InfoCatólica / Que no te la cuenten / Categoría: Personas y personajes

2.03.20

Murió Ernesto Cardenal: sacerdote marxista

Ernesto Cardenal murió ayer, domingo 1 de Marzo de 2020 en Managua, Nicaragua, a la edad de 95 años. ¡Si hasta parece que Dios se esmera para que algunos se salven a toda costa, dándoles larga vida!

Sacerdote, poeta, teólogo y guerrillero marxista fue educado por los jesuitas -aunque luego se hiciera trapense- como uno de los tantos botones de muestra que la Compañía de Jesús (¡qué compañía, Señor!) significó para la Iglesia Católica del siglo XX: en muchos casos, una milicia indigna de San Ignacio de Loyola.

(Nota: para los más jóvenes que aún no saben qué papel jugó la Compañía en el siglo pasado, remitimos al excelente libro de Malachi Martin, SJ, un clásico sobre el tema: “Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica”. También son altamente recomendables, del mismo autor, “Vaticano” y “El último Papa”).

Murió sin pedir perdón y hasta despreciándolo, a pesar de haberlo recibido, motu proprio, de parte de Roma, después de haber estado suspendido a divinis durante décadas por Juan Pablo II (es famoso el vídeo en el que el polaco reprende al sacerdote que lo mira riéndose, en 1983).

Tanto él como su hermano Fernando (este sí, jesuita también suspendido) fueron referencia obligada en el campo cultural y social de los revolucionarios sandinistas nicaragüenses que tomaron el poder en los años ‘70, para instaurar el “paraíso comunista” en la tierra por medio de la “teología de la liberación". .

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12.07.19

Popieluszko y el amor a la verdad

Cuando parezca que ya nada tiene sentido y que decir hoy la verdad es arar en el mar.

Cuando nos digan que es mejor, “por prudencia”, callar sin chistar y plegarnos al vocabulario de turno.

Cuando quieran que “cinco” sea “cuatro” y que “cuatro” sean “dos” y el mundo esté tan emputecido que hasta la misma verdad parezca cabalgar en los altares.

¡Recuerda, recuerda alma mía el verbo de este testigo de la Verdad!

 Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi 


Beato Jerzy Popieluszko. El amor a la verdad

 

Señalando el deber cristiano de la fortaleza, el Padre Jerzy Popieluszko, daba una visión de la liberación a través de la resistencia psicológica no violenta en condiciones en las que el miedo y la represión son la norma: “Un cristiano cumple sus deberes sólo cuando es fuerte, cuando profesa sus principios valientemente, cuando no se avergüenza de ellos ni renuncia a ellos debido al miedo o las necesidades materiales. ¡Desgraciada una sociedad cuyos ciudadanos no viven en la fortaleza! Cesan de ser ciudadanos y se convierten más en esclavos. Es la fortaleza la que crea ciudadanos, porque sólo un hombre con coraje es consciente de sus derechos y deberes. Si un ciudadano carece de fortaleza, se convierte en un esclavo y causa un daño inconmensurable no sólo a sí mismo sino también a su familia, a su patria y a la Iglesia… ¡Desgraciadas las autoridades estatales que quieren gobernar a los ciudadanos por medio de amenazas y miedo! La fortaleza es una parte esencial de la vida de cada uno como ciudadano. Es por eso que la fortaleza es, para el cristiano, el deber más importante después del amor” (MP, abril de 1983).

“A fin de permanecer como hombres espiritualmente libres, debemos vivir en la verdad. Vivir en la verdad significa testimoniarla al mundo exterior en todo tiempo y situaciones. La verdad es inmutable. No puede ser destruida por decreto ni ley algunos. El origen de nuestra cautividad reside en el hecho de que permitimos reinar a las mentiras, de que nos las denunciamos, de que no protestamos contra su existencia cada día de nuestras vidas, de que no confrontamos la mentira con la verdad sino que guardamos silencio o pretendemos creer en las mentiras. Así vivimos en un estado de hipocresía. El valiente testimonio de la verdad conduce a la libertad. Un hombre que es testigo de la verdad puede ser testigo incluso si está en prisión.

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30.05.19

Operación comando: Juana de Arco a San Petersburgo

En el día de Santa Juana de Arco, reproducimos aquí el artículo de la Hna. Marie de la Sagesse, autora de, a nuestro juicio, el mejor libro acerca de la santa francesa escrito en lengua española.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Una buena excusa

A propósito de la doncella de Orléans muchos historiadores afirman que de ella nunca se dirá lo suficiente, “de Ioanna nunquam satis”… y a decir verdad, tienen razón.

Igualmente le podríamos aplicar el dicho a ciertos franceses que una vez más nos siguen sorprendiendo con sus proyectos. Esta vez con una buena excusa: donar una estatua de Juana de Arco a Rusia para conmemorar el próximo centenario de su canonización el 16 mayo de 2020.

En efecto, la “Asociación universal amigos de santa Juana de Arco[1] presidida por Jean Pierre Brancourt, ha tenido la original iniciativa de instalar nada menos que en San Petersburgo una estatua de su heroína y patrona nacional, como símbolo de la larga amistad entre ambos pueblos y por la proximidad de sus culturas y tradiciones de raíces cristianas.

Claro que del dicho al hecho… hay un trecho; y para poder concretar esta magnífica idea se debían sortear previamente algunos obstáculos.

El elegido

El escultor de la futura imagen será Boris Lejeune, a quien la Pucelle no le es ajena. Nacido en 1947 en Kiev[2], hizo todos sus estudios en Rusia y se graduó en la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo (“Leningrado” de ese entonces…) donde se estudiaba “obligatoriamente el ateísmo[3] -nos recuerda con pesar el mismo artista.

No obstante, Lejeune ya había escuchado hablar de Juana de Arco en ciertos círculos de resistencia anticomunista pues “en Rusia ella era conocida y amada… nos era conocida por ser una mujer combatiente, por defender su patria, por su mística… Quizás lo que más ha llamado la atención a los rusos sea su patriotismo y su misticismo, dos virtudes tan familiares a este pueblo”.

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3.12.18

Archipiélago vendeano: cuando Soljenitsyne visitó la Vendée

A raíz del reciente y comentado post sobre el Puy du fou publicado hace unas semanas AQUÍ, presentamos ahora la casi desconocida visita que el premio nobel Alexandre Soljenitsyne realizara por la década del ’90.

Como siempre, sus reflexiones no tienen desperdicio.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

3 de diciembre de 2018

 


Archipiélago vendeano: cuando Soljenitsyne visitó la Vendée[1]

Por Soeur Marie de la Sagesse, S.J.M. para Que no te la cuenten

Invitados de honor por Philippe de Villiers para conmemorar los 200 años del levantamiento contrarrevolucionarioen la Vendée (1793-1796), Alexandre Issaïevitch Soljenitsyne y su esposa Natasha, visitaron la región martirial durante cuatro días inolvidables en septiembre de 1993. Aunque poco conocido, el hecho tuvo gran eco en su momento gracias al magistral discurso que el historiador del Gulag ruso dio como broche de oro de su visita.

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21.10.18

Mons. Baseotto en contra de la beatificación de Mons. Angelelli

Hace un par de días, varios medios locales e internacionales  se han hecho eco de una presentación sin respuesta, que un grupo de abogados, letrados y ex-jueces realizaron ante las autoridades vaticanas para frenar la beatificación de Mons. Enrique Angelelli, muy cercano al marxismo y a la guerrilla armada en la Argentina.

Según confirma el diario La Prensa de Argentina en el día de hoy  Mons. Baseotto, ex-obispo de Añatuya (una de las diócesis más pobres de la Argentina) y obispo castrense emérito, ha escrito una carta donde expresa su malestar ante la posible y cercana beatificación (el texto original y completo puede leerse aquí).

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


 

Buenos Aires, 12 de Octubre de 2018

He conocido a Mons. Angelelli por los años 70, cuando era Auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba. Venía a visitar a uno de nuestros sacerdotes, P. Félix Casá, profesor de Sgra. Escritura, quien abrigaba, si no ideas subversivas, sí muy afines a las mismas.

Sí me consta, por esas visitas, que era muy mal chofer, vista la forma que conducía entonces su camioneta cuando venía de la ciudad de Córdoba a nuestro convento redentorista de Villa Allende, casa San Alfonso.

En nuestro ambiente se lo ponderaba por su celo apostólico y cercanía con la gente de su Diócesis de La Rioja. Pero se lo veía con precaución y preocupación: muy cercano a grupos de ideología subversiva.

Las fotografías que, pasados unos años, me hicieran llegar, confirman ese malestar.

Pasé después de Córdoba (1973-1974) a Añatuya hasta 2002. Ahí conocí de cerca a Mons. Withe, quien había investigado por medio de gente especializada, los hechos de su antecesor, y abrigaba el mismo temor: complicidad con medios subversivos… y muerto en un accidente (…).

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