"Ars imitatur naturam": sobre un cuadro de Da Vinci
Esta cárcel y estos hierros, en que el alma está metida son a veces duros y crueles. Y no sólo por razón del cuerpo -con perdón del platonismo teresiano- sino también por la misma realidad que cruelmente se nos impone.
Sin embargo, “sicut docet Philosophus, ars imitatur naturam“, decía Santo Tomás: “el arte imita la naturaleza", es decir, la esencia de las cosas. Y cuando esa esencia es bien significada, nos transporta, nos eleva, nos deja boquiabiertos; es esto lo que pasa con la música, la poesía, la pintura…
Y por más laberintos, retruécanos y emblemas, la realidad significada se nos topará, aunque a veces juegue a las escondidas.
Algo así deben haber sentido estas personas al contemplar el Salvator mundi de Leonardo que ahora se está subastando en Nueva York.
Vean nomás los rostros y piensen cómo será contemplarlo cara a cara.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi