Santo Tomás en el teatro
En este día de Santo Tomás de Aquino hubiésemos querido publicar un fragmento traducido del auto sacramental “La gloria de Tomás de Aquino”, de Henri Gheon, pero no lo hemos encontrado en Internet, así que optamos por presentar la introducción que hace Leonardo Castellani, alias “Jerónimo del Rey”, a su versión castellana de la misma obra.
Son muchos genios juntos: Santo Tomás, Gheon, Castellani, y el mismo Maritain que según dice aquí Castellani fue el asesor de Gheon, y que no deslizó en esta obra, por lo que se puede ver leyéndola, ninguna de esas tesis particulares suyas que se apartan lamentablemente de la auténtica doctrina tomista.
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LA GLORIA DE TOMÁS DE AQUINO
PREFACIO
(1944)
“EMPEZADA esta versión con miras a una representación escolar, los traductores se persuadieron luego que su publicación era conveniente y que su lectura misma podía ser muy útil en el círculo, cada vez más vasto en la Argentina, de personas interesadas en la Filosofía. Pocas Introducciones a la Filosofía y vulgarizaciones tomistas tienen su valor de penetración y síntesis unida a su amenidad. Con frecuencia encuentra el que la profesa personas cultas que le preguntan qué libro podrían leer para introducirse en la filosofía. Engañados por lo corriente de sus términos (y también por la cantidad de mistificadores y charlatanes que los manosean) y atraídos por la magnitud de sus problemas, no reparan en que su pregunta tiene la ingenuidad de un profano que preguntara a un especialista cómo podría introducirse en el cálculo infinitesimal. La respuesta impertinente y rápida, sería decirles: “Nadie se puede introducir en ella que no esté ya dentro de ella”: muy socrática por cierto. La respuesta cortés pero desesperante, sería remitirlos a un artículo de Francisco Romero, Las vías de la iniciación, una de las cosas más lindas y sólidas que ha escrito el cultísimo profesor argentino. Pero, en fin, inspiran simpatía, son abogados o médicos inteligentes a quienes el Liceo argentino ha hecho el cuento del tío de hacerles aprender de memoria, durante dos años, manuales horripilantes de imposible digestión para las circunstancias mentales de un alumno nuestro de quinto año; y en la Facultad, les han tomado examen de ingreso y después les han enseñado una especie de pequeño laberinto con el nombre de Filosofía del Derecho, para lanzarlos, finalmente, con la pretensión de que conocen la filosofía sin haber practicado ninguna técnica filosófica (ni la del silogismo) en toda su vida. Un día llegan a madurez intelectual, caen del burro, y se dan cuenta que filosofía no saben, cuando tendrían el derecho y hasta el deber de saberla. La simpatía hacia ellos le inspira a uno vagos sentimientos ineficaces de escribir un libro (uno más) y propósitos eficaces de hacer algunas buenas traducciones, entre las cuales la presente, que esperamos no sea mala. Los materiales de la obrita de Gheon son de primer orden, como que fueron ad hoc suministrados al artista por Jaime Maritain. Gheon es un escritor distinguidísimo, pensador sólido, poeta inspirado, y que se recomienda por la rara prez de haber puesto su talento al servicio de las causas más puras y de haber trabajado continuamente los temas más difíciles y nobles. Es uno de los más finos hagiógrafos contemporáneos. Malgrado sus apariencias inocentes y populares, que son una de las reglas del género, este estudio alegórico de la personalidad filosófica de Santo Tomás proyectada sobre la confusión del mundo moderno, está perfectamente logrado y constituye una cifra felicísima de ideas, a veces muy difíciles en su envoltura técnica. Su exposición bufa de los mitos filosóficos modernos, no representa, cierto, una befa irreverente de los complicados sistemas de donde ellos fueron recortados en muletillas o comodines, lo cual está indicado suficientemente por Gheon al personificarlos en monstruos y ponerlos bajo el control del diablo, el espíritu de las ideas muertas y de todo lugar vacío. Su burla de la pedantería, de la cultura a medias y del saber -que-no-salva, no toca más la verdadera filosofía que la enérgica prevención de San Pablo a los colosenses sobre los charlatanes de su época y de todas las épocas, “decipientes per philosophiam et vanas falacias”. Para hacerlo más útil a nuestra patria, los traductores han tenido que tomarse con el texto la libertad absolutamente necesaria en el caso de todo texto poético, conforme al ejemplo del primer traductor de la Hispanidad, Fray Luis de León, patrono de este oficio de lengua tan delicado y de tan alta responsabilidad y actualmente entre nosotros tan pisoteado. Para traducir bien un poema bueno, hay que hacer otro poema propio y bueno, con el contenido mismo del original, que se supone el traductor lo tiene en su alma, y con los recursos artísticos peculiares a la lengua natal, que son diferentes en cada lengua. Así, por ejemplo, los dos largos monólogos de la Segunda Jornada, en que Santo Tomás expone su resumen de la filosofía aristotélica y su plan de la Summa Theologica, resultaban, sin duda, en su traducción literal, bastante opacos y demasiado técnicos (natural en un autor que no profesa la filosofía ni la teología), por lo cual han sido sustituidos por otros dos análogos en versículos clodelianos, que expresan exactamente el mismo contenido en forma, creemos, más aireada. “Y el que quisiere desto ser Fiscal, pruebe primero qué cosa es traducir poesías elegantes de una lengua extraña a la suya sin añadir ni quitar sentencia, y con guardar cuanto es posible las figuras del original y su donaire y hacer que hablen en castellano y no como extranjeras y advenedizas sino como nacidas en él y naturales…” “No digo que lo he hecho yo; mas helo pretendido hacer, y así lo confieso.”
JERÓNIMO DEL REY.
JORGE MEJÍA.”
4 comentarios
llamado "Doctor Angélico", autor de la Suma Teológica, obra insigne de teología , considerado patrón de las escuelas católicas y de la educación, siendo su devoción por la Virgen María tan grande, que en el margen de sus cuadernos, escribía: "Dios te salve María."
/ Oramos, a fin de tener presente, que ,según el : " aprendió más arrodillándose, delante del crucifijo, que en la lectura de los libros" y su secretario Reginaldo ,afirmaba :" que la admirable ciencia de Santo Tomás, provenía más de sus oraciones, que de su ingenio" . al punto que sus compañeros de ese tiempo comentaban: "La ciencia de Tomás, es muy grande, pero, su piedad es más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en la Misa, después de la elevación, parece, que estuviera en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de resplandores de vez en cuando, mientras celebra la Eucaristía" habiendo escrito por encargo Papal los himnos para la Fiesta Corpus Christi del Pangelingua y el Tantumergo y varios otros cantos Eucarísticos .
/ Impetramos , para no olvidar, que Jesús en una visión le dijo : "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?", respondiéndole : "Señor: lo único que yo quiero, es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más" y pocos meses, antes de morir en una de las innumerables visiones con las que fue agraciado , acerca de lo sobrenatural y celestial, desde entonces dejó de escribir. Preguntado por el Hermano Reginaldo ¿acerca de la causa por la cual, ya no escribía más?, exclamó: "Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito, es muy poca cosa".
Me agradó mucho saber que uno de los dominicos representados en la iglesia parroquial era él, y desde entonces cuando paso saludo al Doctor Angélico. ¡Qué falta nos está haciendo y cuánto le debemos los que fuimos educados en el tomismo!
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Sin duda, es una gran bendición haber podido estudiar al Aquinate. Hay que leer nomás lo que cuenta Raissa Maritain acerca de su primer contacto con la obra de Santo Tomás.
Estoy leyendo "La luz apacible" (The quiet light) de Louis de Wohl, que es una novela cuyo personaje central es Santo Tomás, una especie de biografía novelada. Muy interesante. A lo mejor ya la has leído, por las dudas dejo el "link".
https://drive.google.com/file/d/1nv5ZZO9MUtrjRAG6h6GJtuAnMfLODuHd/view?usp=sharing
Saludos cordiales.
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Chesterton era tomista de nacimiento!
Saludos cordiales.
Gracias por este excelente artículo.
Mi más cordial saludo
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Hola, Mario, cómo está, un gusto leerlo ! :) Muchas gracias y saludos cordiales a Enrique y a toda la gente de E-Aquinas.
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