¿Quién fue MAMA ANTULA? Santa María Antonia de Paz y Figueroa: la primera santa argentina
Hoy, 11 de Febrero de 2024, la Iglesia ha canonizado a Santa María Antonia de Paz y Figuera, la primera santa nacida en territorio argentino. Venga una breve reseña de su vida para conocer un poco más a esta mujer excepcional por donde se la vea.
Acerca de su vida puede leerse este extracto magnífico del libro “La Ascensión y la marcha” del Padre Alfredo Sáenz, AQUÍ
Para quien desee ver una linda obra, hecha por niños y jóvenes, dejo esta hermosa película realizada por miembros del Colegio de la Providencia (Bs.As., Argentina) hace un par de años (ver AQUÍ). Una obra más antigua se hizo también AQUÍ
Que no te la cuenten
P. Javier Olivera Ravasi, SE
5 comentarios
/ Oramos , a fin de tener presente , que, posteriormente dejó Santiago del Estero para organizar ejercicios espirituales en Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y la Rioja y “Mamá Antula” - como así empezaron a llamarla- era una mujer con un estilo muy especial, pues, los viajes los hacía caminando descalza y pidiendo limosnas, no quedando testimonio lamentablemente de tales emprendimientos de cuantas veces preparó ejercicios en algunas ciudades, salvo, solamente en Tucumán ,que, se hicieron 60 y, a pesar de sus viajes por montañas, desiertos y parajes que desconocía, nunca, sufrió percance alguno y en Catamarca , fue, víctima de una enfermedad ,y, desahuciada por el médico, diría : “Me encomendé al Sagrado Corazón y me encontré curada pronto, sin ningún remedio” y en otra oportunidad se rompió una costilla, y, hasta se dislocó un pie “pero fui curada una y otra vez por una mano invisible” la cual , en menos de un año, organizó en Córdoba 8 tandas de 200 y 300 personas, consiguiendo, siempre las limosnas suficientes como para mantener a toda esa gente e incluso en ocasiones había un excedente que sería para ayudar a pobres y presos, sin embargo, en Buenos Aires, no fue muy bien recibida, tratándola de loca, borracha, fanática y hasta de bruja, al punto ,que, el obispo de turno ,manifestó desconfianza de tal, demorando la respuesta por 9 meses, mientras ,solicitaba informes sobre ella, el cual finalmente no sólo le dio autorización, sino, que así mismo se convirtió en un gran admirador y le dejó un valioso legado, aunque ,drásticamente quien se opuso, fue el Virrey de Vértiz (antijesuíta) negandole la autorización para organizar los ejercicios espirituales, pero, ella no le dio gran importancia, dándole la espalda , tampoco sintiéndose intimidada por tal gobernante, y, cuando se le permitió , ya tenía organizado , recogiendo grandes frutos por lo que el obispo dispuso pagar el alquiler de la casa y puso a su disposición a su mayordomo para cualquier urgencia, entretanto, 2 amigas suyas habían emprendido en Salta y Tucumán la organización de los ejercicios espirituales, que, debido a la repercusión que generaba dicha práctica religiosa, la alentó a darle forma a su pequeño grupo de beatas, con una serie de pasos que comenzaron en un postulantado, la vestición del hábito, y la formulación de votos privados.
/ Imploramos, para no olvidar, que, posteriormente fue invitada desde la Banda Oriental (hoy Uruguay) para propagar los ejercicios espirituales y, hacia 1788 , Ambrosio Funes, escribió una carta relatando , que, en 8 años habrían hecho ejercicios espirituales unas setenta mil personas, por lo que se planeó una casa dedicada especialmente a estas prácticas. Como respuesta obtuvo la donación de 3 parcelas de terreno contiguas. Pero faltaba todo lo demás, de manera que inició nuevamente a solicitar ayuda y tuvo como apoderado en esta tarea a Cornelio Saavedra, convirtiéndose, los ejercicios espirituales, en una de las actividades religiosas más prestigiosas de la vida porteña, y, tanto los sectores de abolengo, como los de condición humilde encontraron en Mamá Antula a la persona a quien encomendaban sus oraciones por diversas necesidades. En 1784 el obispo de Buenos Aires, Sebastián Malvar y Pinto, envió una carta al Papa, informándole, que durante los 4 años en los que se habían realizado los ejercicios espirituales en esa ciudad, habían pasado unas quince mil personas, sin que se les haya pedido “ni un dinero por diez días de su estadía y abundante manutención” y, en Roma , las cartas de María Antonia a sus amigos los jesuitas, después de ser traducidas al latín, francés, inglés y alemán, eran enviadas a distintas naciones, en particular a Rusia, único país que no había sufrido el destierro de los jesuitas. Ciertos conventos franceses se habían reformado al leer sus cartas. Y, la importancia asignada por el obispo de Buenos Aires a los ejercicios, lo llevó a disponer que “ningún seminarista se ordenase sin que primero la beata certificase la conducta con que se hubiesen portado en esos ejercicios”. Con lo cual se asignaba a María Antonia un papel significativo en la Iglesia porteña de ese entonces.
Al último, a los 69 años sintió que se le acababan las fuerzas, no pudiendo ver concluida su obra, viviendo su Pascua el 7 de marzo de 1799. Pero el grupo de mujeres que la acompañaba se convirtió en una pujante congregación religiosa en 1878, que, hoy desarrolla sus tareas apostólicas en varias provincias.
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enrique Cheli Pedraza
Instituto
Nuestra Señora de las Américas
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Argentina
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