Una persecución atípica: los católicos ante el nazismo (2-2)
La situación de la Iglesia Católica, por ser jerárquica, fue menos difícil que la de la Luterana. Ésta estaba organizada como iglesias regionales autónomas (Landerskirchen), que poseían competencias iguales. Se elegía un sínodo nacional por un periodo de seis años que se reunía una vez al año para tratar cuestiones de interés general. La gestión en los landers se llevaba a cabo por diferentes direcciones eclesiales (Kirchenvorstände) cuyos miembros también eran elegidos.