259 - JUAN PABLO II A LA FAO: DERECHOS DEL SER HUMANO

JUAN PABLO II A LA FAO: DERECHOS DEL SER HUMANO CREADO A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS

Fuente Vatican Information Service (VIS), 18-11-99

El Santo Padre recibió esta mañana a los participantes en la XXX Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con sede en Roma, y se refirió a los esfuerzos por "la promoción del bienestar de la familia humana", que hace esa agencia de la ONU.

El Papa se refirió a las diversas modalidades en las que la vida humana se halla en la actualidad "bajo asalto" e indicó que hace falta acción y no "aproximaciones paliativas" por parte de "la gente sometida a una especie de parálisis moral y que cree que se puede hacer poco o nada para atajar estos problemas desde la raíz".

"Si observamos el planeta en conjunto y la multitud de la familia humana -dijo- vemos que a millones de seres humanos se les niegan las necesidades más básicas de la vida: alimentos, agua y hogar. Las enfermedades, nuevas y viejas, continúan afectando la vida de innumerables personas. No cesan los azotes de la violencia y de la guerra. La diferencia entre ricos y pobres se agranda de manera alarmante. Los progresos científicos y tecnológicos no van siempre acompañados por la atención a los valores éticos y morales que son los únicos que pueden asegurar su correcta aplicación, hoy y mañana, para el bienestar auténtico de las gentes".

Subrayando que "está claro que la acción motivada ideológicamente no es la solución del hambre", o de otras cuestiones, Juan Pablo II, afirmó: "Lo que es necesario es el más profundo e infinitamente más creativo poder de la esperanza (…) que implica una visión del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios". A este respecto, añadió, en la última parte de este siglo "hay una conciencia creciente del valor y la dignidad del ser humano y de los derechos inviolables que de ello derivan. (…)

Cada vez se reconoce más que existen determinados derechos innatos e inviolables que no dependen de ninguna autoridad humana". Sin apertura a esos principios, agregó: "Nuestra visión del mundo estará distorsionada (…) y nuestros esfuerzos para aliviar el sufrimiento (…) destinados al fracaso".

El Santo Padre concluyó su discurso afirmando que con una recta conciencia de lo que es el ser humano, con el poder de la esperanza que ayuda a la especie humana a superar sus problemas y "con todos los medios disponibles hoy en día, la pobreza, el hambre y la enfermedad no pueden seguir considerándose como normales o inevitables". FIN