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5.02.16

La Vida Contemplativa y la Evangelización de América (4 de 5)

En la entrega anterior procurábamos comprender y responder a los argumentos de algunos autores que han juzgado como decisivo el escaso aporte monacal en América. Ahora intentaremos vislumbrar cuál era el estilo de la Vida Contemplativa vigente hacia los siglos XVI, XVII cuando se lleva a cabo la obra evangelizadora de América.

Transformación de la Vida Contemplativa

Habíamos señalado cuatro objeciones a los planteos de Disandro y de Fray Petit de Murat. Sin embargo, hay una objeción más.

Cuando estos grandes pensadores reclaman para América una influencia de la vida contemplativa, concretamente del monacato, lo hacen pensando en el monacato de los tiempos medievales que no era la vida monástica del siglo XVI, como lo hemos visto en el parágrafo anterior, aun en el caso español en el que la retroceso no fue tan acentuado. No lo era, porque la decadencia del monacato había llevado a su reforma. O sea, si la vida monástica del siglo XVI se había transformado perdiendo su sentido temporal y “fundante” al decir de Petit, esto se debió a su corrupción, a la mundanización del monacato[1].  Para HillaireBelloc, fue una de las consecuencias de la Guerra de los Cien años con su debilitamiento de la cristiandad y la religión en aras del sentimiento nacional y, sobre todo de la Peste Negra con su secuela de muerte, violencia contra los más afortunados y su oposición a una autoridad espiritual central[2].

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1.02.16

La Vida Contemplativa y la Evangelización de América (3 de 5)

En la entrega anterior analizábamos la oposición tanto pontificia como desde la monarquía a la presencia contemplativa en la Evangelización de América a lo que se sumó el desgano o la falta de entusiasmo de las mismas órdenes monásticas. Procuraremos ahora comprender las razones que han llevado a algunos autores a juzgar como decisivo ese escaso aporte monacal en América.

Decadencia del monacato

Dos autores de la talla de Carlos Disandro y del Padre Mario Petit de Murat han expresado sus críticas por la ausencia de vida contemplativa en América.

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26.01.16

La Vida Contemplativa y la Evangelización de América (1 de 5)

La Vida Contemplativa y la Evangelización de América (1 de 5)

Prof. Andrea Greco de Álvarez

Instituto de Cultura Hispánica de San Rafael

 

Introducción

España unida y fuerte es dada a luz por aquella gran reina que fue Isabel la Católica. Nadie puede dudar del papel decisivo de Isabel en el descubrimiento y la conquista como así también en señalar los objetivos misionales de la conquista de América. Obra en la cual todos participan, aún las órdenes contemplativas de mujeres como Teresa de Ávila, Santa Teresa de Jesús, monja carmelita, quienes entre las cuatro paredes de su monasterio de religiosas, acompañaron con sus plegarias la obra de los misioneros y conquistadores que fueron explorando y poblando América, que trajeron la fe y la filosofía, la cultura de Occidente y el derecho.

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10.01.16

6.01.16

Pablo Neruda: mitos ¿a la altura de su leyenda?

Por Laura Martín

“Stalin, con su paso tranquilo, entró en la Historia acompañado de Lenin y del viento. (…) Stalin es el mediodía, la madurez del hombre y de los pueblos”. Oda a Stalin, de Pablo Neruda.

 

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, alias Pablo Neruda, nace en Parral (Chile) el 12 de julio de 1904. Considerado uno de los artistas más influyentes del S.XX,  Premio Nobel de Literatura, doctor honoris causa en la Universidad de Oxford, Premio Nacional de Literatura en Chile. Activista político, senador, precandidato a la presidencia de su país, embajador en Francia, miembro del Consejo Mundial de la Paz. Violador, adúltero, bígamo, mal marido y peor padre.

En 1929 es designado cónsul de Ceilán (Sri Lanka). La vivienda que se le asignó allí dejaba mucho que desear: Un cuartucho con una caja de madera para defecar. Cierta mañana descubrió a la persona encargada de limpiar su rudimentaria letrina, una mujer de raza negra. Quedó tan deslumbrado por su belleza, según cuenta él mismo en sus memorias Confieso que he vivido, que un día la cogió fuertemente de la muñeca, y sin miramientos la desnudó y cohabitó con ella, mientras, relata, la mujer “permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible”. Sin reaccionar.

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