25.05.04

643 - ONU-OMS: SALUD REPRODUCTIVA: OBJETIVOS Y METAS DE DESARROLLO

ONU-OMS: SALUD REPRODUCTIVA PARA ACELERAR LOS OBJETIVOS Y METAS DE DESARROLLO.

Otra genuflexión de Argentina.

Fuentes: Propias; UN News, 23-05-04; A 57/12, 08-04-04; A 57/13, 15-04-04; A 57/11, 22-05-04.

Por Juan Bacigaluppi

Del 17 al 22 de mayo se celebró en Ginebra, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud nº 57, a la que sigue la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS (24 al 27 de mayo). Este año los países reunidos en Ginebra adoptaron la Estrategia Global de la OMS sobre Dietas; Actividad Física y Salud.

La Asamblea Mundial de la Salud también incorporó una nueva resolución sobre salud reproductiva (aborto encubierto) con el pretexto de "combatir la expansión de las enfermedades de trasmisión sexual y para hacer el embarazo y el parto más seguros", (Salud reproductiva: proyecto de estrategia para acelerar el avance hacia el logro de los objetivos y metas internacionales de desarrollo, -objetivos y metas del Milenio para el Desarrollo-).

Ese plan apunta a cinco áreas de prioridad "a mejorar la atención prenatal, el postparto y el cuidado del recién nacido; el abastecimiento de los servicios de alta calidad de planificación familiar", (que incluyen el método abortivo llamado 'anticoncepción de emergencia'); "la eliminación del aborto inseguro; combatir las infecciones sexualmente transmitidas; y la promoción de la salud sexual".

"El sexo inseguro es uno de los mayores riesgos a nuestra salud hoy, en gran parte como resultado de infecciones sexualmente transmitidas, tales como el HIV/AIDS", dijo Joy Phumaphi, Asistente del Director General de la OMS para la Familia y la Salud de la Comunidad, y añadió, "eliminarlo es fundamental para el desarrollo social y económico de las comunidades, las macro-economías y las naciones".

Entre los diversos documentos estudiados se trató también "La familia y la salud en el contexto del décimo aniversario del Año Internacional de la Familia", del que destacamos el párrafo nº 10 que dice:

"La mala salud reproductiva representa una carga de morbilidad y discapacidad desproporcionadamente elevada entre las mujeres en edad fecunda de los países en desarrollo. Los problemas relacionados con el embarazo y la procreación, y con las infecciones transmitidas sexualmente, representan un porcentaje importante de los años de vida sana perdidos por ese grupo de población. La Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo, 1994) aprobó por consenso un esbozo de un programa de acción para la salud reproductiva, que marcaba un nuevo compromiso por parte de los gobiernos y la comunidad internacional hacia el acceso universal a los servicios de salud reproductiva. La OMS presta apoyo a actividades de investigación y programáticas destinadas a mejorar la planificación de la familia, conseguir que los embarazos sean más seguros, promover la salud del recién nacido y ayudar a las personas a protegerse de las infecciones de transmisión sexual y del aparato reproductor y a recibir la debida atención cuando las contraen. Asimismo, trata de reforzar la capacidad de los países para ayudar a sus habitantes a proteger y mejorar su propia salud sexual y reproductiva y la de sus parejas, y para ofrecer acceso a servicios reproductivos de buena calidad cuando se necesiten".

Es decir, la referencia al Año de la Familia es sólo una excusa para extender la "cultura de la muerte", sobre todo cuando hace ya varios años la OMS publicó en su revista oficial que un componente básico de la salud reproductiva es el aborto quirúrgico legal. En la misma exposición de principios la OMS dijo que un "pre-requisito para hacer el aborto seguro, es legalizarlo", (vid. NG 332, 23-07-00); luego: que ahora un funcionario de la organización reconozca que también hay muertes de mujeres a consecuencia del aborto legal, no significa un paso atrás en las políticas de la OMS, sino que se pondrán más medios para hacer "más segura" la ejecución del aborto quirúgico legal.

Otra genuflexión de Argentina

El ministro de Salud, Ginés González García presidió la delegación de Argentina a la Asamblea de la OMS. A parte de los diplomáticos de la Misión Permanente, asistieron también, entre otros, las senadoras nacionales Ada Maza (PJ, La Rioja) y Silvia Gallego (PJ, La Pampa) y el diputado nacional Oscar González, (PJ, Córdoba).

Pocos días después, el 24 de mayo, el presidente Kirchner presentó con González García el Programa Nacional de Salud, "para que la salud sea el motor de la lucha contra la pobreza". Entre las metas del Programa, enunciadas según el lenguaje del totalitarismo abortista se encuentran:

"Reducir en al menos un 10 por ciento la tasa de fecundidad adolescente. Implementar programas de salud sexual y procreación responsable en todas las jurisdicciones del país. Que al menos el 60 por ciento de los centros de salud de cada provincia se haya incorporado al programa. Llegar a reducir al menos en un 20 por ciento las hospitalizaciones por aborto. Asegurar que todas las mujeres que se encuentran bajo el programa provincial de salud sexual y procreación responsable se hayan realizado al menos un PAP en los últimos tres años", (con referencia a este punto, tenemos experiencia que ese estudio ginecológico es el pretexto usado por los agentes del Estado para mentalizar a las mujeres sobre la "necesidad" de usar anticonceptivos). FIN, 25-05-04.

16.05.04

642 - USA: POLÍTICOS ABORTISTAS NO ESTÁN EN COMUNIÓN CON LA IGLESIA

USA: POLÍTICOS ABORTISTAS Y SUS ELECTORES NO ESTÁN EN PLENA COMUNIÓN CON LA IGLESIA. Deben abstenerse de la Comunión.

Fuentes: Propias; Life Site 14-05-04; Pro-Life Report 15-05-04, nº 3259; NG 561.

Por Juan Bacigaluppi.

Mons. Michael J. Sheridan, obispo de Colorado Springs, recordó enérgicamente los principios morales que han de practicar los católicos que se dedican a la política y sus electores (vid. Diócesis de Colorado Sprigs, pag. web).

En su Carta Pastoral de mayo, Mons. Sheridan, dice: "Cualquier político católico que defienda el aborto, las investigaciones ilícitas con células estaminales y cualquier forma de eutanasia se autoexcluye de la plena comunión con la Iglesia y pone en riesgo la salvación de su alma. Cualquier católico que vota por candidatos que defienden el aborto, la investigación ilícita con células estaminales, o la eutanasia, sufre las mismas consecuencias. Por esta razón, esos católicos, tanto los que se postulan a un cargo como aquellos que los votan, no deben recibir la Sagrada Comunión hasta que no rectifiquen su conducta y se reconcilien con Dios y con la Iglesia a través del Sacramento de la Penitencia". (Nota: Un modo de obtener células estaminales para investigación es extraerlas de embriones "producidos" por fecundación artificial -también llamada in vitro o asistida-, o por clonación, lo que convierte a la investigación en inmoral o ilícita).

Mons. Sheridan afirma que por encima de cualquier otra razón, a la hora de votar debe tenerse en cuenta el absoluto respeto del derecho a la vida.

El mismo criterio, expone Mons. Sheridan, debe aplicarse hacia la perversión llamada "matrimonio entre personas del mismo sexo". "Al igual que en las cuestiones relacionadas con el aborto, si un político católico promueve el llamado 'matrimonio entre personas de un mismo sexo' y si algún católico vota a quienes lo propongan o promuevan, en ambos casos se colocan fuera de la plena comunión con la Iglesia y no pueden recibir la Sagrada Comunión hasta que no rectifiquen su posición y se reconcilien acudiendo al Sacramento de la Penitencia".

Sheridan termina llamando a la oración por la conversión de aquellos continúan llamándose católicos y se oponen a la ley de Dios.

Mons. Sheridan no es el único obispo norteamericano que ha recordado con energía estos aspectos de la doctrina de la Iglesia:

El 22 de enero de 2003, el obispo de Sacramento (California), Mons. William Weigand recordó que los católicos no pueden apoyar a candidatos abortistas y advirtió que el entonces gobernador de California, quien se ufanaba de ser católico y apoyar el aborto, no podía acercase a comulgar, (NG 561).

En enero de este año el arzobispo de New Orleans, Mons. Alfred C. Hughes, hizo la misma advertencia con respecto a los candidatos abortistas, insistiendo en la obligación moral de los ciudadanos católicos de no votarlos, (Clarion Herald, 14-01-04).

En febrero, el arzobispo de San Luis, Mons. Raymond Burke, declaró que el candidato demócrata a la presidencia John Kerry, no podía recibir la comunión por abortista y pro-homosexual. Mons. Burke, siendo aún obispo de La Crosse (Wisconsin) a fines de 2003, dirigió una carta a cada uno de los representantes nacionales católicos de ese estado y a los políticos locales, aclarándoles los mismos principios doctrinales, (Life News, 02-02-04) y recordó a sus fieles la obligación de no votar por candidatos que promueven el aborto y otros atentados contra la vida humana y las uniones del mismo sexo.

Entre otras cosas Burke dijo en ese momento, que se deben respetar en todas las circunstancias los principios de ley natural como el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y que ese respeto por la ley natural no contradice la separación de la Iglesia y el Estado. Además dijo que cuando las leyes positivas no respetan la ley natural es lícita la desobediencia civil, tal y como lo afirmó un no-católico: Matin Luther King. Y entre otras cosas agregó: "Los legisladores católicos que son miembros de la feligresía de la diócesis de La Crosse y que continúan apoyando el aborto o la eutanasia no se deben presentar a recibir la Sagrada Comunión. Y si se presentaran no serán admitidos a la Comunión, hasta que se retracten públicamente de su apoyo a estas prácticas inmorales", (Carta Pastoral Dignidad de la Vida Humana y Responsabilidad Cívica y Notificación a los Políticos, 23-11-03, página web Diócesis de La Crosse). FIN, 16-05-05

13.05.04

641 - MÉXICO SOBRE EL INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA GENÓMICA

DECLARACIÓN SOBRE LA APROBACIÓN DEL INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA GENÓMICA; 13 de mayo de 2004.

El Congreso de México acaba de aprobar la creación del Instituto de Medicina Genómica, en la ley que lo crea se ha eliminado una cláusula que prohibía la utilización de células troncales embrionarias, la manipulación de embriones y la clonación, por eso el Episcopado de México ha emitido la declaración que trascribimos a continuación. Mientras tanto recordemos que el gobierno argentino acaba de anunciar su apoyo a la clonación terapéutica y por consiguiente su cambio de posición en la ONU con respecto a este tema, (vid. NOTIVIDA 221, http://www.notivida.com.ar ).

A la Iglesia y al pueblo de México:

¡Paz y gozo en el Señor Jesús resucitado!

En días pasados se ha hecho pública la aprobación que hicieron los Senadores y Diputados a la modificación de la ley general de salud, por la que se crea el Instituto de Medicina Genómica (INMEGEN). Ante este hecho el Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, junto con la Comisión episcopal de Pastoral Familiar y su Departamento de la Vida, declaran lo siguiente:

1. La medicina genómica, al identificar las variaciones en el genoma humano que traen consigo riesgos de enfermedades, puede ser una gran esperanza para mejorar la salud y la vida de los mexicanos, por las siguientes posibilidades: Reconocer a los individuos con predisposición a padecer determinadas enfermedades antes de que se presenten sus síntomas; retrasar las manifestaciones de esas enfermedades; evitar sus complicaciones y secuelas; obtener tratamientos específicos menos tóxicos y más eficaces. En este sentido vemos positivamente la creación del Instituto mencionado, el INMEGEN, ya que permitirá desarrollar la investigación y aplicar médicamente los conocimientos sobre el genoma humano.

2. Sin embargo, en la referida ley aprobada por los Senadores y Diputados, se eliminó una cláusula que prohibía la clonación, llamada también trasplante nuclear o transferencia nuclear, y la utilización de células madre provenientes de embriones vivos. Nos alegra haber escuchado públicamente del Secretario de Salud que el INMEGEN no incluirá la clonación; por ello más nos extraña el empeño que prevaleció en las Cámaras para eliminar sorpresivamente esa cláusula.

3. La clonación, tanto reproductiva como terapéutica, se realiza extrayendo el núcleo del óvulo (el cual tiene la mitad de la información genética), se desecha el núcleo y se sustituye por el núcleo de cualquier célula del cuerpo del individuo que se quiere clonar (que tiene la información genética completa); después de aplicarle un estímulo, se inicia el proceso de multiplicación celular, constituyéndose el embrión, o sea un nuevo ser humano.

4. Si el embrión se utiliza para implantarse en el útero, tenemos la clonación reproductiva. Si el embrión se utiliza para tomar sus células madre, también conocidas como troncales o estaminales, a fin de curar enfermedades, destruyendo así la vida del embrión, tenemos la clonación llamada terapéutica, que comporta graves implicaciones éticas porque para curar a algún ser humano hay que destruir a otro que ya existe en la etapa de embrión.

5. Toda investigación científica, en particular la que se desarrolla en este campo, ha de guiarse por sólidos principios morales; de entre ellos destaca el respeto a los derechos humanos, de los cuales el primero y fundamental es el derecho a la vida y el respeto a la dignidad e integridad de cada persona humana desde su concepción hasta su muerte natural.

6. Esta dignidad inalienable exige de manera directa abstenerse de toda forma de clonación humana, la cual constituye una violación de la identidad de la persona tanto a nivel biológico como psicológico. Es reprobable crear seres humanos como "copia" de otros (clonación reproductiva), destruyendo el sentido de paternidad, filiación y consanguinidad; la clonación reproductiva ha sido mundialmente rechazada. Es reprobable también la creación de seres humanos como "depósito de refacciones", (clonación terapéutica), aunque sea al servicio de otros seres humanos enfermos, ya que ello constituye una instrumentalización y cosificación de la persona humana.

7. Igualmente el respeto a su identidad genómica implica la prohibición de patentar o usar con fines comerciales su patrimonio genómico y el discriminar a las personas por el conocimiento de su intimidad genética.

8. Aunque la norma aprobada no incluya la prohibición explícita de la práctica de la clonación y de la manipulación de embriones, recordamos que nuestras leyes de por sí las prohiben de manera general en sus artículos 1º, 4º, 14, 30, 32 37 y 123 de la Constitución y en la jurisprudencia 14 de 2002 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que reconocen y tutelan el derecho a la vida de cada ser humano, prohiben la manipulación de los individuos humanos y aceptan que el embrión es sujeto de derechos desde el momento mismo de su concepción; entendida en nuestras leyes como la fecundación, el momento en el que se completa el nuevo genoma humano que es la base de la individualidad.

9. Nos es especialmente doloroso constatar que en el debate de las Cámaras de Senadores y Diputados, ha prevalecido un enfoque político partidista por encima del bien precioso de la vida humana y, por lo tanto, de la sociedad. Por ello recordamos con firmeza que la vida de cada ser humano está por encima de las luchas entre fracciones políticas.

10. Nuestra postura no proviene exclusivamente de una visión de fe religiosa, sino que implica una estricta reflexión racional. Para aprovechar los avances de la ciencia es indispensable ser iluminados por criterios éticos que respeten y promuevan la dignidad de cada ser humano desde el inicio de su existencia.

11. A los católicos queremos recordar su derecho y obligación moral de oponerse a participar en cualquier investigación que no respete estos principios morales. En concreto deben interponer objeción de conciencia, para no participar, ni colaborar, siquiera indirectamente, en investigaciones con células troncales humanas provenientes de embriones vivos u obtenidas mediante trasplante nuclear.

12. Recordamos que para la investigación de diversas terapias con células madre o troncales queda abierta la posibilidad lícita desde el punto de vista ético, de aislarlas de tejidos y órganos adultos, como es el cordón umbilical, la médula ósea y la placenta. Por esta vía quedan abiertas muchas posibilidades como es la creación de bancos de cordones umbilicales.

13. Invitamos a la sociedad en general a ejercer una estricta vigilancia para que en el loable desarrollo de la investigación científica, siempre se observen los principios morales y jurídicos que parten del reconocimiento del valor intangible de la vida de cada individuo humano, que jamás podrá ser usado como medio o instrumento, atentando contra su dignidad de hijo de Dios.

José Guadalupe Martín Rábago Presidente de la C.E.M; Carlos Aguiar Retes, Secretario General de la C.E.M; Rodrigo Aguilar Martínez, Pdte. de la Com. Episc. de Past. Familiar Francisco J. Chavolla Ramos, Responsable del Depto. de la Vida, 13 de Mayo de 2004.

10.05.04

640 - CHILE: EL CARDENAL ERRÁZURIZ Y LA DISTRIBUCIÓN DE ABORTIVOS (III).

CHILE: DOCUMENTO DEL CARDENAL ERRÁZURIZ. DISTRIBUCIÓN DE ABORTIVOS POR PARTE DEL ESTADO (III).

(vid. también NG 635). (Continúa del número anterior).

La píldora del día después

Reflexionemos también sobre el fármaco que se quiere distribuir gratuitamente, ya que en este contexto - tanto en nuestro país como en muchos otros países del mundo - ha surgido la polémica acerca de la así llamada "píldora del día después" o la "anticoncepción de emergencia". El fármaco ha de ser analizado desde diferentes puntos de vista, tales como el daño que puede producir a la mujer, la igualdad de oportunidades, las distintas posturas en el orden de los valores que conviven en una sociedad plural. Una cosa, sin embargo, es segura: se trata de un fármaco contrario a la concepción, como lo dice su nombre. Ya este hecho no es irrelevante para la conciencia. Sin embargo, la pregunta que ha desatado la gran polémica es otra: ¿elimina o no elimina una vida humana? Si la eliminara, poco importa el respeto que algunos querrían a la exaltación de la libertad individual, hasta el extremo de aceptar lo inaceptable: el presunto "derecho" a suprimir vidas humanas.

En esta materia hay que estar vigilante, porque son incalculables los intereses económicos y políticos que están en juego a nivel internacional, en relación al aumento o descenso de la natalidad. Somos testigos de la alteración progresiva del lenguaje, en todas las latitudes, para hacer aceptable lo que no lo es. El concepto de embarazo fue alterado: hasta hace poco tiempo todos lo definían como el proceso que comienza con la concepción de un nuevo ser. Hoy hay quienes plantean su inicio con la anidación en el útero de la madre del óvulo fecundado. Además no faltan quienes pretenden que la vida comienza recién con dicha anidación. Por otra parte, se llega al extremo de que ciertos Estados resuelven negarle al niño en gestación, mientras no haya nacido, todo derecho a la vida; también cuando está naciendo, después de nueve meses de gestación. Según los estudios del Consejo Pontificio para la Familia, todas éstas son alteraciones del lenguaje que, en general, han sido promovidas con la intención de lograr que la cultura y los legisladores abran las puertas a la manipulación de óvulos fecundados, y al control artificial de la natalidad, también mediante el aborto.

Por inexplicable omisión, cuando el Instituto de Salud Pública aprobó por primera vez en Chile este fármaco, si bien reconoció que uno de sus posibles efectos consistiría en "evitar el proceso de implantación del óvulo fecundado en el útero de la madre" 2, dejó para más adelante la pregunta más relevante y decisiva, acerca del momento en el cual se inicia una vida humana. No podía ser dejada para más tarde. Precisamente la disparidad de pareceres y de estudios en una materia tan delicada y grave como es el inicio de la vida humana, requería proceder con mucha prudencia y sin precipitaciones, confrontando las investigaciones, pidiendo el parecer del mayor número de instancias de relevancia científica y ética. De hecho, la embrología y la genética confirman que una nueva vida humana se inicia en el momento de la fecundación del óvulo 3. El hecho de dejar en manos de una institución de salud un asunto de tal gravitación para la cultura y la ética privada y pública de un país, como es el respeto del derecho a la vida, cuestiona nuestro ordenamiento jurídico.

La Iglesia católica no tiene sobre estas materias una doctrina arbitraria. Por una parte, remonta su enseñanza al Evangelio anunciado por el Señor. En sus disputas con los fariseos, Jesús reaccionaba contra una manera externa de comprender la religión. Él quería que los sentimientos, los pensamientos y las intenciones de sus discípulos surgieran de un corazón nuevo, movido por el Espíritu Santo. Por eso San Pablo propone a los Filipenses que tengan entre ellos los mismos "sentimientos" que tuvo Cristo (Flp. 2.5). Por lo tanto hay que tener presente, en relación a la "píldora del día después", la intención de quienes la toman. En el caso de una violación, probablemente la persona obra después con precipitación, desesperadamente por el problema que sufre. Pero ¿quien puede dudar de que la intención de casi todas las personas que la ingieren sea excluir la posibilidad de tener familia? ¿Quién puede asegurar que la intención, en esos casos, no sea abortiva?

Por otra parte, la Iglesia basa su enseñanza en las investigaciones científicas. Para la aprobación de un nuevo fármaco, es necesario probar positivamente que éste no es una amenaza para la vida del ser humano. Por eso, la investigación debía probar que la "píldora del día después" (Levonorgestrel) no impide la anidación del óvulo fecundado en el útero materno, es decir, que no elimina una vida humana en estado embrionario. A esta evidencia no han llegado los estudios científicos, y puede ser que no lleguen nunca a ella. Sin embargo, los laboratorios que la comercializan ya informan que uno de sus efectos puede ser el de impedir la implantación del óvulo fecundado en el útero materno, produciéndose así la pérdida de una vida humana. Pues bien, cuando se trata de la vida humana, no es lícito emprender una acción, sin tener la seguridad de que esa acción no la mata. Como se dice gráficamente, no se puede disparar contra un matorral cuyas ramas se mueven, ignorando si el movimiento lo provoca una liebre o un niño. Por eso, mientras no se llegue a la conclusión contraria, moralmente no es lícito su consumo.

La Iglesia no puede ser incoherente es su enseñanza. Se trata de la defensa del derecho a la vida. Por eso, con la misma energía con que intervino en favor de las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, señaló hace pocos años que era hora de abolir la pena de muerte, por ser innecesaria e inhumana. De igual manera señala hoy la necesidad de defender el derecho a la vida de todo ser humano desde sus inicios.

Nuestro mundo, ¿es favorable a la vida?

Quisiera concluir esta reflexión con unas palabras del Santo Padre sobre un fenómeno que acompaña a la globalización, ante el cual debemos ser vigilantes: "Con el tiempo, las amenazas contra la vida no disminuyen. No se trata sólo de amenazas procedentes del exterior, de las fuerzas de la naturaleza o de los 'Caínes' que asesinan a los 'Abeles'. No. Se trata de amenazas programadas de manera científica y sistemática. El siglo XX será considerado una época de ataques masivos contra la vida, de una serie interminable de guerras y de una destrucción permanente de vidas humanas inocentes. Más allá de las intenciones, que pueden ser diversas y presentar tal vez aspectos convincentes incluso en nombre de la solidaridad, estamos en realidad ante una objetiva 'conjura contra la vida', que ve implicadas incluso a instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto." El problema "está también en el plano cultural, social y político, donde presenta su aspecto más subversivo e inquietante en la tendencia, cada vez más frecuente, a interpretar estos delitos contra la vida como legítimas expresiones de la libertad individual, que deben reconocerse y ser protegidos como verdaderos y propios derechos." (Evangelium Vitae 17s)

Hay que recorrer un largo camino que atañe sobre todo a la educación al amor, a la sexualidad, a la familia, a la paternidad y maternidad responsables, a la cultura de la vida. La disociación de la sexualidad del amor conyugal y de la apertura a la vida, va generando una mentalidad anticonceptiva y abortista, que inclina a considerar la vida recién concebida como una amenaza a la felicidad, y no como un maravilloso don. La sociedad necesita que sus comunicadores la ayuden a acoger este don de Dios que es toda vida en gestación, y a apreciar a quienes lo aceptan y ayudan a crecer, también después de su nacimiento.

Que el Señor nos de su sabiduría y su gracia para valorar el asombroso don de la vida. Así se lo pido por intercesión de María Santísima, Madre de Jesús, que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.

+ Francisco Javier Errázuriz Ossa, Cardenal Arzobispo de Santiago, Santiago, 1º de mayo de 2004, Festividad de San José.

Notas:

1.- Juan Pablo II, a los participantes del curso promovido por la Penitenciería Apostólica, 27.03.2004, 3; y Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1468.

2.- Resolución de la Corte Suprema de Justicia, 30 de agosto de 2001, nº 10.

3.- Ver Helen Pearson , Revista Nature, 4 de julio de 2002, pag. 14s

FIN, 10-05-04

9.05.04

639 - CHILE: EL CARDENAL ERRÁZURIZ Y LA DISTRIBUCIÓN DE ABORTIVOS (II).

CHILE: DOCUMENTO DEL CARDENAL ERRÁZURIZ. DISTRIBUCIÓN DE ABORTIVOS POR PARTE DEL ESTADO (II).

(vid. también NG 635). (Continúa del número anterior).

(…)

Un nuevo derecho: ¿al aborto?

El ejercicio de la propia libertad tiene un límite infranqueable: el derecho a la vida de los demás. No es el único, pero es un límite absoluto cuando se refiere a la vida inocente. Vulnera gravemente este principio esa corriente que pretende justificar el aborto como un derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su propio cuerpo. El ser que viene en camino es siempre un don de Dios, una vida nueva llamada a nacer, que espera ayuda y cariño. Ya no es "su cuerpo", es una vida humana distinta a la suya, de la cual no puede disponer. Como toda vida inocente, espera de ella respeto y apoyo para nacer.

Es un gravísimo error y una irreparable injusticia exigir la aprobación de presuntos "derechos sexuales y reproductivos" que incluyan el derecho al aborto seguro, ya sea para evitar el "embarazo no deseado" (vale decir, el embarazo que no correspondió a la intención de los esposos o de la pareja, o que se produjo con violencia), o para permitir la interrupción del embarazo por razones de salud, incluso mental. Esta tendencia caracteriza a numerosos países del primer mundo, a los cuales el bienestar económico y subjetivo los lleva a optar por el uso egoísta de la libertad de los adultos, contra el derecho a la vida del ser más indefenso, cual es el ser humano en el seno de su madre.

En la carta encíclica sobre el Evangelio de la Vida, S.S. Juan Pablo II recuerda con estas palabras lo que es el aborto procurado: "es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento" (58). En esa misma carta, recurriendo a su autoridad apostólica, como casi nunca lo ha hecho a lo largo de sus 25 años de pontificado, el Papa afirma solemnemente: "Con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral" (57). Reproduzco, con amor a la verdad y a esas pequeñas criaturas inocentes e indefensas que están llamadas a ver la luz del día, esta profunda comprensión que tiene nuestra Iglesia, como Pueblo de Dios, del mandamiento dado por su Señor en el Sinaí: "No matarás".

La misericordia, siempre

Pero al mismo tiempo, escribo este juicio moral con mucho dolor, porque no se me oculta que entre quienes lean estas palabras, habrán no pocas personas que alguna vez en su vida optaron libremente por interrumpir un embarazo, otras que fueron presionadas a hacerlo, otras que aconsejaron o respaldaron esta opción, y también personal médico o paramédico que colaboró en ello. En el sacramento de la reconciliación les espera la cercanía misericordiosa de Dios. Él quiere acogerles como hijas e hijos suyos, perdonarles y aliviar su sufrimiento, adelantándose a su encuentro, como el padre del hijo pródigo. Recientemente Juan Pablo II enseñaba que el sacramento de la reconciliación "produce una verdadera 'resurrección espiritual', una restitución de la dignidad y de los bienes de la vida de los hijos de Dios, el más precioso de los cuales es la amistad con Dios"1 Recurrir a esta verdadera 'resurrección espiritual' es una manera vivificante de celebrar al Señor resucitado.

El inconmensurable valor de la vida humana nos pide que demos todo nuestro apoyo a quienes han concebido un hijo antes de haber formado una familia, y sin contar con la fidelidad de un marido. La Iglesia sólo cumple su deber como madre misericordiosa cuando propicia este apoyo. Es cierto, la concepción de los hijos debe ocurrir en ese espacio interior de amor y fidelidad que es el matrimonio y la familia, y no fuera de él. Pero, sin minimizar en nada el error y la falta cometida, ¿cómo no querer y no admirar a las jóvenes y a las mujeres que, después de haber concebido, no piensan en su propio bienestar y optan por superar todas las presiones, y deciden traer su hijo a este mundo? Que nunca se les cierren las puertas de su hogar; tampoco las puertas del corazón de quienes forman su familia y su comunidad; tampoco de quienes guían su colegio; menos aún de sus pastores, cuando lleguen a ellos pidiendo con fe la administración del bautismo. Necesitan, más que nunca, del cariño y de la confianza de los suyos. Y la sociedad precisa hogares que acojan a quienes no tienen una familia que les apoye y les brinde la ayuda que buscan. Por otra parte, hay que ofrecerles los elementos necesarios para discernir si podrán educar al niño que viene, o si tendrán que confiarlo a una familia en adopción, precisamente pensando en el bien del propio hijo.

Todo lo que hemos visto vale también en el caso estremecedor de la violación. Es comprensible el dolor inmenso de quien la ha sufrido. También el rechazo total al agresor. El sentimiento de humillación y de ira puede insinuar el propósito de alejar de la casa y de sus murallas, como también de la morada interior, todo lo que pueda haber sido del agresor. Pero el rechazo del agresor y de cuanto es pertenencia suya no puede justificar la eliminación de lo que nunca le perteneció: de una vida nueva e inocente que quiere nacer. Es cierto, la persona que sufre tales dilemas necesita mucho apoyo y comprensión; también nuestro consejo, porque la decisión de respetar la vida del hijo supone heroísmo. La pobre criatura en camino, que es inocente, puede despertar el cariño de su madre, o al menos la intención de traerla a este mundo y entregarla a padres adoptivos. A la madre Dios le recompensará con creces su opción por la vida indefensa que abriga y por la misericordia. (Continúa)