"No hay curas homosexuales. Hay homosexuales curas". La pedofilia homosexual en la Iglesia. Sermón
Para oír el sermón, hacer clic AQUÍ
Durante el siglo VI, los bárbaros comenzaron a ingresar en la Iglesia, con sus bondades y sus vicios. El ite et docete se estaba dando; faltaba acristianarlos y hacer que el Evangelio empapara la vida de los hombres.
Durante el siglo X, llamado el siglo de hierro, las costumbres en la Iglesia se habían vuelto insostenibles en ciertos ambientes, incluso en el propio clero. Fue entonces cuando un hombre extraordinario, originario de Ravena, Italia, surgió como una luminaria feroz: San Pedro Damián, monje benedictino que llegó a ser cardenal de la Iglesia y martillo de herejes.
Por entonces, decía:
“Ha arraigado entre nosotros cierto vicio sumamente asqueroso y repugnante. Si no se lo extirpa cuanto antes con mano dura, está claro que la espada de la cólera divina asestará sus golpes, de un momento a otro, para la perdición de muchos (…). El pecado contra natura repta como un cangrejo hasta alcanzar a los sacerdotes[1].
La Iglesia necesitaba de una reforma. Y así lo hizo; con el tiempo, San Pedro Damián se convirtió incluso en doctor de la Iglesia.
* * *
Pero analicemos ahora brevemente lo que pasa en la actualidad.
En los últimos años y como una oleada devastadora que ahora sale de nuevo a la luz, varios casos de abusos sexuales han surgido entre los sacerdotes católicos. Y, con toda verdad, hay que denunciarlos y repudiar este pus de la Iglesia, sin negar la realidad.
Pero también, para mantenernos firmes y dignos, es necesario recordar ciertas verdades que, por ser política o eclesialmente incorrectas, simplemente no se dicen.
Brevitatis causae enunciaremos sólo tres de ellas.
1) La homosexualidad ¿es una enfermedad o una perversión?