NICARAGÜA: DOCUMENTO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL EN DEFENSA DE LA FAMILIA Y LOS ADOLESCENTES.
Ideología de Género, Derechos sexuales y reproductivos, Uniones de hecho, Homosexualidad.
FAMILIA: VUELVE A TU VERDAD AUTÉNTICA PARA SER EL FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD NICARAGÜENSE, 19-03-03. "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn 8,32). La versión completa puede encontrarse en www.tmx.com.ni/~cen/
Introducción
1. El papel de la familia en los actuales momentos es determinante para encauzar a Nicaragua hacia un futuro lleno de esperanzas. Puesto que la familia es la forma básica y más sencilla de la sociedad, se constituye en la principal escuela de todas las virtudes sociales, siendo el semillero de la vida social, donde se aprende y se ejercita la capacidad de amar y de servir, la obediencia, la preocupación por los demás, el sentido de responsabilidad, la solidaridad, etc. Por ello, "la salud de una sociedad se mide por la salud de las familias: una sociedad y cultura sanas se reflejan y se nutren de la salud de la familia. Igualmente, una sociedad y cultura enfermas se reflejan en una familia débil y deteriorada" (Declaración de santo Domingo sobre "la situación y perspectivas de la familia y de la vida en América", 12 de octubre de 2002, n. 5). (…)
Los daños contra la familia
11. ¿Por qué está siendo tan atacada la familia? ¿por qué se pretende dividirla tanto? Nos viene a la memoria la carta que Su Santidad el Papa Juan Pablo II dirigió a las familias del mundo el 2 de febrero de 1994, en la cual afirmó: "el amor con que se aman los esposos y los hijos en la familia terrena, es reflejo del amor con que se ama la familia trinitaria en el cielo". Bella expresión espiritual sobre la familia que se contrapone con una adversa realidad: si el demonio ataca a la familia en la tierra, es porque ella es lo que más se parece a Dios uno y trino; no habiendo podido romper los huesos del cuerpo de Cristo en la cruz, quiere romper o dislocar los miembros del cuerpo místico de Cristo: la Iglesia, y las familias de nuestra Iglesia.
12. En efecto, como es perceptible a través de noticias nacionales e internacionales, en muchas naciones la verdad sobre la familia está amenazada. El Pontificio Consejo para la Familia afirma que "debido a una fuerte presión ideológica, se diría que hay el propósito de desmontar pieza por pieza el edificio de la familia fundamentada sobre el matrimonio. Con sutiles instrumentos de manipulación intelectual y jurídica y de ambigüedad terminológica, se extiende cada vez más una mentalidad que con el pretexto de progreso y de modernidad va destruyendo los principios y los valores básicos del matrimonio y de la familia" (Declaración de Santo Domingo, nn. 1-2, 12-10-2002). Nos aflige profundamentecontinúa la citada Declaración la pretensión de dar un reconocimiento legal, con los efectos jurídicos que la tradición de los pueblos sólo reconocía al matrimonio, un bien eminentemente público, a las llamadas "uniones de hecho", en sus diversas versiones y etapas (Cfr. n.7).
13. Nuestro país no está exento de esta problemática. Por ejemplo, el folleto de "Derechos sexuales y reproductivos: Un enfoque para adolescentes" que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (junto con la Procuraduría Especial de la Niñez y de la Adolescencia) han difundido para los adolescentes nicaragüenses, afirma que ellos tienen el derecho a "elegir el estado civil: casado, soltera, unión de hecho estable" (pág. 15). Esta enseñanza implica una verdadera discriminación de la familia matrimonial, puesto que la considera a un nivel semejante al de cualquier otra convivencia, sin importar para nada que exista o no un compromiso público de fidelidad recíproca y de generación-educación de los hijos (Cfr. Pontificio Consejo para la Familia: "Familia, Matrimonio y uniones de hecho", n. 10).
14. Más preocupante aún es cuando se pretenden legalizar o considerar como normales las uniones o "matrimonios" entre personas del mismo sexo, tal como parece desprenderse de algunos de los artículos de la "Ley de Igualdad de Oportunidades", que se ha estado discutiendo en la sala mayor de nuestra legislación y que está invadida de los términos aparentemente indefinidos o ambiguos como "Género", "Derechos sexuales y reproductivos" y "Salud reproductiva". En efecto, la familia es turbada constantemente por quienes pretenden reducirla a un espacio de poder frente a una falsa concepción de libertad y autonomía individual. Hay fuerzas hostiles a la institución familiar que pretenden introducir "nuevos modelos de familia", que modifican sutilmente el núcleo familiar querido por Dios. Con ello, se pretende introducir un nuevo concepto de familia, al decir que existen "diversos tipos de familias", pretendiendo dar licitud a la unión entre homosexuales y lesbianas, ensayando una caricatura del matrimonio, fuera de la querida y revelada por Dios.
La "Ideología de Género"
15. Algunos acusan a la Iglesia de querer imponer sus ideas o valores confesionales sobre el matrimonio, pero hemos visto que lo que enseñamos está en la línea de la ley natural, elevada por la salvación traída por Jesucristo, nuestro Señor. Sin embargo, es al revés, pues han surgido algunos grupos que -importando teorías de escritores ajenos a nuestra cultura- están tratando de imponer la "Ideología de Género" en nuestra sociedad, la cual es contraria a nuestros auténticos valores familiares y morales.
16. Para explicar en pocas líneas en qué consiste la "Ideología de Género", acudiremos a uno de los ya citados documentos del Pontificio Consejo para la Familia ("Familia, Matrimonio y uniones de hecho"), el cual expone que quienes defienden esta ideología afirman que "ser hombre o mujer no estaría determinado fundamentalmente por el sexo sino por la cultura". "Los expertos suelen distinguir entre "identidad sexual" (es decir, conciencia de identidad psicobiológica del propio sexo, y de diferencia respecto al otro sexo) e "identidad genérica" (es decir, conciencia de identidad psico social y cultural del papel que las personas de un determinado sexo desempeñan en la sociedad). En un correcto y armónico proceso de integración, la identidad sexual y genérica se complementan, puesto que las personas viven en sociedad, de acuerdo con los aspectos culturales correspondiente a su propio sexo". Para los seguidores de la Ideología de Genero, "la identidad genérica sexual es independiente de la identidad sexual personal. Es decir, que los géneros masculinos y femeninos de la sociedad, serían el producto exclusivo de factores sociales, sin relación con verdad con verdad alguna de la dimensión sexual de la persona" ( n.8).
17. De este modo, para esta concepción individualista de la persona, cualquier actitud sexual resultaría justificable, incluida la homosexualidad, y más bien es la sociedad la que debería cambiar para incluir -junto al masculino y femenino- otros géneros, tales como homosexual, lesbiana, bisexual e indiferenciado. Es evidente, por tanto, que la Ideología de Género pretende reivindicar para las uniones de hecho (incluso las homosexuales y lesbianas), un status legal, similar al del matrimonio normal entre un varón y una mujer, por lo que se designa como "familia" a cualquier tipo de unión consensual.
18. Frente a esta concepción contraria al orden natural, habrá que estar claros que, tanto la mujer como el hombre han sido creados a imagen de Dios (Cf. Gn 1,27). La Iglesia define claramente el papel o rol que Dios ha designado para el hombre y la mujer: "corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar" (Catecismo de la Iglesia n. 2333). La tarea de dominar el mundo no es exclusiva del hombre solo ni de la mujer, sino que ambos unidos continúan con la obra de la creación, de ser con Dios co-creadores. Corresponde pues, a la mujer tanto como al hombre (Cf. Puebla n. 841). También la doctrina evangélica sobre la dignidad de la mujer, subraya su papel "como madre, defensora de la vida y educadora del hogar" (Santo Domingo n. 105). Por tanto, cualquier posición exclusivista de la mujer reduce su naturaleza y misión; o se le niega su especifica dimensión femenina o se la pospone en su dignidad y derechos o se le convierte en mero objeto de placer.
"Derechos" sexuales y reproductivos
19. Lamentablemente, las ideas antes expuestas han encontrado acogida favorable en un buen número de importantes instituciones internacionales, con el consiguiente deterioro del concepto mismo de familia, cuyo fundamento natural y auténtico es y no puede no serlo el matrimonio (Cf. Familia, Matrimonio y uniones de hecho n.8).
20. Por ejemplo, en el folleto "Derechos sexuales y reproductivos: Un enfoque para adolescentes" que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (junto con la Procuraduría Especial de la Niñez y de la Adolescencia) están difundiendo, se dice que "en Nicaragua… [estos organismos] están promoviendo un enfoque de derechos que permita a las y los adolescentes conocer en qué consisten los derechos sexuales y reproductivos y qué pueden hacer para ejercerlos de manera informada y responsable" (pág. 6). Nos preguntamos, ¿qué "derechos" reproductivos va a ejercer un adolescente? ¿desde qué edad? ¿con quién? ¿de qué "género"?.
21. El folleto explica más adelante cuáles son algunos de los pretendidos "derechos" sexuales y reproductivos de los adolescentes: "Decidir tener o no relaciones sexuales y cuándo tenerlas… Decidir la finalidad del ejercicio de la sexualidad: afectividad, comunicación o procreación… Elegir el estado civil: casado, soltera, unión de hecho estable… Tener libertad para el uso y elección oportuna y adecuada de métodos anticonceptivos o proconceptivos (pp. 14-15). Cabe preguntarse: ¿no favorecen la esclavitud de la carne estos «programas culturales» modernos?, pues son programas que «juegan» con las debilidades del hombre, haciéndolo así más débil e indefenso. Es necesario aclarar que, el verdadero amor no se reduce sólo a la satisfacción de la concupiscencia (cf. 1 Jn 2, 16) o a un recíproco «uso» del hombre y de la mujer, esto hace a las personas esclavas de sus debilidades. (cf. S.S. Juan Pablo II, "Carta a las familias", n. 13).
22. Pueblo de Nicaragua, católicos o no, ¿es así como vamos a formar una juventud responsable y fiel a su cónyuge cuando decida contraer matrimonio? ¿Es así como se formarán las familias fuertes y nobles que necesitamos en nuestro país? ¿Es así cómo la Procuraduría Especial de Derechos Humanos para la Niñez y la Adolescencia va a contribuir para que las niñas menores de edad no resulten embarazadas? ¿Desde cuándo la fornicación es un derecho o una virtud?.
23. En nuestra carta pastoral sobre "algunos aspectos de la catequesis familiar" (1989), recordábamos que "la familia ha ser un lugar donde el Evangelio sea transmitido a cada uno de sus miembros y desde éste irradie hacia otros, todos evangelizan y son evangelizados". De tal manera que la única posibilidad de esperanza frente al poder desintegrador de estas nuevas ideas que pretenden desvincular la unidad familiar, es lograr penetrar el Evangelio en todos los ambientes y grupos humanos, y ésta también comprende la batalla en la educación, es decir, la posibilidad de lograr un rescate de los verdaderos valores evangélicos y humanos, ciertamente comprende un alto grado de voluntad consciente por parte de todos por la educación y formación de cada uno: O se forma para el bien o se forma para el mal.
Exhortación final
24. Queridos hermanos, hemos comenzado este Mensaje con unas palabras de Jesucristo, unas palabras que atraviesan todas las épocas y las generaciones, unas palabras amables que llegan hasta nosotros, y nos dicen "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn 8, 32). Las ideas y derechos antes mencionados, ¿son la verdad sobre el matrimonio? ¿son la verdad sobre la finalidad de la sexualidad humana? ¿son verdades o mentiras? ¿liberan o esclavizan? ¿forman o deforman?.
25. Es tarea apremiante fortalecer a la familia, en la cual nos encontramos todos comprometidos. Es tarea de los agentes de pastoral comprometerse abiertamente a sanar las heridas a través de una continua, renovada y beligerante pastoral de la familia; para hacer sentir a toda la sociedad el grave daño que puede significar la destrucción de la familia y en consecuencia de la misma sociedad. Se necesitan laicos en las escuelas y en las universidades que prediquen el evangelio a todo tiempo, se necesitan sacerdotes que orienten las conciencias en orden a la moral y a la verdad, se necesitan religiosos y religiosas que, cual fermentos en la masa, eduquen en el amor hermoso de Cristo.
26. Nicaragüenses todos, no dejemos que otros quizá sin mala intención o por ignorancia nos impongan modos de conducta antinaturales o inmorales. No tengamos miedo a proclamar que la familia auténtica se basa en el matrimonio entre un varón y una mujer; no tengamos miedo a decir que la sexualidad humana es un gran bien un gran tesoro porque transmite el bien más grande, es decir, la vida humana; no tengamos miedo a decir que precisamente por esto porque se trata de la vida humana las relaciones sexuales entre adolescentes o cualquier persona deben realizarse dentro del matrimonio, que es el ámbito más digno y pleno para que nazca y se eduque un ser humano.
27. Es curioso, pero en los escritos que promueven estas ideologías no suele aparecer la palabra castidad, la cual parece actualmente prohibida, como un tabú, algo de lo que no se debe hablar. Sin embargo, la virtud de la castidad "no hay que entenderla como una actitud represiva sino, al contrario, como la transparencia y la custodia, al mismo tiempo de un don recibido, precioso y rico: el del amor, en vista de la donación de sí que se realiza en la vocación específica de cada uno" (Pontificio Consejo para la Familia, "Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia", n.4).
28. La castidad, efectivamente, se ordena al "don de sí" porque implica el "dominio de sí". Puesto que "nadie puede dar lo que no posee: si la persona no es dueña de sí misma por medio de las virtudes y, concretamente, de la castidad carece de aquella autoposesión que la hace capaz de donarse. La castidad es la energía espiritual que libera el amor del egoísmo y de la agresividad. En la medida en que en el hombre se debilita la castidad, su amor se hace progresivamente egoísta, es decir satisfacción de un deseo de placer y no ya un don de sí" ("Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia" n. 16). Por ello, "la alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado" (Catecismo de la Iglesia n. 2339).
29. Ciertamente, la educación sexual es necesaria, pero recordando que son los padres de familia los primeros responsables, y que debe realizarse según las edades de los hijos y dentro de un contexto de vocación al amor en el matrimonio: no se les debe presentar ningún material de carácter erótico, ni invitarlos a actuar de modo que puedan ofender objetivamente la modestia (Cfr. "Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia" nn.115-127).
30. En este contexto, cabe recordar que efectivamente algunas personas "presentan tendencias homosexuales profundamente radicadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta" (Catecismo de la Iglesia n. 2358). Estas personas también están llamadas a la castidad, y mediante virtudes de dominio de sí mismo pueden educar su libertad interior; si son bautizados, "pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana" (Catecismo de la Iglesia n. 1239; Congregación para la Doctrina de la Fe: "Declaración Persona humana, acerca de algunas cuestiones de ética sexual", 29-12-1975 y "Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la atención a las personas homosexuales", 1-10-1986).
31. La lucha por vivir la castidad le corresponde a cada uno, según el estado civil y la edad en que se encuentre; la lucha por defender el verdadero sentido de la familia, del matrimonio y de la sexualidad humana nos corresponde a todos; pero en estas luchas no estamos solos, contamos afortunadamente con la ayuda de una Mujer, aquella Mujer cuyo Hijo vendría a pisar la cabeza del Maligno (Gn 3,15), una Mujer que nos dice constantemente "Haced lo que Él os diga" (Jn 2,5), una Mujer a quien en Nicaragua gritamos : "Quién causa tanta alegría?.
32. Imploremos a nuestra Madre la Siempre Virgen María tan amada por nuestro pueblo para que en estos momentos en que se encuentra amenazada la familia por fuerzas hostiles, se fomente el rezo del Rosario en las familias nicaragüenses, nos ayude a todos a no tener miedo a conocer y practicar la verdad sobre nosotros mismos: una verdad que libera, una verdad que nos hace felices y nos permite hacer felices a los demás.
Que San José, casto esposo de la Virgen María, nos ayude a vivir la santidad en nuestras familias nicaragüenses.
Dado en Managua, a los diecinueve días del mes de marzo de dos mil tres, en la Solemnidad de San José.
CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA Doy fe: +Mons. Juan Abelardo Mata Guevara, Obispo de Estelí, Presidente del Departamento Episcopal Movimientos Laicales, Laicos y Familia (Vida), Conferencia Episcopal de Nicaragua.