3.02.18

"Entré atea y salí católica". Conversando con una rusa en el tren o sobre la belleza que salva

Escena:

Roma. Vagón de tren. Cura de sotana (quien escribe), sentado.

Sube una señorita joven, plenamente tatuada hasta el cuello. Le cedo uno de los asientos que estaba ocupado por mi abrigo. Se sienta con su bebé de apenas un año.

-          Gracias -me dice.

-          De nada. ¿Qué edad tiene la beba? –pregunto.

-          Dos añitos.

-          Siento que su acento no es italiano….

-          Sí, si. Soy rusa…; de paso: ¿ud. es sacerdote católico?

-          ¡Sí, claro! –respondí.

-          ¡Qué bueno que ande con sotana! Es hermoso ver que algunos los sacerdotes quieren ser identificados por la calle. Yo voy a la Misa de los primeros viernes; tengo una hora y media de viaje, pero soy muy devota del Sagrado Corazón, así que no me la pierdo.

La escena era rara: una rusa, joven, tatuada y devota del Sagrado Corazón, en Roma…

-          ¿Así que es de Rusia? Y… ¿es católica u ortodoxa? –pregunté un tanto inquisitorialmente.

-          ¡Católica! Bueno…, hace unos años me convertí.

-          ¿Ah sí?¿y cómo fue, si puede saberse?

-          Fui educada en el ateísmo pero, con el tiempo, emigré buscando trabajo a Canadá. Todos los días me tomaba el metro en la puerta de una iglesia. Cierta vez, por curiosidad, me decidí visitarla. Cuando entré, me encontré con la liturgia tradicional, en latín, con el canto gregoriano y el incienso. Y…, no sabría cómo decirlo pero entré atea y salí católica. Volví con el tiempo a Rusia e intenté asistir a la parroquia católica que me correspondía, pero no podía soportar la liturgia mal celebrada, así que busqué siempre la belleza de la forma extraordinaria. Ahora vivo en Roma y no puedo dejar de apreciar este tesoro.

Me quedé boquiabierto, mudo, sin palabras. Miré más detenidamente los tatuajes y eran todas frases en latín, acerca de la Virgen María, los santos y Nuestro Señor.

Porque los conversos son así.

Me bajé, saludé a su pequeña y las bendije a ambas.

Y recordé lo de Dostoievski: “la belleza salvará al mundo”.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

Entrevista al Padre Tadeusz Rydzyk - Wywiad z Ojcem Tadeuszem Rydzykiem (1-3)

Polonia es excepcional. Ya lo veníamos diciendo aquí, aquí y aquí. Ni teme hacer descansar a sus habitantes en el día del Señor ni pasar por una trogdolita nación del medioevo eslavo.

Lo habíamos prometido y lo cumplimos ahora: presentamos la exclusiva entrevista realizada en Noviembre del año pasado en Torun, al polémico sacerdote redentorista, el Padre Tadeusz Rydzyk, genio y figura del pueblo polaco contemporáneo. Por ser un tanto larga, la publicaremos en tres partes para dar, al final, la transcripción completa.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

AVISO: Al final de las tres entradas se publicará la transcripción completa del texto.

1.02.18

Leído para Ud.: "Elogio de la niñez". De José Ferrari

José Alberto FERRARI, Elogio de la niñez. 

Editorial Pórtico, Buenos Aires 2017, 80 pp.

por Santiago Vázquez

Cuando los santos padres meditaban acerca de las consecuencias que el pecado original dejó en el hombre, hablaban, casi unánimemente, de ignorancia. Y lo hacían para dar cuenta de un hecho que, precisamente a la inteligencia que busca curarse de este mal, resulta evidente: la incapacidad del hombre para percibir el fondo, el significado espiritual de la realidad. Para decirlo con el poeta: la incapacidad del hombre para percibir la condición eternamente milagrosa de todo lo que existe. Orígenes, por ejemplo, afirmaba que cuando el libro del Génesis indica que, una vez consumada aquella desobediencia inaugural, “los ojos de ambos [Adán y Eva] se abrieron”, lo que se está significando es la introducción de una nueva y funesta manera de ver: la carnal. El demonio logra sembrar en el corazón de Adán la desconfianza respecto del plan divino para con él. Consigue, con ello, cerrar los ojos espirituales y a esta trágica clausura sucede inmediatamente la no menos trágica apertura de los ojos de la carne. Apertura en virtud de la cual Adán y Eva se perciben desnudos.

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28.01.18

Padre Leonardo Castellani, ahora en francés

Si un libro no está en francés, difícilmente un francés lo lea, salvo que tenga un interés enorme por ello. Hace un tiempo, sin ir más lejos, conversando con el único monje argentino que hay en la famosa Abadía de Fontgombault, pasó esto:

 

- Padre Javier: hay un jesuita muy interesante, que vivió durante todo el siglo XX y murió por la década de los ’80. Un tal Castellani: ¿ud. lo conoce? ¿qué le parece? – me preguntó.

Pensando que era una broma, simplemente me reí (hace años que leo a Castellani). Pero no…; el monje, organista, iconógrafo y artista, que entró hace más de cuarenta años en esa gran abadía francesa, nunca había oído hablar en sus ambientes franceses de Castellani. Porque Castellani no estaba en francés, por ende…, no existía…

Hace unos días nomás, la editorial Pierre Guillaume de Roux acaba de publicar una preciosa recopilación que Érick Audouard tradujo para dar a conocer al mejor jesuita del siglo XX argentino, en la lengua de los galos.

Venga entonces la traducción de la entrevista, hecha por este servidor entre gallos y medianoche, que Philippe Maxence le hizo hace unos días en la revista católica francesa y esperemos que varios franceses puedan leer algún día al “profeta incómodo”, como lo llamó Octavio Sequeiros.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

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24.01.18