Liber-progres. Una ideología contemporánea de moda. Conversando con Horacio Giusto
Liberalismo y marxismo, entendidos en su matriz y raíz, no dejan de ser dos caras de una misma moneda acuñadas por la misma ideología antropocéntrica que impide, por momentos, ver la realidad tal cual es. De estos temas y de otros conversaremos con Horacio Giusto, joven intelectual católico argentino que desde hace tiempo viene dando el buen combate de la contrarevolución cultural para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
10 comentarios
Sus entrevistas además de ser muy interesantes nos acercan personalidades que como bien dice, son luchadores y ahí están dando la batalla cultural y espiritual.
Y eso hace que nos sintamos menos solos.
Mil gracias y que Dios le bendiga.
Un saludo desde Zaragoza, España.
De entre las corrientes y grupos surgidos en la Revolución Francesa que pueden estar en la órbita del liberalismo en un sentido amplio, los jacobinos eran anticatólicos, así como el radicalismo republicano posterior. Desde muy pronto en el seno del catolicismo surgieron los católicos liberales, que buscaban la compatibilidad entre catolicismo y liberalismo. Desde el catolicismo tradicionalista esta compatibilidad se considera imposible. Actualmente el liberalismo es religiosamente neutral, y existen liberales ateos, católicos, agnósticos, no religiosos, protestantes y de todo tipo.
El liberalismo defiende la aconfesionalidad del estado, pero respeta la libertad religiosa, y propugna la autonomía individual del hombre respecto a otros hombres, pero nada dice de la autonomía del individuo respecto a Dios, es decir, no lo introduce expresamente en su esquema.
Esta falta de mención puede interpretarse de dos maneras: 1) si no incluye a Dios explícitamente, el liberalismo es entonces ateo y por tanto incompatible con el catolicismo, que sería la postura de los tradicionalistas; 2) el liberalismo no introduce a Dios, pero tampoco lo excluye necesariamente, así que un liberal puede ser creyente y católico, como defienden los no tradicionalistas. Mezclar marxismo y liberalismo solo se entiende desde la óptica tradicionalista.
Esta falta de mención puede interpretarse de dos maneras: 1) si no incluye a Dios explícitamente, el liberalismo es entonces ateo y por tanto incompatible con el catolicismo, que sería la postura de los tradicionalistas; 2) el liberalismo no introduce a Dios, pero tampoco lo excluye necesariamente, así que un liberal puede ser creyente y católico, como defienden los no tradicionalistas. Mezclar marxismo y liberalismo solo se entiende desde la óptica tradicionalista.
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¿Cree usted que esto es compatible con el mandato de Cristo?
cnnespanol.cnn.com/2018/12/06/una-estatua-satanica-es-parte-de-la-decoracion-del-capitolio-de-illinois/
es.wikipedia.org/wiki/El_Templo_Sat%C3%A1nico
Por cierto, ahora los luciferinos -públicamente se muestran como si fueran ateos- se han vuelto woke, según la wikipedia. Antes eran mas bien randianos, favorables a las tesis políticas de Ayn Rand. Jaja. ¿Hacen falta mas pruebas acerca de por donde se pudre la manzana?
Si un estado es gobernado por un grupo que aprueba leyes anticristianas ¿Qué debemos pensar, que el sistema es compatible con el cristianismo excepto durante el periodo de tiempo que dura ese gobierno o quizá alguna cosa distinta?
Toda institución tiene la obligación de reconocer la autoridad de Dios. Lo contrario es impiedad y absurdo, nihilismo, insensatez. Cosa distinta es que por prudencia, por evitar enfrentamientos sangrientos por ejemplo, lo contrario sea tolerado. Es decir, soportado con disgusto.
Eso sí el estado dejará que adores a la Pachamama, a Buda, a Jesucristo o a quién tú quieras sin pasar nunca de ahí, de manera que la dimensión religiosa es una dimensión personal con el tinte que tú quieras darle: rezar el rosario o hacer mantras. Uno de los DDHH es relativo a la libertad de religión pero la tal libertad se está reduciendo cada vez más hasta el punto que los ataques a los símbolos de una religión particular, casi siempre la cristiana, no alarman a ningún político ni se consideran preocupantes muestras de fanatismo anti-religioso.
Siendo joven me afilié a una célula comunista. Eran los años 66-69 del siglo pasado en la España gobernada por Francisco Franco. Una parroquia, cuyo párroco no se enteraba de nuestras componendas, nos hacía de "paraguas".
Afortunadamente, me dieron a leer "El Capital" de Carlos Marx; y digo afortunadamente, porque cada dos por tres me surgía como comentario al texto que iba leyendo: "... este tío es tonto", o "... a este tío no lo ha querido nadie en su vida", o "este gachón se cree que por "creerse" lo que dice, ya es verdad".
Entonces, falto aún de una mejor madurez intelectual, no fui capaz de "definir" su error. Hoy pienso que Carlos Marx era un "hemipléjico mental y moral".
Pero sobre todo, sobre todo, lo que percibí en sus escritos es que Marx, lo mismo que los capitalistas, miraban al ser humano "por el ángulo que da de sí la peseta", como decía yo entonces, queriendo significar que para unos y para otros, no hay más criterio valorativo del ser humano que el dinero.
Llegué a la conclusión de que si en el Capitalismo liberal, el ideal a conseguir es el Monopolio, es el Marxismo con su Monopolio estatalista, el que se lo ofrece servido y aderezado, protegido y amparado por Leyes, cárceles, propaganda, gulags, etc... y hoy día por las Agendas 2030, ONU, Carta de la tierra, Lobbys, Conferencias de El Cairo... Rockeféleres y demás banqueros, cancelaciones en redes sociales, pensamiento único "muy liberal capitalista" por cierto y "profetizado" por ejemplo por Orwell y Huxley...
Si además, el compadreo Capitalismo-Marxismo que se ha dado en la historia tras el telón de enfrentamiento "este-oeste", "guerra fría", etc. es muy a tener en cuenta, como también la cantidad de pensadores que hacen verdadero el famoso axioma de Dostoyewsky: "de padres liberales, nacen hijos comunistas". (cito de memoria).
Los católicos pensamos diferente↓
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"De todas las inconsecuencias y antinomias que se encuentran en las gradaciones medias del Liberalismo, la más repugnante de todas y la más odiosa es la que pretende nada menos que la unión del Liberalismo con el Catolicismo, para formar lo que se conoce en la historia de los modernos desvaríos con el nombre de Liberalismo católico o Catolicismo liberal.
Nació este funesto error de un deseo exagerado de poner conciliación y paz entre doctrinas que forzosamente y por su propia esencia son inconciliables enemigas. El Liberalismo es el dogma de la independencia absoluta de la razón individual y social; el Catolicismo es el dogma de la sujeción absoluta de la razón individual y social a la ley de Dios. ¿Cómo conciliar el sí y el no de tan opuestas doctrinas."
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(De "El Liberalismo es pecado", de Sardá y Salvany)
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