porque la primera ha movido a la segunda, o porque la segunda ha movido a la primera, pero esto último es imposible, decimos nosotros, contra Pikaza, ya que la creatura depende del Creador, y no a la inversa.
Pikaza argumenta que es propio de la Omnipotencia divina suscitar una libertad creada que no dependa de Dios. Ahí se olvida de que, como dice Santo Tomás, la Omnipotencia no se extiende a lo contradictorio. Algo creado, sea lo que sea, que no depende del Creador es una contradicción pura y simple. Cae fuera de la Omnipotencia divina crear esa clase de “espacio de libertad”.
Pensemos solamente que Dios debería hacer así, independiente, a la creatura racional, y conservarla, además, en esa independencia, pero “hacer” y “conservar”, por un lado, e “independiente”, por otro, son contradictorios. Lo hecho depende del que lo hace y lo conservado depende del que lo conserva. Lo contrario hace pensar en el adolescente que se declara totalmente libre e independiente de esos mismos padres en cuya casa vive y por quienes es alimentado, vestido, etc.
Pikaza dice que no es que el hombre se imponga a Dios con su fuerza, sino que Dios ha decidido libremente hacer lo que el hombre quiere.
Pero lo que no puede ser es que Dios haya decidido dejar que el hombre mueva la Voluntad divina, porque eso, de nuevo, es imposible.
Si Dios hace, entonces, lo que el hombre quiere, según lo arriba dicho, es que ha movido la voluntad humana para que quiera eso que Dios va a hacer. Así es en el tomismo y el agustinismo.
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El molinismo, por su parte, niega que Dios mueva la voluntad humana, y sostiene que el acuerdo entre la Voluntad divina y la voluntad humana se hace mediante la “ciencia media” divina, que, antes de crear, prevé cuáles habrían de ser las libres opciones del ser humano puesto en tales y tales circunstancias.
De modo que si de hecho Pedro hace lo que Dios quiere, es porque Dios lo ha creado sabiendo que lo haría, sin que ninguno de los dos haya movido la voluntad del otro.
Por tanto, tampoco se puede decir que la tesis de Pikaza, según la cual la creatura influencia a la Voluntad del Creador, sea molinista.
Pero sí puede ser que Pikaza esté sacando aquí las consecuencias lógicas del molinismo.
En efecto, como dijimos antes, si A y B van en la misma dirección, y eso no se debe a una tercera causa, ni al azar, entonces A influyó a B para ir en esa dirección, o B influyó a A para lo mismo. No hay otra posibilidad.
Por tanto, si como dice el molinismo Dios no influye en la libre voluntad del hombre, sólo queda que el hombre influya en la Voluntad divina, y así el R. P. Garrigou – Lagrange insistía una y otra vez, al hablar de este tema: “Dios determinante o determinado, no hay otra posibilidad”.
Los molinistas clásicos no concederían, sin duda, que Dios pueda ser afectado por la creatura, pero Pikaza parece que ha sido más lógico y coherente que ellos en este punto, y así, ha manifestado más claramente el error fundamental del molinismo.
45 comentarios
Destaca la síntesis "Pero no se puede decir que una ley haya sido suspendida, alterada o violada porque no se cumpla en un caso al que no se aplica", el problema es que si no se comprende esa síntesis todo lo demás resultará inútil.
Ahí está todo, Dios no está sujeto a nada, todavía, aún con muchos dolores de cabeza, puede hacer lo que quiera. El que crea que las limitaciones humanas son aplicables a Dios está, por lo menos, equivocado.
De su libreta de anotaciones Monseñor nos recuerda una "Dios crea, conserva y actúa en el mundo siempre en función de un fin que es Él mismo. Esto es una verdad irrefutable, porque si Dios pudiera crear con otro fin último fuera de Él, entonces quedaría Dios causado y dependiente de las creaturas. Ya hemos visto que la ordenación que hace Dios de las creaturas conforme a la esencia o naturaleza de cada una, constituye la ordenación de las mismas a Él mismo como su Fin".
Cordialmente
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Muchas gracias. Ciertamente, lo único que queda fuera de la Omnipotencia divina es lo contradictorio, pero que algo suceda de modo distinto a lo que establecen las leyes naturales no es contradictorio, porque no son leyes metafísicas, que esas sí, se fundan en el principio de no contradicción.
Por ejemplo, no es contradictorio que el agua se convierta en vino, como sí sería contradictorio que el agua no fuese agua, o que el triángulo tuviese cuatro lados.
Saludos cordiales.
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Exacto. Rezar "Creo en Dios Padre Todopoderoso" y después poner en duda que Dios pueda actuar por fuera de las leyes naturales, que no dependen del principio de no contradicción, es una inmensa incongruencia.
Saludos cordiales.
Mare meua! Nestor. Lo puedes resumir para tontos?
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Básicamente, es lo que digo al comienzo del "post":
"Para sostener la tesis contraria, nuestro argumento es en definitiva que las leyes naturales son leyes hipotéticas, cuyos antecedentes son contingentes, es decir, pueden darse o no, y más aún, que se den o no se den esos antecedentes contingentes de las leyes naturales depende en última instancia de la libre actuación de la Causa Primera, así que el mismo acontecer de los hechos según las leyes naturales depende en última instancia de la libre Iniciativa divina, de modo que sí tiene sentido pedirle a Dios que llueva."
Saludos cordiales.
en tu texto dice: "en todo ente creado la operación se distingue realmente de la sustancia, y es un accidente metafísico, es decir, algo que existe en otro, a saber, en la sustancia."
Mi pregunta es:
1) ¿Hay sustancias que se conforman de otras sustancias? Por ejemplo, la sustancia "hígado" dentro de la sustancia "perro". ¿Son dos sustancias diferentes o sólo una?
2) ¿Por qué hay una Causa Primera y no varias?
gracias de antemano por tus amables respuestas
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La sustancia es el ente en sentido fuerte o principal, porque lo otro de la sustancia es el accidente, que existe en la sustancia como propiedad o modificación suya. Y el ente es uno, o sea, indiviso. Dos entes no pueden formar un ente, y dos sustancias no pueden formar una sustancia. Por eso, las partes de la sustancia, como son los órganos de un ser vivo, no son ellas mismas sustancias. Tampoco son accidentes, sino que son eso, partes de la sustancia.
Porque que la sustancia sea una no quiere decir que necesariamente sea simple, o sea, carente de toda composición.
Y es claro que un ser humano es un ente, no un conjunto de entes, por tanto, es una sustancia y no un conjunto de sustancias.
Cuando decimos “yo”, por ejemplo, en vez de decir “nosotros”, estamos atestiguando la unidad sustancial de nuestro ser.
La unicidad de la Causa Primera se muestra con muchos argumentos. Uno es éste: si hubiera una pluralidad de Causas Primeras, deberían tener en común al menos el ser.
Pero cuando dos entes tienen algo en común, o bien lo han recibido de un tercero, o bien lo ha recibido uno de ellos del otro.
Luego, o bien hay una única Causa que es verdaderamente Primera y de la cual dependen esas dos que en la hipótesis llamábamos “Causas Primeras”, o bien sólo una de ellas lo es realmente, ya que la otra depende de ella.
Saludos cordiales.
Ahora bien, este artículo tan esmerado, parte de premisas filosóficas erróneas en su razonamiento. Por lo que aunque sea una argumentación válida en el sentido de que dadas como verdaderas las premisas aquí expuestas, las conclusiones puedan seguirse, como las premisas son erróneas, el argumento entero tambien lo es.
Es decir, comparto la conclusion, pero por motivos distintos.
Qué premisas están mal?
1) La Confusion entre Ley Natural y "regularidad natural".
Que el fuego quema o el agua moja no son leyes de la naturaleza.
Las Leyes de la Naturaleza son enunciados "generales". Es decir, en su cobtenido no se mencionan entes concretos del mundo como el agua o el fuego o ningún elemento del que podamos tener experiencia directa.
Si vamos a las Leyes de Newton podemos verlo muy claramente. Los términos que se usan son de índole general: "Todo cuerpo que..." "Para cualquier...."
Por eso las Leyes naturales nunca pueden verificarse por experiencia directa. Podemos observar que los fenómenos del mundo siguen o no el esquema predicho por la ley. Pero las leyes naturales en sí mismas son "inverificables por experiencia directa".
Esta confusion es muy común, la de confundir regularidades "observables" con leyes. El primero en tratar el tema fue Aristóteles con la conocida frase : "Todos los cuervos son negros". Esto es una frase observacional o "regularidad", pero no Ley.
Que el sol sale todos los días es otra frase observacional. O que el fuego quema o que el agua moja.
Dicho resumidamente: Las leyes naturales tienen un contenido que no hace referencia a "partuculares".
2) Si se comprende bien esto el segundo error, por tanto, es achacar a las leyes naturales un esquema condicional: "Si se da A, entonces se da B"
El esquema condicional es el que tienen las regularidades. Las leyes naturales pueden tener la forma lógica de aseveraciones de la Forma "A", sin que haya implicado un antecedente y un consecuente.
Luego al poder ser enunciados que escapan al esquema condicional, no está en las Leyes naturales el que apelen a un evento previo del cual se deriva otro. Por lo que su esquema no es siempre de índole hipotética: "Si p, entonces q".
Eso no quita que las Leyes naturales hayan de ser necesarias. En el sentido de que existe un Creador de las propias leyes de la Naturaleza, que puede según su beneplácito, actuar conforme a ellas, o sobre ellas, o como desee en su sapientísima voluntad.
Pero filosóficamente hablando, aunque comparto el propósito del artículo, el argumento parte de errores de base.
Un saludo.
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El argumento parte del hecho de que existen regularidades naturales que se pueden enunciar en forma de proposiciones condicionales con un antecedente y un consecuente, y que se caracterizan por la necesidad con que el consecuente se deriva del antecedente, en el sentido de que no es posible que se dé ese antecedente y no se dé ese consecuente.
A partir de ahí, se pregunta dos cosas, la primera, si cabe decir que los eventos naturales que están sujetos a esas regularidades dependen de la libre acción de la Causa Primera, esto evidentemente tiene que ver con el tema de si se puede pedir a Dios que llueva. La segunda es si Dios puede actuar en el mundo por fuera de esas regularidades naturales, y esto es lo que tiene que ver con lo sobrenatural y el milagro.
La respuesta afirmativa a ambas preguntas depende del carácter contingente de los antecedentes de esas regularidades naturales.
Sobre esta base, la cuestión acerca de si a esas regularidades se las llama “leyes naturales” o no, no afecta en todo caso a la sustancia del argumento, siempre y cuando se entienda a qué nos referimos en el “post” cuando hablamos de “leyes naturales”.
Hay que distinguir, además, entre esas regularidades que he llamado “leyes naturales”, y las leyes científicas, ante todo porque el mundo ha funcionado siempre mediante regularidades naturales, mucho antes de que apareciesen el ser humano y su ciencia, y también porque el sentido común de la humanidad se dio cuenta de que el mundo funcionaba de esa manera mucho antes del surgimiento de la ciencia moderna.
Pero incluso el concepto científico de “ley” ha sido muchas veces el de las regularidades naturales. Véase por ejemplo este texto de Poincaré:
“Newton ha demostrado que una ley es sólo una relación necesaria entre el estado actual del mundo y su estado inmediatamente posterior. Todas las leyes descubiertas desde entonces no son otra cosa; son en suma, ecuaciones diferenciales. (Poincaré 1905b: 119; 1913b: 292)”
Obviamente, la ciencia somete a esas regularidades naturales a un tratamiento matemático, por así decir, pero el concepto que está en la base de ese texto de Poincaré es el de un antecedente al que sigue necesariamente un consecuente.
Saludos cordiales.
Una sequía puede ser natural o ser interpretada como un castigo divino, igual que la guerra la hacen los hombres pero también se nos dice que puede ser un castigo de Dios por nuestros pecados.
Y si llueve tras la sequía cómo sabemos que es un proceso natural y si hay tregua tras la guerra es cosa de los hombres, o es que Dios ha atendido a nuestros ruegos.
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Garrigou – Lagrange distingue tres clases de milagros: en cuanto a la esencia, en cuanto al sujeto, y en cuanto al modo. En el primer caso el efecto milagroso excede todo lo que la naturaleza puede producir. Por ejemplo, el cuerpo glorioso de Cristo Resucitado. En el segundo caso no lo hace, pero se da en un sujeto en el que naturalmente no puede darse, por ejemplo, el retorno de la vida a un cadáver: la vida del cuerpo humano no es en sí misma algo que supere todo el orden de la naturaleza. En el tercer caso, el efecto milagroso también podría darse naturalmente en el sujeto en que de hecho se da, pero no del modo en que se da, por ejemplo, la curación súbita de un tumor que desaparece en forma instantánea.
Una sequía, o una lluvia, entonces, si no presenta ninguna de estas características, no tiene porqué ser considerada sobrenatural ni milagrosa.
Pero siempre va a ser, de todos modos, algo que forma parte del plan eterno de la Providencia divina y que por tanto cae de algún modo bajo la Voluntad divina.
Porque en la Creación no sucede absolutamente nada que Dios Todopoderoso no quiera o permita.
La Voluntad divina puede querer algo directamente, si es un bien, quererlo indirectamente, si es un mal físico, o permitirlo, si es un mal moral o pecado. Todo lo que sucede cae bajo alguna de estas tres categorías.
Por tanto, las guerras comienzan cuando Dios quiere o permite que comiencen, y duran todo lo que Dios quiere o permite que duren.
Eso no quita, obviamente, que las guerras las hagan los seres humanos. La acción de la Causa Primera no excluye la acción de las causas segundas, y la acción de las causas segundas supone la acción de la Causa Primera.
Como digo en el “post”, los mismos eventos que suceden según leyes naturales dependen en última instancia de la libre Voluntad divina, así que es falsa la oposición entre el hecho de que la lluvia tras la sequía sea un proceso natural y que sea querida y causada por Dios.
Del mismo modo es falsa la oposición entre el hecho de que los hombres quieran una tregua en la guerra y el hecho de que Dios haya atendido nuestros ruegos. Dios mueve a todas las causas segundas a sus operaciones, también a las causas segundas racionales y libres.
Por eso en la Misa pedimos que los gobernantes sean justos, que nosotros seamos fieles, que los pueblos sean solidarios, etc., etc.
Saludos cordiales.
Pero quería señalar que has partido, muy posiblemente sin darte cuenta, de un axioma Humeano de la Naturaleza, y que tal axioma, aunque lo quieras usar para razonar algo adecuado en su conclusión, parte de una premisa equivocada y muy extendida en el cientifismo actual.
Lo resumo así:
1) La idea de que las leyes de la naturaleza tienen una forma lógica de antecedente y consecuente, viene dada primero por la confusión que Hume introdujo entre leyes Naturales y regularidades naturales.
Cuando él analiza el ejemplo "Todos los días sale el sol" para a partir de ahí argumentar que de la observación regular de este hecho no se sigue nada "necesariamente" inaugura el origen de tal confusion.
Sin querer, has venido a partir de la misma idea que él. Porque concluyes que en la Naturaleza no hay ningún "tipo de" necesidad.
Y aunque las leyes de la naturaleza no son necesarias "en sí mismas", sí tienen carácter de necesidad.
2) Las leyes Naturales son "necesarias".
Aquí el punto no es razonar a lo humeano, sino estableciendo la distinción entre tipos de necesitación que se pueden dar en algo.
El único ser u ente necesario en sí mismo es Dios. Pero eso no significa que no haya otras cosas exisentes no necesarias (que sin darte cuenta viene a estar implicado en tu alegato) :
Las leyes naturales tienen caracter de necesidad pero no autofundado en sí mismas. Pues las mismas leyes para poder expliacar los eventos del mundo han de ser necesarias. Pero que su necesitacion no es absoluta se ve en que no pueden sin embargo, explicarse a sí mismas.
Por ejemplo:
Principio de incertidumbre:
" No se puede conocer con total precisión a la vez la posición y la velocidad de una partícula en el mismo sentido"
Este principio es necesario en su aplicacion al mundo. Pero no se autoaplica a sí mismo.
3) Con esto quiero decir que no hay por qué atacar al concepto de necesidad de la Ley natural para hacerla "dependiente de" una instancia superior (En este caso Dios).
Sin querer acabas asumiendo el esquema empirista. Que muchísimos filósofos mantienen aún hoy día. Y del cual creen ellos que la estructura básica de tales enunciados es suempre la de condicionales.
El propio principio de incertidumbre es un ejemplo de cómo su esquema lógico no tiene por qué ser " Si A, entonces B" . Aquí tenemos un enunciado legaliforme con la forma básica "No "A y no A"". No hay antecedente y consecuente.
Y su contenido es de carácter "necesario", no contigente
Rspero haberte acalarado por qué no me ha gustado no ya el artículo sino el axioma: es un axioma que implica la no objetividad del conocimiento, por eso no lo veo el más adecuado para razonar este tema
Abrazo
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A muchas proposiciones que no son condicionales se les puede dar una forma condicional, por ejemplo, "Todo hombre es mortal" puede quedar en "Si algo es un hombre, entonces es mortal."
El principio incertidumbre, entonces, se puede enunciar así: "Si se conoce con total precisión la posición de una partícula, entonces no puede conocerse su velocidad, y viceversa".
Lo esencial es que en ambos casos se está afirmando una relación necesaria entre el sujeto y el predicado o entre el antecedente y el consecuente.
Por otra parte, en ningún momento he negado la necesidad de las leyes naturales, solamente he dicho que no es absoluta, como la necesidad de las proposiciones cuya negación es contradictoria.
Las leyes naturales son las formas en que necesariamente se comportan las esencias de las cosas creadas, supuesto que actúan y actúan dentro del orden natural, ambas cosas que dependen en última instancia de la libre Voluntad divina.
No creo que Hume pudiese o quisiese sostener algo así.
Saludos cordiales.
Dado el olvido generalizado que hay en la modernidad acerca de la auténtica teología católica, es muy común que la gente piense que si un evento mundano se debe a la Voluntad de Dios, entonces es un milagro.
Eso implica olvidar que antes de ser Autor del orden sobrenatural, Dios es Autor, Conservador y Gobernador Providente del orden natural.
Saludos cordiales.
El problema parece que nos ponía en una tesitura de confrontación entre la Necesidad que hay en Dios y la necesidad que se encuentra en la Creación.
Tal confrontamiento en mi opinion obvia que Dios ha creado cosas necesarias (la propia Ley Natural, dejando fuera el ámbito de la física es necesaria tambien). Pero la necesidad en lo creado es diferente a la necesidad que posee el Creador.
Por eso para argumentar que Dios puede hacer milagros por encima de Leyes Naturales, no hace falta reducir la esencia de la Ley Natural a la contingencia.
Es una necesidad "participada"
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Es que la necesidad es "participada" justamente porque el antecedente de esos condicionales es contingente.
Del antecedente de esas "regularidades" se sigue necesariamente el consecuente. Por tanto, si el antecedente fuese necesario, la necesidad de esas "regularidades" no sería participada, sino absoluta, como la del principio de no contradicción.
Hume, por su parte, no admite que en la naturaleza nada se siga necesariamente de nada.
Saludos cordiales.
Deja el vino, vino, no tientes a que el vino se convierta en agua, eso no sería contradictorio pero terrible, un milagro al revés.
Con relación a la cuadratura del triángulo o del círculo o del pentágono, se trata de contradicción existente en forma permanente, mira lo que sucede con la diferencia de sexos, "los creó hombre y mujer" y no se reconoce.
Cuando la contradicción o el principio de no contradicción desaparece del pensamiento humano lo que ocurre en realidad es que deja de ser pensamiento para ser una imposición, un pensamiento con el síndrome de samotracia.
Cordialmente
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Ese milagro al revés de convertir el vino en agua lo están haciendo muchos en la Iglesia hoy día, entre ellos muchos "teólogos" de los más progresistas. ¡Otra prueba de que ni eso ni el milagro original implican contradicción! :)
Saludos cordiales.
"...una cosa es que la lluvia sea efecto de la Voluntad de Dios en respuesta a nuestras oraciones, y otra muy distinta que sea un milagro o algo sobrenatural: de lo primero no se sigue necesariamente lo segundo".
Si es posible y por favor, tres cuestiones:
1. ¿Cómo discernir si un efecto natural entra dentro de la divina providencia natural o sobrenatural?
2. ¿Cómo discernir en concreto, dada la complejidad de la interacción de las causas creadas (muchas de las cuales nos son desconocidas) si la suspensión o no realización del antecedente de una ley natural (o suspensión de la aplicación de una ley natural) se debe, efectivamente, a una intervención divina fuera del orden de las causas creadas o a la actuación natural de otra causa creada desconocida? ¿Acaso no se podría apelar a ello para negar en concreto algunos milagros?
3. ¿Entra dentro de la capacidad natural de la inteligencia creada, sin menester de ninguna gracia, conocer la sobrenaturalidad de los milagros? ¿También serían posibles en un orden de naturaleza pura?
Muchas gracias.
P. S. Muy buena la final comparación con el molinismo, que parece asumir (no hay nada nuevo bajo el sol): ya lo quiero ver a Pikaza explicando la presciencia divina de los actos libres... Al fin parece hijo de la modernidad, con su pretensión de libertad in-dependiente.
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Muchas gracias. Por los tres criterios que da Garrigou - Lagrange, parece que se puede discernir cuando efectivamente se trata de un milagro, si esos criterios están al alcance de nuestro conocimiento, que no es tampoco imposible.
Lo que se podría preguntar es cómo sabemos que lo que parece natural no depende en algún caso de una intervención divina sobrenatural que no podemos discernir.
Ahí entiendo que el asunto es que lo sobrenatural, en la Creación, se relaciona estrictamente con el plan de Salvación y la necesidad de dar a conocer a los hombres la Revelación divina. Para todo lo demás, la Omnipotencia divina pudo perfectamente establecer el orden de las causas naturales desde la Eternidad.
Saludos cordiales.
Sigo sin entender el CATIC 248 in fine Procedencia del Espíritu Santo: "Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado". Entre orbitar y desorbitar hay contradicción ?.
Cordialmente
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Entiendo que ahí el Catecismo habla de la complementariedad entre "y del Hijo" (Iglesia Católica) y "por el Hijo" (que podría ser la doctrina de algunos orientales separados). Obviamente que no hay complementariedad entre "y del Hijo" y "no del Hijo", que entiendo que es la doctrina, también, de muchos orientales separados.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
En verdad da pena que alguien que se llame católico (en realidad no lo es) ponga en duda esto... y que un protestante evangélico lo tenga claro, en principio.
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Suele ocurrir en nuestros días, lamentablemente, que los que no están en plena comunión con la Iglesia por seguir los errores de Lutero, sin embargo defienden a veces verdades reveladas por Dios que son puestas en duda o negadas por estos "intelectuales católicos".
Saludos cordiales.
"Hoy en día hay mucha confusión, incluso entre los creyentes religiosos, sobre cómo Dios se relaciona con la naturaleza. En lugar de decir que Dios es el autor de la naturaleza, que es la forma tradicional, ven a Dios y a la naturaleza como opuestos o en competencia entre sí. Así, si algo tiene una explicación natural, entonces Dios no tiene nada que ver con ello. O si Dios es la causa de algo, entonces debe ser de modo sobrenatural. Y por eso piensan que el lugar donde hay que buscar pruebas de Dios, el único lugar lleno de pruebas de Dios, es en lo que está fuera del curso de la naturaleza o es inexplicable por la ciencia. Es decir, en las lagunas de nuestra comprensión científica del mundo. Y de ahí la expresión "dios de los agujeros". Los ateos piensan que, cerrando esas lagunas en nuestra comprensión, Dios no tendrá más lugar donde esconderse."
Society of Catholic Scientists, New Mexico Regional Conference, September 2021
Por cierto que en septiembre estará en Pamplona participando como orador invitado en el I Congreso de la sección española de esta Society of Catholic Scientists.
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Me alegra ver que lo que dice el Sr. Barr concuerda plenamente con lo que digo en el "post" y en respuestas y comentarios anteriores.
En cuanto a los milagros, sin duda, no son la vía normal para probar la existencia de Dios, lo que se hace por argumentos filosóficos magistralmente sintetizados por Santo Tomás de Aquino en las "cinco vías".
El milagro es para probar el hecho de la Revelación de Dios a los hombres; es el sello divino que confirma que quien se presenta como enviado de Dios efectivamente lo es.
Así lo entendió Nicodemo cuando le dijo a Nuestro Señor: "Sabemos que has venido de parte de Dios como Maestro, porque nadie puede hacer las cosas que tú haces, si Dios no esta con él."
Y por eso San Juan, tras relatar el milagro de las bodas de Caná, dice: "Ésta fue la primer señal que hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos."
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
¿Acaso no se manifiesta en ellos especialmente dicho poder divino?
Por mi parte, prefiero "correr el riesgo" de seguir la sana doctrina, expresada por el Concilio Vaticano I (y a la que es fiel, por cierto, el tomismo y este mismo post):
"...los milagros y las profecías que, mostrando de consuno luminosamente la omnipotencia y ciencia infinita de Dios, son signos certísimos y acomodados a la inteligencia de todos" (Dz 1790).
Sobre las leyes naturales, aquí hay algo: https://www.filosofia.org/zgo/zgfe2504.htm.
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La importancia de los milagros radica "humildemente" en que sin ellos no hay motivos para creer en Jesucristo.
Saludos cordiales.
Hoy puede llover encima de mi tejado y no llover en el tejado de la casa del vecino, ese es un milagro pequeño, Si creemos que Dios puede transformar el corazón y la vida de las personas, un acontecimiento meteorológico es una pequeña anécdota!!¡ por Dios!!! Los milagros existen!!! Grandes e inmensos y profundos milagros existen cada segundo en el mundo!!!! Pero sin ir más lejos, en nuestra propia vida, ¡¡¡¡cuantos podemos decir que Dios ha hecho grandes milagros en nuestra vida!!!...Quizá con unos más que con otros....eso es un misterio, pero suceden.
Por favor, no olvidar que Dios puede hacer lo que le da la gana, y lo hace cada segundo.....
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Como dice Santo Tomás de Aquino, Dios lo puede absolutamente todo, excepto lo que implica contradicción, que por otra parte, no es nada.
Saludos cordiales.
Quienes dejaron de creer en los milagros, están más en sintonía con el protestantismo, e incluso ni ahí. Suelen rechazar la presencia de Cristo en la Eucaristía y hasta la Resurrección. Incluso algunos niegan la Redención. Eso me llevó a mí a volver a las raíces, a casa, y a volver a plantearme los milagros como posibles (de los del Evangelio, de los de Cristo, nunca dudé). Que no nos roben la Redención. Es una cuestión de vida o muerte...del alma. Suelo quedarme a medio camino en mis conversiones y me disperso con facilidad. Pero la semilla está ahí. Brota y se congela con alguna helada fuera de tiempo. Alguno de esos inicios será el definitivo. Dios me lo conceda🙏
Por pseudoteólogos así, como los de la discordia de la lluvia, tanta gente vive como si Dios no formara parte de nuestra vida y como si no necesitaran ser redimidos. Se empieza dudando de una cosa y poniendo demasiado peso a nuestra acción, y se acaba rechazando todo o viviendo al margen totalmente. Incluso endiosando al ser humano. Dios se presta a llevarnos por el camino adecuado y a llenarnos de vida, hasta la Vida Eterna. Y no hay manera. Le dejamos a un lado, sobre todo cuando las cosas van aparentemente bien.
Por lo que más rezo es por conversiones. Pero veo mi falta de Fe. Rezo, pero todavía con la boquita pequeña. Señor, dame Fe. Aumenta mi Fe.
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Amén y saludos cordiales.
1. Dios no está en el tiempo y la fe cristiana no es panteísta.
2. El milagro es un hecho externo histórico, objetivamente observable, no explicable mediante las leyes y fuerza de la materia.
3. Un milagro transciende toda comprobación experimental de la Ciencia en el actuar de la materia según sus fuerzas y potencialidades. Esto es, que no puede repetirse bajo condiciones de laboratorio.
4. Es necesario recordar que los milagros solamente tienen como función el mostrar la actividad divina para bien de la Iglesia, no para evitar el estudio científico.
5. Un milagro se dará sólo en un contexto religioso.
6. ¿Se puede pedir a Dios para que llueva? Por supuesto que sí.
7. Un milagro indica la acción de Dios sobre los seres humanos o sobre la materia inanimada. Pero, en cualquier caso, es necesario establecer los hechos reales, el antes y el después, y el modo en que se obtuvo el resultado. Y este resultado debe exceder el ámbito de actividad humana o de la materia.
Ahora lanzo la siguiente pregunta: ¿cuándo sabemos que ha llovido por acción de Dios, que ha sido un milagro?
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Insistiendo en lo que ya he expresado varias veces y veo que también lo sostiene el apologeta católico Stephen Barr, siempre llueve por acción de Dios, sin que eso sea necesariamente un milagro.
Dios es la Causa Primera de todo lo que acontece en la Creación, en todo lo que ello tiene de ser y de bien.
Todo evento sujeto a las leyes naturales depende en última instancia de la libre Voluntad de la Causa Primera. Ver el "post".
El milagro ocurre solamente cuando un evento producido por Dios cae fuera de las leyes naturales.
La lluvia puede ser producida milagrosamente por Dios, por ejemplo, que llueva sin nubes, pero la lluvia que sucede según causas naturales también tiene a Dios como Causa Primera, sin que sea un milagro.
Saludos cordiales.
En definitiva, recordar que el poder divino se manifiesta en el curso ordinario de los acontecimientos, que Dios es el fundamento del orden del universo, también es sana doctrina tomista. Como dice Néstor, "siempre llueve por acción de Dios".
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Hay que distinguir el punto de vista del agente y el punto de vista de la obra producida por ese agente. Desde el primer punto de vista, es claro que para Dios es lo mismo crear el mundo, hacer que un átomo se desplace tres milímetros, o resucitar un muerto, porque su Poder es Infinito.
Desde el punto de vista de la obra realizada por ese agente, es claro que es mayor obra un milagro que un evento natural, porque el milagro y lo sobrenatural en general es aquello que sobrepasa toda capacidad o exigencia de cualquier naturaleza creada o creable.
Saludos cordiales.
2. El “milagro de la nieve” se remonta al 5 de agosto del año 358, durante el reinado del Papa Liberio, en el que el Pontífice, un patricio romano de nombre Juan y la esposa de este último, soñaron que la Virgen María le pedía construir una iglesia en el lugar donde encontrarían nieve fresca al día siguiente.
3. El sueño se produjo en la madrugada del 5 de agosto, pleno verano romano y cuando las probabilidades de nieve son remotas en la ciudad de Roma. La nevada tuvo lugar milagrosamente en la Colina del Esquilino, y en su perímetro se erigió una década después el primer templo dedicado a la Virgen María en Occidente. Luego, el Papa Sixto III construyó la iglesia tal como ahora se encuentra tiempo después del Concilio de Éfeso (431), en el que Nuestra Señora fue proclamada Madre de Dios.
El milagro de la nieve muestra el antes y el después, y el modo en que se da el resultado.
4. "Dios es la Causa Primera de todo lo que acontece en la Creación, en todo lo que ello tiene de ser y de bien.
Todo evento sujeto a las leyes naturales depende en última instancia de la libre Voluntad de la Causa Primera."
Dios es señor de lo sobrenatural y natural, puede convertir un desierto en un vergel, un volcán en un prado de pasto verde, Encarnarse y Resucitar, pues tal es el dominio sobre Su Creación. Pero, respeta la libertad del ángel y del hombre, y las leyes y fuerzas de la naturaleza. Pues esa es Su libre Voluntad y Providencia, acción divina sostén y conservadora de lo creado.
5. En 1 Reyes 18 tenemos al profeta Elías y los sacerdotes de Baal, dios falso, donde se muestra un milagro y la oración por el fin de la sequia. Todo entorno al Sacrificio.
6. En tiempo de Iglesia tenemos el Sacrificio único y eterno por el que podemos pedir a Dios para que con Su omnipotencia pueda intervenir para que llueva.
7. Pero, debe ser en un contexto religioso verdadero de reconocer la autoridad civil, el rey Acab, al único y verdadero Dios, que la jerarquía de la Iglesia celebre dignamente el Sacrificio que se ofrece a Dios no siendo sacerdotes de Baal y que todos obedezcan a Cristo Rey.
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Esos son ejemplos de intervenciones divinas sobrenaturales y milagrosas. También se debe a la causalidad divina todo evento natural, en lo que tiene de ser y de bien, sin ser milagroso.
Saludos cordiales.
A veces decimos impropiamente que el cuerpo humano, por ejemplo, es un milagro, pero con eso sólo queremos decir que es una obra maravillosa de Dios, sin ser propiamente un milagro, porque no es algo sobrenatural, sino natural.
El problema de decir sin más que todo es milagro, sin aclarar la distinción entre lo natural y lo sobrenatural, es que al final lleva al naturalismo. Porque si la digestión, por ejemplo, es un milagro sin más, entonces estamos diciendo que cuando Jesús hace un milagro no hace nada esencialmente distinto de lo que hacemos nosotros cuando hacemos la digestión, y entonces los milagros ya no sirven como signo de la Revelación divina, ya que cualquiera los podría hacer.
Hay una forma de destruir las cosas que es por expansión, porque lo que es todo, no es nada.
En la otra punta están los que piensan que el milagro y lo sobrenatural son una especie de intromisión o primera visita de Dios al mundo, porque inconscientemente parten de una visión atea del mundo como algo que existe por sí mismo y funciona por sí mismo, sin depender para todo ello del Creador.
Por eso es importante señalar que Dios es Autor del orden natural, antes de ser Autor del orden sobrenatural, y "Autor del orden natural" no significa tampoco que dio la primer patada, por así decir, y luego el mundo sigue existiendo y funcionando solo, sino que Dios es Autor, Conservador en la existencia y Gobernador Providente del mundo, antes de ser Autor del orden sobrenatural y de los milagros .
Saludos cordiales.
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En ese caso no serían propiamente milagros, porque el milagro se define como una intervención divina por fuera del orden natural de las cosas, o sea, se define como algo sobrenatural.
Se podría decir que de todos modos serían milagros si por "milagro" entendemos un hecho maravilloso y desacostumbrado, simplemente.
Pero el caso es que efectivamente Dios ha hecho milagros en sentido propio, o sea, sobrenaturales.
La resurrección de un muerto, por ejemplo, no es que sea improbable, sino que es naturalmente imposible. Ninguna causa natural y física puede actuar sobre el alma separada del cuerpo para reunirla con él.
Porque además, con esa forma de pensar no podríamos decir que hay leyes naturales, porque nada sería naturalmente necesario, ya que todo podría naturalmente no darse, claro que en forma muy improbable.
Así que no solamente es necesario el concepto de lo natural para que pueda haber milagros, sino que el verdadero concepto del milagro es necesario para que pueda pensarse un orden natural.
Se puede decir: ¿y porqué debería haber leyes naturales necesarias, en vez de simples probabilidades muy altas?
Es que es imposible que todo sea probable, nada más, porque las mismas leyes de la probabilidad no son probables, sino necesarias.
Eso llevaría además a negar las naturalezas o esencias, porque todo podría ser distinto de como es. Si el perro pudiese ser reptil y herbívoro, entonces no sería posible algo así como un "perro".
Saludos cordiales.
2. La misma Creación es un milagro, Causa Primera, el paso de Nada a Algo por una Potencia infinita, por lo que no puede ser conocido racionalmente. En la Nada no hay leyes naturales, porque no existe la materia, excepción a que no habría milagro alguno sin leyes naturales.
3. En las leyes naturales si hay una estructura material de 2 átomos de hidrógeno y 1 átomo de oxígeno fue definido por Dios como agua en sus distintos estados y en los modos en que muta por interacción de las fuerzas de la materia, entre ellos la lluvia. Dios puede convertir el agua en vino, el vino en Sangre y caminar sobre el agua. Por las leyes físicas sabemos que eso es imposible y nada tiene que ver la probabilidad.
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Dice Santo Tomás en Ia, q. 105, a. 7, ad 1um:
"La creación y la justificación del impío, aunque son obras exclusivas de Dios, sin embargo, no se llaman propiamente milagros, porque no son cosas que puedan producirse naturalmente por otras causas, y, por lo tanto, no acontecen insólitamente fuera del orden de la naturaleza, puesto que no caen dentro del poder de la misma."
Y la razón que da es ésta:
""Milagro" viene de admiración, la cual surge ante la presencia de efectos cuya causa se desconoce. Ejemplo: Alguien se admira al ver el eclipse de sol ignorando su causa, como se dice al comienzo de Metaphys. Sin embargo, la causa de un fenómeno es conocida para unos y desconocida para otros, en cuyo caso cabe la admiración para unos, y no para otros. Ejemplo: Se admira el vulgo ante el eclipse de sol, y, en cambio, no se admira el astrónomo. Pero milagro viene a equivaler a lleno de admiración, es decir, lo que tiene una causa oculta en absoluto y para todos. Esta causa es Dios. Por lo tanto, se llaman milagros aquellas cosas que son hechas por Dios fuera del orden de las causas conocidas para nosotros."
En cuanto al agua y sus componentes, es cierto que las leyes naturales son necesarias y no solamente probables, pero no es que esa unión de hidrógeno y oxígeno sea agua por la Voluntad de Dios, sino que eso es parte justamente de la esencia o naturaleza del agua, que no sería agua con una composición distinta, y que no podría no serlo con esa composición.
Las esencias de las cosas son necesarias, es decir, son lo que son independientemente de cualquier voluntad. De lo contrario podría darse que alguna voluntad hiciese que el perro fuese un reptil herbívoro, lo cual es absurdo.
Saludos cordiales.
Depende de a que escala nos estemos refiriendo:
"Sorprendentemente, la teoría cuántica solo permite normalmente cálculos probabilísticos o estadísticos de las características observadas de las partículas elementales, entendidos en términos de funciones de onda. La ecuación de Schrödinger desempeña, en la mecánica cuántica, el papel que las leyes de Newton y la conservación de la energía desempeñan en la mecánica clásica. Es decir, la predicción del comportamiento futuro de un sistema dinámico y es una ecuación de onda en términos de una función de onda la que predice analíticamente la probabilidad precisa de los eventos o resultados."
Wikipedia
"Eso llevaría además a negar las naturalezas o esencias,"
A lo mejor habria que aceptar que la realidad fisica no esta formada por definiciones filosoficas.
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Cuando digo que las leyes de la probabilidad no son probables, sino necesarias, me refiero a que la ley que dice que la probabilidad de sacar un 6 al tirar una vez un dado es de 1/6, es una ley necesaria, no probable.
Es decir, no tiene sentido decir que probablemente si tiramos un dado una vez vamos a tener una probabilidad de 1/6 de que salga un 6.
Necesariamente ésa es la probabilidad y no otra.
Ahora bien, en un mundo de puras probabilidades no podría haber leyes necesarias como ésa, con lo cual tampoco podría haber probabilidades, o sea, es un mundo contradictorio, y por tanto, imposible.
Por eso las esencias no son meras definiciones filosóficas, sino aquello sin lo cual la realidad simplemente no es pensable.
Porque en definitiva, para que pueda aplicarse cualquier ley, probabilística o necesaria, tiene que haber algo, y no solamente la probabilidad de algo.
Y si hay algo, tiene alguna naturaleza o esencia, es decir, es algo específico y determinado, sea partícula, onda, perro, o cualquier otra cosa.
Por eso, que los perros existen no es una mera definición filosófica, sino un hecho que debe conservarse en cualquier teoría, y que no pueden ser reptiles herbívoros, tampoco.
Incluso suponiendo que los perros puedan transformarse en reptiles herbívoros, el asunto es que al hacerlo, dejarán de ser perros.
Eso son las esencias o naturalezas.
En cuanto a las escalas, si a nivel micro sólo hay probabilidades, y el nivel macro es mera consecuencia del nivel micro, entonces, en todas partes debería haber sólo probabilidades, y todas las leyes deberían ser sólo probabilísticas. También las de la probabilidad, que como ya vimos, no es el caso.
Eso quiere decir que hay algo más en las cosas que partículas sometidas a leyes probabilísticas, como en un cuadro hay algo más que puntos de color aplicados mediante pigmentos.
Ese algo más es el que nos permite hablar de perros, gatos, e incluso, de partículas, y no solamente de probabilidades de partículas.
Saludos cordiales.
2. El universo es independiente de la subjetividad humana y el universo es inteligible, no absurdo, no contradictorio.
3. Quien afirma que lo probable es seguro de que ocurra cae en un error filosófico, pues para Dios no existe el azar.
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Pues es la estructura misma de un dado y la naturaleza de las cosas en general la que determina que la probabilidad de sacar un 6 en una sola tirada sea 1/6. Eso no es una construcción subjetiva nuestra, porque los resultados posibles, que son seis, tampoco dependen de nuestra subjetividad, y tampoco depende de ella el cociente entre resultados favorables y resultados posibles, que en este caso es 1/6.
Cuando decimos que para Dios no existe el azar, estamos diciendo que nada es azaroso respecto de la Causa Primera, no que nada sea azaroso respecto de las causas segundas.
No es una cuestión de conocimiento, sino de causalidad. No es que la Causa Primera vea que nada es azaroso para las causas segundas, sino que Ella ve que lo que es azaroso respecto de las causas segundas no lo lo es respecto de Ella misma.
Es decir, el azar deriva de la posibilidad de lo accidental. Si nada fuese accidental en la naturaleza, nada sería azaroso. Pero si al cruzar una calle un vehículo choca contra otro, ahí hay dos clases de efectos: el esencial, que es que el vehículo se desplaza en una dirección determinada con una velocidad determinada, dado el impulso que recibe de su motor, y el accidental, que es que choca con otro vehículo que venía también en una dirección determinada y con una velocidad determinada.
Lo azaroso, entonces, es lo que es causado accidentalmente, y eso es posible cuando se trata de causas finitas que interactúan sin tener control sobre todas las cosas, ni sobre todos los efectos posibles de su acción.
Por eso lo azaroso sí existe respecto de las causas finitas, porque ellas sí causan accidentalmente cosas, y no existe respecto de Dios, que lo gobierna absolutamente todo con su Sabiduría y su Poder.
Saludos cordiales.
5. Es acientífico utilizar la matemática mediante la probabilidad para decir que el universo que observamos es un universo de una infinitud de universos. Esto es el absurdo, ¿hay probabilidad de que llueva? Si no está lloviendo aquí y ahora, seguro que está lloviendo en otro universo paralelo.
6. Algo parecido ocurre con la vida fuera de la Tierra: ¿es posible que haya otro planeta con vida inteligente? Según las leyes físicas sí, es posible. Entonces es probable que lo haya, porque hay tantísimos astros por ahí y si es probable, entonces seguro que lo hay.
7. Para que se entienda el absurdo es necesario hacer un experimento: ¿es posible según las leyes de la física que si dejamos caer el lápiz que tenemos en la mano sobre la mesa, se quede sobre la punta derecho? Sí, es posible según las leyes de la física; ¿es probable aunque lo tiremos un millón de veces que ocurra por lo menos una vez? No. ¿Es cierto que va a ocurrir? No.
De modo que, no debe mezclarse el posible, con probable y con cierto.
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Que haya infinitos universos posibles no quiere decir que todos ellos existan o puedan existir conjuntamente, así que todo lo demás se sigue de un falso supuesto.
En cuanto a la improbabilidad de que el lápiz quede de punta en la realidad, eso muestra que las leyes de la probabilidad no son puras creaciones subjetivas nuestras, sino que se basan en la naturaleza de las cosas.
De lo contrario el lápiz podría muy bien reírse de nuestras leyes probabilísticas subjetivas y quedar parado de punta cada dos por tres.
Saludos cordiales.
2. La Ciencia sólo puede hablar de aquello de lo que observa, lo real, por lo que otro universo no es observable.
3. No se debe confundir en el universo material, que existe objetivamente y es inteligible, que está gobernado por las fuerzas de la naturaleza con la libertad humana: tirar el dado o el lápiz.
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Si la matemática fuese un invento humano, podríamos inventar que 2 + 2 sea igual a 45, pero no es el caso, mientras no cambie el significado de 2, +, =, y 45.
La probabilidad no tiene nada que ver con el hecho de que haya un universo posible en el cual yo sí saco la lotería. Eso es posibilidad, no probabilidad. De hecho, la probabilidad es poca, porque siempre son muchos más los universos posibles en los que no saco nada.
No es que la matemática haga que ocurra algo real, sino que condiciona lo que puede ocurrir y lo que no puede ocurrir en la realidad. Por ejemplo, si tengo tres monedas no puedo darle cuatro monedas a otra persona.
La Filosofía habla de lo real y también de lo posible y de lo probable.
El azar y la probabilidad no se aplican solamente a las intervenciones de la libertad humana, ya existían en el mundo antes de que existiese el ser humano.
Saludos cordiales.
2. Es un principio filosófico, metafísico, no científico y la Ciencia no lo puede negar, el que todo lo que ocurre tiene una causa, la conozcamos o no, lo que no se explica por sí mismo se explica por otro. El progreso de la Ciencia se basa en buscar el por qué de lo que ocurre en la materia, dar razón suficiente con los datos científicos obtenidos en las mediciones del objeto observado.
3. ¿Cuál es la causa del azar y la probabilidad?
4. La hipótesis acientífica de una infinitud de universos paralelos o sucesivos como alternativa a un Creador inteligente, parte de la base primordial de la exigencia de que todo lo matemáticamente posible tiene que ocurrir de hecho.
5. Si la matemática no es un invento humano, se puede explicar matemáticamente el inicio del universo, por lo que matemáticamente se puede decir que Dios no existe. O si se pretende predecir matemáticamente cuando va a llover.
6. Todo lo que dice la Matemática no tiene realidad física, porque si no todo lo que dice una fórmula matemática de hecho tiene que ocurrir. La probabilidad es una ecuación matemática y si la probabilidad no es cero, entonces todo lo que resulte tiene que ocurrir. De ahí el ejemplo de la lotería donde todos los números tienen igual probabilidad de salir premiado, pero sólo le tocó a uno. Pues, si la matemática describe la realidad física, entonces tiene que haber, al menos, un número igual de universos al valor máximo de los números que entran en el bombo para que a todos le toquen premiado. No se si ve el absurdo si la matemática y la probabilidad no es un invento humano.
7. En la formulación matemática de la Física se realizan relaciones abstractas de orden cuantitativo, fuera de la Física esas relaciones no se refieren a la realidad como puede ser un espacio de 12 dimensiones, y tiene que considerar que los valores de los parámetros de las funciones matemáticas tienen margen de error, por lo que no pueden expresar plenamente la realidad, sólo lo observado, medido y obtenido en los experimentos.
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Para que algo sea independiente de nuestra mente y de nuestras capacidades creativas alcanza con que represente una posibilidad objetiva, no hace falta que esa posibilidad sea actual o tenga existencia actual.
Las posibilidades objetivas no dependen de nosotros. Es posible que mañana salga el Sol, todavía no es actualmente existente, y a lo mejor no sucede si hay una catástrofe cósmica, pero esa posibilidad no es un invento nuestro.
Para que sea verdad que 7 gatos son más que 6 gatos no hace falta que existan gatos en el mundo.
Como diría Aristóteles, además del ente en acto, está el ente en potencia.
El ente se divide en ente real y ente de razón, entendiendo por “real” lo que no depende de nuestra mente, y por “de razón” lo que sí depende de ella.
Y el ente real se divide en ente actual y ente posible. El ente posible no es un ente de razón.
Por eso la matemática condiciona lo real, porque lo que muestra lo posible, muestra también lo imposible.
Y nada exige que todo lo posible sea actualmente existente.
Los infinitos mundos posibles podrían haber quedado así en la mente del Creador por toda la Eternidad, sin ser creados por Dios, y seguirían siendo válidas en esos mundos posibles las leyes de las matemáticas. Por ejemplo, sería verdad por toda la Eternidad que tres mundos posibles son más que dos mundos posibles, y que tres mundos posibles más dos mundos posibles son cinco mundos posibles, aunque nunca existiese un mundo real.
Por eso, del hecho de que las matemáticas no sean un invento nuestro no se sigue que no haga falta un Dios Creador. Sin Dios no habría ni siquiera posibilidades, ya que toda potencialidad se funda en la actualidad de algún ente que tiene ciertas capacidades.
El azar, como dije en la respuesta anterior, no tiene causa “per se”, sino solamente “per accidens”. Causa “per se” es aquello de lo que algo se sigue necesariamente, en virtud de su propia naturaleza.
Si dos vehículos van en determinada dirección con determinada velocidad en determinado momento del tiempo y en determinados puntos del espacio, van a chocar en un momento dado y en un lugar dado. El choque es accidental, azaroso, ninguno de los conductores quería chocar, pero se va a dar necesariamente. ¿Cuál es la causa del choque? Obviamente, todo lo que dijimos recién. De ello se sigue inevitablemente el choque.
¿Es causa “per se” o “per accidens”? Es “per accidens”, porque el choque no es efecto necesario de la naturaleza de ninguno de esos factores, salvo que se den juntos, lo cual no constituye una naturaleza, sino una unión accidental, y esa unión tampoco es efecto necesario de la naturaleza de ninguna causa. Pero una vez que de hecho se dan juntos, se sigue necesariamente el choque.
La probabilidad es la razón entre los casos favorables y los casos posibles. Y su causa está claramente en la estructura de las cosas, como se ve por el caso de los dados: si la probabilidad de sacar un 6 en una sola tirada es 1/6, eso se debe simplemente a que el dado tiene 6 caras, y en cada una de ellas tiene escrito un número del 1 al 6. Si la estructura real del dado fuese distinta, la probabilidad de sacar un 6 sería distinta.
Esa probabilidad no tiene por qué realizarse actualmente nunca, porque las posibilidades en general no tienen por qué realizarse nunca, como dije. Y eso no quita que sean posibilidades objetivas e independientes de nosotros, como también dije.
Saludos cordiales.
Las matemáticas son relaciones necesarias entre posibles. Si tengo dos monedas, tengo una más que si tuviese una sola. Eso es verdad aunque no tenga moneda alguna.
El dos es una cantidad posible, y la unidad también. Pero 2 > 1 es necesario.
Saludos cordiales.
2. La Matemática no descubre ninguna ley de la naturaleza por sí sola, la ley de la probabilidad no es una ley de la naturaleza, ni puede dar existencia, hacer real, a todos los resultados posibles, porque no es lo mismo ser posible que ser real (lotería). La Matemática no existe por sí misma, es una construcción humana (causa).
3. ¿Cuántos números naturales hay? ¿Hay la misma cantidad en gatos, en monedas, en ...? No hay números, se puede hablar de numerar algo. Nadie ha podido realizar el análisis físico de un número.
4. En el contexto matemático, entre el 1 y el 2 hay infinitos números fraccionarios, y números enteros hay infinitos, entonces se puede hacer una relación necesaria entre posibles, ¿cuál es mayor el número de infinitos fraccionarios o el de los enteros? Es solo un proceso mental sin un límite, por lo que es subjetivo, no independiente. No existe la realidad infinita.
5. Jacques Monod, premio nobel de Biología, cometió el error de intentar explicar por azar la evolución del universo en su obra El azar y la necesidad, porque confundió la incausalidad del azar con la imprevisibilidad, que son dos cosas totalmente distintas. Monod diferencia dos tipos de azar: el azar operacional y el esencial.
6. El azar operacional es lo que realmente no es azar, pero al desconocer la totalidad explicativa de un acontecimiento lo llamamos así (juegos de lotería). El azar esencial, es el azar en sí mismo, porque es altamente imprevisible, justo el mismo que gobierna las leyes evolutivas. Pero, a pesar de ser un premio nobel, cometió en su libro el error filosófico que no puede negar la Ciencia: todo lo que ocurre tiene una causa, la conozcamos o no, lo que no se explica por sí mismo se explica por otro.
7. Consideremos al universo como ente. Entonces, si el ajuste fino del universo no puede darse por necesidad física ni por azar, por lógica se deduce la explicación del diseño. En el universo material no existe el azar, el azar se da por la acción humana, ej. del vehículo. Todo lo que no es contradictorio, es posible, pero no tiene por qué ser probable. La Creación del universo no puede deberse a una necesidad física, porque las constantes y cantidades son totalmente independientes de las leyes de la naturaleza. ¿Se deberá entonces al azar? El azar no puede ser la causa porque las probabilidades son cifras exponenciales en su contra, a diferencia del ajuste fino, de que ocurra por casualidad, por accidente. La causa de la probabilidad es el cálculo matemático, pero no es ley de la naturaleza. Los defensores de la casualidad recurren a una hipótesis metafísica: un número infinito de ordenadas al azar, los universos indetectables, que componen un conjunto de mundos o multiverso, y en el seno de este conjunto caótico y aleatorio de universos diferentes, surgirá uno que por casualidad se encuentre ajustado finamente, y nos ha tocado ser uno de esos mundos. Esto es acientífico por el hecho de que no hay pruebas independientes de que exista un conjunto de mundos, la hipótesis se enfrenta a una objeción que la refuta: si nuestro universo fuese una parte, un simple miembro de ese conjunto infinito de mundos (recordemos el argumento matemático de la imposibilidad de la infinitud real), entonces es muchísimo más probable que el universo que deberíamos estar observando fuese un universo bastante diferente al que en realidad observamos.
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La sustancia es lo que existe en sí, el accidente es lo que existe en otro. Hay nueve clases de accidentes, uno de ellos es la cantidad. La sustancia corpórea se compone de materia y forma. La materia, bajo la cantidad, da lugar a la individuación, es decir, a la pluralidad de individuos de la misma especie. Esa pluralidad es la que cae bajo el número: siete manzanas o siete naranjas.
Nuestra inteligencia tiene la capacidad de abstraer, es decir, de separar mentalmente cosas que en la realidad van juntas. Así, si vemos cuatro manzanas rojas, podemos formar el concepto de “manzana”, el concepto de “rojo”, y el concepto de “cuatro”. Los conceptos abstractos por un lado son reales y por otro lado no lo son. “Cuatro” es un aspecto real de esas cuatro manzanas, pero es claro que no existe fuera de nuestra mente el cuatro como tal.
Sin embargo, lo más importante del concepto abstracto es real, independiente de nuestro pensamiento. En este caso, por ejemplo, que cuatro es más que dos y menos que siete.
La abstracción, por su parte, al prescindir de lo individual, prescinde también de la existencia actual, porque todo lo que existe actualmente es individual. Por eso todo concepto abstracto significa una esencia posible, entendiendo “esencia” en sentido amplio, que además de las esencias propiamente dichas, incluye los accidentes de esas esencias, entre ellos, por ejemplo, la cantidad.
El número, por tanto, es la concepción abstracta de un aspecto de las cosas reales, basado en el accidente “cantidad”, y por lo mismo que abstracta, significado como una esencia posible.
En cuanto a los entes, o dependen de nuestro pensamiento, o no. En el primer caso son entes de razón. En el segundo caso, pueden ser entes actualmente existentes, o entes puramente posibles. En ambos casos serán independientes de nuestro pensamiento, y entonces, les viene bien el nombre de entes reales.
En ese sentido, entonces, el ente matemático es real, porque es un posible que no depende de nuestro pensamiento.
No en el sentido, claro, de que sea posible la existencia del número abstracto, el cuatro, por ejemplo, como tal fuera de la mente, sino en el sentido de que es posible la existencia actual de cuatro manzanas o de cuatro naranjas, es decir, de una pluralidad de sustancias corpóreas de la misma especie cuya cantidad se mida por el número cuatro.
No solamente la pluralidad de individuos en la misma especie da lugar al número, también puede ser la pluralidad de individuos en el mismo género (cuatro animales) o la pluralidad de especies en el mismo género (cuatro especies distintas de animal).
En todos los casos se debe dar un aspecto real común de las cosas que permita la multiplicación de la unidad bajo ese aspecto común.
Todo eso es independiente de nuestra mente, porque es independiente de nuestra mente que existan sustancias corpóreas, compuestas de materia y forma, que tengan el accidente “cantidad”, que por ello se multipliquen dentro de la misma especie, y que esa multiplicidad consista en la unidad repetida un número determinado de veces.
Por eso, si por “ley natural” entendemos una relación necesaria, que por serlo, es independiente de nuestra mente, entonces las relaciones matemáticas son leyes naturales. No lo son, obviamente, si por “ley natural” entendemos solamente las leyes de la física o la química.
Por eso no vienen a cuento los argumentos sobre la imposibilidad de encontrar los números abstractos como tales en la naturaleza, o de analizarlos químicamente. No estamos hablando aquí de una posibilidad o actualidad del número en tanto que abstracto, sino de la posibilidad o actualidad del número en tanto que aspecto real de las cosas reales, actuales o posibles, en tanto que éstas tienen o pueden tener el accidente “cantidad”.
En cuanto al infinito numérico, en principio es un infinito potencial que nunca llega a ser actual como tal infinito, pues consiste solamente en la posibilidad de tener siempre un número finito mayor que cualquier número finito dado. Y ésa es una posibilidad real, no un producto de nuestra subjetividad. Es en la realidad de las cosas que siempre es posible una manzana más o una naranja más.
Sobre la objetividad de la ley de probabilidad no pienso escribir nada más mientras no tome en consideración los argumentos que he dado al respecto.
En cuanto a los problemas de Jacques Monod, le pertenecen a él, no a mí, salvo que se demuestre que los errores de Monod se siguen de lo que yo digo, que hasta ahora no ha sido el caso.
El azar de la lotería no depende solamente de nuestra falta de información. Como ya dije, el azar depende de un tipo de causalidad, la causalidad accidental. Como dice Aristóteles, es accidental que el músico pinte, porque para pintar no hace falta ser músico ni influye en nada el serlo. La causa “per se” es la que obra lo que es conforme a su naturaleza, así el pintor pinta. La causa “per accidens” obra algo que no se sigue de su naturaleza, así el músico pinta.
En la lotería lo que hay es una real causalidad accidental. Tan es así que si conociésemos todos los datos relativos al estado inicial y todas las leyes físicas pertinentes, podríamos calcular qué número va a salir sorteado, porque obviamente ello resulta de una serie de interacciones regidas por las leyes físicas.
Pero esa causalidad es accidental, porque como ya dije, esa conjunción particular de factores iniciales ni es una esencia o naturaleza ni es el efecto natural de ninguna causa.
Y no hay otro azar que ése, porque no existen los procesos sin causa, sea causa “per se” o causa “per accidens”.
En cuanto al ajuste fino del universo, si nos fijamos solamente en la altísima improbabilidad de que surja por azar, ese solo argumento nos va a permitir solamente concluir que es altísimamente probable que el tal ajuste se deba a un diseño inteligente. No se puede concluir necesariamente partiendo de puras probabilidades, por más probables que sean.
A esto se objeta que si por azar se produjesen infinitos universos, necesariamente se produciría éste en que nos encontramos, y que con ello desaparece la probabilidad del diseño inteligente.
Se podría preguntar al respecto cuál es la probabilidad de que se produzcan por azar infinitos universos. Si ya es improbable que el nuestro surja del azar, imaginemos la probabilidad de que además del nuestro haya infinitos universos más surgidos por azar.
Y no vale responder que sólo el nuestro estaría ordenado, así que la probabilidad sería en ambos casos la misma. Primero, porque entonces seguimos con la altísima improbabilidad de que nuestro universo así ordenado surja del azar. Y segundo, porque sin algún tipo de orden no hay universo posible, así que cada nuevo universo que se añada a esa producción azarosa de universos aumenta la improbabilidad de la misma.
En todo caso, siguen siendo conclusiones probables. Para demostrar en forma apodíctica que Dios existe hay que acudir a las vías basadas en el principio de causalidad, que son las que expone Santo Tomás de Aquino.
Saludos cordiales.
1. ¿Lo azaroso o "per accidens" sería propio y exclusivo del mundo material?
2. Y así como dijiste, con razón, que para Dios no hay nada azaroso, por ser Causa Primera, por su omnímoda y universal causalidad, ¿podría decirse que respecto de las leyes universales que rigen el cosmos lo azaroso sería muy reducido, ya que, en efecto, las interacciones causales (de donde resulta lo azaroso) de los entes particulares están sometidas, en general, a causalidades superiores (por ejemplo, lo que ocurre en el mundo "sublunar", en gran medida está sometido a los astros)? (Así lo azaroso sería muy relativo: relativo, en efecto, a la causa respecto de la cual es per accidens).
Gracias nuevamente.
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Me parece que se podría pensar lo accidental en el mundo angélico, dado que es posible que los actos de inteligencia y voluntad de un ángel estén en alguna relación accidental con los actos de inteligencia y voluntad de otro ángel, en la medida en que ninguno de los dos habría pretendido esa relación, lo cual no sería accidental, claro, respecto de la Causa Primera.
Por ejemplo, si Dios envía a dos ángeles a realizar algún efecto en alguna nación determinada sin que ninguno de los dos conozca la misión del otro, pero estando ambas misiones coordinadas en el plan divino. Por relación a cada uno de ellos esa colaboración va a ser accidental, no por relación a Dios.
En cuanto a la cantidad reducida de lo accidental, habría que ver, porque a su vez esas causas superiores pueden también producir efectos accidentalmente.
Saludos cordiales.
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Efectivamente. Saludos cordiales.
Ya se que con la Summa, la Biblia y algun escrito mas, no les hace falta ninguna otra fuente de "conocimiento", como parece que les cuesta aceptar que las leyes fisicas sean las que son y no otras, en cuyo caso nuestro Universo no seria o seria distinto, con vida o sin ella, con nosotros o sin nosotros, al Universo "le da lo mismo", he pensado que igual les pueden interesar.
Como todo resulta tan complejo y poco probable por azar, casi 14.000 millones de años (que, no lo olvidemos, no son un experimento en el que se hace tabula rasa y se reinicia todo desde el principio descartando cualquier resultado que no sea 100% correcto y funcional, por suerte para nosotros, el Universo y su evolucion, y la nuestra, no funcionan asi), la unica opcion posible es la intervencion sobrenatural, que esa si que, al quedar fuera del estudio de la Ciencia, sirve para justificar lo que haga falta sin necesidad de pruebas, con que cumpla con la no contradiccion y sea logicamente correcta, basta. Viene a ser algo como: si lo puedo pensar/imaginar, encaja en lo que creo y no es incorrecto logicamente, entonces existe...aunque se de de patadas con el conocimiento cientifico disponible.
Lo curioso es que no hacen el mismo ejercicio de reflexion cuando se trata del Big Bang y se les dice que no hay ninguna prueba de que antes de ese evento no hubiera "algo", que la nada no es un estado fisico que exista haya existido o pueda existir, por lo menos esto es lo que hoy podemos afirmar, y que si nunca puede haber "nada" y siempre hay "algo", no tiene sentido creer que antes del Big Bang, que lo unico que podemos decir es que el "punto" a partir del que podemos "leer" la historia de nuestro Universo, no habia "nada" ( o no habia "algo", si se entiende mejor asi) y la unica opcion es la creacion por Dios. Lo mas divertido es que los que creen eso, nos acusan a los ateos de defender que este Universo surgio de la "nada"...
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1) Es falso que no haya necesidad de pruebas de la existencia de Dios. La no contradicción asegura solamente la posibilidad, para que se pueda afirmar la existencia hace falta, o la evidencia inmediata, o demostraciones. Santo Tomás de Aquino presenta 5 pruebas de la existencia de Dios que son las famosas “cinco vías”.
2) Es falso que la afirmación de la existencia de Dios se dé de patadas con el conocimiento científico disponible (hablando de las ciencias particulares y experimentales). Dicho conocimiento ni dice ni puede decir nada a favor o en contra de la existencia de Dios. Las pruebas de la existencia de Dios pertenecen a la ciencia filosófica, como tiene que ser, dado su objeto.
3) Es falso que en este “blog” hayamos sostenido que el Big Bang demuestra el comienzo absoluto del mundo. Al contrario, sostenemos precisamente que por el hecho de que la actual expansión del universo tenga un punto inicial no se demuestra que no haya habido nada antes de ese punto inicial. Más bien se demuestra lo contrario, porque la nada no puede “explotar” ni expandirse, así que “algo” debería haber justo antes del comienzo de la expansión.
4) Es falso que sea necesario establecer el comienzo absoluto del mundo para poder probar la existencia de Dios, y que la misma sea incompatible con un mundo sin comienzo temporal. Ese es justamente el tema del opúsculo “De Aeternitate Mundi” de Santo Tomás de Aquino ya en el siglo XIII.
Saludos cordiales.
1. Conjuntos infinitos: siempre un ente más. El matemático C.F. Gauss opinaba: “Protesto contra el uso de magnitudes infinitas como si fuera algo terminado; este uso no es admisible en Matemática. El infinito es sólo una forma de hablar…”. La Matemática debe ocuparse solamente de magnitudes finitas y números finitos, el tratamiento del infinito queda sólo en el campo de la Filosofía.
2. La idea en Filosofía de un pasado infinito es insostenible. Si el universo nunca comenzó a existir, eso significa que el número de eventos pasados en la historia cósmica es infinito. Pero, la existencia de un número infinito real de cosas lleva a la autocontradicción. ¿Cuánto es infinito menos infinito?
3. Veamos el ejemplo de William Lane Craig: suponiendo un montón infinito de monedas, del que extraemos todas sus monedas pares, es decir, un montón infinito de monedas pares. ¿Cuántas quedan? Un número infinito de ellas,
el montón de monedas impares. Luego ∞ -∞ =∞. Ahora bien, si se cogen todas las monedas excepto tres ¿Cuántas monedas tendría? ¡Tres! entonces ∞ -∞ =3. Esto es un absurdo. En ambos casos cogimos un montón idéntico de monedas (un montón ilimitado) y restándoselo a otro acervo inagotable y exactamente igual obtuvimos respuestas contradictorias. Si en lugar de monedas pensásemos en segundos, entonces además de resultar insostenible este concepto en el espacio también lo sería en el tiempo. ¿Por qué? Porque es una indeterminación, podríamos restar infinito menos infinito y obtendríamos, sin problema, todos los valores numéricos comprendidos desde cero hasta infinito. Por tanto, matemáticamente
obtenemos respuestas contradictorias, lo que demuestra que no es posible en la realidad, y esto demuestra que el infinito es sólo una
idea de nuestra mente. David Hilbert escribió: “El infinito no está en ninguna parte que pueda encontrarse en la realidad, tampoco existe en la naturaleza, ni tampoco ofrece una base legítima para el pensamiento racional. El
papel que le queda al infinito para jugar es sólo el de una idea”.
4. Un infinito real no existe, porque si existiese se podría dar un retroceso infinito en el tiempo y, como ha quedado demostrado, un retroceso infinito en el tiempo no puede existir. Este es el argumento matemático que concluye firmemente en que el universo no puede ser eterno, no existe desde siempre.
5. El argumento de la física nuclear tampoco nos dice que haya una más, que la materia es eterna. El núcleo atómico sufre transformación por desintegración de unos elementos radiactivos en otros. Entonces, si la materia fuese eterna, ya no quedaría en el mundo potasio-40, ni rubidio-87, ni Uranio-235 pues ya se habrían transformado en argón-40, en estroncio-87 y en plomo-207, respectivamente. Y si hoy queda todavía en el mundo potasio y Uranio radiactivos, es porque aun no ha pasado la cantidad de tiempo suficiente, estimado en miles de años, para que
se transformen en argón y plomo. Luego el universo no puede ser eterno en el pasado, porque si lo fuera no quedaría nada de ello.
6. El argumento físico termina asegurándonos que cuando una sustancia radiactiva emite radiaciones de partículas, se transforma en una sustancia completamente nueva y con propiedades químicas diferentes, en un proceso continuo e irreversible. El que todavía queden elementos con una corta vida media, implicaría en la eternidad un retroceso intolerable. Por tanto, es imposible que el universo exista desde la eternidad.
7. La Ley de la Conservación de la energía, enuncia que la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. La energía total del universo debe entonces permanecer siempre constante. Pero, hay un proceso de degradación de la energía que se llama entropía. La entropía crece sin interrupción hasta llegar a la muerte térmica del universo. Luego si el universo debe acabar, ha debido también comenzar porque si, por el contrario, existiera desde hace una eternidad, toda la energía se hubiera transformado ya y hubiésemos llegado al fin. Sin embargo, este fin todavía no ha sucedido, luego si no ha sucedido es que el universo no puede haber existido desde siempre, no puede ser eterno. Esto implica que en la naturaleza nada se cree ni se destruya, sino que se transforme, supone su creación previa, porque el tiempo es un parámetro de la materia y la conservación del binomio materia-energía, es una ley de la naturaleza que no tiene sentido antes de la
creación del cosmos. Así pues, un defensor de la teoría del Big Bang, al menos si es ateo, debe creer que el universo surgió de la nada y por nada, ¿pero qué sentido tiene eso? Sin duda, ninguno. De la nada, nada sale, ¿entonces de dónde viene el universo?, ¿cuál es su causa? podríamos decir que según la primera Ley de la Termodinámica no existe efecto sin causa y, por tanto, debe tener una
causa que lo anteceda. Ya que ningún efecto es mayor que su causa, el universo debe de tener una causa mayor que él mismo, es decir, pueden existir tres posibilidades: (1) que el universo sea eterno, que exista desde siempre y que por siempre siga existiendo, es decir, una existencia sin más; (2) que él mismo se haya puesto en existencia; (c) que otro lo haya puesto en existencia. Y la Matemática no es con los infinitos universos paralelos o sucesivos.
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Ante todo, en el texto citado no hablo de un infinito actual, sino de un infinito potencial, que todo el mundo reconoce sin dificultad alguna: siempre se puede pensar un número finito mayor que cualquier número finito dado.
En cuanto al infinito actual, el argumento de las sumas y las restas muestra solamente que el infinito no se comporta igual que una cantidad finita, no que sea contradictorio. De siempre es sabido que infinito - 3 = infinito, y que infinito - 4 = infinito. ¿Se sigue de aquí que 3 = 4? Es claro que no. Simplemente que en el caso del infinito la adicción, sustracción, etc., tienen otras leyes.
Pensemos solamente que sin duda que Dios conoce todos los números naturales. Y eso quiere decir que en la mente divina existen actualmente infinitos números naturales.
Del hecho de que el tiempo no haya tenido comienzo no se sigue que se pueda retroceder infinitamente en el tiempo, porque no es el mismo caso: en el primer caso no hay comienzo, en el segundo sí. Es claro que no se puede alcanzar el infinito partiendo de un punto, pero eso no es lo que sucedería en un mundo sin comienzo, en el cual el tiempo viaja en una sola dirección, no olvidemos.
El argumento tomado de los elementos radiactivos supone que nuestro universo no es un “universo acordeón” con una serie infinita de Big Bangs y Big Crunchs sucesivos, porque es claro que todos esos elementos y sus transformaciones deben su existencia en todo caso al Big Bang. En cada uno de esos ciclos del acordeón esos elementos se transformarían totalmente en los otros.
Lo mismo para el argumento tomado de la entropía. En un universo “acordeón” habría una degradación entrópica completa en cada una de sus fases.
Pero además, esa ley es una ley “atea”, que supone que el universo material es un sistema cerrado que no recibe energía desde el exterior, es decir, de Dios.
En realidad, si así fuese el cosmos ni siquiera existiría ni tendría orden alguno.
El orden natural tiene una fuente externa continua, que es la Causa Primera. Por tanto, Dios puede mantener al cosmos en la existencia todo el tiempo que le parezca conveniente, sin que eso implique un milagro.
En cuanto a los ateos, muchos de ellos sostienen que el Big Bang no es realmente el comienzo absoluto del universo, así que tampoco se ven obligados a decir que éste surgió de la nada, como absurdamente sí sostienen otros tratando de taparlo con la “vibración del vacío” o cosas así, que en todo caso siempre indican la existencia de algo.
Para probar la existencia de Dios no hace falta saber si el mundo ha comenzado a existir o no, y ni siquiera hace falta hablar del mundo como tal. Un ente contingente cualquiera, por ejemplo, un alfiler, que puede existir o no existir, por eso mismo requiere una causa, porque no tiene en sí mismo la razón suficiente de su existencia. Si esa causa a su vez es contingente, requerirá de otra causa.
No se puede retroceder al infinito en esta serie de causas del alfiler, porque entonces no habría finalmente causa del alfiler, ya que toda causa que considerásemos relegaría esa responsabilidad en la causa que la ha producido a ella misma, pues la causa de la causa es causa del efecto. Por tanto, tiene que haber una causa del alfiler que a su vez no tenga causa, y por eso sea Primera. Y al no tener causa, no puede ser contingente, y es por tanto Necesaria.
Eso no tiene nada que ver con el comienzo o no del mundo, porque esa serie de causas de que hablamos no es temporalmente sucesiva, sino actualmente simultánea, ya que la causa y el efecto, formalmente tomados, son simultáneos, porque la causa sólo es formalmente causa en tanto que produce actualmente el efecto, no antes o después de producirlo.
Por eso, una cosa es la causa de que el alfiler venga a la existencia, y otra la causa de que siga existiendo, porque sigue siendo un ente contingente y sigue por tanto sin tener en sí mismo la razón de su existencia. Para el comienzo de la existencia del alfiler, entonces, y para su conservación actual en la existencia, hacen falta dos series distintas de causas actualmente subordinadas, que desembocan ambas en la misma Causa Primera Necesaria y Eterna.
Saludos cordiales.
2. Centrémonos en el universo material como ente, indicado en otro comentario, ¿cuál es la causa del universo, o es eterno sin causa alguna, o existe por causa propia del ente?
3. El universo material que observamos comenzó hace 13.810 millones de años por el Big Bang. ¿Qué había antes? La Física responde: no hubo antes. Esto es, si no hay materia no hay espacio ni tiempo, pues toda la matería es física, no estamos hablando del orden inmaterial. La materia física es todo aquello que interacciona por alguna de las 4 fuerzas universales: gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil. El gobierno de estas 4 fuerzas abarca partículas, energía, vacío físico, espacio y tiempo. Todo tuvo que comenzar a existir de golpe en el huevo cósmico con una gran explosión a altísima temperatura y densidad. Y de esto tenemos pruebas y confirmaciones científicas impecables.
4. Pruebas científicas, no ciencia-ficción: datos del satélite CoBe indican
que no hay una teoría alternativa al Big Bang sobre el origen del universo; Premio nobel de Física de 1978 a los radioastrónomos Wilson y Penzias, especialistas en microondas, por haber recogido por primera vez en la historia el eco de esa gran explosión, los restos del Big Bang; la desviación hacia el rojo en el espectro de la luz de las galaxias demuestra que el universo está en continua expansión. Si el universo está en expansión eso quiere decir que anteriormente tuvo que tener un tamaño cada vez menor, hasta llegar a tener el mismo tamaño que el de una manzana, que el de un átomo y así sucesivamente hasta llegar a la nada. De forma figurada un globo que se desinfla hasta el huevo cósmico; el universo tuvo un comienzo único porque sus expansiones no vienen seguidas de contracciones cíclicas. Las galaxias no volverán nunca a caer hacia atrás porque la velocidad de fuga es tres veces mayor que la velocidad crítica y es físicamente sin sentido el hablar de volver al pasado; está en completo desacuerdo con la segunda ley de la termodinámica. Luego el universo tuvo un único principio; confirmación dada por el LEP, uno de los mayores aceleradores de partículas del mundo; recreación de las circunstancias del Big Bang dada por el CERN; etc.
5. Si comenzó a existir el universo quiere decir que todo ello comenzó a existir de golpe y no se puede hablar ni de un espacio previo, ni de un tiempo anterior. ¿Significa esto que el universo surgió literalmente de la nada? Sí. Eso es precisamente lo que hace al Big Bang, porque absolutamente todo entró a la existencia con la gran explosión. “La venida a la existencia del universo, como se discutió en la ciencia moderna, no es solo una cuestión de imponer algún tipo de organización en un estado incoherente anterior, sino, literalmente, la venida a la existencia de todas las cosas físicas a partir de la nada.”, físico P.C. Davies. No hay vuelta de hoja: el Big Bang es el inicio para que se de la vida inteligente a partir de la nada.
6. Los principios de la Física establecen que la creación de algo, de la nada es imposible: lo que enuncia la primera Ley de la Termodinámica, que ni la energía ni la materia pueden ser creadas, ni destruidas. El universo no pudo crearse a sí mismo y es imposible que sea eterno. Entonces, sólo queda la posibilidad de que otro lo haya puesto en existencia. Si es cierto que otro lo ha llamado a la existencia, es que no necesita de espacio y tiempo para existir, ni tampoco de la materia; debe su esencia misma ser, existir y tener un poder inmensurable para poder llamar al universo en su totalidad a la existencia. Esto es complejo, pues las necesidades de un Creador no pueden ser físicas ni materiales y sólo hay dos tipos de cosas que se ajusten bien a esta descripción: o bien un objeto abstracto como los números, o bien una mente personal. Pero, los
objetos abstractos no pueden causar nada. Por tanto, se deduce que la causa del universo es una mente trascendente e inteligente.
7. El argumento originado por teólogos musulmanes, judíos y cristianos que derroca la doctrina griega filosófica de que el universo era eterno dice: todo lo que comienza a existir tiene una causa; el universo comenzó a existir; luego el universo tiene una causa. Este argumento queda reforzado por la Matemática, la Física y la Química, de modo que la materia no puede ser eterna y debe tener una causa para su existencia, causa que no puede ser abstracta sino más bien inteligente.
8. Del infinito actual y potencial: si hay infinitos números naturales, entre 1 y 2 hay infinitos números racionales y entre dos números racionales hay infinitos números irracionales. ¿Cuál es mayor el infinito de los números naturales, el ∞ * ∞ = ∞ de los números naturales por los racionales entre 1 y 2, o el infinito ∞ * ∞ * ∞ = ∞ de los números naturales por los racionales entre 1 y 2, por los irracionales entre dos racionales. Supongo que habrá que llamar por teléfono a Dios, esto es muy piadoso.
9. Dios es infinito, pero los números no, pues Él es el primero y el último del Hombre.
10. Debe entender que el alfiler ya está definido en el Big Bang, por ser el universo como es y porque Dios es eterno presente. El tiempo es para nosotros y el alfiler donde hay concatenación de causas materiales evolutivas gobernadas por las 4 fuerzas hasta llegar al Big Bang.
11. "El orden natural tiene una fuente externa continua, que es la Causa Primera. Por tanto, Dios puede mantener al cosmos en la existencia todo el tiempo que le parezca conveniente, sin que eso implique un milagro." El milagro es el Big Bang, el Sostén y la Conservación del universo material está en el acto libre de Dios de eternizarla o no con la Resurrección. Pues, el fin del universo material es un vacío frío y oscuro tal como Él lo ha creado.
12. "Pero además, esa ley es una ley “atea”, que supone que el universo material es un sistema cerrado que no recibe energía desde el exterior, es decir, de Dios. En realidad, si así fuese el cosmos ni siquiera existiría ni tendría orden alguno." Reitero, Dios no está en el tiempo, no envía energía ni ondas de radio desde el exterior. No sabemos lo que es la materia, pero sabemos que existe y tiene orden. Tampoco sabemos cómo ha creado el universo, como lo conserva y mantiene, y como lo ordena en Su Providencia. Pero, si sabemos que tiene un plan de salvación para nosotros para la eternidad y eso es lo que nos Revela. Eternidad en la que asume la materia para siempre. Dios respeta la libertad del hombre y respeta el gobierno de la materia. Los milagros se dan para darnos el ser, la existencia y el movimiento temporal y eterno.
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"¿Significa esto que el universo surgió literalmente de la nada? Sí."
Pues no. De la nada, no sale nada. Es más, la nada, conforme a su noción, ni siquiera existe. ¿Cómo podría salir algo de lo que no existe? No se puede aducir la autoridad de los científicos para probar afirmaciones sin sentido, porque antes de ser verdadera o falsa, una proposición debe significar algo coherente.
Cuando nosotros profesamos que Dios creó todo "de la nada", no estamos diciendo que sacó las cosas de la nada, sino que no utilizó ningún material para crear las cosas, que vinieron a la existencia por el solo Poder de su Voluntad Omnipotente.
Además, toda la teoría del Big Bang se reduce, como no puede ser de otro modo, al universo observable, que no tiene porqué ser lo mismo que el universo sin más, por lo que sigue siendo posible que sea la explicación del origen de una parte del universo, nada más.
Esa "parte del universo" no tiene porqué entenderse sólo espacialmente, también se puede entender temporalmente: el Big Bang sería el comienzo, no del universo, sino de una nueva fase del mismo.
Aún suponiendo que toda la materia de esta etapa actual del universo procede del Big Bang, eso no quita que haya habido una materia anterior, perteneciente a la etapa anterior del universo.
En cuanto a afirmar que antes del Big Bang no había nada, en el sentido estricto y metafísico de "nada", eso escapa al método experimental. La nada no puede ser objeto de verificación empírica. No sólo porque sería en todo caso un pasado muy remoto, sino ante todo porque la nada no existe, y al no existir, tampoco es verificable experimentalmente.
La existencia de lo que "explota" es lógicamente anterior a la explosión, y por eso, no puede ser explicada por la explosión misma. La explosión no es el comienzo de la existencia de algo, sino el comienzo de su destrucción. Y si en lugar de "explosión" hablamos de "expansión", es lo mismo. Hay que existir para expandirse, esa existencia, por tanto, no puede deberse a la expansión misma. No tiene sentido decir que algo existe porque se expande. Luego, si hay un Big Bang, alguna cosa material no debe su existencia al Big Bang y es lógicamente anterior al Big Bang mismo.
Es posible que eso que es lógicamente anterior a la expansión no sea temporalmente anterior a la misma, sino que haya sido creado por Dios en el mismo instante de la expansión, pero eso no podemos saberlo por la expansión misma, la cual solamente implica algo material lógicamente anterior a ella, sin determinar si eso material es o no temporalmente anterior a ella.
Por eso Santo Tomás enseña que el comienzo temporal del mundo no se puede demostrar racionalmente, sino que sólo lo conocemos por la fe en la Revelación divina.
Además, la conservación divina de lo creado, que es verdad de fe, no tiene que ver solamente con el comienzo del universo y su posterior glorificación sobrenatural, sino que tiene que ver con cada instante de la existencia de lo creado. Por eso mismo es contrario a la verdad filosófica y revelada el pensar el universo material como un sistema cerrado absolutamente hablando.
El mismo dogma de la Providencia divina, que implica el Gobierno divino del mundo, es contrario a la concepción del universo material como un sistema cerrado absolutamente hablando. Dios no puede gobernar el mundo sin influir de algún modo sobre él.
Saludos cordiales.
A diferencia de las religiones y sus dogmas inamovibles o de la imnutabilidad divina, la Ciencia no se conforma con dejar los interrogantes en el aire o responderlos con "razones" teologicas y metafisicas, sigue buscando el conocimiento.
Cierto que, por ahora, y como ha sucedido con otras temas antes, se trata solo de una hipotesis especulativa, pero al menos es coherente con lo que sabemos del funcionamiento de nuestro Universo y las leyes de la fisica y es matematicamente correcto, y eso ya es mucho mas de lo que se puede decir de la hipotesis de Dios, que se sostiene exclusivamente en las "razones" indicadas mas sentimientos personales y fe, mucha fe.
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Las razones metafísicas no son teológicas, sino filosóficas, es decir, dependen solamente de la razón y experiencia humanas.
No son experimentales, pero eso no quiere decir que no sean concluyentes ni que dejen nada en el aire. Las matemáticas tampoco son experimentales.
La razón de que los dogmas sean inmutables y las teorías físicas no lo sean está en sus respectivas fuentes: los dogmas se apoyan en la Palabra de Dios, que efectivamente es Inmutable, las teorías físicas se apoyan en el método experimental, que por su misma naturaleza lógica está siempre abierto a posibles correcciones.
Eso no es que esté mal, porque así es la ciencia física, como tampoco está mal que los dogmas sean inmutables, porque así es la Revelación divina.
Lo que sí es infructuoso es querer tener respuesta a las cuestiones a las que responden la filosofía o la teología por el método de la física. La física no está hecha para esas cosas. No es una ciencia filosófica, es decir, que deba pronunciarse sobre las últimas causas o razones de lo que existe.
En realidad, lo que hace errar a los cientificistas (que no es lo mismo que los científicos) es su inmoderado afán filosófico y metafísico, que los lleva a querer responder a las cuestiones últimas mediante la física.
El científico verdadero logra reprimir exitosamente, al menos, en tanto que científico particular, ese afán de últimas causas, y por eso mismo, no tiene motivo para entrar en conflicto ni con la filosofía ni con la teología.
Digo "al menos en cuanto científico particular", porque es claro que en cuanto ser humano no podrá nunca desprenderse de la necesidad de conocer los últimos porqués de las cosas, y en ese sentido, será inevitablemente filósofo.
Pero tendrá entonces la honestidad intelectual de reconocer que sus posiciones filosóficas no se derivan necesariamente de la física en el sentido que esa palabra tiene en nuestros días.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
"Las razones metafísicas no son teológicas"
No he dicho que lo sean, siempre que me refiero a ellas, las vinculo a la filosofia, en este caso escribi: "razones" teologicas y metafisicas
Es decir, de unas y de otras, no he dicho que sean lo mismo ni que sean del mismo tipo.
Que de la Fisica se deriven cuestiones filosoficas, o viceversa, no es algo discutible, es facilmente comprobable leyendo los comentarios de todos los participantes.
Que cuando la teologia o la filosofia/metafisica establecen "razones" que quieren "explicar" el origen de nuestro Universo, de la vida o aceptan lo sobrenatural, los milagros, etc..., se mete de lleno en el terreno de la Fisica, y no al reves, tambien deberia ser algo fuera de cualquier discusion. Que si ocurre eso la Fisica tiene todo el derecho a que esas "explicaciones" , que afectan a lo fisico, sean coherentes con el conocimiento de la Ciencia y no se basen solo en revelaciones, sentimientos, apariciones , textos antiguos, etc..., tampoco deberia ser objeto de discusion.
La Ciencia puede especular sobre hipotesis de trabajo, pero no se conforma con eso, ni acepta "verdades" que no necesitan pruebas, basta con pensarlas, escribirlas o nombrarlas, para que "sean", eso lo hace la religion. Si una hipotesis, por bonita, brillante, bien estructurada y logicamente impecable que sea, no supera el metodo cientifico, se descarta y no se deja que se siga teniendo en cuenta como si nada, pero añadiendole la coletilla de "misterio inescrutable".
El comodin de "Dios queda fuera del alcance de la Ciencia por que no esta ni en el tiempo ni en el espacio, es inmaterial..." lo gastaron cuando la Filosofia era la unica disciplina del saber que teniamos. Cuando la Ciencia se quito todo el lastre que eso suponia y se independizo de ella, las cosas cambiaron, menos para ustedes, que parece que siguen viviendo, intelectualmente al menos, en el siglo XIII, cuando se trata de temas cientificos.
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Hay un chiste de un policía que encuentra a un borracho buscando algo al pie de un farol que está en una esquina, de noche. Le pregunta qué busca, y el borracho le dice: Las llaves, que se me cayeron cuando quise abrir la puerta - ¿Y dónde vive Ud.? - A mitad de cuadra - ¿Y porqué busca las llaves aquí, entonces? - ¡Porque aquí hay luz!
Es decir, no se trata de aplicar un método a todo objeto posible, sino que hay que ver qué método es el apropiado para qué clase de objeto.
Es claro que el método de la física moderna es apropiado para conocer solamente los seres materiales, y de ellos, solamente ciertos aspectos.
Bueno fuese que saliese ahora la idea de una ciencia física de lo espiritual e inmaterial.
Ahora bien, es lógico que una ciencia no habla de aquello que no forma parte de su objeto, ni para afirmarlo, ni para negarlo. De aquello de lo que no puede hablar, una ciencia debe callar, pero se callan tanto afirmaciones como negaciones.
Los ojos no sirven para estimar la calidad de una obra musical y el oído no permite saber si Miguel Ángel fue o no fue un gran pintor.
Querer evaluar el techo de la Sixtina con el oído, encontrar las llaves en la esquina bajo el farol, y pronunciarse sobre la existencia de Dios y del alma humana espiritual con los medios que ofrece la física moderna, es la misma cosa.
El origen del Universo material, en su sentido radical, serio, o sea, sin presuponer nada físico antes, no es tema de la ciencia experimental. Toda teoría física presupone la existencia de alguna realidad física. De nuevo, bueno fuese que la física explicase el origen del mundo a partir de alguna realidad no física, es decir, inmaterial y espiritual. Ninguna ley puede originar el universo, porque una ley necesita un antecedente del que se derive un consecuente, y la nada no puede ser antecedente ni estado inicial de nada, porque no puede ser nada, en general.
Pero si se presupone lo físico, por eso mismo no se lo puede explicar, salvo que se quiera caer en una petición de principio.
Y eso quiere decir que tampoco se puede deducir de la física nada tocante a ese tema. Lo que no quiere decir que los humanos no intentemos hacerlo una y otra vez, por lo general sin darnos cuenta, porque como digo, somos inevitablemente filósofos.
Ser filósofo está muy bien, pero exige hacer ciertas distinciones, a saber, cuándo estamos hablando como filósofos y cuándo estamos hablando como físicos, reconociendo que la Filosofía no puede derivar sus tesis de la física experimental.
En el cientificista (que no es lo mismo que el científico, recordar), el afán filosófico en su variante inmoderada se manifiesta cuando introduce de contrabando, dándola simplemente por supuesta, una tesis filosófica que la física moderna no demuestra porque simplemente no es su tema: que sólo existe lo material.
La palabra "sólo" es una palabra terriblemente filosófica. No se puede tener experiencia de lo que no hay, ni hacer experimentos con ello. No se puede experimentar más allá de la experiencia, para poder decidir experimentalmente que no hay nada más que lo que se da en la experiencia.
Todo discurso acerca de lo que hay o no hay o puede haber o no puede haber más allá de lo empírico, es concepto, metafísica, filosofía, o sea, algo muy excelente, cuando se hace como se debe.
Quiero decir, por tanto, que el materialismo es una metafísica. Mala, obvio.
Ni la Filosofía se conforma con que algo no sea contradictorio y sea coherente para decir que existe, ni la Religión carece de pruebas, pruebas filosóficas de la existencia de Dios, y pruebas históricas de la Revelación divina, que son los milagros. Los cuales, ante todo, son hechos suficientemente atestiguados que caen fuera del orden natural.
En la Edad Media la Filosofía no era la única disciplina de que se disponía, incluso dejando fuera la Teología sobrenatural. Existía la astronomía en su forma ptolemaica, que permitía, dicen, predecir los eclipses. Y Santo Tomás, a pesar de que acepta ese sistema, observa con mucha finura que las hipótesis de los astrónomos no son, como las conclusiones filosóficas, algo que se derive necesariamente de la experiencia, pues varias de ellas pueden dar razón de los mismos fenómenos, cosa que quedó espectacularmente confirmada con Copérnico y Galileo.
Lo que motivó la ruptura del catolicismo con la modernidad no fue la ciencia física, sino todo el conflicto filosófico y teológico, con aspectos también sociales, políticos y económicos, que culminó con el cisma de Lutero y sus consecuencias.
Saludos cordiales.
Ahi le doy la razon, igual me tenia que haber remontado a la Grecia de Aristoteles para ser mas preciso.
"ni la Religión carece de pruebas, pruebas filosóficas de la existencia de Dios, y pruebas históricas de la Revelación divina, que son los milagros."
Creo que no me ha entendido. Eso no son pruebas, o lo son tanto como que a la hipotesis del universo gemelo se la quiera dar "razon" y "veracidad" en base a revelaciones personales o por aparecer referencias a ello en una tablilla de arcilla de hace 3000 años.
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Aristóteles tomó su modelo geocéntrico de Eudoxo, que fue el fundador de la astronomía basada en las matemáticas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Eudoxo_de_Cnido
No se puede decir que en tiempos de Aristóteles lo único que había era la Filosofía, cuando la actitud científica, tal como se la ha conocido siempre, surge justamente con los griegos.
Como cada ciencia tiene su método propio, también tiene su propia forma de probar. No es lo mismo la prueba en matemáticas que en física o en biología. Los milagros son pruebas porque son razones suficientes para aceptar la fe en vez de rechazarla.
Saludos cordiales.
Si le he entendido bien, quiere decir que, para usted, un milagro es prueba de si mismo solo por su definicion, y eso le sirve como razon para aceptar la fe que le dice que los milagros existen. Mas o menos vendria a ser eso ¿no?
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Obviamente que no. Lo que digo ese que si un hecho suficientemente atestiguado, o del que soy testigo ocular, cae claramente fuera de las leyes naturales, y es hecho para probar la misión divina de alguien que se presenta como enviado de Dios, entonces es razón suficiente para creer en la misión de esa persona. Es lo que Nicodemo le dice Jesús en el Evangelio de San Juan: "Sabemos que has venido de parte de Dios como Maestro, porque nadie puede hacer las cosas que tú haces, si Dios no está con él."
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Pues sigo prefiriendo la "especulacion" cientifica, su forma de probar y sus respuestas y explicaciones a las que tiene la religion, la verdad, que no es mas que un ir moviendo la porteria cada vez que la Ciencia da una explicacion a lo que antes quedaba dentro del misterio divino. Me dira que todo esta dentro del misterio divino, pero eso tampoco me sirve, tapar un interrogante poniendo delante otro mas grande, no es responder ni explicar nada.
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Ya le dije que eso es como preferir el oído a la vista. No tiene sentido. Insiste en poner en el mismo plano cosas que pertenecen a planos diferentes. Precisamente por eso la fe no tiene que ir moviendo portería alguna, porque su partido se juega en otra cancha.
Basta pasar revista a los principales resultados científicos de todos los tiempos, y ver que no dicen nada sobre los temas que interesan a la fe religiosa.
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"No se puede decir que en tiempos de Aristóteles lo único que había era la Filosofía,"
Lo que si se puede decir es que los conceptos de ciencia y cientifico, no existian tal y como se entienden desde finales de la edad moderna y en nuestros dias.
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Más bien hay que decir que el concepto de "ciencia" surgió con los griegos y que las ciencias modernas son una nueva variante del mismo.
Saludos cordiales.
Como sabe si caen o no dentro de las leyes naturales sin la Ciencia, que es la que descubre y describe dichas leyes. ¿Cuantas veces en la historia se ha considerado sobrenatural e inexplicable, lo que mas adelante ha sido explicado por la Ciencia y ha quedado perfectamente dentro de la natural. Al final los testimonios personales, valen, y con reservas, cuando tratamos con fenomenos ordinarios, para los extraordinarios se requieren pruebas igualmente extraodinarias, no actos de fe.
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Es que en el caso de la resurrección de un muerto, por ejemplo, no es que no tengamos todavía la explicación natural, es que sabemos que no tiene explicación natural, porque sabemos que lo natural es que los muertos muertos quedan.
No hace falta conocer todas las leyes naturales para saber que algunas cosas son naturalmente imposibles. Para saber que hubo un milagro alcanza con conocer unas pocas y ver que algo sucede fuera de ellas. La naturaleza no puede ir en contra de sus propias leyes.
No es el caso en el que vemos el eclipse y pensamos que un dios le comió el ojo al otro, porque en ese caso no partimos de la evidencia previa de que los eclipses son imposibles, o de que es imposible que la Luna se interponga entre la Tierra y el Sol.
Por otra parte, la ciencia sin duda que es la única que conoce científicamente las leyes naturales, pero no es la única que conoce las leyes naturales. Todo ser humano normal conoce algunas leyes naturales, aunque no sea un científico.
Y por tanto, a todo ser humano normal le puede pasar que sea testigo de un evento que está por fuera de alguna ley natural.
Los que estaban en las bodas de Caná vieron que las tinajas, que estaban previamente vacías, se llenaban de agua, y al instante se pudo sacar vino de ellas. Ninguno de ellos, seguramente, tenía un doctorado en química ni nada parecido, y es claro que no hacía falta.
No tiene sentido esperar a que la ciencia dilucide si el agua puede volverse instantáneamente vino a voluntad de alguno de los invitados o no.
Y el que ve que las tinajas se llenaron de agua y se sacó vino de ellas a los pocos minutos ¿qué otra prueba extraordinaria requiere? Lo extraordinario es justamente aquello que ha visto.
Se puede decir que el que ve salir vino de las tinajas que hace algunos instantes se llenaron de agua debe ponerse a investigar si no hubo algún truco de por medio. Supongamos que lo hace y que no encuentra ningún truco, más aún, no ve por dónde podría haberse introducido alguno. Siempre puede decir que de todos modos es posible que haya truco. Pero entonces, ninguna evidencia, por extraordinaria que sea, lo va a sacar de esa duda. En vez de decir que los hechos extraordinarios requieren evidencias extraordinarias, debería decir que no admiten evidencia alguna.
Por eso en teología se dice que el milagro produce certeza moral, y ésta es la que excluye toda duda razonable.
Dice Billuart:
“…por el hecho de que en el juicio testigos creíbles o idóneos afirmen algo, se tiene evidencia, no de que las cosas son así, pues pueden mentir, sino de que esas cosas son creíbles y afirmables sin temor razonable de que sean falsas.”
Y también (traducción aproximada):
“Nada es “cientificable” sin evidencia científica, ni probable sin evidencia de su probabilidad, ni creíble sin evidencia de su credibilidad.”
No se trata por tanto de la evidencia de las cosas mismas, porque entonces no sería conocimiento por fe, sino por ciencia, sino de la evidencia de la credibilidad del testimonio acerca de ellas, por la que se ve que dudar del mismo no sería razonable. El testimonio nunca produce ciencia, sino siempre, si se lo acepta, fe. Ésta es la función de los testigos en los juicios.
Y el que recibe el testimonio del que lo ha visto ¿qué es lo que necesita? Simplemente las garantías normales de cualquier testimonio ocular. Y es que otras no puede darle el testigo, lo único que puede hacer es contar lo que vio. Eso es ser testigo, y eso es el conocimiento por testimonio.
Pedir en este caso pruebas extraordinarias es hacer imposible de entrada el testimonio de los testigos oculares.
Lo que pide Hume, que es algo así como que el milagro tenga lugar en público ante una multitud de científicos, con controles de todo tipo, también podría de todos modos ser objeto de una duda no razonable. Los colegas de Houdini hacen cosas realmente asombrosas. Pero entonces habría que prescindir de los testigos en general. Si nos pueden convencer falsamente de que el agua se convierte en vino, mucho más de que el vecino de al lado mató a su mujer. Y puede pasar, pero hay casos en que esa duda no sería razonable.
En vez de decir "estas cosas no suceden, por tanto el testimonio es insuficiente", lo lógico es decir "este testimonio tiene lo que hace falta para aceptar un testimonio cualquiera, por tanto, es creíble que esto ha sucedido y dudar de que haya sucedido no sería razonable".
Saludos cordiales.
Esa es la cuestion. Como dice usted en el parrafo anterior:
"Todo ser humano normal conoce algunas leyes naturales, aunque no sea un científico."
Ergo, sin ciencia no podriamos saber mas que lo que no parece evidente, que no significa que sea cierto o que nuestra interpretacion sea la correcta.
"No tiene sentido esperar a que la ciencia dilucide si el agua puede volverse instantáneamente vino a voluntad de alguno de los invitados o no. "
Tiene todo el sentido; si el proceso se puede "seguir" quimicamente, se podra averiguar que fue lo que lo provoco. Si no, entonces abrimos la puerta a lo magico, a lo sobrenatural que esta en la antipodas de la Ciencia. Al final lo que actua sobre la materia y la energia para modificarlas, tiene que ser algo medible y con una energia dentro de unos valores que "sirvan" para hacer esa modificacion. Si es demasiado pequeña para que la detectemos, no podria actuar a nivel macroscopico. Ninguna de las cuatro fuerzas funadmentales tiene las "cualidades" que harian falta para "hacer milagros" y menos de forma indetectable en nuestros dias. Si usted me quiere decir que se trata de otra cosa, vale, pero volvemos otra vez a la magia y a lo sobrenatural, cosas de las que, le recuerdo otra vez, no hay pruebas, los siento pero los testigos no valen en estos casos.Los magos (los de espectaculo) han demostrado ser capaces de engañar a cientificos en su propio terreno, como demostro en varias ocasiones el desparecido James Randi, asi que imagine con los "humanos normales".
"“…por el hecho de que en el juicio testigos creíbles o idóneos afirmen algo, se tiene evidencia, no de que las cosas son así, pues pueden mentir, sino de que esas cosas son creíbles y afirmables sin temor razonable de que sean falsas.”
Eso es una peticion de principio en toda regla. De lo que se tiene evidencia es de lo que afirman, nada mas. Aun en el supuesto de que no mientan, al menos cosncientemente, no puede darse por creible, afirmable y no falso, lo que va en contra del conocimiento cientifico consensuado y, sobre todo, contra las leyes fisicas.
"Pedir en este caso pruebas extraordinarias es hacer imposible de entrada el testimonio de los testigos oculares."
Si me permite un consejo, busque un tiempo entre sus lecturas filosoficas y teologicas, para informarse sobre psicologia y neurociencias. Para saber como funciona nuestra memoria -como se forman los recuerdos, como se recuperan- y como funciona nuestra mente. Descubrira lo poco fiables que pueden ser los testigos, incluidos los oculares, por distintos motivos, que no tiene que ver con el engaño.
Nuestro sentidos, vista incluida, distan mucho de ser perfectos, si a ello añadimos que evolutivamente somos bastante buenos buscando patrones, a veces hasta los encontramos donde no los hay, y que ante lo que desconocemos acostumbramos a rellenar huecos con lo que si conocemos, intentando hacer que las piezas encajen. Vera que los testimonios no son, ni de lejos, algo que se pueda aceptar sin mas como prueba, salvo que usted sea de los que dan credito a lo que usted ya cree de antemano.
Al final, la Ciencia y la aplicacion de principio de parsimonia suelen dar buenos resultados para separar la paja del trigo. Historicamente hay multitud de temas que han pasado de lo sobrenatural a lo natural gracias al conocimiento cientifico, lo contrario no se ha dado. La Ciencia ha aportado conocimiento que ha cambiado razones de la creencia religiosa, no viceversa.
Saludos.
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Si entiendo bien, Ud. niega que los seres humanos que no son científicos puedan conocer con verdad y certeza alguna ley natural, y niega que el testimonio de otras personas pueda ser fuente de certeza moral legítima, es decir, de aquella certeza que excluye el temor razonable de errar.
Respecto de lo primero, resulta entonces que cuando nosotros decimos que los muertos no resucitan naturalmente, a lo mejor estamos sujetos a apariencias erróneas, e igualmente cuando decimos que el agua, en lo natural, no se transforma instantáneamente en vino a voluntad de alguien, etc.
Eso es, claro, totalmente absurdo. Es obvio, por tanto, que por el solo hecho de ser seres humanos normales conocemos con certeza y verdad algunas leyes naturales y por tanto, también, algunas imposibilidades naturales.
Respecto de lo segundo, hay que prender fuego a todas las películas de Hollywood con juzgados y juicios en los que es decisiva la declaración de los testigos, y peor aún, anular todas las resoluciones judiciales hechas alguna vez en la historia humana sobre la base de declaraciones de testigos.
Igualmente absurdo. Es claro que el testimonio de otros, provisto que se den determinadas circunstancias, es fuente de certeza moral, o sea, aquella que alcanza para desechar todo temor razonable de equivocarse.
A no ser que lo que Ud. niega sea solamente que los testigos puedan darnos una certeza no moral sino metafísica, es decir, aquella que excluye también el temor irracional de equivocarse.
Como si para poder aceptar un testimonio hiciese falta que la mera idea de que ese testimonio fuese falso resultase contradictoria.
Pero yo no he defendido nunca eso. Para hacer un juicio de credibilidad sobre un testimonio alcanza la certeza moral, es decir, aquella que excluye solamente el temor razonable de equivocarse.
Si estoy entre la multitud que ve salir a Lázaro del sepulcro luego de cuatro días de sepultura al cabo de los cuales ya olía mal, como dice el Evangelio, puedo si quiero ponerme a buscar los cables y resortes ocultos de Houdini and Co., pero no es razonable. Sobre todo si después de que no encuentro nada de ese tipo sigo diciendo que por ahí debe estar.
En ese caso, mi único argumento sólo puede ser: "Estas cosas son imposibles, por tanto, aquí debe haber algún truco". Si se me pregunta porqué son imposibles, la única respuesta sólo puede ser: "Porque nunca sucede nada por fuera de las leyes naturales".
Y si se me responde que, ejem, justamente eso es lo que acabo de ver, un muerto volviendo a la vida, y respondo que no puedo haber visto eso, porque nunca sucede nada por fuera de las leyes naturales, es claro que el que está en un círculo vicioso soy yo: no pueden presenciarse hechos sobrenaturales, porque son imposibles, porque nunca sucede nada por fuera de las leyes naturales, porque no pueden presenciarse hechos sobrenaturales.
Saludos cordiales.
Las peliculas son eso, peliculas, fantasia, eso lo tienen en comun con las religiones. Pero, en cualquier caso, lo que se juzga en los juzgados, sean reales o de cine, son hechos ordinarios, no extraordinarios. Pero ni siquiera en estos casos los testimonios se han mostrado siempre validos. Sea por mentir conscientemente o de forma inconsciente, por errores sensoriales, por confusion u olvido que se quieren enmendar generando falsos recuerdos que cuadren con lo que queremos transmitir o con lo que los demas esperan oir. Nuestra mente es muy compleja y da para lo mejor y para lo peor, aunque no siempre se haga con consciencia.
"Si estoy entre la multitud que ve salir a Lázaro del sepulcro luego de cuatro días de sepultura al cabo de los cuales ya olía mal, como dice el Evangelio, puedo si quiero ponerme a buscar los cables y resortes ocultos de Houdini and Co., pero no es razonable. Sobre todo si después de que no encuentro nada de ese tipo sigo diciendo que por ahí debe estar."
La cosa, Nestor, es que ni ha visto usted a Lazaro, ni lo tiene, ni puede verificar nada sobre su resurreccion, se lo cree por que lo quiere creer y punto. Antes de descartar lo natural y abrazar lo sobrenatural , habria que tomarse un tiempo para verificar e investigar los hechos objetivos, no quedarse con las declaraciones que dicen lo que queremos oir.
Y tiene razon, desde el momento en que la Ciencia comprobo que la muerte es un suceso irreversible entre los humanos, no hablo de la catalepsia u otras patalogias, ni de las ECM, hablo de la muerte real, esa de la que nadie ha vuelto nunca con pruebas irrefutables, no testimonios o escritos biblicos. Asi que ante esa evidencia, lo unico razonable es pensar que algo no es como lo interpretamos. Oler mal, muy mal, no es un sintoma de muerte, por si mismo, puede ser sintoma de una enfermedad.
"porque nunca sucede nada por fuera de las leyes naturales,"
Obviamente, mientras las "pruebas" sean las que son, esa es la unica conclusion logica, razonable e intelectualmente honesta.
Saludos.
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Tratemos de resumir la controversia:
“Lo que cae fuera de las leyes naturales no ocurre. Pero el milagro cae fuera de las leyes naturales. Ergo.”
Respuesta: Distingo la Mayor: No ocurre naturalmente: Concedo. No ocurre sobrenaturalmente: Niego. Distingo igualmente la Conclusión.
En efecto, no decimos que el milagro sea producto de causas naturales, ni que ocurra según las leyes naturales, sino que se debe al poder de Dios Omnipotente.
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“De todos modos no podría afirmarse razonablemente la existencia de un hecho milagroso, porque una afirmación extraordinaria requiere una evidencia extraordinaria. Pero la afirmación de un milagro es una afirmación extraordinaria. Ergo.”
Respuesta: Y esa evidencia extraordinaria puede tenerse en algunos casos: Concedo. No puede tenerse nunca: Niego.
Se objeta: Esa evidencia no puede tenerse nunca, porque cualquier explicación natural, por fantástica e improbable que sea, supuesto que no sea contradictoria, es más probable que una intervención divina sobrenatural.”
Respuesta: Distingo: Cualquier explicación natural, por fantástica e improbable que sea, es más probable que la explicación sobrenatural, si las circunstancias no hacen más probable a esta última: Concedo. Si la hacen más probable: Niego.
Por ejemplo, se objeta: “Oler mal puede ser solamente signo de enfermedad, no de muerte”.
Respuesta: Aisladamente considerado: Concedo. En unión con el hecho de que hace cuatro días que la persona fue dada por muerta por sus familiares del modo normal en que se certifica la muerte de alguien, siguiéndose todo el proceso que lleva hasta la sepultura: Subdistingo: Es todavía posible que el mal olor sea solamente signo de enfermedad, por lo que en este caso la persona habría sido enterrada por equivocación: Concedo. Es tan probable como la otra alternativa que dice que el mal olor es signo y consecuencia de que la persona está muerta: Niego. Esta otra alternativa es mucho más probable, en esas circunstancias.
Y en esas mismas circunstancias, si negamos la explicación sobrenatural, y tenemos que esta persona ha despertado justo en el momento en que alguien que se presenta como enviado de Dios la llama a salir del sepulcro, ello es más improbable todavía.
Y si tenemos en cuenta que análoga explicación igualmente improbable habría que dar de todos los milagros de Jesucristo en los Evangelios, ello se vuelve más improbable todavía.
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Se objeta: "De todos modos se debe abrazar esta explicación natural altísimamente improbable, porque los milagros son imposibles."
Respuesta: Naturalmente imposibles: Concedo. Sobrenaturalmente imposibles: Niego.
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Se objeta: “De todos modos, sólo podríamos saber de la existencia de un milagro, normalmente hablando, por el testimonio de otras personas. Pero el testimonio no es fiable, porque puede resultar falso aunque parezca veraz.”
Respuesta: Con ese argumento habría que eliminar el sistema judicial, lo que es absurdo. La posibilidad de que los testimonios sean falsos deja subsistir solamente el temor no razonable de equivocarse.
Se objeta: “En el caso del milagro habría que eliminar también el temor no razonable de errar”
Se responde: Eso es absurdo, el temor no razonable se elimina por sí solo, porque no es razonable.
Se objeta: “En el caso del milagro el temor de errar sería siempre razonable, porque cualquier explicación natural, por fantástica e improbable que sea, supuesto que no sea contradictoria, es más probable que una intervención divina sobrenatural.”
Respuesta: Ver arriba.
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Se objeta: “Lo que tiene probabilidad cero es imposible. Y lo que no ha sucedido nunca en el pasado, tiene probabilidad cero. Pero el milagro no ha sucedido nunca en el pasado. Ergo.”
Respuesta: Pido demostración de la premisa que dice que el milagro no ha sucedido nunca en el pasado.
El objetante quiere probarlo así: “No podemos afirmar como sucedido aquello de lo que no tenemos evidencia suficiente. Pero no podemos tener evidencia suficiente de que algo milagroso haya sucedido en el pasado, porque cualquier explicación natural, por fantástica e improbable que sea, supuesto que no sea contradictoria, es más probable que una intervención divina sobrenatural.”
Respuesta: Ver arriba.
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Se objeta: “Lo que es naturalmente imposible, es imposible sin más, porque lo sobrenatural no es posible”.
Respuesta: Pido demostración de la última afirmación.
Se la intenta probar así: “Lo que es naturalmente imposible es también sobrenaturalmente imposible:”
Respuesta: Evidentemente, lo segundo no se sigue de lo primero.
Saludos cordiales.
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