“Priestholes” y curas flojos de papeles
Existe todavía en algunas antiguas casas inglesas una especie de escondite conocido vulgarmente como priestholes (algo así como “huecos del cura)”.
¿A qué hace referencia el término? Al lugar donde los laicos, fieles a las enseñanzas de Roma, ocultaban a los sacerdotes perseguidos por el “tolerante” protestantismo inglés de la sangrienta “reforma” anglicana.
Tan conocidos eran que, Agatha Christie, en pleno siglo XX, los mentaba en sus novelas:
“Poirot reflexionó unos instantes y dijo:
—[…] Un camino o algo que conduzca a un sitio del que ningún extraño pueda tener idea. ¿Supongo que no habrá ningún escondite de los que utilizaban los sacerdotes cuando las persecuciones religiosas?”[1].
Es que, desde 1585 –antes también– el Parlamento de Londres había dado plazo para que los últimos sacerdotes católicos no fieles a los obispos “reformados”, abandonasen el país bajo pena de muerte. La misa, tanto pública como privada, había sido prohibida.