Vuelven las misas a las iglesias. Carta de Mons. Víctor Fernández y pedido de la Conferencia Episcopal Argentina
¡Deo gratias!
Ese gran político converso del siglo XX que fue Charles Maurras (converso a pesar de haber sido injustamente excomulgado), repetía que, para poder analizar con certeza los hechos de la realidad social, era necesario anteponer la política (“politique d’abord”, decía). Es decir, pensar la vida de la polis, fuese la polis que fuese. Incluso la eclesial.
Y no se equivocaba.
Un ejemplo de esto es lo que sucedió en el México de 1929: luego de tres años de la suspensión del culto decretada por la misma jerarquía eclesiástica, los obispos decidieron aceptar los famosos Arreglos, a pesar de que los mismos serían un fracaso. ¿Por qué lo hacían? Se planteaba que, luego de tanto tiempo, el pueblo mexicano no sólo podía volverse inmoral sino excesivamente independiente de la misma jerarquía.
Y no se equivocaban.
Es decir: “politique d’abord”, ante todo política.
Algo parecido está sucediendo ahora en la Iglesia universal. Como sabemos, en muchos lugares, el culto público (en cuanto a la participación de los fieles) ha sido prohibido de facto. Y esto de modos diversos: por un lado, en España, el gobierno ha restringido la asistencia a la Misa pública a un cierto número de personas, pero los obispos (casi todos) han decidido directamente suspenderlas; por otro, en Argentina, mientras el gobierno ha prohibido las reuniones que “impliquen concurrencia de personas” (DNU 297/20, art. 5) los prelados, en un diálogo consensuado -entre ellos- han decidido no pedir ninguna excepción y limitarse a administrar los sacramentos en caso de extrema necesidad.
Y todo esto, hasta ahora.
Porque las medidas prudenciales son eso: prudenciales, no dogmáticas; y pueden cambiarse.
De nuevo: politique d’abord. Ante todo, política, es decir, prudencia política.
Pero el problema que esto acarrea en el pueblo fiel no es menor y ello por una doble razón:
Por un lado (que a nuestro juicio es la principal, según el mismo Papa Francisco), al pueblo no le basta con la misa por internet: necesita de los sacramentos, esos vehículos habituales de la gracia santificante instituidos por el mismo Jesucristo.
Por otro, amén del gravísimo problema económico que esto está significando para muchas diócesis, la “excesiva” independencia que el simple fiel puede hallar en internet, “cambiando de canal” frente a una misa, también podría acarrear un riesgo (dicen algunos): el riesgo de que las ovejas ya no respondan a su propio pastor (o encuentren una voz que antes no conocían), o migren a páginas más “estimulantes”. Porque es más fácil cambiar de página web que levantar el trasero del banco en plena misa.
Quizás por todo esto, alguien que está en estrecho contacto con el Papa Francisco, Mons. Víctor Manuel Fernández, actual Arzobispo de La Plata, ha publicado este domingo pasado (19/4/2020) una carta llena de realismo donde plantea una salida airosa que no quedaría sin eco en la Iglesia universal.
(La carta completa puede leerse AQUÍ).
Tanto que, en el día de hoy, 21 de Abril, hemos recibido este texto que ahora copiamos
Y he aquí un extracto de la carta de Mons. Fernández
“Cuando pensamos en sostener la vida interior de los fieles y en alentar su crecimiento, nos encontramos con la dificultad grave de verlos privados de la Eucaristía durante mucho tiempo, previendo además que esta situación pueda prolongarse por varios meses…
“La Misa ‘antes que un precepto debe sentirse como una exigencia inscrita profundamente en la existencia cristiana’ (DD 81). Es comprensible entonces que muchos fieles nos reclamen que busquemos alguna manera de volverla accesible. Nosotros les decimos que pueden experimentar otras formas de oración, y lo hacen, pero ya decía San Juan Crisóstomo: ‘También puedes orar en tu casa; sin embargo no puedes orar igual que en la Iglesia, donde se reúnen los hermanos’… Ansían, reclaman, buscan el alimento del amor que es fuente de vida sobrenatural.
“Creo indispensable que demos un claro mensaje a nuestro Pueblo de Dios… Sabemos que exponerse al contagio es una irresponsabilidad… Pero hay una forma de celebrar la Misa que reduce al mínimo los riesgos, y que la vuelve menos peligrosa que las colas que vemos en los bancos y en otros lugares, situaciones contempladas en la normativa actual. Por ello podemos proponer a las autoridades una serie de recaudos obligatorios que faciliten una próxima apertura a la celebración eucarística con fieles.
“Se trata fundamentalmente de proponer que… se celebre la Misa con un número limitado de personas y cuidando las necesarias distancias, de manera que ya no pueda ser caracterizada como un acto masivo… podríamos comprometernos a asegurar lo siguiente:
- que haya una distancia de dos metros entre las personas.
- que no haya más de dos personas por banco.
- que una vez cubiertos los bancos de esta manera, no se acepte el ingreso de más personas.
- que en los templos donde suele haber mayor afluencia de gente se multiplique la cantidad de misas.
- que no se celebre la Misa con fieles en los santuarios más visitados.
- que en la Misa no haya cola para comulgar sino que los ministros se acerquen a las personas ubicadas en los extremos de los bancos y depositen la Eucaristía en la palma de las manos.
- que cada ministro que acerque la comunión se lave las manos previa y posteriormente.
- que se omita el saludo de la paz y todo contacto físico
- que las Misas no duren más de 40 minutos.
- que la salida del templo sea progresiva y se eviten los saludos.
- que quienes por su edad estén impedidos de asistir puedan recibir la comunión en sus hogares.
- que se mantenga transitoriamente la dispensa del precepto dominical, de manera que las personas que prefieran extremar los cuidados no se sientan obligadas a asistir”.
Deo gratias.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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22 comentarios
Otra: qué evidencia hay que la comunión dada en la mano produce menos contagios que la comunión en la boca?
Hasta ahora, la mejor estrategia es test masivos y aislar a los positivos, todos con mascarilla y lavarse las manos.
Es decir, esto deberían aprobarlo ahora el resto de los obispos de la CEA y luego elevarlo al Gobierno para su consideración, de manera que permita celebrar las misas con esos recaudos.
Aclarado esto, es de elogiar la propuesta de Fernández.
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A buen entendedor...; el texto mío siempre ha dicho: "plantea una salida airosa que no quedará sin eco en la Iglesia universal.". No que "decretó" ni que "dispuso". En fin... PJOR
A mi parecer, los que defienden las medidas sanitarias por encima de los valores espirituales, podrían omitir en sus comentarios la cantinela de contabilizar los riesgos de contagiarse según el número de personas en los servicios religiosos. Bien dice la carta, esos, los temerosos, pues que no salgan.
«Dios mío ven en mi auxilio. Señor date prisa en socorrerme»
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Fue hecha pública por el mismo arzobispo al enviarla a los sacerdotes de su arquidiócesis, uno de los cuales, a su vez, nos la alcanzó. La misma se encuentra en el post de arriba. Dios la guarde. PJOR
Hay que agradecer a los obispos que recogen el sentir de los fieles, ya que ni los sacerdotes ni los obispos han sido privados de los sacramentos. Es una carta, que ofece una fundamentación teológica del sentir de los fieles, de los que hacen la comunión espiritual junto al Papa, la cual nos consuela pero al mismo tiempo nos hace desear la comunión sacramental. Agrega una propuesta concreta, contiene un protocolo para concurrir a misa en tiempos de pandemia. Al iniciarse las medidas de distanciamiento social en Buenos Aires se realizaban las misas con estas medidas. Luego vino la cuarentena estricta. Pero si se van exceptuando las actividades esenciales como ir a hacer trámites bancarios y e ir al supermercado, bueno, ir a misa y recibir el sacramento central de nuestra Fe es esencial. Hay que difundir la propuesta y apoyarla y no buscar el pelo al huevo. Bendiciones.
Otra es que las personas mayores generalmente van acompañadas por sus familiares incluso para moverse o acomodarse bien en la banca. Y quieren participar. Si hay muchos temerosos no son los viejitos, son los que no quieren reconciliarse con el Señor sino dominar con su razón una situación que solo está en las manos de Dios.
Gracias Padre
No deja de ser gracioso !
Usted dice "Deo Gratias" a una propuesta de "protocolo" que implica dar la Comunión en la mano. Esto me deja perplejo sabiendo que Usted celebra la Misa tridentina y pasa por ser un cura filo tradicional.
Como diría Condorito, exijo una explicación.
Saludos.
Fernando
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Estimado: ha tomado la parte por el todo. El "Deo gratias", como cualquiera lo pudo notar, es sin lugar a dudas porque los obispos pidieron la excepción para que la gente viva (y muera) con los sacramentos, hoy prácticamente impedidos. Dios lo guarde. PJOR
PD: Condorito es un genio.
Autor del libro: Víctor Manuel Fernández
¿Como es posible que la Iglesia tenga a este individuo con el rango de Obispo?
¿Que clase de credibilidad nos puede ofrecer alguien que ante el criterio divino no es Católico porque no comulga con la doctrina de la Iglesia?
A este personaje lo que le preocupa es que los ingenuos católicos suelten la plata. Un verdadero católico NO habría dejado de celebrar misas públicas, como han hecho unos pocos, entre ellos el obispo de Alcalá de Henares en España.
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El gobierno denegó la propuesta. Creo que te equivocaste bastante en el diagnóstico. Saludos
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Rta: puede ser que me haya equivocado, pero esto es Argentina, donde gobierna el peronismo. Espere un par de semanas y veremos cómo sigue la cosa... Dios lo guarde. PJOR
Quizás el efecto más perverso y en el que aparentemente nadie ha caído en la cuenta de las misas televisadas es la concentración en pocas manos, y por lo que se ve poco recomendables —empezando por el vértice—, del mensaje cristiano en homilías muy dudosas, siendo bondadosos. Es un fenómeno muy parecido a la concentración de medios informativos actuales. Es en parte por ello que me empeñé en que en la parroquia, aprovechando el vídeo de una cámara de seguridad y añadiéndole el audio de la megafonía, retransmitiera la misa, que además es de las pocas con asistencia de fieles de la diócesis —siempre respetando las disposiciones del art. 11 del Decreto de Alarma—. La otra razón es que muchas de las viejecitas parroquianas se podría decir que están “secuestradas” por sus hijos por miedo al contagio y estaban realmente desconsoladas.
Por otro lado, un efecto beneficioso aunque probablemente inesperado es el aumento considerable de la oferta de misas Vetus Ordo. Incluso Novus Ordo pero ad orientem (que algunos obispos en EEUU se han empeñado en prohibir). Ignoro el seguimiento real que tienen y si en números globales se ha incrementado mucho, pero también ignoro la evolución de la audiencia de las misas “oficiales”, en particular desde el Vaticano (yo, en particular, ni me molesto). Como soy mal pensado me barrunto que el cuestionario de la CDF (dirigida por Ladaria, jesuita al menos criptovaldense) a todos los obispos sobre la implantación de Summorum Pontificum de hace pocos días —del que todavía no ha informado este portal—, que contiene algunas preguntas muy inquietantes (¿buscando a quiénes aplicar Misericordina™?) para colmo enviada poco después de la actualización del Propio de los Santos y nuevos Prefacios para la misa tradicional (lo que se suponía que había de ser el trabajo de la Comisión Litúrgica del CV-II, pero con 50 años de retraso) es porque no se están cumpliendo espectativas y está preocupando a “liturgistas” actualmente con mucha influencia como el desorejado Grillo. Pueden ver el cuestionario en:
BREAKING - IMPORTANT - Summorum Under Threat? - Holy See sends survey to Bishops on Summorum Pontificum (Exclusive)
rorate-caeli.blogspot.com/2020/04/breaking-important-summorum-under.html
Aunque quizás no tiene nada que ver, en la asistencia técnica de las retransmisiones en Youtube para las misas tradicionales de otro grupo (con muchas carencias técnicas por hostilidad del clero) me estoy topando con reclamaciones abusivas y/o fraudulentas de Gestoras de Derechos de Autor por cantar en directo himnos de como mínimo cuatro siglos como Pange lingua y Regina Cœli (el acólito tiene muy buena voz) y no resuelven los recursos internos. Corremos el riesgo de que nos cancelen el canal, con el perjuicio al apostolado que conlleva. Aunque éste se ha convertido en el sistema de censura más socorrido en el mundo occidental, muchos youtubers informan que también podría tratarse de una estafa generalizada de gestoras y discográficas para apropiarse de las ganancias por anuncios (que en nuestro caso está desactivado). Como afecta gravemente al patrimonio musical de la Iglesia Católica, ¿sabría a qué dicasterio o congregación —que funcione de verdad en el caos actual, claro está— habría que denunciarlo? ¿Sería competencia de la Congregación del Culto Divino (al menos ahí está el cardenal Sarah)? ¿A quién habría de dirigirse, y cómo?
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