Discurso por el día de la independencia argentina (9 de Julio de 1816)
Publicamos aquí el discurso que un amigo, que prefiere permanecer en el anonimato me acercó hoy para el día de la independencia argentina, hace casi doscientos años, el 9 de julio de 1816. Con matices y cosas discutibles, creemos que puede ayudar a pensar.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Unas treinta universidades fundadas entre 1538 y 1812 y dieciséis colegios mayores; la fusión de pueblos enteros en una sola raza; la conquista de todo un continente en sesenta años por unos pocos soldados que pacificaron a tribus belicosas y crueles. Estos son algunos hechos, entre muchos, que hablan por sí solos de la obra de España en América.
Pero esto no es nada, y tampoco se explica, si prescindimos de un hecho aún más portentoso, como lo fue la evangelización de América, también emprendida por España. Acerca de esto, recuerdo al Inca Garcilaso de la Vega, quien escribió en pleno siglo XVI que,
“ofrecía su historia para que se den gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María, su Madre, por cuyos méritos e intercesión se dignó Dios sacar del abismo de la idolatría a tantas y tan grandes naciones y reducirlas al gremio de su Iglesia Católica Romana, la mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que los crió”.
No puede, entonces, menos que dejarnos perplejos el empeño de muchos en festejar nuestra emancipación de un imperio tan fecundo.