Confusión sobre el aborto

Pro-VidaLo que sigue son unas breves reflexiones sobre las recientes declaraciones de Mons. Agrelo acerca del aborto.

Tras decir que no todos los abortos son inmorales, ha reaccionado, dicen, contra las consiguientes críticas, con este texto:

La palabra es la misma para todos: «aborto». Pero en cada uno evoca mundos diversos.

En algunos el aborto evoca sólo un pecado horrible, un crimen, una crueldad… y para quien aborta sólo cabe la declaración de culpable de un pecado horrible, de un crimen, de una crueldad.

Esas personas creen firmemente que no hay más mundo que el que ellas ven a través de la mirilla instalada en su tomo de normas morales. ¡Escaso mirador para un mundo que va mucho más allá de la propia escalera!

Esos observadores del mundo a través de su angosta mirilla moral, nada saben de las madres que perdían a sus hijos porque durante el embarazo habían de hacer los mismos trabajos y llevar las mismas cargas que en los días de su ingravidez.

Esos observadores del mundo a través de su ojo inmoral, nada saben de cuidados y preocupaciones, de miedos y angustias por la criatura que se puede perder, no digamos ya por la criatura que de hecho se pierde, y que, sin nombre y sin abrazos, la piedad ha de devolver a la tierra.

Esos observadores del mundo a través de un ojo sucio, nada saben de las heridas que un aborto provocado puede dejar abiertas para siempre en la carne de una mujer o de un hombre.

Cuando esos observadores, para satisfacción de su vanidad moral creen haber sorprendido a alguien en flagrante delito de aborto, recuerdan la condena establecida para el delincuente en el tomo moral a través del cual se obstinan en no ver el mundo, y se lo llevan a Jesús.

Ni entonces ni ahora interesa “la pecadora”. Sólo interesa desautorizar a Jesús: O traiciona su misericordia, o queda a la vista de todos que es un traidor a la ley.

La palabra continúa siendo la misma para todos: «aborto».

Para los de la mirilla angosta, el mundo evocado es sólo un infierno frío, gélido, oscuro, ajeno a la vida… sólo un infierno.

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Pro-Vida2

Da la impresión, entonces, de que, según Mons. Agrelo, los que sostenemos que el aborto provocado es un acto intrínsecamente malo, y más aún, un “crimen abominable”, como dijo San Juan Pablo II (¿el de la “mirilla angosta”?) no sabemos distinguir entre el aborto provocado y el aborto espontáneo.

En efecto, vuelvo a copiar:

Esos observadores del mundo a través de su angosta mirilla moral, nada saben de las madres que perdían a sus hijos porque durante el embarazo habían de hacer los mismos trabajos y llevar las mismas cargas que en los días de su ingravidez.

Esos observadores del mundo a través de su ojo inmoral, nada saben de cuidados y preocupaciones, de miedos y angustias por la criatura que se puede perder, no digamos ya por la criatura que de hecho se pierde, y que, sin nombre y sin abrazos, la piedad ha de devolver a la tierra.

¿Acaso las leyes que despenalizan el aborto, a las cuales nos oponemos con toda el alma gracias a Dios, son leyes que van contra la penalización del aborto espontáneo?

En realidad, estamos seguros de que nuestro rechazo se dirige solamente al aborto provocado y su despenalización o legalización, y hasta tenemos la convicción de que sabemos la diferencia entre el aborto espontáneo y el aborto provocado.

El siguiente párrafo de Mons. Agrelo se acerca un poco más a la realidad, pues ahí habla del aborto provocado, que obviamente es el único tema en discusión:

Esos observadores del mundo a través de un ojo sucio, nada saben de las heridas que un aborto provocado puede dejar abiertas para siempre en la carne de una mujer o de un hombre.

Por el contrario, uno de los argumentos del movimiento pro-vida contra la legalización del aborto ha sido justamente el “síndrome post-aborto”, es decir, la gran cantidad de muy graves secuelas que deja en la mujer (y proporcionalmente, en el hombre que es culpable también) el aborto provocado.

Es más, más bien han sido los “progresistas” los que han tratado de negar la realidad de dicho “síndrome post-aborto”, para minimizar la gravedad del “aborto legal” al que no quieren oponerse o incluso favorecen.

Pero Mons. Agrelo continúa:

Cuando esos observadores, para satisfacción de su vanidad moral creen haber sorprendido a alguien en flagrante delito de aborto, recuerdan la condena establecida para el delincuente en el tomo moral a través del cual se obstinan en no ver el mundo, y se lo llevan a Jesús.

Bueno, sí, hay que reconocer que la vanidad moral es siempre un riesgo, cuando uno piensa que forma parte del grupo de aquellos que se atreven a defender la vida del inocente no nacido en medio de la cobardía y la complicidad muy extendidas entre tantos, fuera y dentro de la Iglesia, ante un enemigo poderoso y lleno de dólares.

En cuanto a lo que tal vez nos impida ver el mundo, es probable que sea la inmensa montaña de fetos humanos abortados sobre la que está construida nuestra civilización actual, que hasta los usan para hacer vacunas, cosméticos o refrescos.

Esperamos con todo que Mons. Agrelo esté entre los primeros que alcen la voz en profética protesta cuando los mismos argumentos que él usa ahora se quieran usar para justificar, despenalizar y legalizar el homicidio del ser humano ya nacido, que es el paso siguiente que nuestra clemente civilización ya está ideando para venir en socorro de las mujeres que no hayan llegado a tiempo para el aborto.

Lo único que se le podrá reprochar entonces será la falta de lógica.

Pro-Vida 3

16 comentarios

  
Jorge Cantu
Nestor

Una oportuna y clara denuncia de ciertos pastores desubicados, que confunden la compasión con la complicidad.

La voz de los millones de bebés abortados sigue, hoy por hoy, oculta en un gran 'grito silencioso' que permanece ignorado por la gran mayoría de nuestra sociedad tan sensible, de dientes para afuera, a los derechos humanos.

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Muchas gracias, efectivamente es así, una vez que se acepta que se mate al inocente, y se lo hace "legal", hablar de "derechos humanos" es una mala broma.

Saludos cordiales.
09/07/20 6:29 AM
  
Luis López
No creo que haya un cristiano decente, que no mire con compasión a la mujer que acepta que se le practique un aborto, ni que, a la vez, mire con "santa ira", a los médicos (es un decir) abortistas, políticos, familiares, o medios que han contribuido a que esa desdichada abra sus piernas para que asesinen la vida humana que mora en su interior.

Apelar -como parece que hace Agrelo- al episodio evangélico de los fariseos que llevaron a la adultera ante Jesús, es un argumento tramposo. El cristiano no tiene como referencia al fariseo; el cristiano tiene como única y exclusiva referencia a Jesús. Y lo que señala el Señor es que al juzgar los pecados no hay que centrarse en el eslabón más débil -la desdichada pecadora- sino en el más fuerte -esa estructura de pecado de los poderosos, que inficciona el ambiente social que hace que caigan los débiles-; es decir, en ellos, en los que están con una piedra en la mano dispuestos a machacar a esa pecadora, y son los primeros que, en rigor, deberían ser apedreados.

Por eso el cristiano siempre mirará con compasión a la mujer que se somete a un aborto, y no se atreverá a juzgar su corazón. Pero no mirará así a los demás, a los que han contribuido y siguen contribuyendo, con sus acciones u omisiones, a crear la estructura de ese espantoso pecado en el mundo.

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Es que el tema en discusión no es la compasión hacia la mujer, sino si el aborto debe ser penalizado o no. Y obviamente que sí, porque es homicidio. Hablar de la compasión hacia la mujer en este caso especial de homicidio, y no hacerlo en otros tipos de homicidios que la misma mujer podría también cometer, es señal de que no se considera al no nacido como un ser humano con el mismo derecho a la vida que los que ya nacieron.

Porque además, sin negar el tema de las presiones y otros factores que sin duda pueden funcionar como atenuantes, según los casos, porque tampoco son todos los casos iguales, el hecho es que la causa principal del aborto es la madre, pues estamos hablando de abortos voluntarios y no impuestos por la fuerza a la mujer. Es ella la que pone en marcha todo el proceso con su consentimiento al menos, pero en la mayoría de los casos, pidiéndolo simple y llanamente.

Saludos cordiales.
09/07/20 10:07 AM
  
Manu
Buenas aclaraciones. La verdad es que Monseñor Agrelo hizo unas declaraciones bastante desafortunadas, eso no quita su inmenso trabajo en favor de los inmigrantes en tierras del Norte de África.
09/07/20 10:13 AM
  
Oscar Alejandro Campillay Paz
Detras de cada aborto provocado esta satanás, ebrio de furia contra la imagen y semejanza de Dios.
09/07/20 10:49 AM
  
Centurión Cornelio
Me parece que es un pecado en el que el arrepentimiento es especialmente difícil. Si las personas que lo cometen, los padres y no digamos el “personal sanitario” que lo hace por dinero, se dieran cuenta realmente de lo que están haciendo, se volverían locos y la vida se les haría insoportable.
Desde luego hay casos tremendos, yo he conocido alguno, que no me atrevo a juzgar, me refiero a niños sin posibilidad alguna de sobrevivir más allá de unas horas después del parto (y cuyos padres no se pueden considerar católicos) pero son una excepción y no tienen nada que ver con el “tema”.
La mayoría inmensa de los abortos son por puro egoísmo, hedonismo, y no querer asumir las consecuencias de los propios actos.

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Si un acto es intrínsecamente malo, no hay casos tremendos que valgan, y si los hay, es que no es intrínsecamente malo y entonces es totalmente correcto que se legalice el aborto.

No se es menos un ser humano por no tener posibilidad de sobrevivir más que unas horas, y no se tiene por eso menos derecho a la vida, y no deja de ser por eso homicidio si se le quita la vida intencionalmente.

Y no tiene lógica alguna matar a alguien para no tener que verlo morir.

Saludos cordiales.
09/07/20 12:38 PM
  
Cordá Lac
Perdón por las expresiones, pero...
¡Déjense de memeces!
Lo único (pero lo único) esencial es aceptar, o no, que el óvulo (de la mujer y, obvia y naturalmente, sólo de la mujer; no de ningún individuo de los de ABCDEFGHIJKLMNÑOPQRSTUVWXYZ+) una vez fecundado (y desde ese mismo momento) es un ser humano, o no lo es. Lo demás son tonterías y discusiones bizantinas. Y si lo es (ser humano) se le aplican las leyes como a todo ser humano; y si no lo es, no se le aplican las leyes como a los que sí son seres humanos.
Y está claro que lo es, como lo demuestra la fecundación «in vitro». Ese óvulo fecundado ya no depende de nadie en concreto y en el futuro se verá con más claridad cuando una incubadora pueda proporcionarle alimento y cuidado adecuados desde ese momento.
09/07/20 1:28 PM
  
carlos iavicoli
Desde Cordoba Argentina Paz y bien.Con referencia al tema del aborto utilizo palabras del Papa.Nos acusan a los catolicos de oponernos por nuestra Fe.Nada de eso.El aborto es ,en principio, un problema humano.La Fe viene despues.Y afirma que NUNCA sera licito contratar un sicario para matar a quien me molesta. Analogamente NUNCA sera licito contratar un medico para matar a un ser indefenso e inocente que tiene derecho a vIvir Actualmente el vientre materno se esta convirtiendo en el lugar mas inseguro para la vida de un bebe.En cuanto al juicio y perdon que solo NSeñor puede realizar hay que mencionarlo COMPLETO Mujer Yo tampoco te condeno. Vete en paz pero NO VUELVAS A PECAR.. Desde Ciudad de Cordoba Argentina Saludos
09/07/20 3:47 PM
  
Vicente
aborto provocado: crimen abominable según el Vaticano II.
09/07/20 4:13 PM
  
Rubén (de Argentina)
Excelentes reflexiones y muy buena la respuesta a Luis Lopez. Respecto al comentario de Oscar Alejandro Campillay Paz, en concordancia con él, me gustaría agregar estas palabras del Padre Pío:

Cuando veas un alma que anuncia el aborto como un acto benigno, sabrás que en ella reina el príncipe de las tinieblas y que está en peligro de muerte eterna. ¡Ay, de nosotros, si consentimos con ese miserable y mortal pecado! No osemos tomar el lugar del Creador y no permitamos que ningún hombre lo haga. Y no seamos cómplices de este crimen maldito por culpa de nuestro silencio o nuestra tibieza.
—San Pío de Pietrelcina
Y ya sé que no es tema del artículo y pido disculpas por ello, pero con cientos de millones de abortos (se habla incluso de que la cifra llegaría a los mil millones en el último siglo), crimenes que claman al cielo, ¿cómo no puede ser esta pandemia del Covid un castigo del cielo? Por citar solo el aborto, porque en la sociedad de hoy abundan los pecados que claman al cielo.

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Es que a la vista de este genocidio "legalizado" por la sociedad actual (y de todo lo demás, cierto) se comprende aquello de que Dios usa de mucha paciencia y misericordia al castigar, porque ciertamente que lo del Covid termina siendo suave en relación con ésto, y además, de todas las catástrofes que sufre habitualmente la humanidad, tiene solamente la ventaja de ser mucho más publicitado.

Saludos cordiales.
09/07/20 5:58 PM
  
claudio
Estimado Néstor, en el Derecho Divino (no matarás) y en el Canónico en consecuencia el aborto querido es un homicidio, está tratado como tal y sancionado de la misma forma, la fórmula canónica (Cánones 1397/8/9) incluye un término "procura" que lo define como voluntario, querido, buscado, lo diferencia de accidental o de natural.
Requiere un acto de la voluntad dirigido a obtener ese resultado, especialmente la pena exige un tratamiento especial (1318 "No establezca el legislador penas latae sententiae, si no es acaso contra algunos delitos dolosos especiales que puedan causar un escándalo más grave").
Esa palabra "Procurar" viene de procurare, componentes léxicos prefijo pro- (a favor, delante, a la vista) y curare (cuidar).
Resulta bastante claro que antes de la procura del aborto hay, en la inteligencia y la voluntad, un asentimiento o aceptación del acto o de una permisividad del mismo, no se procura lo que se rechaza o no se quiere.
Cuando alguien habla -juzgando- que hay abortos no inmorales, de alguna forma está abriendo una vía de legitimación, si además es un Maestro de la Fe por el grado del sacerdocio aparece, a la vista del hombre de a pié, como una sentencia válida (en lo personal estoy cansado de escuchar "lo dijo el ...a"....).
Cómo la ves.....

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Así es, en efecto.

Saludos cordiales.
09/07/20 6:17 PM
  
Juan Mariner
La angosta mirilla "de la celda en la que nos han metido" los jerarcas como él y el ojo sucio "de salpicaduras de sangre inocente". Una empanada mental para defender lo indefendible, mezclando churras con merinas y confundiendo la gimnasia con la magnesia, y tomándonos por gilipuertas. ¿Acaso cree el jerarca que no sabemos identificar y distinguir a las mujeres que abortan víctimas de la violencia machista de las hedonistas o psicópatas?

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Respecto de lo de "víctimas de la violencia machista", hay que distinguir los abortos forzados de los voluntarios, y dentro de éstos, los que se hacen bajo presión de otros y los que no. La inmensa mayoría de los abortos son voluntarios por parte de la mujer, y entre éstos, sin duda que hay muchos casos en que están sometidas a grandes presiones por parte de otras personas, y en otros casos es posible que realmente crean que no están eliminando una vida humana, mientras que en otros casos no sufren presión alguna de terceros y saben además lo que están haciendo.

Como en los demás pecados, con la disminución de la voluntariedad disminuye la responsabilidad y la culpa, pero mientras haya voluntariedad se sigue ante una acción deliberada que por su misma naturaleza tiende a la destrucción de una vida inocente, y por tanto, un pecado grave objetivamente considerado.

Por eso en lo jurídico entiendo que aquí se entra en el capítulo de los atenuantes y eventualmente eximentes, pero siempre dentro de una figura delictiva de homicidio.

Saludos cordiales.
09/07/20 6:39 PM
  
Carmen L
Aborto legal, siempre inmoral.
09/07/20 7:41 PM
  
Luis López
Unas aclaraciones, no discuto la penalidad (que debería imponerse legalmente en una sociedad civilizada) de ese asesinato que es el aborto. Tampoco discuto la responsabilidad directa de la madre que acepta que le arranquen la vida de su hijo.

Hablo en otro ámbito. Ante Dios, cada acto criminal y pecaminoso que sucede en el mundo se ve de una manera totalmente diferente a como podemos verlo nosotros, que no conocemos los corazones de las personas.

Por supuesto que habrá mujeres sicópatas que se enorgullecen de ese abominable acto, pero creo que una mayoría de mujeres que se someten a un aborto, quedan en mayor o menor grado marcadas por el mismo (suicidios, depresiones, pesadillas) con lo que, en cierto sentido son también víctimas de esa estructura de pecado. No así los médicos abortistas, por un lado, o los políticos y gentes que presionan a la madre para que lo realice, por otro. Los primeros porque son satánicamente inmunes al horror que practican, y los segundos, por cobardes e hipócritas, ya que promueven o incitan a la comisión de un acto espantoso, pero no asumen el horror del mismo.

El Señor conocía el corazón de esa adúltera, y también el corazón de los que iban a apedrearla. Y curiosamente protegió al eslabón más débil, aunque era objetivamente la principal responsable del adulterio (como lo es la madre respecto del aborto). Ella se quedó sola con Jesús, que le salvó la vida y le exigió no pecar más. Los fariseos hipócritas simplemente se alejaron de Jesús.

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Todo bien, mientras se acepte que el aborto es homicidio y como tal debe ser penalizado, empezando por la madre, que es la causa principal, siendo los médicos y otros ejecutores instrumentales, a no ser que hablemos de abortos forzados, que no es el tema, y teniendo en cuenta siempre el rol de las circunstancias atenuantes que forman parte de cualquier sistema legal, para las situaciones en que la mujer sufre presiones que la llevan al aborto.

Por otra parte, tampoco se puede hacer una regla universal de que los médicos y otros participantes en el aborto no son víctimas y que nunca sufren o son dañados por lo que hacen. Yo no quiero estar en los zapatos de un médico que cuenta con miles de asesinatos de seres humanos no nacidos en su hoja de "servicios". Basta ver las caras de algunos de ellos en las fotografías que de vez en cuando aparecen.

Todos los pecados son igualmente pecados, aunque no sean todos iguales, y todos los pecadores son igualmente pecadores, aunque sus pecados sean distintos. Y las mujeres no tienen la exclusiva de los factores atenuantes ni hay base real para decirlo. Ni tampoco se puede decir que el sufrimiento posterior cambie la naturaleza o gravedad del pecado cometido.

Saludos cordiales.
10/07/20 11:10 AM
  
Diego II
De los motivos que se aducen para abortar, enseña J. P. II:

"Es cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia, sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia. A veces se temen para el que ha de nacer tales condiciones de existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer. Sin embargo, estas y otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente." (Evangelium Vitae N° 58)

Acerca de las presiones que sufre la mujer, dice J. P. II:

"No se pueden olvidar las presiones que a veces provienen de un contexto más amplio de familiares y amigos. No raramente la mujer está sometida a presiones tan fuertes que se siente psicológicamente obligada a ceder al aborto: no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a quienes directa o indirectamente la han forzado a abortar. También son responsables los médicos y el personal sanitario cuando ponen al servicio de la muerte la competencia adquirida para promover la vida." ( Evangelium Vitae, N° 59)

Ampliando el elenco de responsables de favorecer el aborto, dice J.P.II:

"Pero la responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto y, en la medida en que haya dependido de ellos, los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos. Una responsabilidad general no menos grave afecta tanto a los que han favorecido la difusión de una mentalidad de permisivismo sexual y de menosprecio de la maternidad, como a quienes debieron haber asegurado —y no lo han hecho— políticas familiares y sociales válidas en apoyo de las familias, especialmente de las numerosas o con particulares dificultades económicas y educativas." ( Evangelium Vitae, N° 59)

Juicio moral sobre el aborto de la Iglesia Católica según J. P. II:

"Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos..., declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.
Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia." (Evangelium Vitae, N° 62)
11/07/20 4:47 PM
  
jk
la amplia mirilla de la que presume tener Agrelo le impide reconocer que es el pecado, que es bien y que es mal, de que se debe amar al projimo pero no a sus pecados y cual deberia ser el papel de un sacerdote mas cuando se tiene el titulo de obispo.
13/07/20 1:38 AM
  
carlos saez Argentina
Excelente reflexion del autor de esta muy buena nota Comparto el comentario del hermano Luis Lopez. Y como ampliatorio a mis 72 años, mi Padre fue hijo natural en 1914, y fue criado en una educación que se perseguía a esas mujeres valientes que seguían con su embarazo. No conocí a mi Abuela personalmente, a mi Abuela dicen que era una española hermosa que sedujo a un encumbrado Señor de la ciudad de la Plata, son esas cosas fundamentales que quedan pendiente.Por eso es muy importante la Palabra del Pastor, acompañada por la comunidad.En Buenos Aires hay una Parroquia San Ramón Nonato, el actual Papa Francisco, iba a concelebrar misa a la mañana temprano, y yo miraba como muchas mujeres (estimo que embarazadas que no se lo notaban), recurrían al Santo antes de tomar decisión. Y Bergoglio con su arenga de amor las hacia ser valientes y que nuestro Señor no las iba abandonar
13/07/20 1:35 PM

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