Estigmas de Isabel: la Reforma y su crítica a un Papa (5-8)
d. Cuarto estigma: la reforma católica
Los Reyes Católicos no sólo se preocuparon de extirpar el error sino también, y sobre todo, de coadyuvar a la reforma y purificación de la Iglesia. Para el logro de semejante proyecto, juzgaron esencial que España pudiera contar con un grupo de excelentes obispos, dotados de lucidez y de coraje, capaces de impulsar la restauración moral de la sociedad. Y así en orden al nombramiento de los mismos, consideraron idóneo el presentar a la Santa Sede sus más ejemplares candidatos. La otra alternativa, es decir, de dejar a la Sede de Roma plena libertad en los nombramientos, resultaba altamente peligrosa, ya que con frecuencia se optaba desde allí por hijos o nietos de Cardenales, o por funcionarios de la Curia Romana que ni siquiera se interesaban por conocer el lugar al que habían sido asignados.



Nada quedó de Juana de Arco salvo su signatura en una carta intimando a los ingleses a la rendición.
Fue el pueblo de Israel quien, desde sus dirigentes, no sólo instó a los seguidores de Mahoma, sino que colaboró positivamente en el desembarco de la medialuna en tierras cristianas; la recompensa por tal traición no serían treinta monedas de plata, como antaño recibió un apóstol, sino la obtención de diversos cargos en Granada, Sevilla y Córdoba, tres de las grandes ciudades conquistadas.






