La Santa Misa, entre el incienso de los Serafines y el humo de Satanás
Hace unos días oí en un congreso donde había más de 500 jóvenes en Argentina, esta hermosa conferencia-meditación, acerca de la Santa Misa.
Con permiso de su autor, a quien conocí allí, el P. Fray Guido Casillo, OP, la comparto con uds.
P. Javier Olivera Ravasi
La Santa Misa, entre el incienso de los Serafines y el humo de Satanás
Por Fray Guido Casillo OP
(Sacerdote dominico de Santa Fé, Argentina)
“Donde quiera que esté el cuerpo allí se reunirán las águilas” Mt 24, 28[1]
Introducción
Si sabemos que nada hay más grato en la tierra a Dios y a sus santos que la Santa Misa[1], deberíamos saber qué es para los demonios y sus secuaces lo más odioso y qué es lo que más buscan furiosamente profanar. Esto parece advertirnos nuestro Señor con estas enigmáticas palabras de sus enseñanzas sobre el tiempo escatológico: “Donde quiera que esté el cuerpo allí se reunirán las águilas”. Siguiendo a los Santos Padres de la Iglesia que comentan esta frase tan misteriosa de Nuestro Señor Jesucristo, la Santa Misa se nos revela como el centro de la batalla escatológica y el alcázar donde combatimos el buen combate de la fe esperando al Señor que vuelve[2]. San Ambrosio dice: “este es el Cuerpo del cual está dicho «Mi carne es verdadera comida» (Jn 6,56)”[3]. De las águilas se afirma que son tanto los santos y los ángeles que hacen del Santísimo Sacramento del Altar su vida[4], así como también que son los demonios y herejes ávidos de atacar lo más sagrado[5], además de que ya que el texto griego lo sugiere usando un vocablo que indica indistintamente águila o buitre.

Hace unos días oí en un congreso donde había más de 500 jóvenes en Argentina, esta hermosa conferencia-meditación, acerca de la Santa Misa.
Publico aquí, resumidamente, el valiente artículo de Mons. Aguer, obispo de La Plata, Argentina, que seguramente le traerá algunos problemas, a Dios gracias. Pues si no somos sal de la tierra…
“La revolución verdadera no es la Revolución en la calle,
