InfoCatólica / Palabra de Obispo / Categoría: General

23.02.09

"Cultura del amor frente a laicismo de Estado", por el Cardenal García-Gasco

La historia reciente muestra la debilidad y el fracaso de una cultura social y política basada en el laicismo radical. Ningún Estado es Dios ni puede pretender ocupar su lugar ante la persona humana.

Las mismas relaciones familiares no pueden ser comprendidas desde un esquema de egoísmo materialista. Es más, cuando estas concepciones tan reductoras se imponen, las relaciones familiares se ven afectadas y dañadas en su mismo núcleo pues la estructura de la familia se apoya en el pilar del amor incondicional entre esposos y consanguíneos y en el extraordinario universo de virtudes humanas que hace aflorar la conservación, crecimiento y restauración amorosa, generosa, abnegada de cada uno de los vínculos familiares. Mientras el Estado es incapaz de amar, la familia es el santuario del amor y de la vida personales, la fuente primaria de humanización de la entera sociedad.

El triunfo del laicismo radical como ideología de Estado pasa también por el silenciamiento de Dios en la vida pública. En ocasiones, dicho silenciamiento se disfraza bajo nobles finalidades. Esto sucede cuando se quiere conseguir el consenso entre las diversas posturas pagando el peaje de mantener la ausencia de Dios, de omitir los principios de la ley natural o de prescindir del potencial humanizador del Evangelio vivido activamente desde la libertad religiosa.

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16.02.09

Tú eres Pedro, por monseñor Sanz Montes

Queridos Hermanos y amigos: Paz y Bien.
Coincide este domingo con la conmemoración de la cátedra de San Pedro. Jesús qui-so sentar en esa sede apostólica principal al viejo pescador galileo, poniéndole al frente de su incipiente comunidad eclesial. Pedro será capaz de lo más grande por amor cuando esté cerca del Maestro en el Tabor o en Getsemaní. Pero también será capaz de lo más lamentable por temor, cuando en aquella noche inolvidable llegue a negar a Jesús hasta tres veces, junto a una fogata común en un patio cualquiera.

Bien sabía Jesús que Pedro era bueno, pero que también era pecador, que sería capaz de cortar la oreja a quien amenazase al Maestro, y un momento después renegar hasta la porfía que le conocía. Así sucede con cada uno de nosotros. Por eso consuela saber que quien nos llama es fiel, aunque nosotros seamos lentos y torpes. Al final, sólo nos queda decir como Pedro: Tú, Señor lo sabes todo. Sabes que te amo.

Bien viene la alusión litúrgica de esta festividad para situarnos como hijos de la Iglesia junto a quien en estos momentos prolonga aquel encargo pastoral que Jesús confiara a Pedro. El Papa Benedicto XVI, está sentado en esa misma sede de Pedro presidiendo en la caridad a toda la Iglesia universal. La Conferencia Episcopal ha publicado una nota de adhesión filial al Papa ante los ataques que viene recibiendo últimamente.

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15.02.09

Vivir con convicción , por monseñor Braulio Rodríguez

En muchas ocasiones he pensado que un católico puede vivir su fe de un modo razonable y que, aunque acepta su fe como un don de Dios, no necesita siempre estar viendo que lo que le diferencia de otras personas no cristianas, agnósticas, ateas o simplemente que organizan su vida «como si Dios no existiera», son los principios de su fe. Quiero decir que, sin prescindir de su fe, puede discutir las diferencias con los no “religiosos” partiendo simplemente de su modo de entender el ser humano y, por tanto, de entender la vida y tantas cuestiones en las que los hombres discrepan.

Siempre me ha parecido, por ello, poco razonable la creencia interesada de que los obispos, por ejemplo, u otros católicos discrepamos de medidas, pronunciamientos, programas o leyes llevadas y aprobadas por el Parlamento sólo porque nosotros pertenecemos a la Iglesia católica, que no ha evolucionado y no se pone al día. Rotundamente no. Nuestra fe tiene unos principios, sin duda, muy concretos, que nosotros aceptamos, pero nuestras discrepancias no son políticas, son antropológicas. Por eso no creemos que haya partido político alguno que se identifique con el Evangelio.

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9.02.09

"A nuestros hermanos enfermos", por monseñor Ramón del Hoyo

Desde hace ya 17 años venimos celebrando los cristianos la Jornada Mundial del ENFERMO el día 11 de este mes de febrero, en la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.

Con esta ocasión, como lo hacía hace pocas fechas con las “personas mayores”, os dirijo esta sencilla carta llena de afecto, en nombre también de todos los fieles diocesanos.

Queremos estar siempre muy cerca de todos vosotros con nuestro apoyo y oración. De forma especial, en esa fecha, pensaremos en cada uno de vosotros y en quienes os atienden día y noche.

Para los discípulos de Cristo Jesús, nuestra cercanía y preocupación por los enfermos y enfermas, forma parte de nuestra vocación. Nuestro Maestro va siempre por delante dándonos ejemplo y, junto a Él, los cristianos brindamos nuestra ayuda espiritual y amor a estos hermanos.

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4.02.09

Nota de los obispos gallegos ante las próximas elecciones al parlamento de Galicia

Nota de los obispos gallegos ante las próximas elecciones al parlamento de Galicia

Como Obispos de la Iglesia que peregrina en Galicia, en cumplimiento de nuestro deber de pastores, nos dirigimos a los católicos y a la opinión pública en general, con el fin de recordar, en este momento de las elecciones democráticas al Parlamento Autonómico, algunos aspectos del Magisterio de la Iglesia sobre el hombre y la sociedad.

1. Elegir libremente a nuestros representantes políticos, emitiendo el voto en conciencia, es una de las exigencias de la dignidad humana[1] y de nuestra responsabilidad ante el prójimo y ante el bien común.

2. La participación en la acción política es parte también del compromiso del cristiano en el mundo. Las opciones políticas de los católicos deben estar en armonía con los valores del Evangelio, siendo coherentes con su fe tanto al elegir como si son elegidos.

Esto significa en primer lugar reconocer al hombre su condición de hijo de Dios y, desde ella, comprometerse a construir una sociedad fraterna y justa, en la que cada individuo y cada pueblo han de encontrar la libertad y las condiciones de su desarrollo espiritual y material.

3. La participación electoral, en concreto, ha de partir del mejor conocimiento posible de la gestión realizada por nuestros representantes políticos, tanto en el gobierno como en la oposición, y de los programas políticos de los partidos que se presentan, con el fin de valorar ética y moralmente su actuación y su proyecto sobre la persona y la sociedad.

4. Consideramos algo fundamental que los políticos utilicen la palabra como vehículo de la verdad, pues la mentira daña la vida común y la democracia, mientras el respeto por la verdad y el diálogo la favorece. Ello ha de tenerse en cuenta para valorar el sentido ético y la capacidad técnica de los candidatos, y para considerar qué personas y propuestas pueden responder más adecuadamente a los problemas de nuestra comunidad autónoma.

5. Desde esta perspectiva consideramos, entre otros, como criterios que pueden ayudar a discernir, los siguientes:

- defender la vida humana en toda circunstancia desde el momento de su concepción hasta la muerte natural.

- promover medidas económicas y legislativas que sostengan a las familias en la generación y educación de los hijos,

- poner toda diligencia en fomentar una real libertad en el compromiso educativo, que promueva una educación integral respetuosa de la responsabilidad intransferible de los padres,

- ofrecer proyectos creativos que afronten los problemas de la actual crisis económica hasta sus más hondas raíces morales, paliando sus consecuencias negativas sobre todo en aquellas personas que sufren el paro,

- preocuparse por los grupos sociales más débiles con unas políticas que se fundamenten en la justicia, austeridad y solidaridad,

- no reducir la naturaleza a un mero instrumento a manipular y a explotar, y cuidar el medio ambiente.


6. “Vivir en democracia no equivale a una nivelación cultural y espiritual de los ciudadanos en el ocultamiento o la negación de sus propias convicciones de orden cultural, religioso o moral”. Por ello, la Iglesia, que mantiene su identidad propia, basada en las enseñanzas de Cristo, y que no se identifica con ningún partido político, “invita a todos los cristianos a la doble tarea de animar y renovar el mundo con el espíritu cristiano, a fin de perfeccionar las estructuras y acomodarlas mejor a las verdaderas necesidades actuales”[2]. En este mismo espíritu, agradeciendo a nuestros políticos su dedicación y entrega en favor de los demás, exhortamos a todos a ejercer el derecho de votar y cumplir con esta obligación de la que sólo por razones graves puede uno sentirse dispensado.

Rogamos al Señor con la intercesión de Santa María y del apóstol Santiago, que las próximas elecciones contribuyan al bien común de nuestro pueblo.

Provincia Eclesiástica de Santiago de Compostela, 30 de enero de 2009.

+ Julián, Arzobispo de Santiago

+ José, Obispo de Tuy-Vigo

+ Luis, Obispo de Ourense

+ Manuel, Obispo de Mondoñedo-Ferrol

+ Alfonso, Obispo de Lugo

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[1] CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, n.73.

[2] PABLO VI, Carta apostólica Octogesima adveniens n.50. Cfr. Gaudium et Spes, 4:” El Concilio exhorta a los cristianos, ciudadanos de la ciudad temporal y de la ciudad eterna, a cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados siempre por el espíritu evangélico”.