¡Gracias Benedicto XVI!
Hace apenas unas horas nos hemos enterado de la partida a la casa del Padre de Su Santidad, el Papa emérito Benedicto XVI que tanto bien ha hecho a la Iglesia en sus cortos años de pontificado.
Para quienes tuvimos la gracia de vivir bajo su gobierno pudimos experimentar su enorme humildad, su profundidad intelectual y su gran caridad pastoral, especialmente, esa caridad que se da en la verdad (Caritas in veritate, como la llamó él mismo).
Porque no hay virtud sin verdad.
Por eso, hoy, finalizando este año 2022, elevamos una plegaria al Cielo y repicamos las campanas “a difuntos” por su eterno descanso para que, si durante esta vida no logró pagar las penas merecidas a sus pecados, nuestras oraciones las acorten y alivien y, en caso de que ya haya llegado a la tierra prometida, desde allí intente reparar por su intercesión ante Dios nuestro Señor, esta barca que “hace agua por todos lados", como cierta vez dijo.
Y, sobre todo, ¡gracias también por la restauración de la Misa tradicional!
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
#BenedictoXVISantoSubito
9 comentarios
Me han pasado esta frase como suya. No lo sé con certeza. Pero que así como sea. Que Dios lo acoja en su misericordia.
Esta muerte me ha retrotraido a la de SJPsegundo. Estaba alejada de la iglesia a más no poder. El hilo de la fe cristiana, muy deformada, pero con Cristo en el centro, estaba intacto, y cómo lloré esa muerte. Moría el Papa de mi juventud, al que veía en sus apariciones siempre que podía. Y ahora muere su sucesor. Así es la vida. Estamos de paso. Nuestra morada definitiva queremos que sea el Cielo. Preparémonos como él porque puede ser cualquier día.
DEP🌹
«Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Angel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Angel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: ‘algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él’ a un Obispo vestido de Blanco ‘hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue MUERTO POR UN GRUPO DE SOLDADOS que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Angeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios».
Apocalipsis 13,9: El que pueda entender que entienda.
Non Nobis.
La paz, la justicia, la solidaridad, el bien de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de los padres a educar a sus hijos
La autoridad natural que tenía le venía dada tanto de su sapiencia como de su carácter.
El que haya abandonado este mundo para ir al Padre no se puede llamar pérdida porque Dios lo es de los vivos, no de los muertos, y allí donde esté velará por la Iglesia, pero era un gozo pensar que estaba aquí, en la Iglesia Caminante y se nos ha ido a la Triunfante.
Requiéscant in pacem, Benedicto.
Lamento no pensar lo mismo de la legitima catolicidad del que va de blanco desde hace ya mucho, Y también de esto es parte culplable Benedicto XVI. Mucho silencio y mucha aceptacion.
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