El Documento del Sínodo Amazónico

En lo que sigue apuntamos algunas reflexiones sobre algunos pasajes del Documento emitido por el Sínodo para la Amazonia. Todos los subrayados en negrita son nuestros. Las faltas de escritura del Documento venían así en la versión a la que pudimos acceder. Entre comillas los pasajes del Documento.

“5. “Cristo apunta a la Amazonía” (Pablo VI, atrib.).”

Por lo que entendemos, ese dicho se atribuye a Pablo VI, no consta por escrito en ninguna parte como suyo, así que no sabemos realmente si lo dijo o no.

“9. La búsqueda de los pueblos indígenas amazónicos de la vida en abundancia, se concreta en lo que ellos llaman el ‘buen vivir’, y que se realiza plenamente en las Bienaventurazas.”

Aquí entendemos que habla de la meta ideal a la que podría y debería tender (con la ayuda de la gracia de Dios, la predicación del Evangelio, los Sacramentos, etc.) la vida de los indígenas amazónicos, pero la redacción se podría leer como algo que se ya se da efectivamente entre ellos, lo cual no lo descartamos en casos individuales (de amazónicos bautizados), pero afirmarlo así a nivel de pueblos en general pensamos que sería bastante irreal.

“Tal comprensión de la vida se caracteriza por la conectividad y armonía de relaciones entre el agua, el territorio y la naturaleza, la vida comunitaria y la cultura, Dios y las diversas fuerzas espirituales.”

Aquí aparecen unas ciertas “diversas fuerzas espirituales” que no se sabe bien lo que son ni cuán diversas puedan llegar a ser. Dicen que caracterizan la comprensión de la vida que tienen esos pueblos, pero como dentro de los elementos que se describen como integrando esa comprensión aparecen algunos que son reales, como Dios, por ejemplo, no queda claro si el Documento entiende que esas fuerzas espirituales tan diversas son reales también.

“14. La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental se refleja en la creencia y los ritos sobre el actuar de los espíritus de la divinidad, llamados de innumerables maneras, con y en el territorio, con y en relación con la naturaleza (LS 16, 91, 117, 138, 240). Reconozcamos que desde hace miles de años han cuidado su tierra, sus aguas y sus bosques, y han logrado preservarlos hasta hoy para que la humanidad pueda beneficiarse del goce de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de la evangelización deben construirse en diálogo con estos conocimientos fundamentales en los que se manifiestan como semillas de la Palabra.”

Aquí aparecen de nuevo esos espíritus, esta vez con la confusa calificación de “espíritus de la divinidad” ¿la divinidad tiene muchos espíritus, son varias divinidades? En fin. Pero resulta que luego en el párrafo no se sabe si el sujeto de la frase “han cuidado…etc.” son los “espíritus de la divinidad” o las “comunidades amazónicas”. No queda claro que el Documento no esté diciendo que han sido esos “espíritus” los que hace miles de años vienen cuidando la tierra, etc.

Luego habla de unos “conocimientos fundamentales” que se entienden coherentemente, en el párrafo, si son propiedad de esos “espíritus”. Si se atribuye esos conocimientos a las “comunidades amazónicas”, desvinculándolos de los “espíritus”, el párrafo queda incoherente.

“Pero, la Amazonía hoy es una hermosura herida y deformada, un lugar de dolor y violencia.”

En realidad, obviamente, la Amazonia es una hermosura herida y deformada, un lugar de dolor y violencia, desde que, posteriormente al pecado original, ha sido habitada por seres humanos.

“Esta única crisis socio-ambiental se reflejó en las escuchas pre-sinodales que señalaron las siguientes amenazas contra la vida: apropiación y privatización de bienes de la naturaleza, como la misma agua; las concesiones madereras legales y el ingreso de madereras ilegales; la caza y la pesca predatorias; los mega-proyectos no sostenibles (hidroeléctricas, concesiones forestales, talas masivas, monocultivos, carreteras, hidrovías, ferrocarriles y proyectos mineros y petroleros); la contaminación ocasionada por la industria extractiva y los basureros de las ciudades y, sobre todo, el cambio climático.”

No deja de resultar extraño y un poco forzado, luego de esa lista de catástrofes, poner “sobre todo” al cambio climático. Uno pensaría que la ecología amazónica está afectada “sobre todo” por la tala indiscriminada de bosques, pero en fin.

“Las víctimas son los sectores más vulnerables, los niños, jóvenes, mujeres y la hermana madre tierra.”

Aquí apunta una relación de parentesco que, además de ser ajena al cristianismo, por eso de “madre tierra”, es lógicamente imposible. Para que una mujer sea a la vez hermana y madre de alguien esta persona debería haber nacido a la vez de esa mujer y de la madre de esa mujer, situación realmente no sostenible, como algunos desarrollos.

“16. Una de las páginas más gloriosas de la Amazonía la han escrito los mártires. La participación de los seguidores de Jesús en su pasión, muerte y resurrección gloriosa, ha acompañado hasta el día de hoy la vida de la Iglesia, especialmente en los momentos y lugares en que ella, por causa del Evangelio de Jesús, vive en medio de una acentuada contradicción, como sucede hoy con quienes luchan valerosamente en favor de una ecología integral en la Amazonía. Este Sínodo reconoce con admiración a quienes luchan, con gran riesgo de sus propias vidas, para defender la existencia de este territorio.”

El contexto que presta el párrafo hace pensar que aquí el título de “mártir”  puede extenderse incluso a no cristianos, que no mueren “in odium fidei” sino defendiendo la ecología integral.

“una conversión pastoral basada en la sinodalidad, que reconozca la interacción de todo lo creado.”

Aquí parece apuntar a una dimensión cósmica de la sinodalidad que realmente no creemos que pueda sostenerse teológicamente.

“El manejo tradicional de lo que la naturaleza les ofrece ha sido hecho del modo que hoy denominamos manejo sostenible.”

Este elogio a los pueblos indígenas nos parece un caso de “hacer de la necesidad virtud”. Es claro que estos pueblos no han comenzado siquiera a tener el grado de civilización que ha hecho posible el desarrollo industrial moderno que tiene como una de sus consecuencias el daño ambiental.

“48. La Iglesia promueve la salvación integral de la persona humana, valorando la cultura de los pueblos indígenas, hablando de sus necesidades vitales, acompañando a los movimientos en sus luchas por sus derechos.”

Aquí pensamos que vendría bien el tan manido “discernimiento” en cuanto a qué movimientos, con qué ideologías y finalidades últimas, con qué estrategias, etc.

“55. Todos estamos invitados a acercarnos a los pueblos amazónicos de igual a igual, respetando su historia, sus culturas, su estilo del ‘buen vivir’ (PF 06.10.19). El colonialismo es la imposición de determinados modos de vivir de unos pueblos sobre otros, tanto económica, cultural o religiosamente. Rechazamos una evangelización de estilo colonialista.”

Con ese criterio parece claro que la imposición del ídolo Pachamama en un templo católico de Roma es de lo más “colonialista” que puede haber.

“Las peregrinaciones, procesiones y fiestas patronales deben ser apreciadas, acompañadas, promovidas y algunas veces purificadas, ya que son momentos privilegiados de evangelización que deben llevar al encuentro con Cristo. (…) Es preciso “dar una catequesis apropiada y acompañar la fe ya presente en la religiosidad popular.”

Curiosamente, son las expresiones que sí son católicas las que son miradas con desconfianza y aquí sí se usa una palabra, “purificación”, que no aparece nunca al referirse a los cultos idolátricos y paganos de los indígenas amazónicos.

“59. Entre las complejidades del territorio amazónico, destacamos la fragilidad de la educación sobre todo en los pueblos indígenas. Aunque la educación es un derecho humano, la calidad educativa es deficiente y la deserción escolar muy frecuente, sobre todo en las niñas. La educación evangeliza, promueve la transformación social, empoderando a las personas con un sano sentido critico. “Una buena educación escolar a una temprana edad pone semillas que pueden producir efectos a lo largo de una vida” (LS 213).”

¿Y no será “colonialista” querer “educar” a los indígenas amazónicos? ¿Quiénes somos nosotros para decir que no están educados? ¿Qué pasó con esa maravillosa sabiduría ancestral que incluso parece que habría sido trasmitida por milenarios “espíritus de la divinidad”?

“68. La Iglesia es parte de una solidaridad internacional que debe favorecer y reconocer el rol central del bioma amazónico para el equilibrio del clima del planeta”

La Iglesia no es parte de nada. Es el Cuerpo de Cristo, y como tal, la Plenitud del que lo llena todo en todos (Ef. 1, 23). No es una parte, es un todo, y por tanto, no está subordinada a ningún todo, y menos al Nuevo Orden Mundial y a su vocera la ONU.

“70. Para los cristianos, el interés y preocupación por la promoción y respeto de los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, no es opcional. El ser humano es creado a imagen y semejanza del Dios Creador, y su dignidad es inviolable. Por eso la defensa y promoción de los derechos humanos no es meramente un deber político o una tarea social, sino también y sobre todo una exigencia de fe. Tal vez no podamos modificar inmediatamente el modelo de un desarrollo destructivo y extractivista imperante, pero, sí tenemos la necesidad de saber y dejar en claro ¿dónde nos ubicamos?, ¿al lado de quién estamos?,”

Planteo de lucha de clases típico de la teología de liberación marxista.

“74. A todos nos corresponde ser guardianes de la obra de Dios. Los protagonistas del cuidado, la protección y la defensa de los derechos de los pueblos y de los derechos de la naturaleza en esta región son las mismas comunidades amazónicas. Son ellos los agentes de su propio destino, de su propia misión. En este escenario, el papel de la Iglesia es el de aliada. Ellos han expresado claramente que quieren que la Iglesia los acompañe, que camine junto a ellos, y no que les imponga un modo de ser particular, un modo de desarrollo específico que poco tiene que ver con sus culturas, tradiciones y espiritualidades.”

Pero Jesucristo Nuestro Señor quiere que se les anuncie el Evangelio, y éste, desde que condena la idolatría, es contrario a una parte de sus culturas, tradiciones y espiritualidades.

“77. Se necesita de manera urgente el desarrollo de políticas energéticas que logren reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases relacionados con el cambio climático.”

Como quien dice, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o en lenguaje más de exégesis bíblica: “un aerolito caído del cielo climático”.

“La Iglesia ha estado y está al lado de las comunidades indígenas para salvaguadar el derecho a tener una vida propia y tranquila, respetando los valores de sus tradiciones, costumbres y culturas, la preservación de los ríos y bosques, que son espacios sagrados, fuente de vida y sabiduría.”

¿Son espacios sagrados? ¿Quién los consagró? ¿La Iglesia? ¿Los “espíritus de la divinidad”?

“La Iglesia está incluida en esta llamada a desaprender, aprender y reaprender, para superar así cualquier tendencia hacia modelos colonizadores que han causado daño en el pasado.”

La Iglesia tiene que desaprender mucho de lo que desde hace más de sesenta años la viene carcomiendo hasta dar los frutos que hoy estamos contemplando.

“82. Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente. Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente, transgresiones contra los principios de
interdependencia y la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 340-344) y contra la virtud de la justicia.”

¿Los términos de esa definición se toman juntos o separados? Parece que juntos, porque hay muchas acciones y omisiones contra Dios, por ejemplo, que no pueden ser calificados de “pecados ecológicos”.

En caso de que vayan juntos ¿deben verificarse todos por separado, o se supone que con uno o algunos de ellos que se verifiquen ya está el pecado ecológico cometido?

En el primer caso, lo vemos confuso, parece que habría que esforzarse mucho para poder cometer un pecado ecológico.

En el segundo caso, es claro que debería verificarse la acción u omisión contra el ambiente, pero ¿alguna más? ¿Cuál y por qué? ¿Podría haber un pecado ecológico contra el prójimo que no fuese contra la comunidad, y viceversa, y lo mismo, que no fuese contra Dios?

Pero en cuanto a actuar u omitir contra el ambiente ¿cuándo se da? Porque es inevitable utilizar los recursos naturales, generar residuos, etc. ¿A partir de qué punto es necesario confesarse antes de comulgar…o es que será solamente cuestión de “discernimiento”?

“83. Como manera de reparar la deuda ecológica que tienen los países con la Amazonía, proponemos la creación de un fondo mundial para cubrir parte de los presupuestos de las comunidades presentes en la Amazonía que promueven su desarollo integral y autosostenible y así también protegerlas del ansia depredadora de querer extraer sus recursos naturales por parte de las empresas nacionales y multinacionales.”

Párrafo confuso, no queda claro si esa plata va a ser para las comunidades indígenas o para los activistas ecológicos y sus organizaciones.

“Debemos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y el uso de plásticos, cambiando nuestros hábitos alimenticios (exceso de consumo de carne y peces/mariscos) con estilos de vida más sobrios.”

La parte si se quiere humorística. Nos preguntamos en qué queda la dieta de los indígenas amazónicos si aplican ese precepto. ¿Viven de frutas, nada más, o son en cambio excelentes cazadores y pescadores?

En todo caso, es bueno matizar aquí con un pasaje de San Pablo:

“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.” (Col. 2, 16 – 17)

Aplicado en forma culturalmente creativa, por supuesto.

“101. La sabiduría de los pueblos ancestrales afirma que la madre tierra tiene rostro femenino.”

En realidad, no nos parece que haga falta mucha sabiduría, tampoco ancestral, para comprender que las madres por lo general tienen rostro femenino, ni creo que los ancestros perdieran tiempo en esa clase de observaciones, pero el asunto es que eso de que la tierra es viviente, animal, mujer y madre es una falsedad grande como una casa, que no hay sabiduría ancestral que pueda hacerla tragar.

“102. Ante la realidad que sufren las mujeres víctimas de violencia física, moral y religiosa, incluso el feminicidio,”

Varias observaciones:

1) Es terrible que se mate a mujeres 2) Lamentablemente, no es nada insólito, desde el pecado original. 3) No tiene una diferencia esencial ni una gravedad especial respecto del hecho igualmente terrible de que se mate a varones, así que la palabra “feminicidio” no tiene ninguna razón de ser.

Menos en un documento de la Iglesia.

“Pedimos revisar el Motu Propio de San Pablo VI, Ministeria quedam, para que también mujeres adecuadamente formadas y preparadas puedan recibir los ministerios del Lectorado y el Acolitado, entre otros a ser desarrollados.”

En realidad, desde ese “Motu proprio", al menos, no se considera que esos ministerios dependan del Sacramento del Orden, puesto que se pueden conferir a los laicos. Pero el pedir que se los abra a mujeres puede ser querer dar un paso en el camino al sacerdocio femenino.

“103. En las múltiples consultas realizadas en el espacio amazónico, se reconoció y se recalcó el papel fundamental de las mujeres religiosas y laicas en la Iglesia de la Amazonía y sus comunidades, dados los múltiples servicios que ellas brindan. En un alto número de dichas consultas, se solicitó el diaconado permanente para la mujer. Por esta razón el tema estuvo también muy presente en el Sínodo. Ya en 2016, el Papa Francisco había creado una “Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres” que, como Comisión, llegó a un resultado parcial sobre cómo era la realidad del diaconado de las mujeres en los primeros siglos de la Iglesia y sus implicaciones hoy. Por lo tanto, nos gustaría compartir nuestras experiencias y reflexiones con la Comisión y esperamos sus resultados.”

El resultado en cuestión no fue “parcial”, sino que simplemente no hubo diaconisas en la antigüedad en el sentido de que hubiesen recibido el Sacramento del Orden. Esperar nuevos resultados es como esperar que logre crearse un pasado nuevo, cosa que pese a San Pedro Damián es imposible.

“104. Para la Iglesia Amazónica es urgente la promoción, formación y apoyo a los diáconos permanentes, por la importancia de este ministerio en la comunidad.”

Lo ponemos aquí porque enseguida veremos por dónde saca este pez la cola.

“Es decir, una formación más bíblica en el sentido de una asimilación a Jesús como se muestra en los Evangelios: cerca de las personas, capaz de escuchar, sanar, consolar, pacientemente, no buscando solicitar sino manifestar la ternura del corazón de su Padre.”

No queda claro eso de que Jesús no buscaba solicitar, que sin duda es cierto si “solicitar” se entiende en algún mal sentido, pero que fuera de eso, le pidió de beber a la Samaritana, por ejemplo, en fin, habría que ver qué quisieron decir sin lograr hacerlo.

Lo de “más bíblica”, en sí mismo, está muy bien, pero lo comentaremos tras citar este otro párrafo:

“114. Proponemos que sea establecida una Universidad Católica Amazónica basada en la investigación interdisciplinaria (incluyendo estudios de campo), en la inculturación y en el diálogo intercultural; que la teología inculturada incluya la formación conjunta para ministerios laicales y formación de sacerdotes, basada principalmente en la Sagrada Escritura.”

Primero, lo de “más bíblica” y “basada principalmente en la Sagrada Escritura”. Nos tememos, dada la experiencia de algunos años, que esto pueda querer decir “con poca filosofía, poca teología, poco Magisterio, en definitiva, poca doctrina católica en general”.

Lo cual sin duda que haría mucho más fácil el ingreso de los “espíritus de la divinidad”.

Lo de la Universidad Católica Amazónica, teniendo en cuenta el estado actual de las Universidades supuestamente católicas y la tendencia que hemos visto en este Sínodo, durante el cual se ha realizado culto idolátrico en los jardines del Vaticano y en una Iglesia de Roma, hace asomar horizontes nada luminosos lamentablemente.

“La Instrucción de la Congregación para el Culto Divino Redemptoris sacramentum (2004) insiste en que los fieles disfruten del derecho a tener la celebración eucarística tal como se establece en los libros y normas litúrgicas. Pero parece extraño hablar del derecho a celebrar una Eucaristía según lo prescrito, por no hablar del derecho más fundamental de acceso a la Eucaristía para todos: «En la Eucaristía la plenitud ya se ha realizado, y es el centro vital del universo, el centro lleno de amor y vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es en sí misma un acto de amor cósmico» (LS 236).”

La Eucaristía para todos, así no más, no. Tienen que ser creyentes, bautizados, con fe y una cierta formación mínima en la misma, y no tener pecados mortales sin confesar.

“Considerando que la legítima diversidad no daña la comunión y la unidad de la Iglesia, sino que la manifiesta y sirve (LG 13; OE 6) lo que da testimonio de la pluralidad de ritos y disciplinas existentes, proponemos establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituída y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica. A este respecto, algunos se pronunciaron por un abordaje universal del tema.”

Aquí está la cola del pez, en el uso que se hace aquí del diaconado permanente, como pretexto-plataforma para pedir el sacerdocio casado, o sea, la abolición del celibato sacerdotal obligatorio, que no es obligatorio porque se obligue a alguien a ser sacerdote, sino porque si se quiere abrazar el sacerdocio, se debe abrazar también el celibato.

Sinceramente nos parece que el verdadero modo de atender a las necesidades pastorales de la Amazonia es enviando allá muchos de los sacerdotes que en Europa, por ejemplo, están con una actividad pastoral más bien reducida y seguramente deseosos de inculturarse en esos territorios periféricos para hacer la experiencia “in situ” de la “Iglesia en salida”. 

Antes eso que dañar un tesoro milenario de la Iglesia como es el celibato sacerdotal.  

No nos parece decisivo tampoco el argumento de que el clero tiene que ser indígena, atendiendo a las enormes riquezas que pueden generarse a partir del intercambio que es propio de las situaciones de multiculturalidad.

Pero lo del “abordaje universal del tema” muestra la cola, no del pez, sino de la ballena, o el Leviatán: los experimentos amazónicos como taller para extender luego el desastre a la Iglesia universal.

“116. El Concilio Vaticano II abrió espacios para el pluralismo litúrgico “para variaciones y adaptaciones legítimas para los diversos grupos y pueblos” (SC 38). En este sentido, la liturgia debe responder a la cultura para que sea fuente y culmen de la vida cristiana (cf. SC 10) y para que se sienta ligada a los sufrimientos y a las alegrías del pueblo. Debemos dar una respuesta auténticamente católica a la petición de las comunidades amazónicas de adaptar la liturgia valorando la cosmovisión, las tradiciones, los símbolos y los ritos originarios que incluyan dimensiones trascendentes, comunitarias y ecológicas.”

Como dije, dado el culto idolátrico a la Pachamama que se realizó en los jardines del Vaticano y en una Iglesia de Roma, cabe ya figurarse lo que será esa “liturgia inculturada”.

Para terminar, una impresión más, y es la tremenda autorreferencialidad que aqueja a esta clase de documentos eclesiales desde hace ya unos cuantos años, no es cosa tampoco que haya comenzado con este Pontificado, si bien aquí también en eso se puede estar alcanzando un “climax”.

Me refiero a una autorreferencialidad eclesial por la cual lo principal de la fe católica parecen ser, al final, las estructuras eclesiales y pastorales.

Sobre el encuentro entre Jesucristo y el indígena amazónico hay muy poco, si hay, en el Documento. Sobre la novedad absoluta que Jesucristo representa para la cultura amazónica y para todas las culturas, lo mismo. Y no hablemos de la singular y única relación de Jesucristo con Dios Padre. En realidad, el Documento parece vibrar más cuando habla de los “espíritus de la divinidad” y su sabiduría ancestral, de la espiritualidad propia de los indígenas amazónicos, etc.

Pero ya que hablamos de Jesucristo, citemos una vez más:

“51. Cristo con la encarnación dejó su prerrogativa de Dios y se hizo hombre en una cultura concreta para identificarse con toda la humanidad.”

Ambiguo, como siempre, pero también como casi siempre últimamente, a tenor de las solas palabras, es más fácil interpretarlo en el sentido herético. ¿Scalfari estaba invitado para el Sínodo?

En todo caso, el contexto actual debería haber sugerido la necesidad de un poco más de claridad en ese texto.

Sí, Jesucristo, con su Encarnación, apareció visiblemente como hombre, no como Dios, y muchos pensaron que era simplemente un hombre, pero no dejó de ser Dios, no dejó de haber en Él una única Persona, que es la Persona divina del Verbo de Dios, Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Y esa Persona divina del Verbo de Dios nunca dejó de tener su Naturaleza divina.

También dice en otra parte que:

“La lógica de la encarnación enseña que Dios, en Cristo, se vincula a los seres humanos que viven en las “culturas propias de los pueblos” (AG 9)”

pero eso no alcanza a disipar la duda que plantea el pasaje antes citado, porque “estar en” y “ser” no es lo mismo. Yo estoy en mi habitación, no soy mi habitación, ni mi habitación es yo.

Dios está en los profetas, en los santos, y en definitiva, en todas partes, porque es Infinito y tiene la Ubicuidad.