Nuestra Señora de la Cristiandad, España. Homilía de cierre. P. Javier Olivera Ravasi
Peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad
Misa Solemne en la Basílica de Ntra. Sra. de Covadonga
25 de julio de 2022, fiesta de Santiago, Apóstol
Homilía del P. Javier Olivera Ravasi, SE
(transcripción no literal)
Cuando uno camina aquí en España, en estas tierras, como hispanoamericano –en mi caso, argentino–, es imposible no dar gracias por cada paso que se da. Y, en primer lugar, naturalmente a Dios, porque nos ha amado, nos ha elegido, nos ha redimido, nos ha hecho cristianos. Y en segundo lugar, a España, a ese gran pueblo español del que José María Pemán decía:
“Cuando hay que consumar la maravilla
de una nueva hazaña,
los ángeles que están junto a su Silla,
miran a Dios… y piensan en España”.Esa gran maravilla que inicialmente el Apóstol Santiago, el impetuoso hijo del trueno, comenzó por estas tierras, evangelizando a unos pocos españoles (porque también en aquella época los españoles eran “cabezadura” para convertirse) hizo que tuviera que venir, ni más ni menos, que Nuestra Señora, a bilocarse en vida, allá en Caesaraugusta, hoy Zaragoza, y mostrarle al señor Santiago… al patrón Santiago, que no es imposible que un español se convierta; y que, a su vez pasado el tiempo, ese español que había sido evangelizado por uno de los hijos de trueno iba a trasladar esta Fe a un continente por completo desconocido…
España era España, pero también España era aquello que hoy decimos Hispanoamérica; o que también podríamos decir, incluso, “Cristianoamérica”. Porque fue un español el que caminando quizás por valles tortuosos, por cañadas oscuras y por montes desconocidos (así como nosotros en estos tres días) llevó la Fe; y España exportó entonces lo mejor de lo que tenía a América. Y esa Fe nos llegó a nosotros.
Hoy, naturalmente, cuando parece que todo se cae, tenemos una peregrinación de mil personas. Parecía imposible un año atrás, dos años atrás, cuando con algunos muchachos comentábamos esta nueva gesta española: hacer Misa tradicional en España…
- “Hacer una peregrinación como se hace en Chartres, o en Argentina hace años… ¿será posible?”.
Y hoy vemos caras jóvenes, que muchos quizás no querrán ver o no querrán publicitar.
Pero ¡España está viva! ¡España sigue siendo católica!
España, incluso (al menos un parte de ella, que es lo más importante: el alma de una nación), sigue creyendo en Jesucristo, hablando en español y siendo devoto de María Santísima.
Hemos celebrado estos tres días un culto. Muchos de ustedes (porque hemos hablado mientras caminábamos); muchos de ustedes todavía no conocen este culto. Quizás es la primera vez que lo presencian, que lo viven, que lo rezan. Yo insto a los que ya lo conocen, por un lado, a que sigan haciendo este apostolado de este culto; a los que no lo conocen, intenten adentrarse más en él. Pero que, a su vez, como el culto es fruto de una cultura católica (no hay cultura sin culto), no nos quedemos meramente en el culto, hay que reconstituir también la cultura católica, para que entonces, nuestro culto de alabanza, este sacrificio perenne e incruento que sacrificamos en cada altar, en cada Santa Misa, tenga coherencia completa.
¡Reconstituir la cultura católica!
Yo, extranjero, tengo con toda libertad el derecho de decirles: ¡españoles, tengan hijos! Porque no hace falta ser del Opus Dei o de los “kikos” para eso. Cualquier católico tiene que hacerlo. ¡Tengan hijos, sean fecundos! No permitamos que los moros, finalmente, terminen ganando con sus vientres el territorio.
Sean coherentes en su vida católica. No sean católicos liberales, que su catolicismo lo dejan en su casita, en su sacristía, el domingo en Misa, pero después no proclaman el Evangelio… allá donde Dios te plantó, donde Dios te puso, donde Dios te quiere.
Pidamos a Dios en esta Santa Misa, al final de cuentas, que España vuelva a ser lo que fue en un tiempo: hija predilecta (si es que las hubo, sin duda) de la Santa Iglesia Católica, y que supo tener, y todavía tiene, varios cachorros de ese león español.
¡Ave María Purísima!
P. Javier Olivera Ravasi, SE
8 comentarios
La Santa Misa, una maravilla
Y la emoción de los peregrinos, tras tres días de peregrinación bajo el sol, indescriptible.
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!
¡¡¡Viva María Santísima!!!
¡¡¡Viva España Católica!!!
Espero volver el próximo año.
¡Viva Cristo Rey!
¡Viva María Santísima!
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Puede que le parezca tonto, pero es de lo más real...; la fecundidad es para todos...
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