De sanación intergeneracional, pecados ancestrales y otras yerbas
¿Qué es la “sanación intergeneracional"?¿qué son los “pecados ancestrales"?¿se pueden transmitir?¿sanar? De este tema y de varias cosas más hemos conversado ya AQUÍ con el padre Rogelio Alcántara, un especialista en el tema y ex director de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis Primada de México. Dejamos ahora, como fuente bibliográfica, algunos textos a modo de soporte sobre este tema tan de moda en algunos lugares.
1) La Nota de los obispos franceses, del 19/01/2007 titulada: “Sobre la curación de las raíces familiares por medio de la Eucaristía” (ver AQUÍ)
2) Nota de Mons Paul Choi Deog-ki, obispo de Suwon, del 2/11/2007 (ver extracto AQUÍ)
3) Lo más valioso: un documento de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia episcopal polaca, que dejamos aquí abajo para su consulta.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Pecado generacional y sanación intergeneracional. Problemas teológicos y pastorales
Opinión teológica de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia episcopal polaca
(5/10/2015)
(traducción automática)
1. En los últimos años del siglo XX y principios del XXI, en algunos grupos y círculos carismáticos asociados a la celebración de las Santas Misas con oraciones de curación, o servicios de curación, apareció un pensamiento y cada vez con mayor
frecuencia. -llamado "Pecados generacionales” y “sanación intergeneracional". En Internet apareció mucha información y artículos sobre la “curación intergeneracional” y sus prácticas (cf. Fronda, Adonai, Exorcist, Apologetics. Catholic, Zion). El punto de partida suele ser el libro del P. Robert De Grandis, SSJ, titulado Sanación intergeneracional (Łódź 2003), que pertenece a la Sociedad de St. Joseph y sirve a la comunidad carismática de todo el mundo con su conocimiento. Las opiniones del clero y laicos interesados en el problema del “pecado generacional” y la “curación intergeneracional” son muy diversas y contradictorias. Mientras tanto, los servicios organizados con una oración por la curación intergeneracional reúnen multitudes en nuestras iglesias. También debido a la ambigüedad de los términos utilizados: “pecado generacional” y “curación intergeneracional", existe una necesidad urgente de explicar claramente y expresar opiniones sobre los fenómenos señalados desde el punto de vista de la doctrina de la Iglesia.2. Hablar sobre el pecado generacional se basa en la convicción de que los pecados de los antepasados tienen un impacto en la vida de sus familiares en la actualidad. Esta influencia puede tener una dimensión espiritual y corporal, expresarse, por ejemplo, en forma de alguna enfermedad, también puede causar problemas en el campo de la psique y fracasos en el matrimonio o la vida familiar. La carga del pecado heredado de los antepasados, según los partidarios de esta teoría, requiere la liberación de una persona, que se lleva a cabo en oración por curación o mediante exorcismo.
La curación entre generaciones es una oración especial que deben abrazar los antepasados de la persona que sufre, que se remonta incluso a la decimoquinta o decimosexta generación. Dicha oración incluye el uso de exorcismos, oración de intercesión y la Santa Misa. De ahí las oraciones y devociones por la curación intergeneracional o las Santas Misas por esta intención.
La idea de la “curación intergeneracional” proviene del Dr. Kenneth McAll (1910-2001), un médico terapeuta y misionero anglicano que nació en China y estudió medicina en Edimburgo, Reino Unido. Influido por el pensamiento chino, concluyó que existía una conexión entre ciertas enfermedades y las fuerzas del mal. En terapia, combinó las tradiciones aprendidas de Oriente con la práctica médica. Concluyó que los espíritus ancestrales juegan un papel importante en las enfermedades somáticas de sus descendientes. El Dr. Kenneth McAll sufría de un trastorno mental. Sus obras dieron lugar a una búsqueda de curación en las generaciones pasadas. También se refiere a él el padre Robert DeGrandis SSJ, autor del libro antes mencionado.
3. La práctica de la “curación intergeneracional” deriva de la tradición arraigada en las creencias de las religiones orientales, que rodean a sus antepasados con un culto especial y creen en la reencarnación. Es decir, la práctica es el resultado del sincretismo religioso, que ha desarrollado un nuevo fenómeno llamado “reencarnación del pecado".
La principal razón de la popularidad de este fenómeno se ve en el fenómeno de la desaparición del sentido del pecado, como ya lo mencionó el Papa Pío XII (Discurso, Roma, 26 de octubre de 1946). A medida que pierde el sentido del pecado, también lo hace su comprensión de lo que es la libertad genuina. La capacidad de hacer la voluntad que Dios nos dio (cf. 1 Ts 4: 3) hace que el hombre sea responsable ante él por sus acciones y sus consecuencias. Quien hace el mal abusando de la libertad y dilapidando los dones recibidos, cae en servidumbre y ofende el amor del Creador. Intenta culpar a sus antepasados de la responsabilidad de sus desgracias y fracasos, hablando de pecados generacionales (EC Merino, R. García de Haro, Fundamental Moral Teologia, Kraków 2004, pp. 459-460). El hombre de hoy –escribe K. Rahner– tiene más bien la impresión de que es Dios quien debe ser justificado, y no que él mismo deba ser transformado - en el rostro y por Dios - de un ser injusto a un ser justificado (K. Rahner, Basic Lectures of Faith, Varsovia 1987, p. 80). En esta perspectiva, la curación intergeneracional es una forma de justificar la debilidad y buscar una explicación fácil y el perdón de los errores cometidos.
4. Los defensores del concepto de “pecado generacional” se refieren a las Sagradas Escrituras, argumentando que el Antiguo Testamento ya menciona este tipo de ofensa. Indican en las Sagradas Escrituras los pasajes que, según ellos, se refieren directamente al castigo por los pecados de los antepasados: “El Señor tu Dios, que castiga la transgresión de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación” ( Éx 20: 5); "El Señor … envía el castigo de la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación” (Ex 34: 7); "El Señor castiga los pecados de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y hasta la cuarta generación” (Nm 14, 18); "Yo soy el Dios que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos de la tercera y cuarta generación” (Dt 5, 9).
Sin embargo, en la Biblia, a veces incluso en los mismos libros, encontramos otras declaraciones de los autores inspirados que contradicen la tesis sobre la responsabilidad de una generación por pecar. En el Libro del profeta Jeremías leemos: “En estos días ya no dirán: Los padres comieron frutos amargos, y los dientes de los hijos estaban entumecidos, sino: Todos morirán por sus propios pecados; al que coma frutos amargos se le adormecerán los dientes ”(Jer 31: 29-30). El profeta Ezequiel habla de la responsabilidad individual por el pecado: “En cuanto a mi vida, dice el Señor Dios. No volverás a repetir esta parábola en Israel [¿Los padres comieron uvas verdes, ya sus hijos se les endurecieron los dientes?]. Todas estas son personas: tanto el padre como el hijo. Son mios. Solo morirá la persona que ha pecado. […] Quién está pecando. El hijo no es responsable de la culpa de su padre, ni el padre por la culpa de su hijo. La justicia del justo le será contada, y la transgresión del inicuo ”(Ezequiel 18: 3-4.20). El mismo principio de responsabilidad individual también se encuentra en Deuteronomio (24:16): “Los padres no serán condenados a muerte por las faltas de sus hijos, ni los hijos por las faltas de sus padres. Todos morirán por su propio pecado “.
Por otro lado, en la interpretación de los textos señalados anteriormente, la exégesis contemporánea explica que no se trata de la “iniquidad” o “transgresión” literal de los padres en el sentido de su pecado personal cometido y del que serán responsables sus hijos. , sino de su mal ejemplo que influyó en la crianza de sus hijos, quienes, haciendo como sus padres, morirán “por su propio pecado".
5. Los fragmentos de la Biblia citados por los partidarios de la “sanación intergeneracional", que supuestamente confirman su tesis sobre el pecado generacional y sus consecuencias en la vida de las próximas generaciones, tienen su extensión y complementación. Resulta que son un poco más largos que los citados en los libros. A veces, estos textos se manipulan para confirmar la tesis sobre el pecado generacional o la necesidad de curación intergeneracional. Por ejemplo, el fragmento del Libro del Éxodo: “El Señor tu Dios, que castiga la transgresión de los padres sobre sus hijos por la tercera y cuarta generación", tiene su siguiente extensión y adición: “Muestro gracia hasta mil por los que me aman y guardan mis mandamientos ”(Ex 20, 5). Otro pasaje del mismo libro en el que se muestra a Dios,
De hecho, en el Antiguo Pacto existía la convicción común de que si alguien era malo o estaba enfermo era por su mala vida o la de algún miembro de su familia. Esto es lo que se pensaba, entre otros sobre la infertilidad. Lo mismo ocurre con la discapacidad y otras enfermedades. Cuando alguien se enferma o tiene una discapacidad, se considera que alguien de su familia ha cometido un pecado. Una expresión de esta convicción son las palabras de los discípulos a Jesús: “Rabí, ¿quién pecó al nacer ciego, él o sus padres?" La respuesta de Jesús es muy clara: “Ni él pecó ni sus padres, sino [fue así] para que las obras de Dios se manifiesten en él” (Jn 9, 1-3). De esta manera, el Señor Jesús se distancia claramente de vincular la enfermedad del niño con el pecado de los padres o abuelos, con tal “carga generacional".
6. El “pecado generacional” es contrario a la verdad sobre la misericordia de Dios y su amor perdonador. Incluso si el Pueblo del Antiguo Pacto vio en varias desgracias el castigo de Dios por las faltas de sus antepasados, entonces el Pueblo del Nuevo Pacto vio tal convicción. Este claro cambio de óptica está relacionado con la misión del Hijo de Dios Encarnado, quien cumplió a la perfección la Ley y los Profetas, proclamando el amor y la misericordia de Dios. Anteriormente, sobre la base del legalismo judío, Dios fue visto principalmente como un juez, propenso a castigarlo. La imagen de Dios como Padre misericordioso no permite tal pensamiento; abre a la persona a la posibilidad de obtener el perdón de Dios y el perdón en cada situación.
7. La Iglesia enseña desde el principio que el pecado es siempre personal y requiere una decisión de la voluntad. Lo mismo ocurre con la pena por el pecado. Todos son castigados personalmente por su pecado. S t. En la Carta a los Romanos, Pablo dijo que “cada uno de nosotros tendrá una cuenta de sí mismo ante Dios” (Rom 14, 12).
En la Exhortación Apostólica Reconciliatio et Paenitentia (n. 16), S. Juan Pablo II sostiene que “el pecado en su verdadero y propio sentido es siempre un acto de una persona específica, porque es un acto de libertad de un individuo, y no un acto de un grupo o comunidad".
En el Catecismo de la Iglesia Católica (núm. 1857) leemos que “para que el pecado sea mortal son necesarias simultáneamente tres condiciones: ‘Es un pecado mortal que concierne a un asunto grave y que, además, se cometió con plena conciencia y pleno consentimiento ‘(Santo Tomás de Aquino, STh I-II, 88.2) ”. Un hombre no es castigado por un acto incumplido, por ejemplo, por el pecado de su tatarabuelo. Uno debe expiar y arrepentirse de sus pecados (ver CIC 1459).
Otro tema son las estructuras del pecado, es decir, las situaciones que conducen al pecado.
8. El único pecado que se transmite de generación en generación es el pecado original, como lo enfatizó claramente el Concilio de Trento en el Decreto sobre el pecado original. El Canon 2 dice: “Si alguien afirma que el pecado de Adán lo ha dañado solo a él mismo y no a su descendencia", y que la gloria y la justicia que había perdido de Dios, las perdió solo para sí mismo y no para nosotros, o que él mismo profanado por el pecado de la desobediencia, pasó solo la muerte y el sufrimiento físico a toda la humanidad, y no al pecado también, que es muerte del alma; sea excluido de la comunidad de los fieles, porque se opone al Apóstol que dice: ‘Por un hombre el pecado entró en este mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron’ (Rom 5, 12) ”(Breviarium Fidei, 309).
Sin embargo, conviene recordar que el pecado original “no tiene el carácter de culpa personal en ningún descendiente” (CIC 405), porque “al pecado original se le llama” pecado “de manera análoga” (CIC 404). Por otro lado, el pecado personal, y el castigo por ese pecado, nunca se pasa a la siguiente generación, como afirman erróneamente los defensores de los “pecados generacionales” y la “curación intergeneracional".
9. La teoría del pecado generacional y la curación intergeneracional del padre Robert DeGrandis, contenida en su libro Healing Intergenerational, se basa en gran medida en la psicología de Carl Gustav Jung y en la investigación del Dr. Kenneth McAll. El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ya se ha pronunciado sobre este tema en un documento titulado: Jesucristo, dador del agua de vida: una reflexión cristiana sobre la nueva era (2003). Condena las tesis erróneas de Jung adoptadas por el P. De Grandis, como la naturaleza trascendental de la conciencia y la introducción de la idea del inconsciente colectivo como una especie de depósito de símbolos y recuerdos comunes a personas de diferentes edades y culturas. Según el Pontificio Consejo, Jung contribuyó a la “sacralización de la psicología” introduciendo en ella elementos de especulación esotérica. Argumentó
La “reencarnación del pecado” o la “propagación” del pecado a las generaciones sucesivas, enseñada por los seguidores de la “curación intergeneracional", no tiene justificación ni en las Escrituras ni en la Tradición y enseñanza de la Iglesia. Este tipo de ideas infundadas son muy peligrosas para la vida espiritual de los fieles y la doctrina de la Iglesia misma. Promocionarlos conduce a una especie de “calmar” o “silenciar” las conciencias al transferir la responsabilidad de sus errores, pecados y maldades cometidos a las generaciones anteriores. Esto libera al creyente de la vigilancia, que se convierte en fuente de más pecados. Mientras tanto, un cristiano debe caracterizarse por la actitud de vigilancia constante, como lo enseña S. Piotr: “¡Sé sobrio! ¡Mantente despierto! Tu adversario el diablo ronda como león rugiente buscando a quien devorar. ¡Resístenle, firmes en la fe! “ (1 Pt 5,8).
10. La práctica de la oración o Santa Misa. con una oración por la curación intergeneracional o por la liberación del pecado generacional, muestra claramente la falta de fe, o al menos la incredulidad en la eficacia de la gracia sacramental, en primer lugar del santo bautismo. En este sacramento somos libres de todo pecado. Sí, hay ciertas consecuencias temporales del pecado en la persona bautizada, como el sufrimiento, la enfermedad, la muerte o las discapacidades inherentes a la vida, como la debilidad de carácter y la tendencia al pecado. Sin embargo, todo pecado ha sido borrado. Leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica (n. ° 1262): “El bautismo perdona todos los pecados, el pecado original y todos los pecados personales, así como todas las penas por el pecado. Por tanto, no queda nada en los que han renacido que les impida entrar en el Reino de Dios.
Conclusión: Teniendo en cuenta todos los comentarios hechos, se postula que la autoridad de la iglesia debe advertir inequívocamente contra el uso de los términos “pecado generacional” y “sanación intergeneracional” en la predicación. También debería prohibir oficialmente la celebración de las Santas Misas y los servicios con una oración por la curación de los pecados generacionales o por la curación entre generaciones.
En este contexto, conviene recordar a los pastores que las diversas formas de oración para la curación de los enfermos, practicadas durante siglos, también como parte de la liturgia de la Santa Misa, deben celebrarse de acuerdo con los libros litúrgicos y las instrucciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe Ardens felicitatis desiderium.
En la predicación de la iglesia, se debe tener cuidado de sermonear claramente al Magisterio de la Iglesia sobre el pecado original y sus consecuencias, entendiendo los pecados personales y sus consecuencias sociales, la efectividad de la gracia sacramental, especialmente el bautismo y el sacramento de la penitencia y la reconciliación, el tema de la reconciliación con Dios y con las personas, culpa y perdón.
Se debe recordar a los fieles la importancia de vivir la fe al recibir los sacramentos. Hay que animarlos constantemente a utilizar los sacramentos y las indulgencias con confianza.
Varsovia, 5 de octubre de 2015
Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Polaca
25 comentarios
No existe tal cosa como pecados generacionales, eso no está explicitado en el libro de Robert Degrandis, de lo que si se habla es de la consecuencia de los pecados y el “rastro” o huella que deja en las generaciones por venir, de hecho en el evangelio de Mateo 27, se lee: 24 Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.»
25 Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
Igual al confesar nuestros pecados queda la huella o mejor cicatriz como consecuencia del pecado y se hace necesaria nuestras oraciones de sanacion, ayunos, penitencia y/o las indulgencias que la Santa Madre Iglesia determina. Dejamos huellas en nuestro genoma para mal o para bien y de igual forma la tendencia a determinados pecados de un grupo familiar puede explicarse por la consecuencia Inter generacional que pueda haber.
Sería bueno dejar claros los conceptos tanto de un lado, quienes no creen en esto y del otro, quienes han sido testigos de este tipo de gracia que es la sanacion intergeneracional antes de emitir conceptos propios o ajenos. Es gracia tanto para la generación actual, como para las pasadas acortando su purgatorio.
Hay una gran ignorancia en todo ésto en el pueblo de Dios. Muchas veces las personas caemos presa de nuestro mismo entorno familiar. Y desde que nacemos nos hacen víctimas de los errores y pecados de nuestros antepasados. Buscan la venganza con quién pueden y cómo pueden , siempre buscando a la víctima más indefensa ,y desde la más tierna infancia. Te marcan para toda la vida ....
Todo es fruto de la ignorancia ,y de una interpretación falsa de la Verdadera Religión. Es todo un engaño del Diablo enmascarado de una religión falsa ; dentro de la misma religión católica.
Muchas gracias por su enseñanza , qué nos invita a reprender al Diablo con todas nuestras de fuerzas ; y con la Fuerza del Espíritu Santo y del Magisterio de la Iglesia.
Una vez más : Muchas Gracias !!!
Si alguien sufre un problema de éste tipo ,debe confesarlo y ponerlo en las manos de Dios y de los sacerdotes de la Iglesia.
Es cierto que de alguna manera hay errores generacionales qué duran miles de años . Tenemos el ejemplo del Pueblo de Israel. Por causa del pecado generacional ; el pueblo de Israel fue deportado a Babilonia ,hasta que fue liberado por Ciro el Persa. También tenemos la profecía de Jesús sobre la Ciudad de Jerusalén y sobre el pueblo judío : " Jerusalén será pisoteada por los gentiles ; hasta qué se cumpla el tiempo de los gentiles " . " Y seréis esparcidos por todas las naciones ".......
Muchas veces hay qué salir del entorno familiar para podernos liberar de los errores generacionales qué nos están afectando. Tenemos el caso de San Pablo y de los muchos de judíos que abrazaron la fe cristiana. Y tenemos el ejemplo de un pueblo judío que ha sufrido lo indecible y aún sigue sufriendo por causa del error de sus antepasados ; que resulta ser el mismo error del presente.
Tenemos mucho que aprender de los errores de los qué nos han precedido. Y necesitamos mucha enseñanza y ayuda ,por parte de nuestros pastores y maestros ; cómo es el caso del Padre Javier Olivera Ravasi.
Muchas Gracias Padre Javier.
Bendiciones en Cristo Jesús y su santa Madre
(Mateo 10:8). Que Dios tenga misericordia de este ... Sacerdote...
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Estimado: acá no hay ningún artículo, hay: una entrevista y el copy/paste de dos Conferencias episcopales (la francesa y la polaca) junto con extracto del planteo de un obispo coreano. Nada más. Quizás ud. se refiere a eso: es decir, no le gustaron esos análisis teológicos; pero "artículo", no hay, que yo sepa. Bendiciones a ud. Padre Javier Olivera Ravasi
Atrevido ,ignorante e imprudende ..,,.... Infiltrado y destructor del verdadero mensaje de Jesús. " ?.....
Es usted el obispo de su Diócesis , el portavoz de la Conferencia Episcopal Argentina ? .... Es usted el guardián del Depósito de la Fé de la Iglesia ?..... Es usted el Santo Padre el Papa ? .. Es usted el Portavoz del Magisterio de la Iglesia ? .... Es usted Doctor en Teología ? .... Quién es usted ?.... Con qué autoridad moral y espiritual juzga usted a un sacerdote , cómo : " Infiltrado y destructor del verdadero mensaje de Jesús " ?.........
A Jesucristo le preguntaron :" Maestro , quién de sus antepasados cometió pecado ,para qué éste hombre naciera ciego ?" . Y qué le contestó Jesús ?....... La bondad inmerecida de Dios está con las personas que muestran arrepentimiento por sus pecados personales . Jesús vino a rescatar a los hombres de sus pecados , muriendo y derramando su Sangre en la Cruz . Y no a condenarlos a vivir eternamente por los pecados cometidos por sus antepasados .
Lea usted más los Evangelios. Y relea usted el Nuevo Testamento.!!!
Qué culpa tengo yo del alcoholismo de mi madre y que me haya dejado en herencia una enfermedad heredada por su vicio? Acaso el pecado, la muerte y la enfermedad no es consecuencia del pecado empezando por el original?
No me voy a condenar por ese pecado d mi familiar pero Dios que quiere mi salvación quiere reparar ese error d mis padres y quiere sanar esa herencia si tengo fe.
Me podría decir donde dice l concilio d trento que el único pecado que se hereda es el original? Yo he entendido que pone que el pecado original se hereda pero no dic que sea el único. A lo mejor no he entendido bien.
Muchas gracias por su invalorable trabajo que hace siempre.Dios lo bendiga
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Perdón. ¿Han visto la entrevista? Porque, por lo que veo en algunos comentarios, es que afirman cosas que allí mismo se trataron. Tanto el padre Alcántara como yo jamás negamos que heredamos inclinaciones de nuestros padres, etc., pero una cosa es heredar un pecado y otra una inclinación genética, temperamental, etc. Creo que hay que ver lo que se publica. Bendiciones. PJOR
Charlatanes los hay de todos los pelajes y muchas culturas pudieran tener influencias en creencias o en actos, pero desautorizar a sacerdotes que como en los tiempos de los primeros discípulos hacen la obra de Dios, es un poco temerario.
Dios lo bendiga padre!
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Pues en la conversación no hablamos de "vivencias" sino de teología... Si hay cosas que no se condicen con lo este enseña la Iglesia, pues no se condicen. Bendiciones. PJOR
Bendiciones!
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¡Así lo haremos! ¡Que para eso está la teología! Bendiciones. PJOR
Excelente entrevista y exposición. Gracias.
Esa afirmación qué usted dice ; tenía yo qué haber respondido a una medio tía abuela ,
( medio hermana de mi abuelo materno ) cuándo yo era menor de edad.
Me comió el tarro sobre un supuesto pecado de mi abuelo ,y demás tíos abuelos. Su madre ,( madrastra de mi abuelo ) dió a luz durante la pandemia de gripe española de 1.918 ; pocos días después de que fallecieron el padre y hermano de mi abuelo ,por causa de la epidemia de gripe. Los dos niños nacieron muertos.
Entonces los niños nacían en la casa de campo, y no cómo hoy día. En aquellos tiempos había una mortandad infantil muy elevada. Y a todo ésto había qué tener en cuenta la elevadísima tasa de mortalidad de la epidemia de 1.918.
Tiene usted razón : El único pecado qué se hereda ,es el pecado original , qué se borra con el bautismo. Y cada cual es responsable de sus actos y de dar cuenta ante Dios durante su vida,y en el juicio particular después de la muerte.
Otra cuestión son los Santos ; las personas qué tienen una vocación especial , y son llamados a ser corredentores con Cristo .
Un cordial saludo . Y muchas gracias al Padre Javier Olivera Ravasi.
Pronto llegará la luz para muchos, el que busca encuentra y quien toca se le abre.
Satanás el Diablo se regocija prolongando ésta situación en los sucesores del pecador durante su vida, y después de su muerte. Ésta situación debe ser puesta en evidencia delante de Dios. Y si el pecador no quiso o no tuvo la Luz suficiente para reconocer su pecado ; sus sucesores deben poner delante de Dios los pecados de sus antepasados ,y mostrar arrepentimiento en el nombre del pecador ,y solicitar el perdón de Dios.
Hemos de reprender a Diablo en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo ,y reconciliarnos con Dios.
Hay tres tipos de pecado:
1. Pecado original: Adán, bautismo
2. Pecado personal: culpa y pena, confesión o bautismo
3. Pecado social: según Reconciliatio et paenitentia
a) Categoría I: contra la comunión de los santos y la solidaridad de la familia humana [1]
b) Categoría II: pecado directo contra el prójimo o hermano concreto
c) Categoría III: pecado del mal estructural general [2]
El pecado intergeneracional sería el pecado social de la categoría III.
El pecado intergeneracional es absolutamente cierto y objetivo: la familia transmite el pecado a sus generaciones a través del ejemplo de vida, la mala educación y la acción de los demonios que tienen conocimiento de los vicios de las familias y los pueblos, entre otras circunstancias.
El único peligro del "pecado intergeneracional" es el de su hipostasización, es decir, como dicen los obispos, la deificación o personificación o energización o reencarnación del pecado de manera absoluta, como si se trata de una especie de entidad autónoma a la que debemos de considerar igual que los demonios: habrían demonios y esta energía o semidiós del pecado familiar. De ahí la obsesión permanente que genera el hacer sesiones y sesiones de curación intergeneracional, como si fuera una especie de divinidad maligna a la que rendir culto negativo (exorcismos y oraciones) de manera continua.
Pero me parece obvio que hay que catolicizar el pecado y sanación intergeneracional, es decir, categorizarlo como pecado social de la clase III, e investigar más sobre él, depurándolo de toda hipostasización (considerar el pecado social familiar como una realidad absoluta, una deidad autónoma maligna).
Además, la misma Biblia acredita la existencia del pecado social-familiar (categoría III) y su sumisión al poder de Dios:
i. El pecado social de Sodoma y Gomorra, el pecado social de la Torre de Babel, el pecado social de la generación antediluviana. La expulsión de los demonios de una ciudad por San Francisco.
ii. “En estos días ya no dirán: Los padres comieron frutos amargos, y los dientes de los hijos estaban entumecidos, sino: Todos morirán por sus propios pecados; al que coma frutos amargos se le adormecerán los dientes ”(Jer 31: 29-30)
iii. “El Señor tu Dios, que castiga la transgresión de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación” ( Éx 20: 5)
iv. "El Señor … envía el castigo de la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación” (Ex 34: 7)
v. "El Señor castiga los pecados de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y hasta la cuarta generación” (Nm 14, 18)
vi. "Yo soy el Dios que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos de la tercera y cuarta generación” (Dt 5, 9)
Como recuerdan bien los obispos, Dios es soberano sobre estos pecados sociales: Él tiene el poder absoluto sobre ellos, y las familias y los pueblos pueden librarse de ellos.
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[1] Del pecado social de la categoría I: En virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás. Es ésta la otra cara de aquella solidaridad que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que «toda alma que se eleva, eleva al mundo». A esta ley de la elevación corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que se puede hablar de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero. En otras palabras, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana
[2] "se refiere a las relaciones entre las distintas comunidades humanas. Estas relaciones no están siempre en sintonía con el designio de Dios, que quiere en el mundo justicia, libertad y paz entre los individuos, los grupos y los pueblos... [son] realidades y situaciones... [que] en su modo de generalizarse y hasta agigantarse como hechos sociales, se convierten casi siempre en anónimas, así como son complejas y no siempre identificables sus causas."
Saludos cordiales.
Se trata de un tema de gran complejidad y muchas aristas, respecto del cual la Iglesia aún no se ha pronunciado magisterialmente. Entretanto, no es de extrañar que tenga sus detractores y sus defensores; pudiendo encontrarse entre estos últimos, por cierto, reputados sacerdotes, muy ortodoxos y muy serios que ejercen el ministerio de sanación y liberación. El padre Guislahin Roy es sólo alguno de ellos. .
El problema, a mi juicio, parte del enfoque que se hace de la cuestión, que a mi me tocó cambiar hace algún tiempo, cuando conocí testimonios de personas que arrastraban muchas heridas, provocadas unas veces y apreHendidas otras, por sus mayores (abusos sexuales, alcohollismo, malos tratos, etc.). Y al menos hasta donde yo he podido ver, la sanación "intergeneracional" no trata de reparar o revertir una eventual condenación de "los ancestros" de una persona, sino de romper de algún modo esas cadenas que, si no justifican al menos sí explican el pecado actual -heredado, en el sentido de que repiten el mismo comportamiento de sus padres/abuelos- en el que algunas personas parecen permanecer atrapadas, sin posibilidad fácil de salida (depravaciones sexuales de todo tipo, adicciones, etc.). Hablamos no de pecados esporádicos, ni de pecados reiterados, sino de conductas que se han instalado con tal fuerza en la vida de las personas que hasta las llamamos enfermedades.
Es decir, siempre más allá del pecado original, que lo que se hereda no es el pecado, sino las consecuencias del pecado: las heridas que generan pecado. No en vano el Señor es durísimo cuando advierte acerca del pecado de escándalo a los más pequeños y de cómo les valdría más a cualquiera atarse una rueda de molino y lanzarse al mar....
De ahí, siempre según como yo lo veo, que convenga cambiar el enfoque incluso de las citas bíblicas que se suelen oponer por los defensores. No se trata tanto de la una maldición de Dios, que se pueda heredar hasta la cuarta generación, como de la acción del demonio sobre nuestros hijos y nuestros nietos como consecuencia de nuestro propio pecado. Y no sólo, como bien dice el entrevistado en los últimos minutos del vídeo, como consecuencia de consagraciones a Satanás, sino por la acción del pecado en el hombre y en las familias.
Otra cosa es que luego pueda haber sacerdotes que utilicen este ministerio como si fuese casi chamanismo y se dediquen a hacer shows con asuntos tan serios. Haberlos, hyalos. Pero no tengo duda de que, precisamente porque se trata de un terreno pantanoso y doloroso, ahí también se ha metido Satanás a denostar y a desprestigiar. Por no hablar de que el mono de Dios también tiene su propia moneda falsa en el New Age, con el tema de las "Constelaciones familiares".
PODER y AUTORIDAD. Sí, Jesús "les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades" (Lc. 9,1), también las que arrastra el alma.
Dice que hay espíritus generacionales que afectan a familias, países, generaciones, movimientos, partidos políticos, etc.
Lo que él explica resulta razonable y es lo que en lo personal he observado en mi vida y de mis familiares.
En resumen los pecados de los antepasados no se heredan y el árbol genealógico no puede sanarse como tal, él dice que lo que se sanan son las personas y en el presente.
En lugar de misas de sanación intergeneracionales, él habla de ofrecer misas de reparación por el pecado o pecados que dejaron entrar al espíritu maligno a la familia, y porque puede ser que haya algún familiar en el purgatorio que necesite esa reparación, así que más bien sería una misa por almas del purgatorio y se ofrecen individualmente y no en forma masiva como hacen los otros.
En fin, es muy probable que yo no lo esté explicando muy bien pero si alguien le interesa y entiende el inglés puede buscar las charlas de este sacerdote sobre el tema. Están en el canal de youtube Sensus Fidelium, y se llaman “generational spirits, father Chad Ripperger”.
A nadie se castiga nunca con una pena espiritual por un pecado ajeno; porque la pena espiritual afecta al alma, y todo hombre, en cuanto al alma, es «libre». En cambio, uno es castigado a veces con penas temporales por un pecado ajeno por tres razones.
Primera, porque uno, en lo temporal, puede pertenecer a otro, y así, en castigo de éste, se castiga también a aquél: como los hijos en cuanto al cuerpo pertenecen a los padres y los esclavos a sus dueños.
Segunda, en cuanto que influye el pecado de uno en otro: por imitación, como en el caso de los hijos que imitan los pecados de sus padres; en el de los siervos que imitan los de sus señores para pecar con mayor osadía; o a modo de mérito, como los pecados de los súbditos merecen tener a un pecador por prelado, según aquellas palabras de Job 34,30: “El cual pone de rey a un hipócrita a causa de los pecados del pueblo”; y asimismo, por el pecado de David al hacer el censo del pueblo, el pueblo de Israel fue castigado, como leemos en 2 Re, últ.; o también por un cierto consentimiento o disimulo, como son castigados también temporalmente los buenos juntamente con los malos, porque no redarguyeron los pecados de los malos, como dice San Agustín en I De Civ. Dei.
Tercera, para hacer más recomendable la unidad de la sociedad humana, por la que uno debe poner interés en que el otro no peque; y para hacer más detestable el pecado, al ver que el castigo de uno redunda en daño de todos como si todos fuesen un solo cuerpo, conforme dice San Agustín sobre el pecado de Acar. En cuanto a las palabras del Señor: “Que castiga en los hijos los pecados de los padres hasta la tercera y cuarta generación”, según parece, tienen más que ver con la misericordia que con la severidad, al no vengarse del mal inmediatamente, sino esperar a que pase el tiempo para ver si sus descendientes, por lo menos, se corrigen; aunque, si va en aumento la malicia de éstos, llega a hacerse necesario, por así decirlo, el ejercer la venganza”
Suma Teológica, II-II , q.108, a. 4, ad 1
Si los católicos hiciéramos caso de nuestra Madre y Maestra, siguiendo la doctrina del Aquinate, cuántos ríos de tinta se hubieran evitado.
En el último capítulo se ofrece oraciones de sanación intergeneracional... Me quedé confundida porque pensé q era algo legitimo.
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